MUJERES postergan la MATERNIDAD; NATALIDAD en el PAÍS DESCIENDE 23%

De acuerdo con el Inegi, el aumento en los métodos anticonceptivos fue de dos puntos porcentuales en cuatro años y las entidades que se mantienen a la cabeza en dicha materia son Sinaloa, Baja California y la Ciudad de México

Imagen ilustrativa

Aunque la tasa de fecundidad en México pasó de 6.9 hijos por mujer, en la década de los 60, a 1.9 en 2020, aún existe presión social sobre ellas para que sean madres, incluso, en algunos sectores prevalece la idea de que es una obligación más que una elección, y se ejercen discursos violentos sobre quienes postergan o deciden no ser madres.

  • Así lo señalan las académicas Tania Meléndez Elizalde, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón y co-coordinadora del Seminario Interinstitucional de Familia y Diversidad; así como Alejandra Collado Campos, especialista en Estudios de la Mujer y jefa de Medios de Comunicación del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.
  • Con motivo del Día de las Madres, Meléndez Elizalde explica que los censos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que en 1980 la tasa de fecundidad era de 4.8 hijos por mujer; en 2000 disminuyó a 2.6, y en 2020 a sólo 1.9, de acuerdo con un comunicado de la UNAM.

Sin embargo, el escenario varía por entidad, pues mientras en la capital mexicana la tasa es de 1.2 hijos por mujer, en Chiapas es de 2.7; y en Guerrero de 2.3. “Influyen muchos factores culturales, por ejemplo, la Ciudad de México tiene el nivel de escolaridad y profesionalización más alto del país, tanto en mujeres como hombres, lo que impacta en estas cifras”, asevera.

Collado Campos destaca que los estados con menor tasa de fecundidad son la Ciudad de México, Baja California Sur y Baja California Norte; además, en el país el decremento en el número de hijos se mantendrá, pues se prevé que para 2050 será de 1.7 por mujer, en promedio.

Educación y fecundidad

Meléndez Elizalde, maestra en Estudios Políticos y Sociales, detalla que se trata de una tendencia general en la sociedad occidental. Las causas son múltiples: los movimientos feministas que han promovido un entendimiento distinto del papel de la mujer en la sociedad; la divulgación y uso de diversos métodos anticonceptivos, así como el incremento de la escolaridad de la población en general.

“En la medida en que las mujeres tienen más acceso al conocimiento, a adquirir grados escolares mayores, proponen proyectos de vida enfocados a su profesionalización, postergan la vida reproductiva y, en muchos casos, deciden no tener hijos”, afirma.

  • Collado Campos subraya: “las mujeres que tienen mayor nivel académico tienen menos hijos, no tienen o los tienen mucho más tarde; en contraste, mujeres con escolaridad primaria tienen más de dos hijos o son madres más jóvenes, lo que genera que dejen de estudiar y se quedan en esa escolaridad.
  • “Justo son estos datos los que nos hacen comprender por qué muchas mujeres deciden postergar la maternidad, pues saben que una vez teniendo hijos o hijas va a ser mucho más complejo escalar en lo escolar, lo laboral”, asevera.

Ser madre, señala, no es un impedimento para realizar actividades o ejercer cargos, pero sí existen prejuicios para contratarlas en algunos sectores, por el tiempo que exigen las labores de cuidados. “Aún se les pregunta si están embarazadas o cuántos hijos tienen, porque en función de eso determinan si puede ser útil o no para un puesto, si se va a ausentar por actividades escolares, por enfermedades”, manifiesta.

“La familia pequeña vive mejor”

La caída de la tasa de natalidad también está relacionada con el establecimiento de políticas públicas del Estado mexicano para disminuirla, y su participación en diversos organismos internacionales los cuales llamaron -a partir de la década de los 70- a implementar acciones para reducir la tasa de natalidad.

“En esos años se creó el Consejo Nacional de Población y se establecieron campañas como la que durante el gobierno de Luis Echeverría tenía el slogan de ‘La familia pequeña vive mejor´”, recuerda Meléndez Elizalde, experta en temas de sociología de la familia y cambio social, perspectiva de género y derechos sexuales y reproductivos.

Puntualiza que si bien hay mujeres quienes han deconstruido el discurso en torno a la maternidad, aún son las menos y hay numerosos pendientes; entre los más apremiantes están los altos índices de violencia en contra de ellas y el estancamiento en temas de paridad de género.

