La pandemia y su impacto en la economía mexicana le están cobrando una alta factura a los recién egresados de las universidades. Más dificultades para encontrar trabajo, salarios más bajos para primeros empleos y mayor uso de redes informales para buscar una vacante son algunas de las nuevas realidades que enfrentan las personas jóvenes que se están sumando a la fuerza laboral.
- Durante 2020 la proporción de nuevos profesionistas con un empleo o actividad económica se redujo 7.4% con respecto a 2019, en esa misma dimensión incrementó la cifra de quienes no tienen un empleo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Egresados (ENE) del Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México (UVM).
- El mercado laboral es un terreno cada vez más complejo para los graduados. A pesar de que las empresas e instituciones privadas se mantienen como la fuente principal de primer empleo, en el último año disminuyó de 56 a 48% la cantidad de egresados que tiene un puesto de trabajo en una empresa.
A la par de la reducción de las opciones dentro de las empresas, ganó terreno el trabajo independiente como alternativa laboral. La proporción de graduados en ocupación autónoma pasó de 21 a 27.6 por ciento.
El ingreso promedio de los graduados, según el informe, es de 9,813 pesos mensuales. Para los profesionistas independientes, se reduce a 5,621 pesos, casi la mitad de lo que gana un egresado que labora en una empresa.
“En los casos de egresados que ejercen su profesión mediante un negocio o como profesionistas independientes, la pandemia por el covid-19 pudo ser determinante para optar por esta forma de trabajo ante las complicaciones del mercado laboral”, destacó la UVM en un comunicado.
- El estudio refiere que 82% de los egresados que trabaja de manera autónoma está interesado en cambiar a un empleo asalariado que le permita tener mayor certidumbre, un incremento de 2 puntos con respecto a lo reportado en la anterior medición.
- Sin embargo, el panorama del trabajo autónomo no es el único indicador del difícil acceso al mercado de trabajo para los egresados de una carrera, cada vez son menos los asalariados que consiguen una buena remuneración. Entre 2018 y 2021, la proporción de egresados con un sueldo superior a los 15,000 pesos al mes se redujo de 34 a 14% y los que se ubicaban en un rango de entre 8,000 y 15,000 pasaron de 37 a 27 por ciento.
“Es un cambio muy importante. Vemos una gran cantidad de jóvenes trabajadores que buscan replantearse su posicionamiento en el mercado laboral”, subrayó Bernardo González-Aréchiga, rector institucional de la UVM durante la presentación de los resultados.
El estudio identificó que 44.9% de los egresados no tiene acceso a prestaciones laborales mínimas de ley en su primer empleo, un incremento de 1.9 puntos. Esta proporción se reduce a 22.6% en el trabajo actual, pero implica un aumento de 2.6 puntos con respecto a la encuesta anterior.
El costo de las redes informales
Los graduados enfocan su búsqueda de empleo en redes informales, en especial en familiares y amigos. Ésta se mantiene como la primera alternativa de los egresados para encontrar una oportunidad laboral con 35% y supera al uso de las bolsas de trabajo (12.7%) y agencias de empleo (4.1%), mecanismos que garantizan un acceso al mercado con mejores condiciones.
- En el otro lado de la moneda se ubica la relación entre las redes para buscar trabajo y las condiciones laborales. Los egresados que han conseguido su primer empleo a través de bolsas de trabajo y agencias de colocación tienen un ingreso promedio que va de los 6,657 a 6,808 pesos. La remuneración baja a 5,145 pesos para quienes han encontrado la primera oportunidad a través de un familiar o amigo.
- “Incorporarse al mercado con ayuda de un familiar podría lograr que consigan trabajo más rápido, pero no garantiza que ese empleo sea óptimo en cuestiones como la formalidad, ingresos, prestaciones, incluso que sea un trabajo vinculado a su formación profesional”, resaltó la UVM.
En otro hallazgo, la ENE confirmó que se mantiene al alza la proporción de jóvenes que tiene que trabajar para costear sus estudios y, al mismo tiempo, disminuyó el apoyo económico de los padres. En la edición anterior, el 16% de los graduados afirmó que financiaba sus estudios con su trabajo, ahora la cifra se ubicó en 21% y refleja las dificultades económicas en los hogares mexicanos.
Estudiar una carrera ya no garantiza salir de la pobreza
Hoy la educación “no garantiza salir de la pobreza”, afirmó Felipe Gaytán Alcalá, investigador de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de La Salle. “Existe una saturación de profesionistas que lo que ha hecho es precarizar –hacer inestable– el trabajo”.
- No basta con estudios universitarios. Gaytán Alcalá nos dijo que “las universidades forman para el mercado de trabajo, pero no crean los puestos de trabajo”. Además de que existen muchas instituciones, a las que llamamos “universidades de ‘garage’, porque ofrecen el título como si eso te garantizara un empleo”.
En los años 60 y 70, “incluso, te diría que hasta en los 90, la educación permitía cierta estabilidad. La ecuación que hacemos del nivel educativo con respecto a la expectativa de nivel de ingresos cumplía, porque había un crecimiento de ciudades, necesidades y una demanda de servicios”, lo que generaba puestos de trabajo, señaló Gaytán.
Profesionistas con malos salarios
El poeta y ensayista, Gabriel Zaid, advirtió en 2014 del incremento de universitarios que se enfrentaban al “desempleo o con empleos de poca paga y prestigio”. Y coincidió en que las “instituciones son buscadas, ante todo, por las credenciales que otorgan”.
Haciendo énfasis en las deficiencias del nivel educativo. “Desgraciadamente, se han multiplicado los universitarios que no saben leer libros, y las universidades no se hacen responsables”, señaló Zaid.
- El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) evidenció en 2018 la relación entre educación y el nivel de pobreza. “Las condiciones sociales y educativas del país se traducen en niveles insatisfactorios de aprendizaje y en una oferta escolar muy inequitativa, lo que por hoy impide romper el círculo de la pobreza”, señaló en un comunicado.
- Gaytán Alcalá recordó que en el año 2000, “el ser maestro era garantía de movilidad social. La correspondencia entre tener la licenciatura con el nivel de ingreso, te lo permitía. La inversión para alcanzar una licenciatura se recuperaba”, al ingresar al mercado laboral.
En la actualidad, el panorama para las y los universitarios se complica. Los salarios son bajos y las vacantes reducidas, según la Encuesta Nacional de Egresados (ENE) del Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México (UVM).
- El sondeo reveló que en el último año 56.5% de los egresados consideró difícil o muy difícil encontrar un trabajo, algo que en el 2011 solo consideró 40%. También mostró que ganó terreno el trabajo independiente. Y sobre los salarios se indica que “el 33% de los egresados titulados gana entre 8,001 y 15,000 pesos”.
Gaytán Alcalá nos dijo que ante este panorama, las generaciones actuales “se desencantaron porque saben que eso de invertir cerca de 10 años en educación no les va a redituar en términos de ingreso. Lo que prefieren es ser emprendedores… hay gente a la que le resulta y hasta se han vuelto empresarios, pero no siempre es garantía”./Agencias-PUNTOporPUNTO