HURACANES y CICLONES son más peligrosos para el MUNDO; generan DAÑOS por 16 MIL MLLONES de DLS

La contaminación que calienta el planeta está impulsando el aumento de la temperatura global y de los océanos, que ahora han experimentado un año entero de calor sin precedentes gracias a este calentamiento causado por el hombre y por El Niño.

Los huracanes se forman sobre océanos cuya temperatura superficial del agua es al menos de unos 26 grados Celsius.

  • Este calor proporciona la energía necesaria para alimentar el sistema de tormentas, este se forma por una combinación de factores atmosféricos específicos que interactúan en ciertas condiciones por lo que la atmósfera debe ser lo suficientemente inestable para permitir la convección, es decir, el ascenso de aire caliente y húmedo desde la superficie.
  • La presencia de vientos débiles en la atmósfera superior es crucial. Esto evita que los sistemas de tormentas sean desgarrados o dispersados, permitiendo que se desarrollen y fortalezcan, a menudo, los huracanes se originan a partir de ondas tropicales o disturbios atmosféricos que se desarrollan sobre el océano.

Cuando estos factores se alinean correctamente, las tormentas pueden intensificarse y evolucionar hasta convertirse en huracanes, caracterizados por vientos fuertes, lluvias intensas y un centro de baja presión bien definido.

¿Cómo se ha desarrollado el Huracán Beryl?

El huracán Beryl sigue avanzando hacia el oeste del Atlántico, mientras marca historia por su rápida intensificación. Además de ser un huracán poderoso y mortal, es el primero con registros en junio de ser el mas fuerte que se ha formado al este desde que se inicio con los registros en el siglo XIX.

  • Según datos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos el fenómeno tocó tierra este lunes, al impactar aproximadamente a las 11:00 a.m. la isla de Carriacou, Granada. Dicha agencia indicó que el sistema tropical se fortaleció al tocar tierra, y ahora es un huracán Categoría 4 con vientos máximos estables extremadamente peligrosos de 241 km/h.
  • Según información de BBC Mundo el 95% de Granada está sin energía eléctrica, también se reportan destrozos en las Granadinas, Barbados y Tobago. Lo extraño de la situación es que la cuenca del Caribe no suele ver su primer gran huracán hasta alrededor del 1 de septiembre, ya que el Atlántico Norte podría sufrir hasta siete grandes huracanes de categoría tres o más este año, usualmente se esperarían tres huracanes importantes en una temporada.

En total las estimaciones predicen hasta 13 huracanes atlánticos de categoría uno o superior para el período que va de junio a noviembre, esta cifra es más del doble de lo habitual, advirtió la agencia meteorológica estadounidense NOAA por sus siglas en inglés, que cuenta con una potente red de estaciones de observación.

«Es raro ver una tormenta volverse así de intensa tan rápidamente y tan temprano en la temporada en esta parte del Atlántico. Varias islas a lo largo de las Antillas inferiores tienen un riesgo extremo para vidas y propiedades», advirtió Alex DaSilva, pronosticador de huracanes de AccuWeather.

¿Por que el huracán Beryl parece anormal?

«Esta temporada parece anormal», dijo el director de NOAA, Rick Spinrad, en una conferencia de prensa.

Las altas temperaturas de la superficie del mar son en parte culpables, al igual que un probable cambio en los patrones climáticos regionales. Aunque no hay evidencia de que el cambio climático esté produciendo más huracanes, está haciendo que los más poderosos sean más probables y que las lluvias que causan sean más intensas, A diferencia de lo que sucederá en aguas del Atlántico, la NOAA pronosticó una temporada de huracanes «por debajo de lo normal», en la región del Pacífico central, donde la llegada de La Niña tiene el efecto contrario.

  • Las tormentas tropicales se convierten en huracanes cuando alcanzan velocidades máximas de viento sostenido de 74 mph (119 km/h). Los huracanes «grandes» (categoría tres y superior) son los que alcanzan al menos 178 km/h (111 mph).

En total, NOAA espera entre 17 y 25 tormentas tropicales con nombre, de las cuales entre ocho y 13 podrían convertirse en huracanes y entre cuatro y siete podrían convertirse en huracanes de gran magnitud.

Se esperan 7 huracanes de gran intensidad

Los nombres de la temporada de huracanes del Atlántico para 2024 serán Alberto, Beryl, Chris, Debby, Ernesto, Francine, Gordon, Helene, Isaac, Joyce, Kirk, Leslie, Milton, Nadine, Oscar, Patty, Rafael, Sara, Tony, Valerie y William. Estas denominaciones (si se llegan a producir) son proporcionadas por la Organización Meteorológica Mundial, ya que darle nombre a cada uno ayuda al momento de enviar las alertas. El mayor número de huracanes importantes en una sola temporada en el Atlántico ha sido de siete, observados tanto en 2005 como en 2020, NOAA sugiere que 2024 podría acercarse a esa cifra.

