Con la detención de Ovidio Guzmán López, la operación de “Los Menores” no se detiene. El 5 de febrero se cumplió un mes de la aprehensión del «Ratón» y la agrupación afín al Cártel de Sinaloa sigue con sus actividades delictivas bajo el liderazgo de Iván Archivaldo ‘El Chapito’ Guzmán, Joaquín Guzmán López y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, otros de los hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
- Desde la captura de su padre, Ovidio junto a sus hermanos Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán López intentaron asumir el liderazgo de la organización del Cártel de Sinaloa. Lo hicieron a su modo, pues no solo se quedaron con el negocio de drogas, sino diversificaron sus actividades e incluyeron tráfico de migrantes. Ellos formaron su propia agrupación: «Los chapitos» o «Los menores».
Un reporte de InSightCrime revela que los hermanos Guzmán lograron conformar una célula delictiva de venta y distribución de drogas en México y Estados Unidos. Se les ubica entre los mayores traficantes de fentanilo y metanfetaminas.
En el año 2008, la justicia de Estados Unidos imputó a Ovidio y a Joaquín los delitos de conspiración para traficar cocaína, heroína y metanfetaminas.
Ovidio Guzmán López, el Ratón
Ovidio Guzmán era el “chapito” más mediático, sin embargo, expertos en seguridad afirman que el verdadero líder de la organización es su hermano, Iván Archivaldo Guzmán.
“Ovidio Guzmán es un líder importante del grupo delictivo “Los Menores”, asociado al Cártel del Pacífico, pero el líder de esa organización es el hermano, Archivaldo”, explica José Andrés Sumano Rodríguez, secretario técnico de la Red Temática de Investigación CONACYT en Adicciones y Seguridad Ciudadana.
“El ratón” fue detenido el 5 de enero de 2023 en Culiacán, Sinaloa y trasladado al penal de El Altiplano, en el Estado de México, centro del cual su padre su fugó en el año 2015. Desde su detención, su equipo legal ha buscado frenar su deportación a Estados Unidos.
- Hasta el momento ha logrado frenar ser enviado a territorio estadounidense para enfrentar la justicia. El pasado 25 de enero, el juez Quinto de Distrito en Materia de Amparo y Juicios Federales, en el Estado de México, Alfonso Alexander López Moreno, le otorgó una suspensión para que no pueda ser extraditado.
“Se concede la suspensión definitiva para el efecto de que el directo quejoso Ovidio Guzmán López no sea extraditado y quede a disposición de este órgano jurisdiccional de amparo, en lo que corresponde a su libertad personal, en el lugar en que se encuentra recluido y a disposición del juez responsable”, determinó el juzgador.
El futuro de Ovidio Guzmán no solo está en manos del gobierno de Estados Unidos sino de la Fiscalía General de la República. De acuerdo con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en México «El Ratón» tiene algunos delitos pendientes por los que es reclamado por la justicia mexicana : delitos contra la salud, por portación de armas de fuego, delincuencia organizada y tentativa de homicidio.
- Una detención no impacta en el tráfico de fentanilo: Para el gobierno de Estados Unidos siguen siendo prioridad la captura de liderazgos criminales para enfrentar la violencia y el tráfico de drogas. La administración de Joe Biden ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares a quien proporcionara información que llevara a la detención de objetivos clave en el tráfico de fentanilo: Joaquín Guzmán López, Iván Archivaldo Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
Sin embargo, el descabezamiento de organizaciones no tiene el impacto deseado, pues su lugar pronto es ocupado por algún otro miembro de las estructuras.
“Estados Unidos cree que la desarticulación de redes, de captura de capos disminuye el trasiego, pero no es así… para poder frenar las exportaciones de fentanilo tendríamos que desarticular a las estructuras y no solo capturar a los jefes del narcotráfico”, explica el especialista en seguridad pública, David Saucedo.
Si bien “El Ratón” tenía un rol en la organización «Los Menores», su detención no tiene un impacto trascendental en la operación de la agrupación y menos en el mercado del tráfico de fentanilo.
“Fue una captura muy mediática, sin embargo, el entorno criminal cambia realmente poco… Es una estructura criminal en la que ante su ausencia, hay alguien más que lleve a cabo esas tareas. El negocio seguirá mientras sigue la demanda de fentanilo y siga siendo tan rentable”, agrega Sumano Rodríguez.
