La crisis pudo con todo. Bajo la bandera de la austeridad, el gobierno federal emprendió fuertes recortes al sector público. Sin embargo, no pudo ahorrar. Solo se han reasignado recursos a la atención de los sectores afectados por la crisis económica generada por el Covid-19, jalando de una cobija cada vez más pequeña para cubrir los muchos compromisos adquiridos.
- En los primeros cinco meses de 2020 la administración federal recortó las compras de materiales y suministros, así como los pagos a sus trabajadores. El gasto se redujo en 88,400 millones de pesos (mdp) en el periodo de referencias en comparación con lo programado y aprobado por el Congreso de la Unión. Pero este ajuste, más que a un gobierno austero, obedeció á que los ingresos tributarios y petroleros fueron 120,500 mdp inferiores a lo presupuestado, indican cifras de la Secretaría de Hacienda.
“No podemos hablar en sí de un ahorro, un ahorro es cuando por eficiencias gastas menos de lo presupuestado y alcanzas tus objetivos. Para hablar de ahorro debemos analizar si se están cumpliendo metas. Lo llamaría más una reasignación de gasto que estamos viendo desde el año pasado, de algunos sectores como energía”, comentó Alejandra Macías, investigadora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
En 2019, el gasto para Energía fue 101,088 mdp mayor frente a lo programado. Fue el rubro con el incremento en millones de pesos más acentuado de todos los ramos administrativos, refieren cifras de Hacienda.
“Estos conceptos de ahorro, austeridad, de eficiencia, eficacia y honradez no son nuevos para nosotros, no son propios de esta administración, se vieron en 1982 con Miguel de la Madrid ante un sombrío panorama económico. En 1995 se redujo el gasto programable 1.8% del PIB, desde ese entonces todos los presupuestos traen capítulos de austeridad de disciplina presupuestaria, se hicieron reformas en 2007 y 2008, pero nunca se ha visto una reducción o eficiencia en el gasto público, no vimos reducciones en todo 2019, tampoco en el primer trimestre de 2020, sólo reasignaciones”, explicó Pedro López Elías, presidente y socio fundador de López Elías Finanzas Públicas.
“Nunca se ha visto una reducción o eficiencia en el gasto público, no vimos reducciones en todo 2019, tampoco en el primer trimestre de 2020, sólo reasignaciones”, apunta López Elías.
De la «austeridad republicana» a la «pobreza franciscana»
Frente a la pandemia de Coronavirus en México, el discurso de la «austeridad republicana» que predominó a inicio de la actual administración, -continuación de los discursos de tiempos de Agustín Carstens y Luis Videgaray en Hacienda, de acuerdo con López Elías-, cambió por el de la «pobreza franciscana», por el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, haciendo referencia (el pasado 6 de mayo en conferencia de prensa matutina) a que el sector público se ajustará más el cinturón, para destinar más recursos a través de programas sociales que se crearon previo a la llegada de la enfermedad, y para atender la emergencia.
- Las cifras de mayo muestran cómo se están reasignando estos menores recursos; y cómo está actuando el sector público frente a la emergencia.
- Por ejemplo, el gasto para materiales y suministros cayó 30.9%; las transferencias a estados se redujeron 23.2%, y por servicios de personal bajó 1.7%, todos en términos reales anuales.
Estas medidas han suscitado críticas de los economistas, dado el peso del gasto público para dinamizar la economía. En enero-mayo, el gasto en los ramos de Economía, Turismo, Trabajo y Previsión Social, Entidades no Sectorizadas y Bienestar, fue mayor en 995.3%, 313.4%, 243.0%, 64.6% y 26.0% real, respectivamente.
Los ‘ganadores’
Un efecto positivo para la economía de la reasignación de recursos es el incremento de la inversión frente al gasto corriente. En mayo, el gasto para inversión física subió 48%; como parte de este crecimiento la inversión en infraestructura, principalmente para almacenamiento y transportación de hidrocarburos aumentó 33.1%, detallan datos de SHCP.
- La inversión para infraestructura en salud aumentó 134%, cabe destacar que en este rubro pueden entrar conceptos como la construcción o renta para centros de salud o respiradores, no obstante en cifras en mdp es una cantidad baja la que se asigna, explicó la investigadora del CIEP.