¿Cuáles son los factores clave de las tormentas?

Son complejas las causas exactas detrás de cada tormenta. En primer lugar, el cambio de El Niño a La Niña en los próximos meses ayuda a que estas tormentas crezcan más fácilmente. Y en segundo lugar, las temperaturas de la superficie del mar son mucho más cálidas de lo habitual en la principal región de desarrollo de huracanes en el Atlántico tropical.

Eso se traduce a huracanes más poderosos, porque las aguas más cálidas proporcionan más energía para que las tormentas crezcan a medida que avanzan hacia el oeste. El cambio climático causado por el hombre está calentando nuestros océanos a nivel mundial derritiendo el hielo en la tierra, lo que provoca un aumento del nivel del mar e incrementa el riesgo de marejadas ciclónicas.

  • Esto «alertaría al público de que los ciclones tropicales más fuertes que estamos experimentando ahora no tienen precedentes y la razón de ello es el calentamiento de la superficie de los océanos debido al cambio climático», explica el autor principal del estudio, Michael Wehner, científico del Laboratorio Berkeley.

«Todos los ingredientes para una intensa temporada de huracanes están listos”, afirmó Ken Graham, director del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos.

Mientras tanto, las marejadas ciclónicas (los aumentos a corto plazo del nivel del mar provocados por los huracanes) ahora se están generando sobre una base más alta. Esto se debe a que los niveles del mar son ahora más altos, principalmente debido al derretimiento de los glaciares y al calentamiento de los mares.

¿Qué tan peligrosas serán las próximas tormentas?

«El aumento del nivel del mar empeora la profundidad total de las inundaciones, lo que hace que los huracanes de hoy sean más dañinos que las tormentas de años anteriores», dice Andrew Dessler, profesor de ciencias atmosféricas en la Universidad Texas. Los investigadores subrayan la necesidad de que el público sea consciente de los peligros que pueden plantear estas tormentas, en particular los «eventos de rápida intensificación», que podrían ser inesperados.

«Ya estamos viendo aumentos generales al ritmo más rápido al que se intensifican los huracanes en el Atlántico, lo que significa que probablemente ya estemos viendo un mayor riesgo de peligros para nuestras comunidades costeras», explica Andra Garner, profesora asistente de la Universidad Rowan en Estados Unidos.

«Aún puede resultar difícil pronosticar una rápida intensificación de las tormentas, lo que a su vez intensifica los desafíos que surgen al intentar proteger a nuestras comunidades costeras», añadió.

Afectaciones podría ascender a los 16,000 mdd para 2024

Los expertos del Servicio Meteorológico Nacional y del de Centro Nacional de Huracanes (NHC), pronosticaron una actividad de huracanes muy superior a lo normal y se ha estimado que alrededor de 5 huracanes podrían impactar el territorio mexicano ante lo cual hay que estar preparados.

El Mtro. Héctor Magaña, coordinador de Análisis e Investigación del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, señala que debido a lo anterior el impacto económico que tendrían diferentes los sectores seria relevantes si no se toman medidas adecuadas y preventivas.

Alrededor de 5 huracanes podrían impactar el territorio mexicano este año y esto va a generar pérdidas económicas en diferentes industrias que están relacionadas con su cercanía a este fenómeno meteorológico», indicó.

Sectores

El profesor señaló que entre los sectores más afectados serian:

  • Turístico: Los huracanes dependiendo de su intensidad causan daños severos a los hoteles, restaurantes, comercio en general. “Principalmente en zonas más propensas como Acapulco, Cancún, la Riviera Maya y estas pérdidas económicas pudiera superar varios miles de millones de dólares”.
  • Vivienda: El año pasado casi 300,000 viviendas tan solo en Guerrero se vieron afectadas por huracanes. Y para este 2024 se espera también que un cantidad de viviendas sufran afectaciones, si no se toman las medidas adecuadas.
  • Automotriz: Debido a las fuertes lluvias e inundaciones que provocan los huracanes, los vehículos también resultan dañados y esto afecta tanto a propietarios como a las aseguradoras.
  • Agricultura y medio ambiente. La gran cantidad de lluvia que cae afecta a las tierras por las inundaciones, lo que afecta la producción.

“Dado este recuento las afectaciones sumando a todas las industrias podría ascender a los 16,000 millones de dólares para 2024”, consideró el especialista.