- El papel de Ovidio: «Los Menores», «los Juniors» o «Los Chapitos» son los nombres con los que se conoce a la agrupación de los hijos de «El Chapo» Guzmán.
Ovidio es uno de los hijos más conocidos sobre todo a partir de 2019 cuando el gobierno de México intentó cumplementar una orden de aprehensión con fines de extradición hacia Estados Unidos, pero tuvo que ser puesto en libertad tras la ola de violencia que se desató en Culiacán, Sinaloa la tarde del 17 de octubre.
Estados Unidos ubicaba a Guzmán López como uno de los responsables de laboratorios donde se produce fentanilo, una droga que está matando por consumo en sobredosis a más de 100,000 estadounidenses cada año, y metanfetaminas.
De acuerdo con el reporte de InSightCrime , Ovidio era el que estaba a cargo de la expansión de la agrupación.
“El rol de Ovidio puede haber sido el de expansión. Según el Departamento de Justicia, él y Joaquín comenzaron a coordinar el envío de cargamentos de cocaína, metanfetaminas y heroína hacia Estados Unidos desde 2008”, refiere.
Otra de las funciones de Ovidio fue encargarse de la presencia de la agrupación llegara a la Ciudad de México.
“En julio de 2022, las autoridades detuvieron a 14 presuntos emisarios de Los Chapitos en Ciudad de México, portando escarapelas con la caricatura de un ratón, que según se dice es una referencia a Ovidio'», agrega el reporte.
- Los menores sin Ovidio: Desde aquel 17 de octubre de 2019 cuando se intentó su detención, Ovidio tenía los días contados. Para Estados Unidos la captura de “El Ratón” era prioritaria, mientras que para el gobierno de México serviría para resarcir aquel episodio conocido como «el culiacanazo».
Durante los tres años que aún gozó de libertad, la organización de “Los Menores”, tuvo que haberse preparado para que de ser detenido, alguien más asumiera sus funciones, explica Sumano Rodríguez.
“Sería de sorprenderse que la organización criminal no se hubiera preparado para la captura de Ovidio. Desde el culiacanazo era claro que los días de Ovidio Guzmán libre estaban contados”, sostiene.
(Aún sin Ovidio), los menores” seguirán intentando expandirse, para lo cual mantendrán su lucha contra organizaciones como el Cártel de Caborca, el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Juárez.
“Asegurar mayor poder en Sonora les permitiría a Los Chapitos tener el control de un extenso tramo de la frontera entre México y Estados Unidos”, agrega InSightCrime.
- La Chapiza: Los hijos de El Chapo Guzmán han vivido de la fama que generó su padre, Joaquín “El Chapo» Guzmán, pero ahora también cuentan con sus propios seguidores, los afines a “la chapiza”.
InSightCrime sostiene que hay tres usos para “la chapiza”, termino que se utiliza para referirse a quienes trabajan para “Los Chapitos”.
El primero es como amenaza. Algunos de los mensajes que suelen dejarse a grupos rivales y a funcionarios del norte del país vienen firmados por “La Chapiza”.
Como táctica. Presumiendo que trabajan para los hijos de «El Chapo», varios presuntos criminales suelen burlar las fuerzas de seguridad.
Como marca. Ya sea en productos que se venden por internet como gorras y playeras, «la Chapiza» es utilizada como marca. También en redes sociales se suele utilizar la etiqueta en videos donde hombres armados presumen ser de “la gente del ‘Chapo’ Guzmán”, o de ser gente de “Iván y arriba la chapiza”.
¿Qué sigue después de la recaptura de Ovidio Guzmán?
La recaptura de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el pasado 5 de enero de 2023 en Culiacán, Sinaloa, dejó una ola de violencia y más dudas que certezas.
La primera de ellas es si el líder criminal, quien ya pasó su primera noche en el Penal del Altiplano, enfrentará a la justicia o si gracias al despliegue de fuerza y violencia de sus compañeros del Cártel de Sinaloa o por fallas en el debido proceso volverá a ser liberado.
También queda la duda de cuáles fueron las motivaciones de las autoridades mexicanas para ir tras él, pues se despiertan las suspicacias de que todo se trató de un regalo para el Gobierno de Estados Unidos a cuatro días de la visita del presidente Joe Biden a nuestro país.
