CONTRACCIÓN y RECORTE en la nota de MÉXICO provocan FUGA de CAPITALES

Perder el grado de inversión, que la segunda mayor economía de América Latina ha tenido durante casi dos décadas, sería un duro golpe para el presidente, Andrés Manuel López Obrador.

A pesar de un retorno gradual de los capitales hacia países emergentes tras el choque de volatilidad provocado por el coronavirus (Covid-19), México registró en mayo flujos de salida en su mercado de deuda por tercer mes consecutivo, debido a una mayor cautela por parte de los inversionistas, dijeron expertos.

Estimaciones de una fuerte contracción, factores idiosincráticos -como definen algunos los temas de manejo local de política económica- y la probabilidad de un recorte en la nota crediticia soberana figuran como las principales causas del menor interés por papeles mexicanos, según analistas, quienes dudan de un regreso a las condiciones previas al Covid-19.

  • Los bonos de la segunda mayor economía de América Latina vieron partir el mes pasado unos 34,850 millones de pesos (mdp), que se sumaron a la salida de unos 288,000 mdp en marzo y abril, según datos oficiales.
  • Los flujos negativos de México contrastan con la entrada de unos 3,500 millones de dólares (mdd) dirigidos a deuda de países emergentes en su conjunto, de acuerdo con cálculos del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), impulsada por las expectativas de la reactivación económica tras semanas de confinamiento.

«En las últimas semanas se ha visto una estabilización en los flujos hacia emergentes, pero en México continúan disminuyendo, lo que sugiere que hay un elemento idiosincrático», dijo Andrés Jaime, estratega de divisas y deuda de países emergentes para Morgan Stanley.

«México tenía una ventaja hace algunos años porque tenía un manejo macroeconómico bastante sólido, pero eso ha cambiado recientemente», agregó.

Para algunos, el cambio de percepción sobre el riesgo del país podría retrasar la recuperación de los flujos de capital o incluso mantenerlos negativos en los próximos meses.

  • El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido criticado por sus políticas macroeconómicas, enfocadas en privilegiar el gasto social, y por haber frenado proyectos de inversión relevantes, así como por su política energética.
  • Adicionalmente, México registró en 2019 la primera contracción en su economía en una década y el panorama no es alentador. Según una encuesta de Banco de México (Banxico), el Producto Interno Bruto (PIB) caerá un 8% este año.

Bajo ese escenario, los inversionistas extranjeros «están disminuyendo su exposición a México», además de que el país «tiene que pagar mucho más para continuar fondeándose en los mercados internacionales», añadió Jaime.

Por ejemplo, México emitió en abril 2,500 mdd con un rendimiento al vencimiento del 5%, mientras que Paraguay, con una calificación basura, emitió 2,000 mdd con una tasa del 4.95%.

“Lo que importa es la capacidad de pago”

Las expectativas de una profunda recesión y de un fuerte deterioro en las finanzas públicas llegan bajo un contexto en el que el presidente, irónicamente, se niega a contratar más deuda, la cual ayudaría a frenar los efectos de la crisis.

Los inversionistas además creen que la nota soberana pronto podría seguir los pasos de la calificación de la petrolera estatal Pemex y verse relegada a territorio «basura», forzando una venta masiva de bonos.

  • «Lo que importa de la deuda es la capacidad de pago, si no creces, pues cualquier nivel de deuda es oneroso y creo que estamos en un problema de dinámica de deuda», dijo Sergio Luna, director de estudios económicos de Citibanamex.
  • «Si el denominador se nos cae tanto, pues al final de cuentas podemos terminar con una relación deuda/PIB más elevada», agregó.
  • Según cálculos de BBVA, ese ratio podría elevarse en 2020 hasta en 15 puntos porcentuales, para pasar del 44.7% de 2019 hasta un 59.2% en el peor escenario, una cifra por arriba de la estimación de la Secretaría de Hacienda de un 52.1%.

«Anticipamos un panorama muy complicado para las finanzas públicas a partir de este año», señala el informe de BBVA firmado por Arnulfo Rodríguez y Carlos Serrano.

«La prevista fuerte contracción anual en la actividad económica será un factor muy determinante en dicho incremento (del ratio deuda/PIB) tanto por su impacto directo como por sus efectos indirectos a través de la recaudación tributaria», concluyeron.

Analistas vislumbran pérdida en grado de inversión

México enfrenta su recesión más profunda en décadas y prominentes inversionistas creen que pronto podría seguir los pasos de la petrolera estatal Pemex al ver su calificación crediticia relegada a territorio “basura” a medida que avanza la epidemia del coronavirus.

  • Perder el grado de inversión, que la segunda mayor economía de América Latina ha tenido durante casi dos décadas, sería un duro golpe para el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
  • “La pérdida del grado de inversión es un riesgo real y cada vez más en la cabeza de los inversionistas”, afirmó Luis Gonzali, gerente de cartera del administrador de activos Franklin Templeton.

