Aunque la economía nacional se recuperará en 2020 y 2021, luego del estancamiento de 2019, con tasas de crecimiento estimadas en 1 y 1.6 por ciento, respectivamente, estos niveles siguen siendo bajos para una economía como la mexicana, aseguró el Fondo Monetario Internacional (FMI).
- En videoconferencia para comentar las perspectivas económicas de la región, el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, explicó que estas proyecciones de crecimiento se sustentan en la expectativa de que la actividad manufacturera se recupere, gracias al acuerdo que se firmó entre China y Estados Unidos.
Además, estima que la ratificación del Tratado México Estados Unidos, Canadá (T-MEC) disminuya la incertidumbre que generó su renegociación, y que los efectos asociados a los cambios de gobierno se disipen.
En este sentido, abundó el directivo del FMI, parte de la incertidumbre de políticas públicas ha disminuido, sobretodo en lo relacionado con cuestiones macroeconómicas, disciplina fiscal, independencia del banco central y la salud del sistema financiero.
“Obviamente vemos en ese contexto una cierta recuperación de la inversión, que básicamente en nuestro números implica que la inversión dejará de contraerse, tendrá un incremento y esto contribuirá a alcanzar los niveles de crecimiento de 1 y 1.6 por ciento en los siguientes años, que siguen siendo niveles de crecimiento muy bajos, para una economía como la mexicana”, sostuvo.
- Asimismo, Werner considera que un elemento a favor de crecimiento será el consumo, pues se espera que crezca de manera robusta y que sectores vinculados a la inversión pública y privada, como la construcción también reflejen una mejora. Aunado a la expectativa de que la producción de petróleo deje de contribuir negativamente a la actividad económica, como sucedió en 2019.
- El FMI explicó que en México, la actividad económica se estancó en 2019 debido a la incertidumbre acerca de las políticas económicas y la desaceleración de la producción manufacturera en el mundo y en Estados Unidos.
Hacia adelante, estima que la reciente distensión de la política monetaria debería continuar siempre que las expectativas inflacionarias permanezcan firmemente ancladas y que la política fiscal debería procurar colocar la relación deuda/PIB (producto interno bruto) en una trayectoria descendente, dando prioridad al aumento de los ingresos, la mejora de la eficiencia del gasto y el mejoramiento del marco fiscal./MILENIO-PUNTOporPUNTO