Yohali Reséndiz
Cifras de la Unicef estiman que el 62% de los niños y niñas han sufrido maltrato en algún momento de su vida, 10.1% de los estudiantes han padecido algún tipo de agresión física en la escuela, 5.5% ha sido víctima de violencia de sexual y un 16.6% de violencia emocional.
La Organización de las Naciones Unidas ubica a nuestro país en el sexto lugar en América Latina, al tener un alto número de homicidios de menores; en los últimos 25 años han sido asesinados diariamente dos niños o adolescentes, menores de 14 años.
¿Qué estamos permitiendo como sociedad para que esto ocurra?
Las cifras son vergonzosas y la autoridad no ha terminado de aceptar que la violencia es un gran problema social cuando el 55 y 62% de los niños en México han sufrido maltrato en algún momento de su vida, 7 de cada 10 jóvenes viven o han vivido violencia en su noviazgo, 10.1% de los estudiantes de educación secundaria han padecido algún tipo de agresión física en la escuela, 5.5% violencia de índole sexual y 16.6% violencia emocional.
Son 913 niños y niñas menores de 18 años que han muerto a causa del crimen organizado
¿Usted como adulto, cuántas veces ha humillado, insultado, golpeado, maltratado, abandonado o violado a un menor? ¿Cuántas veces ha sido testigo de un abuso y por cobardía no ha denunciado al agresor?
Además, de lo anterior, somos un país que en cada esquina vemos a un niño vendiendo dulces o pidiendo limosna, sin olvidar aquellos que son obligados a prostituirse y mentes enfermas los violentan una y otra vez.
¿Quién habla de la violencia emocional, alguien lleva las estadísticas?
¿Qué ha hecho el Estado para que las cifras anteriores se reduzcan? ¿Qué hace usted como parte de esta sociedad para que aportar y proteger a la niñez y adolescencia mexicana?
He leído un informe de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) que asegura que los casos de maltrato infantil en México han crecido un 51,4 por ciento durante 2013 y 2014, es decir, 27, 675 casos.
No sólo es reconocer que existen víctimas de maltrato, emocional, mental y físico. Sino que cada quién como parte de esta sociedad resguarde y proteja a los niños y jóvenes. La única manera de reducir las cifras, es denunciando, que la autoridad no solape al agresor y aplique castigos ejemplares. Que directivos de medios de comunicación, sean sensibles y cedan espacios en la búsqueda de menores desaparecid@s y no oculten cifras. Por el contrario, que cada espacio sea aliado de la situación dolorosa y lamentable que enfrentan las víctimas y este país.
«En el sacro deber, consagrado en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos del niño, de garantizar que todos los niños, sin excepción alguna, disfruten de protección especial”:Ban Ki-moon
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