Yohali Reséndiz
Es la Colonia Tepalcates, he cruzado un saguán escoltada por un inquilino que me cuida de los perros. Frente a mí, hay un pasillo interminable y casi al fondo del lado izquierdo, el joven se detiene y abrela diminuta puerta semi atrancada para la reportera.
Al cruzar la puerta azul metálica hay una especie de mesa con un monitor, a un lado un refrigerador, una silla y una especie de mini alacena donde hay una lata de chiles y otra de frijoles. Tengo mucho cuidado al pisar pues en el piso, las cartas de una baraja española están regadas al azar como el mismísimo destino. Una caja de madera mal pintada y desvencijada con un candado violado llama mi atención, -me pongo de cuclillas para ver mejor-, dentro de ella, arañas y hormigas rojas y juguetes.
«Dicen los vecinos que cuando se portaba mal, sus juguetes los metían dentro de esa caja y le ponían el candado» dice el padre de Ariadna.
Imposible no sentir tristeza. . La reportera mira cada centímetro de ese par de cuartuchos de color verde pistache y azul claro. Un vaso de Blancanieves y un plato de cenicienta de plástico, un bote azul con juguetes de plástico, un vestido precioso rosa pastel de terciopelo con moños en las mangas talla 4 y unos tenis es lo único que da cuenta que ahí vivió una pequeña. Camino dos pasos y observo una cama individual con un colchón sucio y desvencijado. No hay dos camas. Solo una.
«La niña se dormía en el piso»
Imposible no sentir rabia. A un lado de la cama, un espejo roto, -mala suerte-, pienso. Y luego observo, un carrete de marihuana y al menos un puño de ella en una especie de cuna hecha con papel aluminio. Una pipa, una cantimplora de metal plateado y un par de cosméticos. En la cama hay documentos, -no muevo nada, solo leo: OPERADORA DE ESTACIONAMIENTO Y VALET «FERNANDO Y HUGO» Valet Parking, porque él, José Horacio Cordero Díaz, ha trabajado como Valet Parking en restaurantes de la Col. Roma, Polanco o Condesa.
La mirada de reportera se detiene en una pila de 5 cajas de zapatos apiladas , encima está una biblia abierta y una marca donde se lee: «Una esposa capaz, ¿quién la puede hallar? su valor es mucho más que el de los corales. En ella el corazón de su dueño ha cifrado confianza y no falta ninguna ganancia. Ella le ha recompensado con bien, y no mal, todos los días de su vida. Ha buscado lana y link, y trabaja en todo cuanto es el deleite de sus manos. Ha resultado ser como nave de mercader. Desde lejos trae su alimento. Se levanta también mientras todavía es de noche y da alimento a su casa y la porción prescrita a sus mujeres jóvenes»
«La madre del padrastro nos dijo antes de que se fueran, que él no la golpeaba sino que la disciplinaba» dice molesta una vecina.
Aquel jueves 21 de julio, la pequeña Ariadna fue sacada de ese lugar donde encontró cariño y respeto de quienes viven en ese lugar y que preocupadas por su integridad, denunciaron valientemente los hechos sin que ninguna autoridad los auxiliara.
«Mire, haga de cuenta que «Pepa» tenía lentes oscuros de tan moreteados que traía los ojos. Hablamos al DIF de la Ciudad de México y nos dijeron que ellos, no podían venir por la niña, que incluso ellos no podían hacer nada si la mamá no denunciaba y que si venían, era para dialogar con ellos y pedirles de favor que ya no la maltrataran.
Hablamos al CAVI y nos dijeron que tomaban nuestro reporte pero que tardarían de 7 a 10 días en mandar una trabajadora social para verificar lo que decíamos, luego pedimos una patrulla y sí vinieron pero nos dijeron que si la mamá aguantaba, que nosotros no nos metiéramos en broncas, no se vale, imagínese, las autoridades podían haberlos detenidos en el momento que denunciamos y la vimos golpeada, pero, ¿Qué hicieron? lo mismo de siempre, dejarlos ir, ayer vinieron judiciales y pues ¿Ya para qué no? ahora, no sabemos como esta «Pepa», cómo la están tratando y no se vale, lo que hace la autoridad, no se vale» dice un testigo de los golpes propinados que traía la pequeña.
«Ustedes ya vieron en las condiciones en que vivía la niña, no era las que necesitaba para que tuviera una buena vivienda y vida.
-¿Vimos que hay solo una cama individual donde duermen dos adultos y una niña?
«Me comentan los vecinos que ella les dijo que dormía en el suelo y ellos en la cama y la verdad, es que no se vale,
-Hemos visto también la caja donde ponían los juguetes bajo candado.
Si, los vecinos refieren que le ponían candado y que así la castigaban si «se portaba mal»….yo, quiero pedirles a quienes lean esto que nos ha ocurrido que si tienen alguna información que dé con el paradero de mi hija o donde encontrarla, escriban al correo, se los voy a agradecer…temo por la seguridad de la niña.
Era de noche del pasado jueves, cuando Valeria Yashira, le puso una gorra para taparle el rostro golpeado a su hija de 4 años, José Horacio Cordero Díaz ayudado por la madre de José Horacio Cordero Díaz, Estela Diaz Franco con rumbo desconocido.
En el cuarto que habitaban, la reportera encontró este mensaje escrito de puño y letra, en una libreta, por la madre de Ariadna, Valeria Yashira Romero Martínez.
«Bebé te acuerdas de lo que platicamos el otro día de lo que sentía o del porque pensaba que no estaba haciendo bien las cosas a lo mejor soy un poco cobarde en no decirte las cosas o no se mas bien como decirlas y esta es la forma de decirte las cosas o no se más bien como decirlas sabes que es lo que me pasa que por las acciones de la niña de no querer comer bien en la mañana y mi culpa por no saber disciplinar o mas bien controlar la situación, de todo esto lo que mas me duele es haber perdido lo que mas deceaba en la vida lo que mas queria y anhelaba con el corazón el casarme haber! perdido eso me duele mucho porque lo que mas deceaba era casarme contigo y ve por no haber sabido controlar la situacion perdi lo maa hermoso que queria tambien lo que me da vueltas en la cabeza fue lo que me dijiste que tu no ibas a estar conmigo viviendo en union libre y eso me da muchas vueltas en la cabeza y que va a pasar quiero a mi familia y no la quiero perder quiero un buen padre para mi hija y tu lo eres no quiero que mi hija pierda a su padre el buen padre que tiene y no quiero perder a ese hombre bueno que tengo ami lado. no quiero perder a mi familia de lo contrario quiero a mi familia fuerte y que cresca mi familia».
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De verdad, con todo respeto los conmino a contratar buenos correctores para las notas. No hay una que no me sea casi imposible de entender y con la que no acabe molesta por los errores tan deplorables de ortografía y redacción.