AGENCIAS
Adán Cortés Salas, el universitario mexicano que interrumpió la ceremonia de entrega del premio Nobel de la Paz el pasado miércoles en Oslo, ha sido deportado hoy de vuelta a México por las autoridades noruegas, informó la televisión pública NRK.
El abogado de Cortés Salas, Jens-Ove Hagen, dijo a NRK que su cliente había embarcado esta mañana en un avión con Ciudad de México como destino final, extremo que las autoridades de este país nórdico no han confirmado.
Cortés Salas, cuya solicitud de asilo político fue rechazada hace días, permaneció el fin de semana retenido en el centro para extranjeros de Trandum, al norte de Oslo, pendiente de que se concretase su expulsión y de la resolución de un proceso judicial.
Un tribunal había determinado el viernes su puesta en libertad temporal, con obligación de presentarse diariamente en el juzgado hasta que fuera expulsado del país, pero la decisión quedó aplazada porque la policía recurrió a una corte de segunda instancia, que previsiblemente debía emitir hoy su fallo.
La Policía quería que Cortés Salas fuera encarcelado de forma preventiva por existir riesgo de fuga y por violar las leyes de inmigración al esperar cerca de tres semanas para presentar una solicitud de asilo político.
Cortés Salas subió al estrado con una bandera de México cuando la paquistaní Malala Yousafzai y el indio Kailash Satyarthi acababan de recibir el Nobel de la Paz en el ayuntamiento de Oslo, y permaneció unos segundos allí hasta que fue retirado por la seguridad.
Según ha explicado el joven a la televisión pública noruega NRK, su acto pretendía llamar la atención sobre la situación en México y en particular sobre los 43 estudiantes desaparecidos en la ciudad mexicana de Iguala hace meses.
Tras permanecer detenido casi un día, fue trasladado ayer al centro de internamiento para extranjeros de Trandum, una vez que la Policía cerró el caso en su vía penal con una multa de 15.000 coronas noruegas (1.693 euros, 2.098 dólares) por alteración del orden y por entrar de forma ilegal en el Ayuntamiento de Oslo.
Cortés Salas burló la seguridad y se coló en el consistorio de la capital noruega con una cámara a pesar de que ni tenía invitación para acceder al recinto ni estaba acreditado como periodista.