AGENCIAS
Establecer el Mando Único Policial en los 32 estados del país es el paso nodal para mejorar las condiciones de combate a la inseguridad, pues “sin lugar a dudas nos haría mucho más fuertes”, señaló el comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido.
Ante senadores, diputados y especialistas reunidos en el “Foro internacional de seguridad pública, por un modelo policial digno”, aseveró que la política en materia de seguridad debe analizarse con una óptica de Estado, no bajo una óptica de régimen.
Así, consideró que la presencia de un mando único es fundamental, pues cualquier país que ha avanzado con éxito en la lucha contra la inseguridad cuenta con una Policía Nacional.
“Nosotros, al ser una República Federal, no podemos pensar en tener una Policía Nacional, pero sí podemos tener 32 policías estatales con un mando policial” en cada estado, afirmó el funcionario, quien dijo que actualmente hay mil 800 cuerpos de seguridad municipal con mandos dispersos.
Con ello se lograría la homologación en las condiciones salariales de las policías, y se dignificaría tanto la función policial como el equipamiento; la tecnología será la misma, y no habría diferencias entre las capacidades entre las policías estatal y las municipales.
Sin embargo, Rubido García reconoció que lograr el Mando Único Policial no es una tarea fácil, sino un proyecto de ocho años que se daría mediante aproximaciones sucesivas.
Refirió que otro punto muy importante de la iniciativa del Ejecutivo federal es que se faculta al Congreso de la Unión para que expida leyes generales en determinados conceptos, como la concurrencia de la federación y las entidades federativas en materias de seguridad.
También para tipificar qué conductas deben ser consideradas con leyes generales, con lo que “la distribución de competencias en materia penal para la investigación, la persecución y la sanción se pueda dar en una mejor manera con independencia del fuero al que corresponda”.
Entre otros puntos, con la iniciativa de Mando Único Policial “se nulificaría la coordinación que existe hoy en día, para ir a un esquema mucho más cooperativo entre la federación y entidades federativas”.
Además, se pretende buscar la posibilidad de que la federación asuma total o parcialmente las funciones municipales cuando existan elementos para identificar qué instancias del gobierno municipal estén penetradas por la delincuencia organizada.
“La propuesta del presidente de la República plantea política y acciones integrales que van a permitir fortalecer capacidades en materia de seguridad y precisamente en el ámbito local, hacia allá va dirigida la estrategia del presidente”, recalcó.
El comisionado nacional de Seguridad insistió en las ventajas, entre ellas, emplear mejor los recursos públicos y la dignificación de la función policial, con remuneraciones mínimas y prestaciones básicas para cada uno de los 440 mil policías que hay en el país.
Además, habría un Servicio Civil de Carrera Policial, que le dará la estabilidad familiar y económica a los agentes, y con ello se lograría reformar y no sólo reorganizar a las instituciones de seguridad pública.
Antes de 1994 había un México distinto y un mundo distinto y las tareas de las policías municipales tenían esas características de solución doméstica; sin embargo, con la revolución que ha tenido la globalización, el delito ha ido evolucionando y actualmente ya no resulta suficiente su actuación, advirtió.
Con la conformación que hay hoy en día, las policías municipales son insuficientes para enfrentar a la delincuencia y la falta de solidez ha provocado que se den dos fenómenos preocupantes que es la corrupción de las corporaciones o que sean penetradas en los grupos delincuenciales.
Por ello, Rubido García reiteró que es necesario concentrar las funciones policiales, a fin de facilitar las condiciones de mando, y en esa lógica se piensa que los recursos públicos sean mejor manejados en tareas de seguridad pública.