México está plantando una doble cara hacia la generación de electricidad mediante centrales renovables. A la par que el gobierno federal impulsa un discurso a favor de la inversión en plantas solares y eólicas –para muestra la visita del canciller Ebrard y alrededor de 100 diplomáticos a Puerto Peñasco, Sonora, hace apenas unos días–, los datos oficiales hablan que en 2022 el país registró un retroceso en la producción de energía mediante estas centrales, por primera vez desde que se tiene registro.
- La información del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), el operador del mercado eléctrico, indica una disminución de 4.6% en la generación solar y de 3.5% en la proveniente de centrales eólicas. México acumulaba años de un aumento continúo en la producción de electricidad mediante métodos renovables.
La estatal CFE ya construye un parque solar en Puerto Peñasco y tiene cuatro más en planes en la misma región, como parte del denominado Plan Sonora. También ha manifestado su intención de invertir en centrales eólicas, sin que hasta ahora ningún detalle al respecto haya sido formalizado. Pero por ahora, toda la generación de este tipo recae en manos privadas.
- Pero las renovables pasaron de representar el 13.1% del parque de generación eléctrica en 2021 al 12.3% el año pasado.
“El año 2022 estuvo marcado por la volatilidad en el precio del gas natural. Dentro de este contexto y en el ambiente regulatorio actual, la generación solar y eólica decreció en México por primera vez, teniendo como base una comparación anual. El decremento en generación desde las centrales renovables y otras tecnologías fue compensada por las plantas de gas natural y carboeléctricas”, dice la consultora Mckinsey en un análisis que toma como base los datos del operador.
- La generación mediante gas natural continúa siendo la más predominante en el país, con un 58% del mercado, según un análisis de la consultora Fresh Energy.
- Pero la sorpresa la han dado las centrales carboeléctricas: CFE, que es el único participante del mercado con centrales que funcionan a base de carbón –con tres en el país–, aumentó la producción de electricidad mediante este método en un 63% en tan solo un año. El gobierno federal ha manifestado desde el inicio del sexenio su intención por aumentar el uso de los activos de la compañía estatal, principalmente las que funcionan mediante este combustible fósil.
El aumento en el uso de las carboeléctricas en el país se da en línea con una tendencia a nivel mundial. Las previsiones de la Agencia Internacional de Energía (EIA, por sus siglas en inglés), hechas a finales del año pasado, apuntaban a que durante el 2022 el mundo se dirigía a marcar un nuevo récord en el uso de carbón como fuente de generación eléctrica. El aumento se ha dado como resultado de la inestabilidad del mercado de gas natural –el más utilizado para este fin–. El precio del combustible aumentó de manera estrepitosa a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania, que generó en los mercados europeos la necesidad de buscar más suministradores del combustible. Y entonces el carbón se convirtió en un combustible de emergencia.
- Pero más allá de los factores externos y sus efectos en el mercado doméstico, las acciones regulatorias implementadas desde la administración federal surtieron efectos en la dinámica eléctrica que repercutió en la baja en el uso de las centrales renovables y una alza en los activos de la estatal CFE. El análisis de la consultora Fresh Energy también habla de un aumento en la cuota de mercado de la compañía en las actividades de generación eléctrica: la estatal tuvo el año pasado el 40% de participación, como parte de una recuperación continúa desde el 2020 cuando la cifra fue de 37%.
Los analistas hablan de la puesta en marcha de algunos de los puntos incluidos en la política de confiabilidad publicada por la Secretaría de Energía en el 2020, que por ahora permanece detenida en tribunales.
México se ha rezagado
A consecuencia de la política del actual Gobierno federal, México se ha rezagado en dos tercios de lo que debería estar generando con energías verdes, afirmó Israel Hurtado, presidente de la Asociación Mexicana de Hidrógeno.
- Señaló que la energía limpia, que incluye a la eólica y solar, es de sólo 7 gigawatts-hora, un 29 por ciento de los 24 gigawatts que planteaban organizaciones como la Asociación de Energía Eólica para alcanzar en el 2024, ya a un solo año del plazo comprometido.
«Las energías renovables son un insumo fundamental para la producción de hidrógeno verde y si no es con energías renovables o con biomasa no es considerado hidrógeno verde, una tecnología que está desarrollándose a una velocidad muy fuerte en el mundo para la movilidad de los futuros automóviles».