  • Al proseguir, Collado Campos expone que poco a poco se han dinamitado ideas como considerar que las mujeres “nacieron para ser madres” y se impulsa que la maternidad debe ser una elección; cada vez hay más mujeres que ante la posibilidad de prepararse mejor académicamente y tener experiencias que no son necesariamente compatibles con tener hijas o hijos, optan por las segundas; aunque está mal vista o estigmatizada esta decisión.

“Se rompe con ideas como el llamado instinto maternal o situaciones idealizadas en los medios de comunicación y productos culturales que indican que no hay nada más hermoso que ser mamá, pero quienes somos mamás sabemos que podremos amar mucho a nuestros hijos, pero la maternidad tiene sus complejidades. Otro mito es que si no tienes hijos, estás incompleta”, agrega.

Asegura que hay múltiples discursos violentos ante la elección de no ser madre. En el rubro médico, ginecólogos dicen: “útero que no da hijos, da tumores” o que hay un reloj biológico; el religioso señala que las mujeres vinieron al mundo a procrear, y el institucional o de la familia refiere que si una mujer no tiene hijos ¿cómo va a dejar huella y cómo va a seguir el apellido?

Decidir no ser madre se atribuye a que algo no funciona bien con esa mujer y se le castiga simbólicamente al representarla como la solterona, amargada, enojona o “la que nadie quiso”, y no se concibe que pueda ser plena y estar feliz, desarrollarse completamente, sin tener que ser mamá. Sin embargo, esa carga negativa no existe hacia los hombres que deciden no ser padres.

“Una frase que usamos mucho en el feminismo es que la maternidad será deseada o no será. Es decir, que la maternidad es por decisión, no por imposición, por presión, porque nos dijeron que era una obligación hacerlo”, enfatiza.

Tasa de crecimiento poblacional en México podría ser cero

El crecimiento demográfico en México se encuentra a niveles de 1900, cuando este alcanzaba 1.1 por ciento. Los resultados del Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 2020 arrojaron que en la última década la tasa fue de tan solo 1.2 por ciento, es decir, representó un incremento de 13 millones 677 mil 486 personas respecto al Censo del 2010.

Bajo esta proyección, el país podría llegar a crecimiento cero dentro de tres o cuatro décadas, situación similar que ocurrió con Europa en los años 90, de acuerdo a Baruch Sangines, geógrafo de la UNAM y demógrafo por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

Explicó que uno de los factores para el decrecimiento, es la decisión de los jóvenes por desarrollarse profesionalmente, en lugar de casarse y tener hijos.

Durante el periodo de 1950 a 1970 la tasa alcanzó su máximo con un alza del tres por ciento, debido a la menor mortalidad y mayor natalidad. Tan solo en 1960 la edad mediana era de 16 años, la natalidad de 47.5 por ciento y la mortalidad de 12.74, de acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO).

“Nuestros abuelos, la generación baby boomers, tuvieron hasta ocho o más hijos por familia y muy jóvenes. Hubo una mortalidad menor y mayor natalidad, lo que produjo una explosión demográfica. Estas nuevas generaciones, sobre todo en las urbes, ya todos quieres trabajar y muchos de ellos no quieren casarse y si lo deciden, solo tienen un hijo.

Es un decrecimiento natural, México se encuentra en esta fase que por ejemplo, en Europa ya pasaron”, señaló. En los países europeos, dijo, llegó un momento en que su tasa fue cero, ya no había reemplazo.

Si seguía a la baja, las poblaciones iban a disminuir paulatinamente en muchos años. No obstante, este equilibrio se logró por la migración, principalmente de individuos provenientes del norte de África.

“La teoría demográfica diría que México también va para allá, generalmente América Latina, y sí es un reflejo de los datos que vimos en el Censo 2020, porque la tasa está decreciendo. Lo más seguro es que para 2030 no alcancemos el cero, es un periodo largo. Sin embargo, si continuáramos con esa tendencia, contrario a Europa, México no es un país muy receptor de migrantes, cruzan para ir a Estados Unidos. Hay que cuestionarnos en tres o cuatro décadas, cómo empezaríamos a sustituir esa disminución”, aseveró.

En ese contexto, el Inegi reportó que del total de 126 millones 14 mil 24 personas en México, 1 millón 212 mil 252 son residentes nacidos en el extranjero, lo que representó un incremento significativo frente a la cifra de 961 mil 121 migrante hace 10 años.