“Podría ser el gran evento que defina el sexenio de López Obrador. Esperaríamos que exista una fuga de capitales rápida e importante, de magnitudes nunca antes vista”, agregó.

Analistas de JP Morgan dijeron que la gran presencia de México en los principales índices de bonos con grado de inversión exacerbaría la escala de venta forzada si se convierte en un “ángel caído”, como se les distingue a aquellas compañías o países que pierden el grado de inversión.

  • Las tres principales agencias ya han rebajado la calificación crediticia de México este año.
  • Analistas de JP Morgan escribieron en una nota que un estimado de 44,300 millones de dólares de deuda mexicana está en riesgo de venta forzada en caso de un recorte a basura.
  • De acuerdo con la firma, alrededor de 4,500 millones de dólares de ese total son bonos corporativos, señalando que una rebaja soberana hace que sea más difícil para las empresas mantener una calificación de grado de inversión.

Gonzali estimó que la etiqueta basura inicialmente podría aumentar los costos de endeudamiento para el gobierno mexicano hasta 300 puntos básicos.

México fue durante mucho tiempo un favorito de los inversores, ya que nombró tecnócratas entrenados en Estados Unidos en sintonía con las preferencias de Wall Street para reducir el papel del Estado en la economía.

  • Las decisiones políticas de López Obrador, que incluyen la cancelación de proyectos de infraestructura de miles de millones de dólares y la renegociación de contratos de energía, han erosionado aún más la confianza.
  • Las preocupaciones también están creciendo dentro de la Secretaría de Hacienda, donde un funcionario dijo que es probable que haya nuevas rebajas con un posible recorte a basura a principios del próximo año.

“Las perspectivas para la deuda soberana de México son muy negativas”, se lamentó el funcionario, quien habló bajo condición de anonimato. “El problema es que ahora hay una crisis de confianza en la política del gobierno”, añadió.

  • Analistas de JP Morgan estimaron que una rebaja a calificación especulativa podría ocurrir a fines del próximo año o principios de 2022. Citaron, entre otros factores, el bajo crecimiento, un lento progreso en la diversificación de la base impositiva y una débil respuesta a la pandemia de coronavirus.

Los inversores ya califican los bonos soberanos mexicanos de manera similar a basura, con los diferenciales a los bonos del Tesoro de Estados Unidos en aumento.

El diferencial se ha movido “al rango de precios de un valor en la cúspide de la rebaja a un alto rendimiento”, dijo Andrew Stanners, director de inversiones del administrador de activos Aberdeen Standard.

Carlos Serrano, economista del banco BBVA, señaló que el mercado valoraba la última emisión de bonos soberanos de México a un nivel similar al de Paraguay con calificación basura.

  • México emitió en abril 2,500 millones de dólares con un rendimiento al vencimiento del 5%, mientras que Paraguay emitió 2,000 millones de dólares con una tasa del 4.95%.
  • Pero no todos creen que una rebaja es inevitable.
  • “La decisión de no ser fiscalmente expansivo podría ser rentable si conseguimos una recuperación muy rápida”, dijo Stanners, refiriéndose a la falta de gasto público para compensar el impacto económico de la pandemia.

“Significará que la posición fiscal no se ha erosionado tan severamente como en otros países y podría evitar que las calificaciones bajen a un alto rendimiento”.

¿Qué calificación tiene México?

En el caso de Fitch Ratings, mantiene la calificación más baja de las tres agencias, que es de BBB-, está un escalón por encima del grado de inversión. S&P Global Ratings asigna a la deuda del gobierno mexicano la calificación BBB, es decir, dos peldaños arriba del grado de inversión. Finalmente, la nota de Moody’s es Baa1, tres niveles por encima del terreno especulativo.

En este sentido, Casillas mencionó que hay al menos tres razones por las cuales México no perdería el grado de inversión, primero, aún y cuando alguna calificadora degrade su asignación y es que la calificación de riesgo de México no está en el límite del grado de inversión, por lo que aún hay espacio para algunas disminuciones.

Además, aunque algunos expertos consideran que sería más conveniente incrementar la deuda de México para atajar mejor la emergencia sanitaria del covid-19, la decisión del gobierno ha sido no aumentar la deuda.

Esto puede ayudar a mantener el grado de inversión, así mismo, varios países están aumentando su deuda de manera significativa y México no, lo que podrá dejar al país en una situación de relativa fortaleza comparativa a partir de 2021.

  • Los analistas de Banorte compararon la situación de México con la de Brasil, que perdió el grado de inversión en 2015. Cuando esto sucedió, su nivel de deuda era mucho más alto, equivalente al 73 por ciento de su PIB, frente al 50 por ciento al que actualmente equivale la deuda de México, “yo tengo otros datos: eso no va a pasar”, dijo Casillas./Agencias-PUNTOporPUNTO

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