MICHOACÁN registra Cifras Negras en CRIMENES; se cometieron más de 8 HOMICIDIOS diarios en febrero

Michoacán sigue siendo golpeado por la violencia. Menos de un mes después de que el Ejército anunciase la toma de Aguililla, al menos 10 personas fueron asesinadas en un velorio en San José de Gracia

Michoacán termina febrero con cifras negras: un multihomicidio que habría costado la vida al menos a una docena de personas y a la cabeza en los homicidios dolosos en el país, de acuerdo con cifras preliminares del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Aunque el pasado domingo habrían fusilado a 17 personas durante un velorio, según los primeros reportes, fue el día 14 cuando se documentó el mayor número de asesinatos en la entidad: 23.

  • Sobre el fusilamiento del domingo en San José de Gracia, ayer el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía, dio avances de la investigación durante La Mañanera, y explicó que hay antecedentes de una disputa familiar criminal entre dos sujetos: El Pelón, asesinado el domingo, y El Toro, ambos identificados con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
  • Precisó que ambos sujetos, originalmente pertenecían al mismo grupo, pero conflictos entre ellos los separaron.

Reiteró que el día del velorio, Alejandro N llegó al funeral con aproximadamente 15 personas que lo resguardaban, y la misma familia le cuestionó la llegada porque sabía de las amenazas que tenía; no obstante, El Pelón refiere que tenía permiso y “a los pocos minutos llegan varias camionetas con sicarios; al frente, Abel N y someten a los acompañantes de Alejandro N, los desarman y los colocan, como aparece en algunos videos, afuera de una casa, en un portón”.

Subrayó que no se puede confirmar la teoría de un fusilamiento y que por dos llamadas anónimas recibidas se sabe de dos posibles lugares a donde se habrían llevado los cuerpos.

“BUSCAN ROMPER LA LIGA POR LO MÁS DELGADO”

En tanto, en entrevistas radiofónicas, el edil de Marcos Castellanos, Jorge Luis Anguiano, aseguró que no lo han llamado a las reuniones de seguridad, luego del atentado del domingo en San José de Gracia. «Quieren romper la liga por lo más delgado».

  • Reiteró que el día de los hechos solo contaban con seis policías, por lo que se replegaron, ante la fuerza del convoy que llegó al velorio de la mamá de El Pelón, y que cerca de las 16:30 reportaron del suceso a las autoridades estatales, quienes llegaron hasta las 19_30 o 20:00 horas.

En tanto, David Saucedo, consultor en programas de Gobierno, explicó que el hecho de que los criminales se llevaran el cuerpo de El Pelón, y otros cadáveres -se habla de 17-, que fueron ejecutados el domingo pasado en San José de Gracia, municipio de Marcos Castellanos, Michoacán tiene como finalidad desaparecerlos, es una táctica del crimen organizado para que no se judicialice y los acusen de homicidio.

  • Saucedo señaló que “el grupo que perpetró este homicidio -encabezado por Abel, El Toro o El Viejón, del Cártel Jalisco Nueva Generación– contó probablemente con un anillo de protección policial, es decir respaldo de las autoridades locales porque no solo llegaron al velorio, capturaron a las personas las emparedaron y masacraron”.

“También recogieron los cadáveres y huyeron, todo esto tuvo que ocurrir en un lapso de 45 minutos(…) es imposible que ninguna autoridad respondiera a los llamados de parte de los ciudadanos, evidentemente la autoridad local fue omisa”.

Juan Manuel Aguilar, del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede), recordó que el video muestra la parte de esta agresión y presenta la ausencia de los pueblos afectados.

Precisó que “ocultar los cuerpos es común debido a la cantidad de fosas clandestinas que hay alrededor de estados como Veracruz, Sonora, Tamaulipas, Guanajuato y esas personas pasan a formar cifras de desaparecidos”.

RENCILLAS DE ANTAÑO

1997-2011: Alejandro N, El Pelón, inicia como delincuente a los 18 años, se convierte en sicario de Los Zetas, La Familia Michoacana y, posteriormente, de Los Caballeros Templarios, donde conoce a Abel N, El Viejón y/o El Toro

2011: El Pelón cambia de grupo y se vuelve jefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) de Tizapán el Alto hasta Mazamitla; El Toro también se convierte en nuevo líder de plaza y se generan amenazas entre ambos

2014: se dan diversas traiciones entre El Pelón y El Toro; esté último asciende al interior del CJNG, mientras Alejandro N, es detenido en Mazamitla, por municipales y recluido en el Cereso de Jalisco por delitos contra la salud

2018- 2019: Ricardo N, hermano de El Pelón, es levantado por órdenes de El Toro, tras una riña en una cantina con integrantes del CJNG, por lo que rompe con esa célula del cártel de Jalisco al salir del Cereso y se va a otra en Colima

2021: consolidado nuevamente, Alejandro N, como mando del CJNG en otra plaza y a fin de cobrar venganza, ordena el asesinato de José N, El Chepe, hermano menor de El Toro, y líder criminal en Tizapán el Alto

27 de febrero 2022: El Pelón -junto con 15 sicarios- acude al velorio de su madre Eliza N, fallecida un día antes y cuyo funeral se realizó en San José de Gracia, municipio de Marcos Castellanos, donde El Toro y su gente irrumpen y los fusilan.

