En la montaña de Guerrero, pobladores que se dedican a la siembra de amapola impidieron al Ejército erradicar sus cultivos. Una brigada de militares acudió hace una semana a Santa Cruz Yucucani, Municipio de Tlacoachistlahuaca, con la intención de erradicar sembradíos de la adormidera y hacer labor social; sin embargo, los habitantes se organizaron y les impidieron avanzar hacia las plantaciones.
Los pobladores, entre los que había muchas mujeres, les explicaron a los militares que no tienen otra forma de subsistir.
- Según datos del CONEVAL, la inmensa mayoría de la población de Tlacoachistlahuaca es pobre y el número está aumentando. En 2010, 88 por ciento de la población vivía en la pobreza. En 2015, el porcentaje llegó a 91.6.
Santiago Sánchez, quien se ostentó como líder de la comunidad y uno de los pocos pobladores que hablan español, dijo que, para que la comunidad deje de sembrar amapola, el Gobierno tendría que llevarles maestros, y construirles un hospital y una carretera pavimentada que conecte el pueblo con Putla, en Oaxaca.
«Ellos dijeron clarito que es delito. Yo sé que es malo, pero el Gobierno nunca apoya aquí. Nunca llega el Gobierno. No se hace ninguna obra que pedimos», explicó Sánchez en entrevista.
Los elementos del 48 Batallón de Infantería, al mando del General Alberto Ibarra, llegaron a la localidad el jueves 22 de marzo con una docena de doctores para hacer revisiones médicas y funcionarios del Registro Civil para entregarles actas de nacimiento.
Además, buscaban erradicar los sembradíos de amapola. Tras un diálogo en la cancha de basquetbol, los pobladores accedieron a que los militares hicieran la labor social pero no a que destruyeran los cultivos ilegales.
Sánchez, entrevistado después de las negociaciones con el General Ibarra, explicó que prácticamente toda la comunidad, de unos mil 900 habitantes, vive de la siembra de amapola. Un kilo de goma de opio en esta zona se paga entre 5 mil y 8 mil pesos, afirmó el dirigente comunitario./REFORMA