INFLACIÓN e INESTABILIDAD financiera pone JAQUE la recuperación del MERCADO LABORAL GLOBAL

La recuperación pospandemia del mercado laboral ha sido compleja en México; el nivel de desempleo creció significativamente durante mayo y junio del 2020 debido a los confinamientos, pero la necesidad de empleo e ingresos de los mexicanos lograron reducir significativamente estos niveles en los siguientes meses.

La combinación de la emergencia sanitaria por la covid-19, el aumento de la inflación, la inestabilidad financiera, la interrupción en las cadenas de suministro mundial y el conflicto bélico en Ucrania ha puesto en jaque la recuperación del mercado laboral global tras el impacto de la pandemia, advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

  • De acuerdo con la novena edición del Observatorio de la OIT sobre el mundo del trabajo difundido este lunes, en el primer trimestre del año se frenó la recuperación de los empleos observada en el cierre del 2021, con un retroceso que marcó un déficit de 112 millones de empleos de tiempo completo, lo que implica que la ocupación se mantiene 3.8% por debajo de lo observado antes de la pandemia.
  • Esta situación no se proyecta que mejore en el segundo trimestre del año, espacio en el que se espera una pérdida mayor de empleos, para llegar a un déficit de 123 millones de trabajos de tiempo completo respecto del cierre de 2019, medición previa al impacto inicial de la Covid-19 y lo que equivale a una baja de 4.2% en la ocupación a nivel global. Con este deterioro se borrarían los avances registrados en el último trimestre del año pasado.

“Los efectos de varias crisis internacionales inciden de forma muy adversa en la recuperación del mercado de trabajo a escala mundial, y han provocado un aumento de la desigualdad entre y dentro de los países”, señaló la organización en un comunicado.

Uno de los principales riesgos para los trabajadores en la actualidad es la inflación. Este fenómeno, impulsado en la actualidad principalmente por el alza en los precios de los alimentos y los energéticos, así como por las perturbaciones en las cadenas de suministro, señala la OIT, añade elementos de riesgo para la recuperación y provoca una erosión de los ingresos reales de los trabajadores.

Además, los altos niveles de inflación no permitirán que los salarios tengan un crecimiento real, lo que podría llevar a una caída significativa en la demanda agregada, poniendo en riesgo el crecimiento económico y el avance del empleo. A pesar de este entorno, el organismo destaca que el riesgo de “una espiral salarios-precios” es bajo.

Todas estas crisis internacionales, “mutuamente relacionadas”, afectarán en cierta medida el desempeño de los mercados laborales en todas las regiones en los próximos meses, con un impacto todavía incierto.

“En términos generales, las presiones inflacionistas mundiales, las perturbaciones de las cadenas de suministro mundiales, la mayor presión financiera y el endurecimiento de la política monetaria aún no han afectado plenamente a los mercados laborales de todo el mundo. A diferencia de los efectos inmediatos y directos de las medidas de paralización de las actividades por la Covid-19 sobre las horas trabajadas, los descensos de la actividad económica debidos a las perturbaciones financieras y de otro tipo generalmente se traducen plenamente en este tipo de pérdidas cuando ha pasado un tiempo. Por lo tanto, aumentan las posibilidades de mayor deterioro de las horas trabajadas a lo largo de 2022”, advirtió la OIT.

Recuperación laboral a medias

El análisis realizado por la OIT revela que, a dos años del impacto inicial de la pandemia en el mundo del trabajo, la recuperación ha sido desigual y muchas personas siguen padeciendo las repercusiones del deterioro en las condiciones laborales.

Algunos de los aspectos más notorios tras el avance del empleo en los últimos trimestres que son destacados en la novena edición del observatorio son los siguientes:

  • Ingresos laborales castigados. La mayor parte de los trabajadores no ha recuperado el nivel de los ingresos que percibía antes de la pandemia. En 2021, tres de cada cinco trabajadores vivían en países en los que los ingresos por trabajo no habían alcanzado aún el nivel que tenían en el cuarto trimestre de 2019.
  • Brecha de género más amplia. La diferencia entre la participación laboral de hombres y mujeres creció con el impacto de la Covid-19 y se mantiene alta. En el primer trimestre de 2022 la brecha de género laboral a escala mundial era todavía 0.7 puntos porcentuales mayor que el nivel registrado antes del impacto de la emergencia sanitaria. Las mujeres con empleo informal han sido las más afectadas. Con respecto al nivel de ingresos, el mayor aumento de la brecha de género se ha registrado en los países de ingresos bajos o medianos.
  • Sobreoferta de empleo en las naciones avanzadas. Entre el último trimestre del 2021 y el primer trimestre de 2022 se ha registrado un aumento drástico de las vacantes de empleo en las economías más grandes, lo que ha provocado tensión en los mercados de trabajo, con un creciente número de plazas con respecto a la cantidad de solicitantes de empleo. En general, en los países avanzadas, esta tensión aumento 32% en promedio.
  • Riesgo para el poder adquisitivo. Debido a la interrupción de la producción y del comercio que ha exacerbado la crisis de Ucrania, el aumento del precio de los alimentos y de los productos esenciales incide de forma adversa en los hogares en situación de pobreza, así como en las pequeñas empresas, en particular las que desarrollan su labor en la economía informal.