DESPLAZADOS DE AGUILILLA REGRESAN A SUS CASAS MIENTRAS MICHOACÁN SIGUE GOLPEADO POR LA VIOLENCIA 

El hombre abre la puerta de su casa con sigilo. Antes de entrar, mete la cabeza y mira a izquierda y derecha. Se asegura de que está vacía. En la ventana, un disparo atravesó el cristal y se incrustó en la pared de la cocina, justo al lado del horno. Al interior, una casita humilde de concreto y lámina en el techo; todo está cubierto por el polvo. Las telas de araña colonizan buena parte de las superficies y aparecen botas que nadie de la familia reconoce. “Hubo gente rara aquí”, dice la mujer, que llega a inspeccionar después de su marido. Ha pasado más de un año desde la última vez que el matrimonio estuvo aquí. En realidad, ambos abandonaron el domicilio antes, hace más de año y medio: en junio de 2020. Ella lo recuerda porque fue días antes de que su esposo cumpliese 54 años. Aquel año no hubo celebración: se habían convertido en desplazados internos.

“Estábamos aquí cuando tronaban las balas en la pared. Vino mi esposo un día, quemaron un carro ahí y no se podía estar. Así que agarramos cinco cambios de ropa y nos marchamos. Luego regresamos por más ropa”, dice la mujer. Solo hay una condición para acompañar a la familia en su regreso a casa: nada de nombres ni de imágenes del rostro ni nada que pueda identificarles. Esto se repite con la mayoría de personas entrevistadas. Parece que la zona está en calma pero nunca se sabe cuánto tiempo durará la tranquilidad. Tampoco, quién será el próximo grupo que controle el territorio. Y nadie quiere ser señalado por algún vecino como un colaborador de los contrarios. “Por todo le pueden echar tierra encima a uno”, dice ella.

  • En El Aguaje, municipio de Aguililla, Michoacán, comienzan a regresar las primeras familias que huyeron durante el enfrentamiento entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Cárteles Unidos. En abril de 2021, sicarios del grupo liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, el “Mencho”, se hicieron con el control de la cabecera municipal. La carretera entre Aguililla y Apatzingán se convirtió en una ruta intransitable, con zanjas que impedían el paso y retenes impuestos por el crimen organizado. Durante este tiempo también hubo un éxodo de pobladores. Ni el gobierno federal ni el estatal tienen ninguna dependencia que trate el desplazamiento forzado, así que ni siquiera existe un censo. Animal Político consultó con ambas administraciones, pero al cierre de la edición no tuvo respuesta. La ley sobre desplazamiento forzado, que entregaría competencias a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), está paralizada desde hace más de un año en el Senado. La única estimación la tiene el padre Gregorio López, que dirige el albergue El Buen Samaritano, en Apatzingán, y que considera que 15 mil personas dejaron Tierra Caliente a causa de la violencia.
  • “Lo que se está haciendo en estos casos es buscando que la gente regrese a sus comunidades, a sus pueblos; eso es lo básico, como sucedió hace relativamente poco en Aguililla y en toda esa región, y lo vamos a seguir haciendo”, dijo el miércoles el presidente Andrés Manuel López Obrador, que quiso minimizar el problema argumentando que “son pocas las regiones en las que hay desplazados”. Estas afirmaciones contrastan con las cifras de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), que en su último boletín advirtió un incremento del 360% en el número de personas que abandonan su casa por la violencia.

Sobre el terreno, la realidad es otra. En Aguililla, es cierto que la llegada del Ejército a principios de febrero permitió al gobierno federal anunciar que había recuperado el territorio, controlado desde hace meses por el crimen organizado. Sin embargo, esto no ha resuelto el problema. Muchos de los desplazados no regresarán nunca. Cientos están ya en Tijuana, Baja California, o en Ciudad Juárez, Chihuahua, con el objetivo de pedir asilo en EU, o ya cruzaron al norte. El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla dijo en diciembre que al menos 3 mil michoacanos se encontraban en Tijuana esperando cruzar la frontera.

De los que siguen en Michoacán, nadie se fía. Por un lado, quienes regresan temen que los militares se marchen y llegue otro grupo criminal a hacerse con el poder. Esto es algo que ha denunciado en reiteradas ocasiones el padre Gilberto Vergara, párroco de Aguililla. Por otro lado, se ha producido un segundo éxodo, el de personas que previamente no habían dejado el lugar y que ahora son señaladas por “simpatizantes” del CJNG./Agencias-PUNTOporPUNTO

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