El Protocolo de Estambul se ha mexicanizado. El mecanismo internacional de derechos humanos utilizado para investigar casos de tortura ha tenido un mal uso por parte de las autoridades que lo han transformado en un instrumento de impunidad, según expertos.
Desde hace tiempo organismos internacionales y peritos independientes han denunciado que el método se aplica por parte del Estado como una trampa para encubrir violaciones a las garantías individuales.
- Tardío, incompleto y aplicado por personal no capacitado, es como el relator especial sobre la tortura de la ONU, Juan E. Méndez, calificó desde el 2014 al protocolo aplicado en México, en un informe acerca de la práctica oficial del mecanismo, que se basa en una serie de análisis y evaluaciones médicas y psicológicas.
- La Ley contra la Tortura en México fue reformada en junio del año pasado. Según los expertos se lograron avances, aunque el reto ahora es llevarlo a la práctica
- El relator de la ONU señaló que la práctica cotidiana del Protocolo de Estambul en México contrasta totalmente con los estándares mínimos de uso que lo rigen que son pronto, imparcial, independiente y exhaustivo.
Yecenia Armenta conducía por una de las calles de Culiacán, Sinaloa, de pronto un auto no oficial con Policías Ministeriales le cerraron el paso. El vehículo que manejaba era robado, le dijeron. Las siguientes 15 horas se convirtieron en un tormento para ella.
Fue sometida a tortura física, sexual y psicológica. Al final, con la dignidad destrozada se declaró culpable del crimen de su esposo, Jesús Alfredo Cuen Ojeda, quien ocho días antes, el 2 de julio del 2012, había sido asesinado.
- El Protocolo de Estambul aplicado por las autoridades resultó negativo. No hubo tortura en la detención, determinaron. Yecenia fue a prisión.
La vida de Armenta cambió por completo. En un breve periodo, pasó de vivir un duelo por la muerte de su pareja a ser señalada como la asesina. El caso tomó relevancia y peritos independientes nacionales y otros internacionales practicaron el método para comprobar si hubo tortura. Ambos fueron positivos contradiciendo la versión oficial.
Tras la presión social de varias organizaciones y la movilización de su familia, Yecenia recuperó su libertad en el 2016. Luego de cuatro años en prisión, un juez determinó que las declaraciones fueron obtenidas bajo violaciones de sus garantías. Sin embargo, Yecenia continuará con su vida acompañada de las huellas que deja la tortura en una persona, que según expertos, muchas veces, son imborrables.
- “El problema en México es que el protocolo se ha usado como herramienta de impunidad, un instrumento que serviría para apoyar y proteger a los sobrevivientes de tortura y sus familias, sirve para criminalizarlas”
Escareño agrega que lo más grave es que las autoridades en el país tratan de abrir o cerrar las investigaciones si el resultado del instrumento es positivo o negativo, pero el Protocolo de Estambul es un elemento más de un caso y abona, pero no suple una investigación.
La perito, que forma parte de la Red Nacional de Peritos y Expertos Independientes contra la Tortura, indica que a las instancias internacionales les llama la atención cómo este método en materia de derechos humanos se “mexicanizó” y se utiliza en contra de las víctimas por parte de las autoridades.
En ese mismo sentido habla Laura Melchor, psicóloga y perito independiente autorizada para aplicar el protocolo, quien acusa que en México se ha creado una “pequeña trampa”.
- “No hubo tortura, se cierra la carpeta o se manda a la reserva. Puede ser que el Protocolo de Estambul diga que no, pero a la autoridad le compete seguir investigando”
Fernando Valadez, perito independiente, explica que las autoridades tienen a sus propios médicos, psicólogos y psiquiatras, quienes no detectan los métodos de tortura en un proceso en el que se falta a uno de los principios básicos del protocolo, el cual señala que no puede ser aplicado por una autoridad parcial.
El psiquiatra y psicoanalista expone en entrevista que en México la tortura es efectuada también por las mismas corporaciones policiacas, además asegura que las secuelas que tiene la persona que recibe los maltratos físicos y psicológicos se pueden detectar al siguiente día e incluso hasta 40 años después, ya que son daños mentales permanentes, muy difíciles de revertir./CON INFORMACIÓN DE REPORTE INDIGO