El Fondo Monetario Internacional (FMI) afirma que la desigualdad en México sigue siendo alta, pero aun así, el gasto social, en especial las transferencias gubernamentales, resultaron eficaces para aliviar la pobreza y frenar la desigualdad del ingreso durante el periodo entre 2004 y 2016.
- «Según nuestros estudios, puede atribuirse a las transferencias monetarias del gobierno la mitad de la reducción total de la pobreza y un 16 por ciento de la reducción observada en la desigualdad en el periodo”, recalcó.
- «En 2016, la desigualdad del ingreso en México era comparable a las naciones de América Latina, pero era muy superior a la de otras economías emergentes y a la de países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)”.
El 20 por ciento más rico de los hogares mexicanos gana diez veces más que el 20 por ciento más pobre; esta relación duplica la proporción en otros países de la OCDE. Y este nivel de desigualdad no ha disminuido significativamente desde 2004, a diferencia de lo que sucedió en varios países latinoamericanos, subrayó en el análisis Cómo el gasto social en México redujo la pobreza y la desigualdad del ingreso.
- En cambio, otros tipos de ingreso, en especial las transferencias privadas y públicas, como las remesas y las transferencias sociales, tienden a reducir la desigualdad del ingreso y han sido un catalizador fundamental de la disminución de la pobreza y la desigualdad desde 2004.
El FMI se centró en cinco programas que existían en 2016: Prospera, la Pensión para Adultos Mayores, el ProAgro, becas otorgadas por el gobierno y los servicios médicos gratuitos.
En 2016, esos cinco programas representaban aproximadamente la mitad del presupuesto total de los programas de desarrollo social del gobierno federal mexicano, inventariados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), y entre 2% y 2½% del PIB.
- En el análisis indica que, en general, los hogares pobres e indígenas, los que recibieron menos educación, los que vivían en zonas rurales y en el Sur, u hogares más grandes, tenían más probabilidad de recibir una transferencia gubernamental del primer programa y, en promedio, recibían un monto mayor.
- También se observa que los hogares con más educación y de mejor situación económica, cuyos hijos tenían más posibilidades de cursar estudios universitarios, tenían una mayor probabilidad de obtener becas del gobierno y el monto de esa beca tendía a ser más alto.
- Si bien todas las transferencias gubernamentales eran progresivas, es decir, contribuyeron a reducir la desigualdad, algunas eran más progresivas que otras. Prospera y las pensiones no contributivas fueron los programas más eficaces para reducir la pobreza y la desigualdad porque estaban dirigidos a hogares en el nivel inferior de la distribución del ingreso.
Prospera y Pensión para Adultos Mayores representaron alrededor de la mitad de las transferencias totales del gobierno que recibía un hogar promedio, pero fueron responsables de más de dos tercios de la reducción en la brecha del ingreso a través de transferencias públicas. Asimismo, los dos programas ayudaron a los hogares a superar los efectos adversos de distintas circunstancias, como la condición y el tamaño de la localidad en la que vivían, a lo que se denomina “desigualdad de oportunidad.”/EXCELSIOR-FMI-PUNTOporPUNTO
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