Medidas

Ante lo anterior, el profesor Héctor Magaña, recomienda tomar en cuenta medidas preventivas que ayuden a mitigar estas pérdidas y medidas reactivas ya una vez que suceda el impacto dependiendo del tipo y tamaño de empresas se pueden hacer ajustes.

Entre las medidas preventivas que se recomiendan son:

  • Tener asegurados los bienes: Se deben contar con los seguros adecuados, asegurar propiedad, estructura y sus activos.» Que todo esté debidamente asegurados contra los desastres naturales, así como además tener actualizada las pólizas de seguros para que se cubran los posibles riesgos a lo que se están enfrentando. Incluso las empresas grandes pueden considerar el reaseguro para reducir ese riesgo y la exposición a la misma catástrofe”.
  • Planificación: En el caso de las empresas deben de desarrollar planes de continuidad en el negocio que consiste en desarrollar y actualizar sus estrategias para mantener las operaciones durante y después del desastre. “También es importante que se llevan a cabo simulacros y capacitación al personal para actuar ante esta situación extrema y tener una evaluación de riesgos adecuada, es decir, cuáles son los riesgos no solo de la empresa sino de la región donde se encuentre la empresa para desarrollar el plan adecuado”.
  • Resiliencia: Tener una infraestructura resiliente es decir, hacer mejoras en infraestructura y usar materiales que sean más resistentes a los huracanes, el reforzamiento de techos y estructuras, así como también invertir en un sistema de energía de respaldo como algunos generadores que permitan la continuidad en las operaciones cuando se dan cortes prolongados de energía.

Dentro de las medidas reactivas el especialista recomienda:

  • Monitoreo y comunicación: Hacer caso a las alertas tempranas las cuales son fundamentales para salvar los recursos valiosos posteriormente cuando la situación es complicada y que estosprotocolos de comunicación involucren no solo a empleados sino a clientes y proveedores de la empresa para que tomen las medidas necesarias.
  • Colaboración con autoridad y comunidades:Trabajar en conjunto para que los daños que se tengan que resarcir sean los mínimos o tomen el menor tiempo posible y la empresa puedan continuar laborando.

“La implementación de las medidas es crucial paradisminuir las pérdidas económicas causadas por huracanes y ciclonesy también estar preparados y ser resilientes para enfrentar los desafíos que se vayan presentando estos fenómenos naturales”, concluyó.

Científicos hablan de crear una categoría 6

La creación de una nueva categoría para huracanes, la categoría 6, ha sido objeto de discusión entre científicos y meteorólogos en los últimos años debido a la creciente intensidad de estos fenómenos naturales.

  • Esta propuesta surge en respuesta al cambio climático y sus efectos sobre el calentamiento de los océanos, lo que ha llevado a un incremento en la frecuencia y potencia de los huracanes.
  • Según los expertos, el sistema actual de clasificación de huracanes, conocido como la Escala de Saffir-Simpson, podría no ser suficiente para describir adecuadamente la magnitud de estas tormentas cada vez más destructivas.

¿Por qué crear una nueva categoría para huracanes?

La Escala de Saffir-Simpson, introducida en la década de 1970, clasifica los huracanes en cinco categorías basándose en la velocidad del viento, la presión central y el potencial de daño.

  • Sin embargo, los eventos recientes han planteado la pregunta de si esta escala necesita ser ampliada. En 2019, el huracán Dorian alcanzó vientos de hasta 185 mph (297 km/h), el máximo límite de la categoría 5. Dorian causó una devastación sin precedentes en las Bahamas, subrayando las limitaciones de la escala actual para comunicar la amenaza de huracanes extremadamente potentes.

El climatólogo Michael Mann, de la Universidad Estatal de Pensilvania, ha sido uno de los defensores más destacados de la creación de una categoría 6. Mann argumenta que los huracanes modernos, impulsados por el calentamiento global, a menudo superan los umbrales tradicionales de la escala de Saffir-Simpson.

«Estamos viendo huracanes que son claramente más intensos y peligrosos que lo que la categoría 5 describe,» dijo Mann en una entrevista con National Geographic.

  • De igual manera, James Kossin, científico del clima de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), ha señalado que el calentamiento de las aguas del Atlántico tropical contribuye a la formación de huracanes más poderosos.
  • Según Kossin, «las condiciones en el Atlántico están más propensas a crear tormentas extremas debido al cambio climático. Es lógico considerar una nueva categoría que refleje estas realidades.»

El huracán Patricia en 2015, que alcanzó velocidades de viento de hasta 215 mph (345 km/h), es otro ejemplo que refuerza la necesidad de una categoría 6. Aunque no causó grandes daños debido a su paso por zonas poco pobladas, su intensidad fue un recordatorio de que los huracanes pueden alcanzar niveles de poder que la categoría 5 no captura adecuadamente.

