Hasta 1 MILLÓN de EMPLEOS se perderán; JÓVENES y MUJERES los mas afectados

Empresarios hacen un llamado al Gobierno federal para dejar “las mezquindades políticas” y formar una alianza para combatir los índices de desempleo y las pérdidas económicas

Los jóvenes y las mujeres van a ser de los más afectados por el impacto del coronavirus en el mercado laboral, el cual va a perder un millón de empleos formales este año, consideró Mónica Flores, presidenta de Manpower Group para Latinoamérica.

En esta crisis de salud y económica, hay dos sectores más afectados: las mujeres y los jóvenes”, expresó.

En entrevista, la expresidenta de la AmCham México explicó que, ante choques como el que vivimos, las empresas hacen los ajustes más rápidos entre su plantilla laboral más joven, que tradicionalmente tiene menos experiencia, poca antigüedad y salarios más bajos.

  • En abril, mes en que se registró la mayor pérdida de empleos en la historia, el número de plazas destruidas entre la población de 15 y 29 años cayó 6.84 por ciento de manera anual, equivalente a una baja de 455 mil 566. Se trata del peor descenso en más de una década, según los datos del IMSS.
  • Flores señaló que las mujeres, que típicamente reciben salarios menores a los hombres en posiciones similares, son otras afectadas.
  • Además de la informalidad, explicó que ellas tienen una sobreexposición en sectores que cerraron por requerir de contacto físico para su labor, como hotelería, turismo y la industria del entretenimiento. Esos segmentos, además, van a tardar más tiempo en recuperarse por completo.

De acuerdo con BBVA México, en los rubros de restaurantes y alojamiento; esparcimiento, mantenimiento, limpieza y otros, así como comercio, más de 50 por ciento de las personas que laboran son mujeres.

La pandemia azota a los jóvenes

Durante la pandemia, se ha enfatizado cuáles son las poblaciones vulnerables a perder la salud debido a la COVID-19. Ahora que los contagios han avanzado, que se ha cerrado la economía y que se piensa reabrirla, vale la pena hablar de un segmento poblacional azotado por la pandemia económica: los jóvenes.

  • Si consideramos como Millennials a quienes nacieron entre 1980 y 1999, según premisa de Banxico, y como Generación Z a quienes nacieron en los años posteriores, podemos subrayar que a) ya todos los Millennials son, al menos, mayores de edad y que una parte de ellos ya está en sus altos treintas, por lo que ya se considerarían adultos jóvenes y b) la alta Generación Z ya entró a la Población Económicamente Activa (PEA) o está en edad de cursar la educación superior.

Efectivamente muchos Millennials tardaron más tiempo en independizarse, pospusieron planes de casarse y tener hijos, o de comprar una casa… pero cada año más, esta generación irá aumentando el porcentaje que se ha casado, que ha tenido hijos, que ha adquirido bienes patrimoniales, y que comenzó a hacer una planeación para el retiro… ello mientras se acelera la mayor transferencia patrimonial de la historia: la de los acumuladores baby boomers a la Generación X y hasta a algunos Millennials.

Los jóvenes, grandes damnificados del coronavirus

La OIT determinó que las juventudes se ven afectadas de manera desproporcionada por la emergencia sanitaria debido a que más uno de cada seis jóvenes no trabaja desde el inicio de la pandemia de COVID-19 y el 23% de quienes conservaron su empleo ha disminuido sus horas laborales. Este desempleo juvenil afecta más a las mujeres que a los hombres.

  • Los efectos ya se sienten en México. De acuerdo con una revisión a las estadísticas del IMSS e INEGI, donde se contabilizaron un total de 686 mil empleos formales perdidos entre febrero y marzo, el 24% de los despedidos tenían entre 20 y 24 años, seguido por 19% en el rango 25-29 años, y de 12% para los segmentos 15-19 y 35-49%. En síntesis, los Millennials —la generación con mayor presencia en la PEA, ocupando alrededor de la mitad— perdieron el 65% de los empleos formales, seguidos de la Generación Z con 12%.
  • Lo anterior conjunta una triste paradoja: por un lado, son las dos generaciones de toda la historia del país que más años han pasado educándose; por el otro, su sueldo es precario y su poder para toma de decisiones, limitado. En el primer trimestre del año pasado, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI mostró que 19.2% de los jóvenes encuestados ganaban un salario mínimo, 37.3% percibía entre 1 y 2 salarios mínimos, 16.7% entre 2 y 3 salarios mínimos, 5.8% entre 3 y 4 salarios mínimos, y apenas 1.5% más de cinco salarios mínimos. El fenómeno coincide con el diagnóstico del BID, que colocó a México como el penúltimo lugar de la región en jóvenes con un salario suficiente.

Este panorama precario deja claro que las generaciones jóvenes están atrapadas en trabajos de bajos salarios, con acceso a pocas prestaciones, que tendrán mucha dificultad para acumular patrimonio y que tardarán más tiempo en obtener la seguridad financiera que pudieron desarrollar las generaciones precedentes.

¿Cómo pierde una generación completa?

Un análisis hecho en la Universidad de Yale sobre los sueldos y su relación con los ciclos económicos de una generación egresada en tiempos de crisis en la década de 1980s dejó lecciones que urgen a tomar medidas en favor de los jóvenes:

  • Un aumento de 1% en al tasa de desempleo —que refleja debilidad en el mercado laboral— impacta en que los nuevos graduados ganen entre 6% y 8% menos al comienzo de sus carreras.
  • Este efecto se disipa a medida que los trabajadores acumulan tiempo y experiencia en el mercado laboral, hasta que 15 años después, el desfase baja a 2.5%, sin desaparecer, lo que a la edad de retiro contabilizaría unos 5 años de sueldo, al sueldo promedio de EE.UU. en dólares corrientes
  • El impacto duradero podría ser porque los trabajadores jóvenes toman un trabajo menos que ideal, que paga menos y permanecen allí por más tiempo.

Cabe destacar que los resultados han mostrado la misma tendencia, aunque con diferentes grados de magnitud, en Reino Unido, Noruega, Alemania y España.

Interesantemente, esta radical pérdida de empleos contrasta con una característica de la COVID-19: los jóvenes son menos propensos a enfermarse de gravedad. Esto podría ser aprovechado para que sean los jóvenes los primeros que salgan a la actividad económica que requiere o puede tomar ventaja de los desplazamientos, deseablemente, sin un abuso de los patrones contratando a menores sueldos dado el alto nivel de desempleo.

Con todo lo anterior, es en crisis como ésta en las que los jóvenes están más a merced de las fluctuaciones económicas y de las respuestas gubernamentales. De no intervenir, la ONU advierte que podríamos hablar de una “Generación del Encierro”, cuyos miembros enfrenten más obstáculos que los habituales, así como exclusión de los mercados laborales y una masa de jóvenes que se queden atrás./Agencias-PUNTOporPUNTO

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