A decir de la OIT, la proliferación de diversas crisis y el aumento de la desigualdad pondrán en riesgo el avance logrado tras el impacto de la pandemia y las iniciativas para hacer más inclusivos y resilientes los mercados laborales. Esto demanda de los gobiernos políticas puntuales para mantener el poder adquisitivo de los ingresos laborales, amparar a los grupos más vulnerables y promover la creación de empleos de calidad.

«La recuperación del mercado de trabajo a escala mundial ha invertido su tendencia favorable. La suma de los efectos de varias crisis mutuamente relacionadas ha hecho que la recuperación frágil y desigual que se estaba produciendo sea actualmente más incierta. Los efectos en los trabajadores y sus familias, en particular en los países en desarrollo, van a ser devastadores y podrían repercutir de forma muy adversa en los planos sociales y políticos», manifestó Guy Ryder, director general de la OIT. «Hoy es más necesario que nunca que colaboremos y hagamos hincapié en fomentar una recuperación centrada en las personas».

1.9 millones no tienen trabajo ni ingresos en México

La recuperación pospandemia del mercado laboral ha sido compleja en México; el nivel de desempleo creció significativamente durante mayo y junio del 2020 debido a los confinamientos, pero la necesidad de empleo e ingresos de los mexicanos lograron reducir significativamente estos niveles en los siguientes meses.

  • Durante mayo del 2022, esta tendencia se revirtió, la tasa de desocupación incrementó 0.3 puntos sólo en un mes, ubicándose en 3.4% de la Población Económicamente Activa, de acuerdo con cifras desestacionalizadas de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi.

El desempleo en México incrementó tanto para la población femenina como para la masculina; 3.5% de las mujeres económicamente activas se encuentran buscando un empleo sin conseguirlo y la tasa es de 3.3% para los hombres.

  • Este ligero incremento estuvo acompañado de una reducción de 0.3 puntos en la tasa de ocupación laboral (población que tuvo un trabajo de tiempo completo durante el levantamiento de la encuesta), alcanzando un nivel de 96.6% de la Población Económicamente Activa.
  • Por su parte, la tasa de subocupación (que contempla a quienes tienen un empleo pero que buscan uno adicional por cuestiones de tiempo o ingresos) también registró una baja de 0.4 puntos, ubicándose en 8.4% de la población ocupada.

Estas cifras sugieren que algunos mexicanos que sí tenían un empleo en abril, ya sea en la ocupación o en la subocupación, pudieron pasar directamente a las filas de desempleo o fueron expulsados del mercado laboral.

Aunque se observa una recuperación respecto a los meses más álgidos de la pandemia, el mercado laboral ha comenzado a desacelerarse en mayo. En abril, el Inegi reportó 57,7 millones de personas ocupadas, la cifra disminuyó a 57,1 millones en mayo, una reducción de casi 600.000 puestos de trabajo.

  • La informalidad, el lastre económico de México, mostró un avance importante en el último mes. Al finalizar mayo, la tasa de informalidad laboral fue de 55,6% de la fuerza laboral, con 31,8 millones de personas en este rubro. El avance entre ambos meses fue de 0,4%, el aumento más relevante de la informalidad en lo que va del año.

La población subocupada, es decir, quienes declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar, se ubicó en 8,37%, una disminución de 0,4% respecto al mes pasado, pero que representa 4,8 millones de personas en el limbo del empleo. Las mujeres siguen siendo el grupo más vulnerable, con una tasa de desocupación de 3,5% en contraste con el 3,3% de los hombres al finalizar mayo de 2022.

Bajos salarios e informalidad

El 32.8% de los trabajadores ganó hasta un salario mínimo y el 32.7% ganó entre 1 y 2 salarios mínimos. Además, el 27% de los ocupados trabajó más de 48 horas.

En mayo, la población ocupada fue de 31.8 millones de personas y la tasa de informalidad laboral fue de 55.6% de la población ocupada, lo cual representa un aumento de 0.1 puntos porcentuales en comparación con abril.

Recuperación del empleo ha sido lenta, incompleta y desigual

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dieron a conocer un nuevo informe conjunto en el cual señalan que, en un contexto en que las economías de la región crecieron en 2021 un 6,6%, los principales indicadores laborales de la región también registraron mejoras, entre las que se destacan el crecimiento del empleo y de la tasa de participación laboral, y el descenso de la tasa de desocupación. Sin embargo, la recuperación del empleo ha sido lenta, incompleta y desigual.