  • Los defensores de la nueva categoría también subrayan la importancia de una comunicación precisa y efectiva durante las emergencias climáticas.
  • La meteoróloga Jennifer Francis, del Centro de Investigación del Cambio Climático de Woods Hole, afirmó que «Una categoría 6 podría ayudar a transmitir mejor la gravedad de los huracanes más extremos a la población y a los responsables de tomar decisiones.»

La discusión sobre la creación de una categoría 6 para huracanes se basa en la evidencia de que el cambio climático está llevando a la formación de tormentas más intensas y destructivas.

Científicos como Michael Mann y James Kossin abogan por esta nueva clasificación para reflejar con mayor precisión la realidad de los huracanes en el siglo XXI, mejorando así la preparación y la respuesta ante estos fenómenos naturales cada vez más potentes.

¿Cuál es el pronóstico para México?

En México, las autoridades esperan que se desarrollen de 15 a 18 sistemas con nombre en el océano Pacífico y de 20 a 23 en el Atlántico, según el pronóstico adelantado por Conagua y el Servicio Meteorológico Nacional el 6 de mayo.

En el Pacífico, entre 8 y 9 tendrían la fuerza de tormentas tropicales, entre 4 y 5 serían huracanes categorías 1 o 2 y entre 4 y 5 serían huracanes entre las categorías 3 y 5. En el Atlántico las entre 11 y 12 serían tormentas tropicales, habría de 5 a 6 huracanes de categoría 1 o 2 y entre 4 y 5 huracanes de categorías de 3 a 5.

«Sin embargo, ello no significa que todos esos ciclones impacten en territorio nacional. Según los pronósticos, del total de fenómenos tropicales previstos, tanto en el Atlántico como en el Pacífico, al menos cinco podrían impactar al país», señala el Gobierno en su reporte.

De El Niño a La Niña

Con el pronóstico publicado, la siguiente pregunta es: ¿por qué?

Es posible que haya oído hablar de El Niño durante la temporada de huracanes del año pasado. Ahora nos enfrentaremos al fenómeno climático natural opuesto, La Niña, y sus posibles impactos serán clave esta temporada.

El Niño ocurre cuando las aguas superficiales del Pacífico central y oriental son más cálidas de lo normal.

  • El Niño calienta la atmósfera y cambia los patrones de circulación en todo el mundo; también influye en el clima global, incluidas las temporadas de ciclones. Cuando el Pacífico es más cálido, la región suele experimentar más ciclones tropicales, pero el Atlántico experimenta menos, gracias a más vientos en los niveles superiores que destrozan las tormentas e impiden que se formen.

Como lo opuesto a El Niño, La Niña suprime esos vientos en los niveles superiores, creando las condiciones ideales para la formación e intensificación de huracanes.

  • Hay un 55% de posibilidades de que se desarrolle La Niña de junio a agosto y un 77% de posibilidades que ocurra de septiembre a noviembre, según un pronóstico de marzo del Centro de Predicción Climática de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica.

Un mundo cálido favorece los huracanes

Como siempre, el impacto general del cambio climático también está en juego.

La contaminación que calienta el planeta está impulsando el aumento de la temperatura global y de los océanos, que ahora han experimentado un año entero de calor sin precedentes gracias a este calentamiento causado por el hombre y por El Niño.

Y a medida que el planeta se calienta, el impacto de los huracanes se vuelve más peligroso.

  • Los niveles mundiales del mar también están aumentando, impulsado principalmente por el rápido derretimiento de las capas de hielo y los glaciares. Un aumento de sólo cinco centímetros puede marcar una diferencia dramática en qué tan tierra adentro puede llegar la marejada ciclónica de un huracán.

Un clima más cálido también significa que habrá más vapor de agua disponible en la atmósfera, la cual potencialmente caerá en forma de lluvia.

  • El agua del Atlántico, particularmente donde se forman la mayoría de los huracanes, ha alcanzado temperaturas récord. Un Atlántico cálido en primavera generalmente significa agua más cálida durante la temporada de huracanes porque crea condiciones que impiden la formación de vientos que enfrían el agua, dijeron investigadores de la Universidad Estatal de Colorado en el comunicado de prensa.

Y más agua cálida significa más posibilidades de tormentas.

«Un Atlántico muy cálido favorece una temporada superior a la media, ya que la fuente de combustible de un huracán es el agua cálida del océano», dice el comunicado. «Además, un Atlántico cálido provoca una presión atmosférica más baja y una atmósfera más inestable. Ambas condiciones favorecen los huracanes»./Agencias-PUNTOporPUNTO

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