Aunque “posiblemente” ya pasó lo peor de la crisis por la pandemia del coronavirus, la velocidad de la recuperación económica en el país sigue incierta y podría llegar hasta 2023, consideró Felix Boni, director general de análisis de HR Ratings.
- En conferencia de prensa, el directivo destacó que aparentemente existe una mejora en los indicadores económicos de México a junio de 2020, como la balanza comercial o el Índice Global de la Actividad Económica (IGAE); sin embargo, se desconoce si se podrá mantener el mismo dinamismo durante el segundo semestre de 2020.
“Probablemente pasó lo peor, pero nos tardaremos muchos años en tener una recuperación. Hablar de una recuperación va desde retomar la senda de crecimiento o simplemente regresar a los niveles en donde estábamos antes”, argumentó.
- En ese contexto, calificó como optimista el poder alcanzar un promedio de 2% de expansión en el Producto Interno Bruto (PIB) nacional de los próximos cuatro años, ya que tan sólo para el cierre de 2020, HR Ratings prevé una contracción de 9.63%.
- Pese a ello, en 2021 esperan un repunte de 4.89%, gracias a un efecto comparativo contra el año anterior; mientras que para 2022 y 2023 se tendrá un crecimiento de 2.56 y 2.31%, respectivamente, similar al ritmo del PIB en 2018.
“La pregunta es qué tan rápido vamos a regresar a una tasa de crecimiento en el largo plazo de 2% con las condiciones actuales. Entramos al Covid-19 con un PIB debilitado; muy distinto a como entramos a la crisis financiera de 2009 en donde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) nos ayudó a la recuperación”, sentenció.
A su vez, consideró necesario que exista una mayor confianza e inversión en el país, principalmente por parte de la iniciativa privada. Lo anterior, debido a que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) cuenta con herramientas limitadas para sustituir o acrecentar los niveles de inversión privada.
Felix Boni subrayó que, según estimaciones de HR Ratings, la deuda pública como proporción del PIB terminará el 2020 en un nivel cercano al 56.6%, monto mayor al 44.8% registrado al cierre de 2019.
Caen 9.1% ventas de Antad
Durante julio pasado las ventas comparables de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (Antad) cayeron 9.1 por ciento respecto a igual mes de 2019.
- La caída en las ventas de las tiendas de la asociación se ha moderado, pues fue inferior al 17.9 por ciento de junio, al 19 de mayo y al 22.9 por ciento de abril.
- Los desplomes de los meses previos se dieron en un contexto en el que la economía permaneció cerrada casi en su totalidad por la pandemia de Covid-19, mientras que en junio comenzó el proceso de reapertura.
Con esta nueva caída, las ventas de la Antad suman cuatro meses consecutivos a la baja, producto del confinamiento social y de la crisis económico que ha provocado.
Al considerar las tiendas totales, es decir, aquellas que fueron abiertas en los últimos 12 meses, y que por consiguiente no son comparables, en julio se registró un retroceso anual de 6.5 por ciento.
Este descenso anual es menor a los observados en los tres meses anteriores, de 15.3 por ciento en junio, 16.2 en mayo y 20 por ciento en abril.
Actividad industrial en terreno negativo
En junio pasado, la actividad industrial detuvo su desplome por el confinamiento provocado por el covid-19, pero continúo en terreno negativo con una caída anual del 17.5%, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
- A su interior, la industria de la construcción registró una caída de 26.1%; la industria manufacturera retrocedió 18.3%; la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final cayó 13.3%; mientras que la minería disminuyó 5.3% en el sexto mes del año, respecto a junio del 2019.
Sin embargo, en su comparación mensual, el sector secundario de la economía dio un “rebote”, es decir, creció 17.9%, respecto a mayo pasado.
De acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) la recesión industrial no ha tocado fondo. “En realidad, lo relevante es la respuesta a la interrogante sobre qué hará el gobierno de México para enfrentar las consecuencias de una crisis, que además tiene raíces estructurales”.
Según el instituto encabezado por José Luis de la Cruz Gallegos, la variación anual de -17.5% mostró que la reapertura parcial de la economía aminoró la caída del sector industrial pero no la detuvo.
Causas del estancamiento industrial
Por ello, explicó, el ciclo económico del sector sigue exhibiendo una tendencia a la baja. La actividad industrial de México llegó al mes 21 de forma consecutiva con tasas negativas de crecimiento.
“Hay dos razones fundamentales: Si bien la reducción de junio fue sensiblemente menor a las de abril y mayo, también se ubica en una de las mayores contracciones de los últimos 40 años. Durante junio todos los componentes principales de la actividad industrial tuvieron una variación anual negativa, aún los más básicos como la elaboración de alimentos y los estratégicos para el gobierno federal como la extracción de petróleo y gas”, señaló el IDIC.
Por su parte, el análisis del Grupo Financiero Monex aseguró que ante las magnitudes inusuales de las variaciones que se presentan es importante insistir en que los resultados mensuales de junio constituyen un efecto rebote y son apenas el inicio de una recuperación prolongada.
Y en el mismo tono del IDIC, Monex insistió:
“Asimismo, considerando que el comportamiento de varias de las actividades que no han ‘rebotado’ como la minería petrolera y la industria alimentaria está asociado a una debilidad más estructural, será complicado que el indicador siga presentando variaciones muy abultas hacia adelante”./Agencias-PUNTOporPUNTO