México, expulsor y a la vez receptor de migrantes durante la era Trump

Antonio Betancourt

México ha sido un país de tránsito y expulsor de migrantes por tradición. El auge económico de los Estados Unidos y las recurrentes crisis económicas transexenales en nuestro país han obligado a connacionales, principalmente de estados del interior, a buscar mejor vida en suelo norteamericano.

 

La llegada del ultraconservador Donald Trump a la Casa Blanca, no obstante, ha trastocado esta dinámica, y a solo un mes de haber iniciado su cuatrienio, el republicano ha deportado a centenares de migrantes indocumentados culpándolos a priori de criminales, argumentando además que su presencia arrebata fuentes de empleo a estadunidenses.

 

Aunque no se tiene una cifra exacta de la cantidad de indocumentados que residen en los Estados Unidos, la organización no gubernamental Pew Research Center estimó que para 2016 su población podía calcularse en 10.9 millones, de los cuales la mitad, unos 5.6 millones, son mexicanos.

 

Trump mantiene su promesa de deportar al menos a tres millones de ellos que según sus registros son “violadores” y delincuentes, y podría enviarlos a México sin importar su nacionalidad, según un memorando del Departamento de Seguridad Interior que fue firmado por su titular John Kelly.

 

Con estas medidas unilaterales de Trump, y de la noche a la mañana, nuestro país se convertirá en una nación receptora de migrantes; por un lado están todos aquellos que no pudieron llegar a los Estados Unidos y buscan asilo en ciudades fronterizas mexicanas, y por el otro se encuentran los paisanos que sin plan ni futuro claro buscan rehacer su vida en el lugar que los vio nacer, la mayoría de ellos dejando familiares atrás.

MIGRA2

Durante el mandato de Barack Obama se deportaron más de 2 millones de personas, muchos de ellos niños, y hay quien compara esta crisis migratoria a las que suceden en Siria o Haití. Pero dejando de lado la política, la gran pregunta ahora es ¿qué pasa en los países receptores de los deportados como México?

 

Para el Colegio de la Frontera Norte (Colef) las ciudades fronterizas serán las que resientan los primeros estragos de este regreso masivo. Según sus datos, cerca del 30 por ciento de migrantes que pretendían asilarse en los Estados Unidos han decidido quedarse en ciudades como Mexicali y Tijuana, en Baja California, con la esperanza de encontrar empleo, en un estado que según cifras del INEGI existen 37 mil desocupados y más de 38 por ciento de la Población Económicamente Activa en el sector informal.

 

El Colef advierte que algo similar sucede en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde 39 mil 529 personas no tienen empleo, 35 por ciento está en la informalidad, y donde los albergues para migrantes están al borde del colapso, ocupados por centroamericanos y más de cuatro mil haitianos.

 

Conscientes de esta problemática, legisladores del Congreso de la Unión estructuran propuestas que buscan modificar la normatividad en materia de migración, a fin de brindarles condiciones de certeza laboral y económica.

 

El Partido Movimiento Ciudadano parece tener la más interesante. Su bancada busca reformar la Ley de Migración con el objetivo de incorporar a la Secretaría de Economía como una autoridad auxiliar en materia migratoria y generar las condiciones de coordinación y transversalidad de los programas del gobierno.

 

El Gobierno Federal no quiere quedarse al margen y en su más reciente comparecencia ante senadores del PRI, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, aseguró que la administración del presidente Enrique Peña Nieto está preparada para recibir a los paisanos dignamente e incluso ofrecerles empleo.

MIGRA1

Afirmó que por medio del Programa Somos Mexicanos, que opera desde 2014, se le busca trabajo en sus propias regiones, ya que la mayoría regresan mejor preparados y con el manejo de dos idiomas.

 

Detalló que en cuanto llegan, de inmediato se les brinda atención médica, posibilidad de comunicarse con sus familiares, alimentación “y les damos su CURP”; y a los hijos de connacionales nacidos en el país vecino que quieran regresar “se les da el derecho a programas sociales, a revalidación de estudios, y por supuesto a ser tratados como mexicanos”.

 

Urge una política de repatriación y asilo: expertos

 

Sin embargo, analistas consultados por puntoporpunto no son muy optimistas porque afirman que ante el doble discurso del presidente Trump estos esfuerzos pueden ser vanos, y hasta el momento el gobierno mexicano no atina a estructurar una estrategia eficaz ni aquí ni allá.

