Ernesto Zapata
De acuerdo con diversas denuncias que fueron recabadas por este diario digital, existen muchas irregularidades en el Programa de Atención Integral del Cáncer de Mama de la Ciudad de México, que repercuten en una pésima atención a las pacientes capitalinas que sufren este mal.
De entrada, los responsables del programa son médicos generales, cuando la Norma Oficial Mexicana número 041, expedida por la Secretaría de Salud del gobierno federal, establece que quien ocupe el cargo debe ser médico radiólogo titulado.
Los responsables son Jesús Gerardo González Vargas, quien tiene el cargo oficial de coordinador de apoyo al diagnóstico y tratamiento y responsable del Centro de Diagnóstico Oportuno de Cáncer, y Ricardo Ruiz Martínez, quien es subdirector de Apoyo al Diagnóstico Tratamiento.
Ambos son médicos generales y por lo tanto desconocen las técnicas de diagnóstico, el lenguaje y los tecnicismos relacionados con la radiología, rama de la medicina indispensable para la detección oportuna y atención de pacientes con cáncer.
De acuerdo con las denuncias recibidas, existe un rezado de aproximadamente seis mil mastografías, mismo que no ha sido abatido a pesar de la contratación de una empresa privada, a la cual le fue subrogado el servicio.
La empresa contratada no solo no ha cumplido, sino que ha cometido diversos errores en la interpretación y categorización de los estudios, debido a fallas en el sistema BIRADS.
Además, el centro de lectura de las mastografías para pacientes de la Ciudad de México está ubicada en la parte baja del servicio de mantenimiento jurisdiccional de Miguel Hidalgo.
Esto provoca que los especialistas médicos que ahí laboran estén expuestos todos los días a una gran contaminación auditiva, debido a las actividades propias del personal de mantenimiento, como martillar, taladrar, y arrastrar mobiliario.
Hay cinco mastógrafos de la red de salud pública capitalina que no funcionan, lo que hace contribuye al gran rezago de estudios en la materia.
Adicionalmente a todo lo anterior, las autoridades ocupan al personal técnico asignado para la operación de los mastógrafos en actividades ajenas a su función.
Los denunciantes, entre empleados y pacientes, advirtieron que acudirán a la Contraloría General de la Ciudad de México para presentar una queja formal y solicitarán el apoyo de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México.