  • En su publicación conjunta Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. Los salarios reales durante la pandemia: evolución y desafíos, ambos organismos de las Naciones Unidas indican que debe destacarse el retraso de la recuperación de los niveles de empleo anteriores a la pandemia en comparación con la recuperación de la actividad económica en los países.

A fines de 2021 varios de los países habían recuperado su nivel de PIB anterior a la crisis, mientras que los niveles de empleo, en muchos casos, aún estaban por debajo.

Como ha ocurrido en otras situaciones de crisis, la dinámica entre el empleo y la actividad económica desempeña un papel fundamental a la hora de implementar mejores y más oportunas políticas laborales, por lo que los posibles rezagos del empleo sugieren la necesidad de reforzar los instrumentos que faciliten la reincorporación de las personas al mercado laboral, señala el documento.

  • Según el informe, después de la histórica contracción que registró el número de ocupados en la región durante 2020 (8,2%), en 2021 se produjo una importante recuperación de ese indicador, que fue del 6,8% entre el cuarto trimestre del año y el mismo período de 2020.
  • Sin embargo, pese al considerable aumento del empleo a lo largo del año, solo a partir del cuarto trimestre de 2021 el número de ocupados en la región alcanzó el nivel registrado al cierre de 2019.

Por otro lado, las brechas laborales entre hombres y mujeres se han profundizado en 2021. CEPAL y OIT ponen en evidencia que la recuperación de los mercados laborales también ha sido desigual, en perjuicio de las mujeres; si bien se ha registrado una mejora del empleo y de la participación tanto de los hombres como de las mujeres, esta ha sido mayor en el primer caso que en el segundo.

  • La crisis generada por la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) afectó de manera más significativa el empleo femenino, registrándose un retroceso equivalente a más de 18 años en los niveles de la tasa de participación de las mujeres.
  • La lenta recuperación de las actividades que concentran el empleo femenino y el mayor peso que recae sobre las mujeres en las tareas de cuidado de enfermos, niños y personas mayores, contribuyen a explicar esta marcada diferencia en la dinámica de la tasa global de participación.

En la segunda parte del informe Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe N⁰ 26 , CEPAL y OIT plantean que la crisis sanitaria producto del COVID-19 ha tenido efectos importantes en la evolución de los salarios en la región. Por un lado, el impacto de la evolución reciente de la inflación se ha observado con mayor claridad en los salarios mínimos reales, cuya capacidad de compra disminuyó en 2021.

  • Por otro lado, también se destaca que los salarios reales promedio de la región en 2021 estuvieron un 6,8% por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, más rezagados respecto de esos niveles que la actividad económica y que el empleo. Esto incluso podría agravarse en 2022, un período para el que se prevén aumentos aún mayores de la inflación.

“Se vuelve fundamental la activación de instrumentos institucionalizados, como la negociación colectiva y la determinación de los salarios mínimos, para que a nivel de las unidades productivas y las ramas de actividad se discutan ajustes salariales que permitan responder a las necesidades de los trabajadores y las empresas”, señalan Mario Cimoli, Secretario Ejecutivo Interino de la CEPAL, y Claudia Coenjaerts, Directora Regional Interina de la OIT para América Latina y el Caribe, en el prólogo del documento.

  • Agregan que las políticas que faciliten la inserción de las personas asalariadas —como los subsidios a la contratación— que estén orientadas a los grupos más vulnerables no solo contribuirán a la recuperación más acelerada de la ocupación de estos colectivos, sino que además favorecerán condiciones salariales que no impliquen una precarización respecto de los niveles prepandemia.

Según el documento, para 2022 se espera una desaceleración del ritmo de creación de empleo, al mismo tiempo que se prevé que los avances en el proceso de vacunación, las menores restricciones a la movilidad y la reapertura de las escuelas impulsarán una recuperación de los niveles de participación, en especial de la femenina.

No obstante, la acción conjunta de una mayor participación laboral y un bajo ritmo de creación de empleos podría impulsar un alza de la tasa de desocupación durante el año.

  • De acuerdo con CEPAL y OIT, en un contexto en que todavía hay margen para la recuperación de la ocupación hasta los niveles prepandemia, es clave la posibilidad de realizar ajustes nominales de los salarios mínimos que compensen las pérdidas provocadas por el aumento de la inflación.
  • En ese sentido, la reactivación de los mecanismos de diálogo entre gobiernos, trabajadores y empleadores para fijar los ajustes de los salarios mínimos tiene un gran potencial a la hora de conciliar las necesidades de los actores laborales.

Ello serviría para aplicar los incrementos del salario mínimo que permitan compensar el aumento de la inflación, considerando también su impacto tanto en los costos de producción —sobre todo de las microempresas y pequeñas y medianas empresas (mipymes)— como en la generación y recuperación del empleo./Agencias-PUNTOporPUNTO

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