El hidrógeno es un elemento utilizado como insumo de procesos y síntesis de químicos; generación de calor y electricidad; medio de almacenaje de electricidad, y combustible para producir energía mecánica.
Así, Hurtado indicó que el hidrógeno se posiciona como uno de los pilares estratégicos para la descarbonización del transporte.
- En alianza con la empresa Tarsus, la Asociación Mexicana de Hidrógeno convocó a cerca de 400 actores de la cadena de suministro para su participación en la segunda edición de la H2 Expo Hidrógeno a celebrarse en Monterrey y a la que además de inversionistas, empresarios y funcionarios, acudirán el 7 y 8 de febrero funcionarios gubernamentales y legisladores.
- José Navarro, director de Tarsus, expuso que este foro pretende acelerar el paso para la adopción de la tecnología de hidrógeno verde en México, que a nivel mundial apenas representa el uno por ciento como fuente energética.
Aclaró que aunque el hidrógeno verde requiere agua para su producción, ésta es de fuentes residuales.
- Hurtado consideró que el uso de hidrógeno verde podría desarrollarse mucho más en México, dada su ubicación en el cinturón de mayor radiación solar y regiones de fuertes vientos.
«Las energías renovables ya enfrentan de hecho consultas en el marco del T-MEC, donde los socios ya solicitaron una ronda de consultas para llegar a un acuerdo o llevar al Gobierno mexicano a un panel de controversia».
Señaló que en el 2050, México ya debería contar con al menos 40 gigawatts de energías renovables disponibles para su consumo, entre los que está la producción de hidrógeno verde.
Otro año perdido para la transición energética
Los proyectos renovables de electricidad son los más afectados en el desahogo de nuevos permisos de generación o modificaciones por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
- De acuerdo con la última lista de solicitudes, al 10 de noviembre del 2022 se tienen 65 permisos pendientes que, de ser aprobados, sumarían una capacidad instalada de 5 mil 559 megawatts adicionales.
- En el periodo referido, la CRE revisó 55 solicitudes de permisos en sus sesiones de órgano de gobierno, de las cuales 33 fueron para negar a privados sus peticiones de generación.
La totalidad de solicitudes del sector privado eran para proyectos eólicos y solares.
Los 22 permisos aprobados corresponden a proyectos públicos de gas natural y uno renovable, mientras que en el caso de los privados son dos de gas para empresas con campos petroleros y biomasa de muy poca capacidad.
Entre los de mayor capacidad destacan los desarrollados por la CFE, como el parque solar de Puerto Peñasco; el de la refinería de Dos Bocas, de Pemex, o el del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, para la Sedena. La lista de permisos renovables pendientes incluye algunos que fueron presentados desde 2019, previo a que se declarara la pandemia.
Desde que inició la actual Administración, el sector eléctrico se ha visto frenado con la cancelación de subastas de energía y el freno al desarrollo de proyectos privados, principalmente de fuentes renovables, por considerar que afectaban la confiabilidad del sistema eléctrico y que iban en detrimento de la CFE.
- Óscar Ocampo, coordinador de la práctica de energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), dijo que los pocos permisos de privados que son aprobados son para pequeños proyectos de generación.
- Si vemos los permisos que no son para el Gobierno, se trata de generación de 10 megawatts o menos, para un ingenio azucarero, permisos muy chiquitos, y pese a las demandas del T-MEC, no hay un cambio de política ni mayor apertura, y parece ser la ruta que pretende seguirse.
- Como corte de caja a 2022, se trata de otro año perdido para la transición energética y la expansión de la capacidad instalada en México, señaló.
A la capacidad pendiente de aprobación en permisos, se suman otros 5 mil 800 megawatts, tan solo de energía eólica, que podrían entrar en operación en el corto plazo.
- Unos 800 megawatts son de proyectos ya terminados y que requieren alguna autorización para su entrada en operación comercial; los otros 5 mil ya se están en una etapa avanzada de desarrollo y podrían concluirse rápidamente si se decidiera abrir el sector, según datos de la Asociación Mexicana de Energía Eólica.
Paolo Salerno, socio de Salerno y Asociados, explicó que el freno a nuevos proyectos es un tema político que se ha mantenido a lo largo del sexenio, lo que afecta no solo a los desarrolladores, sino a las empresas que quieren instalarse en el País y que demandan energía confiable./Agencias-PUNTOporPUNTO