Anaiz Zamora Márquez/CIMACNOTICIAS
Académicos criticaron que la iniciativa de Ley General de Aguas (cuya aprobación se encuentra detenida en la Cámara de Diputados) haya sido creada para favorecer a la iniciativa privada y no para resolver los problemas de escasez, calidad y falta de acceso al recurso que enfrenta gran parte de la población indígena mexicana.
Como parte de la conmemoración del Día mundial del Agua (22 de marzo), El Colegio de México (Colmex) organizó el Foro “Discutamos la ley dentro de un marco de gobernanza” para escuchar las voces de expertos y académicos sobre la forma en que debe ser garantizado el Derecho Humano al agua -elevado a rango constitucional en 2012- dentro de la legislación mexicana.
Quienes acudieron a la convocatoria del Centro de Estudios Demográficos Urbanos y Ambientales (CEDUA) del Colmex coincidieron en que la iniciativa elaborada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) busca la privatización lejos del bienestar de la población.
El doctor Raúl Hernández Garciadiego, director de la iniciativa Agua para Siempre, expuso las prácticas prehispánicas llevadas a cabo por comunidades que no cuentan con fuentes de agua cercanas para bastecerse del recurso, y lamentó que estas metodologías no fueron incluidas dentro de la iniciativa.
Hernández, quien cuenta con 30 años de experiencia en la gestión de agua en comunidades indígenas, recordó que la mitad del territorio mexicano está constituido por zonas desérticas en donde escasea el agua, lo que orilla a las mujeres a recorrer largas distancias para conseguirla, genera desnutrición en las y los menores de edad (pues el agua es vital para la generación de alimentos) y provoca enfermedades.
Compartió su experiencia en la mixteca popoloca -región en donde se unen los estados de Puebla, Oaxaca y Guerrero-, “si esta región fuera un estado sería la región más pobre del país y la pobreza en la región es causada por la falta de agua”, dijo el también doctor en ciencias sociales.
Dentro del territorio son las mujeres quienes se encargan de acarrear el líquido para el uso familiar, “apenas pueden llevar 50 litros y estos son repartidos entre todos los integrantes de la familia”, es de recordar que estas familias tienen en promedio, cinco hijas o hijos.
Agregó que es común que las y los niños enfermen por la escasez de agua y la falta de higiene, cuando las mujeres llevan a sus descendientes a los servicios médicos “los doctores las regañan porque están sucios y les dicen que se enferman por culpa de ellas”.
Como parte de esta realidad, siete de cada diez campesinos pierde sus cosechas por la irregularidad de las lluvias, con lo que también se quedan sin trabajo y alimentos y se ven obligados a migrar.
En ese sentido, el especialista señaló que existen muchas tecnologías indígenas que captan agua de lluvia, la almacenan y protegen la fragilidad de los suelos, las cuales deberían rescatarse para evitar que se utilicen técnicas más agresivas como los trasvases (obras hidráulicas que buscan incrementar la disponibilidad de agua en una población desviando la cuenca de un río vecino) que únicamente generarán contaminación de las cuencas de agua.
“Nuestro gobierno no tiene ni interés, ni tiempo, ni tecnología para ayudar a esos pueblos” señaló el especialista quien también reprochó el hecho de que los pueblos indígenas quedaran fuera de los organismos que decidirán como se gestionará el agua y el hecho de que la iniciativa no sea integral, pues no incluye la protección de suelos y otros recursos naturales que juegan un papel importante en materia de agua.
Por su parte el doctor José Luis Lezama, director del seminario interdisciplinario sobre Estudios Ambientales y del Desarrollo Sustentable, consideró que la iniciativa de Conagua no está diseñada desde un enfoque ambiental.
A decir del especialista el punto de partida de esta ley debe ser el reconocimiento que el agua es el sustento de la vida en el planeta y un recurso natural no renovable.
“Antes de plantear que el agua es un recurso de la nación y antes de pensar cómo nos la vamos a repartir, debemos considerar cómo la vamos a obtener y la vamos a garantizar en un futuro, porque la naturaleza no es un recurso eterno” dijo Lezama, quien consideró que la iniciativa no busca el interés comunitario sino satisfacer el interés económico de algunos.