Los expertos coinciden, es que en este 2023 que inició con un motín y fuga del Centro Estatal de Reinserción Social (Cereso) número 3 de Ciudad Juárez, Chihuahua, y que continuó con un segundo episodio del “Culiacanazo”, seguiremos padeciendo la violencia generada por el combate frontal entre autoridades y grupos del crimen organizado.
Esta escalada en la violencia se debe principalmente a que después de “descabezar” a los grupos criminales (Estrategia Kingpin), las autoridades no realizan trabajo de campo para terminar de debilitarlos, contener el fuego de la disputas internas y proteger a la población.
- Estrategia contraproducente: Para el especialista en seguridad y exdirector general adjunto de seguridad nacional de la Presidencia de la República, Manuel Balcázar, la detención de Ovidio Guzmán pudo derivarse de un amague del Gobierno estadounidense de incluir a los organizaciones criminales mexicanas en la lista de organizaciones territoriales del Departamento de Estado, sin embargo, la estrategia de “descabezar” a estos grupos puede ser contraproducente en el mediano y largo plazo.
“Si decapitas una organización de este tipo salen tres o cuatro cabezas más, ese es el desafío que tienen las autoridades gubernamentales.
“Puede ser exitoso en el muy corto plazo, pero si no va acompañada de una política en tierra con autoridades locales que ayuden con inteligencia a prevenir la gestación de nuevos grupos o disputas entre las mismas organizaciones por asumir el liderazgo, entonces no será exitosa y eso es algo de lo que adolecieron las administraciones anteriores”, apunta.
El mayor beneficio que ve en la recaptura de Ovidio es el mensaje que manda el Estado mexicano a los demás líderes del crimen organizado de que nadie está exento y van por ellos.
“La política de abrazos no se estaba traduciendo en más abrazos, al contrario, el nivel de violencia ya estaba comenzando a golpear a las instituciones del Estado. La respuesta me parece muy contundente, fue como dar un manotazo y buscar poner orden.
“Pero si esto no va acompañado de estrategias intermedias para contención de la disputa criminal puede ser contraproducente”.
El experto en la materia asegura que en las próximas semanas estaremos viendo nuevos brotes de violencia en distintos puntos, especialmente en donde los líderes estén buscando saber de dónde vino una posible filtración, quiénes estuvieron detrás de esa posible traición.
- Reconfiguración de los grupos criminales: Por su parte, Juan Manuel Aguilar Antonio, especialista en seguridad nacional e investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), opina que a pesar de la violencia y de la disputa por rutas que podría generarse tras la captura de Ovidio Guzmán, la ‘pax narca’ continuará en Sinaloa.
“No va a haber un intento de penetración del Cártel Jalisco Nueva Generación al estado de Sinaloa, eso es impensable, pero sí va a haber un golpe a la estructura de ‘Los Chapitos’ y podría haber un golpe en las políticas del crimen organizado del Triángulo Dorado (Sonora, Sinaloa y Durango).
“Es decir, nuevos acuerdos con los grupos locales que controlan los distintos puntos territoriales y los cruces carreteros que van hacia la frontera para la movilización de droga. Eso podría ser aprovechado por el Cártel Jalisco Nueva Generación en un intento de expansión o de negociar con estos grupos criminales para expandir su influencia por otros caminos”, señala.
El especialista además explica que él no considera que vaya a haber un aumento de los enfrentamientos entre el Cártel de Sinaloa y las Fuerzas Armadas, ya que el líder del grupo delictivo, “El Mayo” Zambada, es una persona conciliadora que no busca enfrentamientos sangrientos, a diferencia de “El Mencho” del CJNG.
Finalmente, Aguilar Antonio, comenta que si bien ve una madurez en los operativos para detener a grupos criminales por parte de las dependencia de seguridad y Fuerzas Armadas mexicanas, aún tienen mucho trabajo qué hacer.
“Siguen fallando en estos operativos en los que es necesaria la aplicación del uso de la fuerza post intervención. La estrategia la veo un poco más estructurada, pero el hecho de que haya bloqueos y violencia deja ver que posterior a la captura del capo, el crimen organizado va a seguir utilizando esas estrategias de intimidación para tratar de conseguir su liberación”, concluye./Agencias-PUNTOporPUNTO