Otro elemento a destacar es que la población cada vez es más grande, pues la edad mediana ahora es de 29 años, en contraste con la de 2010 que era de 26 y la de inicios del siglo XXI, de 22 años.

Según Conapo, para 2050 esta será de 38 años aproximadamente, siendo un país de adultos mayores, perdiéndose el dinamismo y el bono demográfico. Correspondiente a un fenómeno que da cuando el volumen de la población en edad de trabajar supera a la dependiente, en este caso, niños y ancianos.

  • “Para 2050, México va a ser un país envejecido y ahora se suma que la gente no quiere tener hijos, un escenario como Europa, gente grande con pocos jóvenes. Ya no vamos a tener la oportunidad como país, de explotar tantos recursos, es algo que preocupa a los demógrafos, la tasa de dependencia va a ser mucho mayor”, aseguró.

Con base en eso, dentro de los temas sociodemográficos que van a estar presentes a lo largo de los próximos años, se encuentra el envejecimiento, la esperanza de vida al nacer que no está creciendo y las pensiones.

  • “Eso va a necesitar mucha infraestructura, un impacto en el sistema de salud, en el sistema de pensiones. Con tanta gente grande, no estamos listos para sostenerlos. Además, la tasa es de 2.1 hijos, es la que mantiene para reemplazar a la población que va muriendo. La gran pregunta es, si esta va a la baja, lo más probable es que cuando ya se tenga menor de hijos por mujeres, ahí sí ya diríamos que no vamos a ser sustituidas”, indicó.

Apuntó que el impacto en la mortalidad por el covid-19 será notorio hasta dentro de uno o dos años, cuando se recopile la información, ya que existen demasiado registros civiles y muchos de ellos, no operan con la mejor tecnología, sobre todo, en las zonas de marginación.

Natalidad de madres adolescentes detuvo envejecimiento

Con todo el impacto económico y social que lleva la maternidad de las adolescentes, el crecimiento reportado desde la mitad de la década, ayudó marginalmente a detener el proceso de envejecimiento de la población mexicana.

Una sociedad que envejece implica un cambio radical en las políticas públicas del país, en materia económica, de salud y servicios. Por ejemplo, para el caso de la Ciudad de México, el gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum deberá empezar a invertir en las modificaciones que requiere el accidentado Sistema de Transporte Colectivo Metro, porque es la entidad en donde hay una tendencia mayor a contar con menos jóvenes.

  • Julio Santaella Castell, presidente de la Junta de Gobierno del Inegi, explica que el Censo de Población y Vivienda 2020 mostró que la población mexicana de 60 años y más pasó de 9.1% en 2010 a 12.0% del total en 2020. En números absolutos, los adultos mayores crecieron en 4.9 millones, al pasar de 10.2 millones a 15.1 millones.

En tanto, la población de 0 a 17 años disminuyó de 35.4% del total en 2010 a 30.4% en 2020. Esa reducción de 5.0 puntos porcentuales entre la década de 2010 y 2020 significó 1.46 millones de niños y adolescentes menos en el periodo, al pasar de 39.77 millones a 38.31 millones de habitantes.

  • 35 años es la edad mediana en la Ciudad de México, revela el Inegi.

A pregunta expresa en torno a que si la natalidad de las madres adolescentes habría tenido un impacto en el proceso de envejecimiento de la población, Santaella, respondió contundente, “sí”. Y añadió: principalmente por “ahí de 2013 y 2014, sí fue un fenómeno importante (la natalidad de las madres adolescentes) que incrementó un poquito la tasa de fecundidad y redujo algo (los niveles de envejecimiento), pero digamos tampoco es algo muy impactante”.

  • Derivado de que el resultado del Censo se presentará en partes, lo referente a la natalidad de las madres adolescentes “es un fenómeno per se, particularmente importante, de interés público”, que se tiene que estudiar, detalló en entrevista con ejecentral.

Un reporte del año pasado del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) señala que el embarazo adolescente impacta a la economía en 0.27% del PIB. Más o menos 2 mil 860 millones de dólares, esto por el rezago educativo, que incide en mayor desempleo y menores remuneraciones. Además de que carecen de seguridad social relacionada a un empleo formal./Agencias-PUNTOporPUNTO

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