- Pese a los incrementos para la inversión física, Alejandra Macías, investigadora del CIEP detalla que el gasto en obra pública, el más importante para atracción de inversión y generación de empleos, representará el 1.8% del PIB en 2020, cuando en 2015 representó el 2.9% del PIB.
Organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) han advertido que la austeridad no es recomendable para la recuperación económica.
“Todos están preocupados no solamente en la emergencia, sino en cómo vamos a lograr la reactivación económica, y eso no será posible con medidas de austeridad, por eso proponemos evitar medidas de austeridad, mantener y promover estímulos fiscales”, indicó la secretaría ejecutiva, Alicia Bárcena, este miércoles en conferencia de prensa.
La austeridad de AMLO empeora la tragedia de México
La pandemia del covid-19 enfrenta a Gobiernos de todo el mundo con dos emergencias superpuestas: el virus en sí y el colapso económico que está causando. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está fallando en ambos frentes.
- Los casos de coronavirus continúan aumentando en México, con miles diagnosticados a diario. El índice de muertes por casos confirmados del país es el segundo más alto del mundo, después del Reino Unido. Se proyecta que la economía se contraerá al menos 7,6% este año, y podría desacelerarse aun más debido al resurgimiento del virus en Estados Unidos, el mayor socio comercial del país. Un informe de las Naciones Unidas estima que la cantidad de mexicanos que viven en la pobreza extrema este año podría aumentar, pasando de 11 millones a 17 millones, o 13% de la población, el mayor incremento en la región.
La densidad poblacional de México, el sistema de atención médica insuficientemente financiado y la gran economía informal lo vuelven especialmente vulnerable al coronavirus. Una política equivocada solo ha empeorado las cosas. Tras ordenar el cierre de la mayoría de empresas el 30 de marzo, el Gobierno permitió una reapertura parcial el 15 de junio, pese a una tasa de infección acelerada. Las normas de distanciamiento social y uso de tapabocas han sido aplicadas de manera inconsistente. López Obrador ha ignorado abiertamente el consejo de sus propios funcionarios de salud, y continúa celebrando mitines tipo campaña donde abundan los apretones de manos, abrazos y selfies.
- La inadecuada respuesta pandémica de México se debe mantener en cierta perspectiva, considerando las fallas de otros países en la contención del virus. Menos defendible es el manejo que López Obrador ha tenido ante la economía.
- A diferencia de líderes de la mayoría de las principales economías, AMLO ha rechazado los fuertes estímulos fiscales para apoyar a trabajadores y empresas. Los compromisos de gasto del Gobierno ascienden a cerca de 3% del PIB, un tercio de lo que están gastando los países del G20 en su conjunto, y gran parte es dinero reutilizado de otros programas.
- Los fondos se distribuyen como micropréstamos a pequeñas empresas, hasta un máximo de solo 25.000 pesos (US$1.150), que la mayoría ya han agotado. Las empresas más grandes de la economía formal, que emplean aproximadamente a 40% de la fuerza laboral de México, no han recibido asistencia del Gobierno.
La negativa de López Obrador para apoyar a la industria privada después de que México entró en recesión el año pasado fue un error. Continuar reteniendo centavos ante una crisis histórica que ya ha destruido al menos 1 millón de empleos en el sector formal es inexcusable. En comparación con sus vecinos, México tiene una relación deuda/PIB manejable, lo que le da al Gobierno margen para endeudarse. A pesar de que López Obrador recorta los salarios gubernamentales en nombre de la austeridad, está avanzando con proyectos de infraestructura, incluido un tren para pasajeros de US$6.500 millones destinado a impulsar el turismo en la península de Yucatán, que llevará años completar.
En lugar de hacer apuestas arriesgadas sobre el desarrollo futuro, el Gobierno debe lidiar con la crisis actual. Debería impulsar las transferencias de efectivo a trabajadores informales, como lo han hecho otros países de América Latina, aumentar los subsidios para ayudar a las empresas de la economía formal a mantenerse a flote y usar fondos de infraestructura para mejorar las carreteras y las redes ferroviarias existentes.
Un México estable y próspero es esencial para el futuro de las personas en ambos lados de la frontera. La negativa de López Obrador sobre un mayor gasto para ayudar a los mexicanos a hacer frente a la crisis actual solo dificultará la recuperación./Agencias-PUNTOporPUNTO