 

En charla con este diario digital, el historiador Lorenzo Meyer consideró que el Gobierno Federal no cae en cuenta que estos migrantes se fueron del país porque no había oportunidades para ellos, y con su regreso se verá agravada la situación económica y social, ya que “es imposible suponer que las autoridades puedan disponer del tiempo adecuado, además de los recursos, la voluntad e inteligencia, para ayudarlos”.

 

Advirtió que estos “son factores desafortunados en una situación muy desafortunada porque el liderazgo político de México es de lo más endeble y porque ya no sabe cómo hacerle ante este fenómeno impuesto”.

 

Reconoció que lamentablemente una parte de estos deportados terminará en las filas de la delincuencia, porque “no hay servicios de salud suficientes, no hay la capacidad de respuesta de los gobiernos locales para prestar más servicios, y el mercado informal ya tiene suficiente mano de obra y ha excedido su capacidad de absorber a demandantes de trabajo”.

 

En este sentido opina Tonatiuh Guillén, presidente del Colegio de la Frontera Norte, quien aseguró que el Gobierno Federal debería prepararse para regularizar a los migrantes, y no solo recibirlos.

 

“El gran tema en México es poner en la mesa esta situación inhumana literal y exhibir a los Estados Unidos ante el mundo. El asunto va por ahí, el gobierno en lugar de prepararse para una recepción ordenada y segura, debe prepararse para una regularización de quienes comenzarán a llegar aquí”.

 

Detalló que aunque el gobierno de Trump aún está armando el aparato de deportación masiva, comienzan a suceder casos de personas destrozadas: “debe haber una prioridad por el dolor humano implicado cuando estas deportaciones se focalizan en personas que tienen 5, 10, 15 años viviendo en Estados Unidos que de repente un día aparecen en la frontera mexicana. El dolor mas alto es dejar a los hijos en circunstancias inciertas”.

 

Informó que en 2014, alrededor de 31 mil personas dejaron hijos menores de 18 años, en 2015 fueron 21 mil, y en 2016, se registraron casi 23 mil y el 90 por ciento de ellos con hijos que son nacionales de Estados Unidos.

 

Escenarios posibles 

 

¿Qué hacer entonces? Recientemente el Colef ha dado a conocer una serie de recomendaciones no solo para recibir y regularizar a los migrantes de manera digna, sino para atender las necesidades de los que aún se encuentran en el vecino país y que pueden ser deportados en cualquier momento.

MIGRA4

 

Primero, y considerando que las ciudades más importantes de Estados Unidos, particularmente las que asumen el denominativo de «ciudades santuario” desarrollan una estrategia de acogida y protección, la Secretaría de Relaciones Exteriores deberá promover y mejorar la comunicación entre sus consulados y los gobiernos locales para garantizar la protección de los derechos humanos de los mexicanos en ese país.

 

Segundo, y asumiendo que los albergues y comedores se encuentran ya saturados en varias ciudades fronterizas, es imperativo que los gobiernos federal y estatales aumenten sustancialmente el apoyo económico a las organizaciones de la sociedad civil y albergues que reciben a migrantes, porque hasta el momento el apoyo a las personas deportadas y a migrantes varados en la frontera se ha concentrado en la ayuda de emergencia.

 

Y tercero, y debido a la probabilidad de que se incremente la población migrante y que se asiente a mediano o largo plazo en la región fronteriza, las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos locales deberán diseñar e implementar programas de reinserción laboral en esta región; en este sentido, y en razón del aumento de niñas, niños y adolescentes que migran con sus padres, la Secretaría de Educación Pública debe diseñar e implementar un programa de inserción escolar de menores extranjeros.

 

Si bien la migración de mexicanos a Estados Unidos se ha reducido considerablemente en los últimos años, los flujos de migrantes procedentes de Centroamérica, Sudamérica y de otros países del mundo h aumentado en los últimos años.

 

Por el momento, el Instituto Nacional de Migración expulsa a la gran mayoría de los migrantes detenidos en el territorio mexicano, y debido a que estos flujos son provocados en gran medida por condiciones de violencia generalizada —como en el caso del llamado Triángulo del Norte de Centroamérica, o por desastres naturales como en el caso de Haití— resulta fundamental que la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (COMAR) aumente su capacidad para procesar solicitudes de refugio, y que el Instituto Nacional de Migración (INM) otorgue facilidades para que los solicitantes puedan residir y trabajar en México durante el trámite de la solicitud.

 

Recibe nuestro boletín informativo, suscríbete usando el formulario