La desigualdad en México es mayor de lo que era hace 50 años y se va tarde en los cambios para lograr un país próspero y equitativo, reconoció Gerardo Esquivel Hernández, subgobernador del Banco de México (Banxico).
- “Sobre este crucial asunto del desarrollo nacional tenemos buenas y malas noticias. La mala es que el país se ha vuelto más desigual de lo que era hace 50 años. La buena, y de algún consuelo debería servir, es que hoy entendemos mejor las características de esa desigualdad y las consecuencias que tiene no sólo en materia económica sino también política”, manifestó.
Comentó que tampoco es evidente que se tengan las claves para salir de la crisis de crecimiento y desigualdad que se enfrenta en México, desde hace 40 años.
- De ahí que, destacó, un rediseño tributario, un piso parejo en acceso a educación y salud, la promoción de un crecimiento más incluyente y con un mejor balance regional, eliminación de privilegios y promoción de mayor competencia económica son el camino para empezar a revertir el lastre de la desigualdad.
Sin embargo, dijo, “en esto, como ya se ha dicho en reiteradas ocasiones, vamos tarde”.
Se sabe, detalló, que la desigualdad no es un mero problema moral, sino que también conduce a economías menos eficientes, menos productivas y que debilita la democracia.
Además, en el caso de México, la desigualdad ha dificultado la acumulación de capital humano, que es un factor explicativo de la debilidad del mercado interno, señaló en el homenaje luctuoso del economista Leopoldo Solís.
Política fiscal y monetaria, el reto para México
En el caso de México, un escenario de bajo crecimiento económico y una elevada inflación representa un reto para la política fiscal y monetaria, dijo en entrevista Alberto González, jefe de la Unidad de México en el Departamento de Economía de la OCDE.
“Tanto para México como para la economía global tenemos un escenario de crecimiento más bajo y de inflación más alta de lo esperado. Hay riesgos importantes, pero nuestro escenario central es que México seguirá creciendo tanto en 2022 como en 2023”, aseguró.
Crecimiento económico
Aunque la autoridad hacendaria en México ve crecimientos de 3.4% y 3.5% para 2022 y 2023, respectivamente, el organismo ve un crecimiento menor.
- En la OCDE anticipan un crecimiento de 1.9% para este año y de 2.1% para el próximo. “Creemos que la política fiscal podría darle más impulso al crecimiento”, dijo González en entrevista vía correo electrónico.
- Para lograr el crecimiento, apuntó, uno de los retos que había desde antes del coronavirus tiene que ver con “arrancar el motor de la inversión” pública y privada.
- Arrancar el motor de la inversión es clave para revitalizar la recuperación a corto plazo, así como para que las perspectivas de crecimiento del país a mediano plazo sean “más robustas”, sostuvo Alberto González, quien reconoió que este rubro ha estado débil desde 2015.
El funcionario de la OCDE reconoció el incremento que se dio en cuanto a la inversión pública se refiere, la cual “por primera vez en mucho tiempo llegó hasta 3% del PIB. Seguir incrementando la inversión pública, y hacerlo basándose en análisis coste-beneficio rigurosos, podría dar un impulso significativo al crecimiento en los próximos años”, sostuvo.
El panorama pinta complicado
La recesión en Estados Unidos aún es una incógnita. De acuerdo con la mirada de analistas y economistas, si ésta ocurre se registrará en 2023, no tan prolongada y profunda. Pero de lo que nadie duda es que todo lo que está pasando tiene que ver con un cambio de tendencia en la globalización, con ciertos ribetes nacionalistas, que darán paso a bajos crecimientos económicos, más pobreza y más hambre.
- La economía de China se ha ralentizado. Su política de COVID cero, con sus confinamientos, ha tenido un impacto fuerte en su propia economía, pero también en la global con interrupciones a las cadenas de suministro. Sin embargo, está muy lejos de estar en un entorno recesivo. Es una economía muy centralizada, resiliente, que mantiene su crecimiento.
- Europa se está recuperando pero su involucramiento con Europa del Este, donde está estacionado el conflicto entre Ucrania y Rusia, puede poner en aprietos al sector productivo, particularmente a países como Alemania, uno de los motores económicos más importantes del continente.
En toda esa región está teniendo lugar un reacomodo en los mercados energéticos y, si el conflicto bélico se intensifica y se prolonga, cuidado, el entorno económico sí se podría descomponer.
- En Estados Unidos, el mercado laboral y la economía en general también se han ralentizado y la capacidad de gasto de las familias ya empezó a mermarse. Así, ya se anticipa que la economía estadounidense crecerá menos; se estima que en 2022 crezca +- 2.6% y 2.1% para 2023.
“Es posible que las presiones inflacionarias continúen o se exacerben por los conflictos y eso puede llevar a la Fed a anotar una postura bastante más restrictiva”, dice Adrián de la Garza, economista en jefe y director de Estudios Económicos de Citibanamex. “En ese escenario todavía pensamos que está apretado, complicado, no vemos un soft landing, pero sí una implementación de la política monetaria que le permitiría a la Fed atajar gradualmente las presiones inflacionarias sin llevar a la economía a una recesión, aunque sí a un crecimiento bastante moderado”.
“El péndulo se movió y ahora se habla de inflaciones muy elevadas que obligarán a los Bancos Centrales a subir tasas y eso nos puede meter en una recesión”, sostiene Sergio Luna, economista de la UNAM y de la Universidad de Londres. “Es un efecto de riqueza ligado a condiciones financieras y sí, efectivamente, puede llevar a que la economía americana se desacelere, no en lo inmediato, el riesgo es más hacia 2023”.
“Sí se puede dar una recesión en Estados Unidos pero muy leve, nada que ver con la recesión de 2020 que fue corta y muy profunda”, añade Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE.
- En México, el sector exportador es su principal motor económico. El consumo tuvo una recuperación pero se ve difícil que se sostenga. La inversión sigue colapsada, con una recuperación paulatina pero muy volátil. El panorama global puede complicar las condiciones en el mercado interno. Según estimaciones de analistas, el crecimiento promedio para México en 2022 sería de 1.8%; bastante bajo e insuficiente.
Gabriela Siller recomienda: para el gobierno, priorizar el gasto público que genere mayor crecimiento económico; para las personas, ser cautelosas con su gasto ante los disparos de la inflación y cuidar el empleo; para los inversionistas, contar con coberturas en las tasas de interés y cambiarias, así como tener claros los intereses a pagar./Agencias-PUNTOporPUNTO