Contaminan fuentes de AGUA DULCE en el MUNDO, generando DAÑOS a Salud y Ecosistemas

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación calcula que el 38 % de las masas de agua de la Unión Europea están sometidas a la presión de la contaminación agrícola.

Desde grandes trozos de basura hasta sustancias químicas invisibles, una amplia gama de contaminantes acaba en los lagos, ríos, arroyos, aguas subterráneas y, finalmente, en los océanos de nuestro planeta.

La contaminación del agua -junto con la sequía, la ineficacia y el aumento de la población- ha contribuido a una crisis del agua dulce que amenaza las fuentes de las que dependemos para el agua potable y otras necesidades fundamentales.

  • Son constantes los estudios científicos que alertan sobre la contaminación del agua en todo el mundo. Desde restos plásticos hasta detectar la presencia de sustancias como «nicotina y antidepresivos en aguas de la Antártida».
  • Las investigaciones han revelado que un contaminante en particular es más común en el agua del grifo de lo que se pensaba: los PFAS, siglas de poli y perfluoroalquilos. Los PFAS se utilizan para que los artículos de uso cotidiano se vuelvan resistentes a la humedad, al calor y las manchas; algunas de estas sustancias químicas tienen una vida media tan larga que se las conoce como «la sustancia química eterna».

«Más del 70% del agua tanto de superficie como subterránea se usa para la irrigación de campos», aseguraba la Agencia Espacial Europea en 2023, al presentar un proyecto de monitarización por satélite del uso del agua en el Viejo Continente.

Salvaguardar el suministro de agua es importante porque, aunque casi el 70 % del mundo está cubierto por agua, solo el 2,5 % es dulce. Y solo el uno por ciento del agua dulce es fácilmente accesible: gran parte de ella se halla atrapada en remotos glaciares y campos de nieve.

«Los humanos tiene cada vez mayor impacto en el equilibrio natural de la Tierra, incluido el ciclo del agua.

  • Pero ni siquiera estas reservas están libres de amenazas. En 2023, un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) detectó la presencia de 59 microcontaminantes orgánicos de diversas familias químicas en el agua de 140 Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA) en España, zonas de especial protección identificadas por la ONG BirdLife International.

«Los resultados muestran que la actividad agrícola y las zonas densamente urbanizadas son las mayores fuentes de contaminación.», aseguraba el CSIC en su nota de prensa.

Tampoco en los puntos más altos del planeta el agua está a salvo. Las cordilleras cubren una cuarta parte de la superficie del planeta y los millones de personas que las llaman hogar siempre han convivido con sus riesgos naturales. Pero ahora, el calentamiento global está cambiando fundamentalmente su composición.

  • Sus temperaturas han aumentado hasta un 50% más rápido que la media mundial, e incluso cuando hacen cumbre en el Himalaya, los alpinistas abandonan ahora sus trajes de expedición por chaquetas más ligeras, un pequeño consuelo en medio de los elevados peligros.
  • Los científicos que calculan los riesgos de las catástrofes naturales en las montañas, como Perry Bartlet, del Instituto Federal de Investigación Forestal, de la Nieve y del Paisaje (WSL) de Suiza, necesitaban actualizar sus modelos. «La escala de lo que calculamos ha cambiado por completo: los sucesos son mucho mayores», afirma.

Causas de la contaminación del agua

La contaminación del agua puede proceder de diversas fuentes. Puede penetrar en el agua directamente, a través de vertidos legales e ilegales de fábricas, por ejemplo, o de plantas de tratamiento de aguas imperfectas.

  • Los vertidos y las fugas de los oleoductos o las operaciones de fracturación hidráulica (fracking) pueden degradar los suministros de agua. El viento, las tormentas y el vertido de basura -especialmente de residuos plásticos- también pueden enviar desechos a las vías fluviales.
  • Gracias en gran medida a décadas de regulación y acciones legales contra los grandes contaminadores, la principal causa de los problemas de calidad del agua en EE. UU. es ahora la «contaminación de fuentes no puntuales», cuando los contaminantes son transportados a través del suelo por la lluvia o la nieve derretida.
  • Esta escorrentía puede contener fertilizantes, pesticidas y herbicidas procedentes de granjas y hogares; petróleo y productos químicos tóxicos provenientes de carreteras e industrias; sedimentos; bacterias originarias del ganado; residuos de animales domésticos y otros contaminantes.

Este es un problema que se repite en todo el mundo, siendo un buen ejemplo la contaminación del Mar Menor en Murcia.

Por último, la contaminación del agua potable puede producirse a través de las propias tuberías si el agua no se trata adecuadamente, como ocurrió en el caso de la contaminación por plomo en Flint (Michigan; Estados Unidos) y otras ciudades. Otro contaminante del agua potable, el arsénico, puede proceder de depósitos naturales, pero también de residuos industriales.

Consecuencias de la contaminación del agua

La contaminación del agua puede provocar problemas de salud humana, envenenamiento de la fauna y daños en el ecosistema a largo plazo. Cuando la escorrentía agrícola e industrial inunda las vías fluviales con un exceso de nutrientes, como el nitrógeno y el fósforo; suelen promover la proliferación de algas que luego crean zonas muertas o áreas de bajo oxígeno donde los peces y otras formas de vida acuática ya no pueden prosperar.

Las floraciones de algas pueden tener efectos sanitarios y económicos para los seres humanos, ya que provocan erupciones y otras dolencias, al tiempo que merman los ingresos del turismo en los destinos lacustres más populares gracias a su aspecto y olor desagradables.

Los altos niveles de nitratos en el agua por la contaminación de nutrientes también pueden resultar especialmente perjudiciales para los bebés, ya que interfieren en su capacidad de suministrar oxígeno a los tejidos y pueden desencadenar el «síndrome del bebé azul».

  • La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación calcula que el 38 % de las masas de agua de la Unión Europea están sometidas a la presión de la contaminación agrícola.

En todo el mundo, el suministro de agua insalubre también se cobra un peaje sanitario en forma de enfermedades. Según la Organización Mundial de la Salud, al menos 2000 millones de personas beben agua de fuentes contaminadas por heces que puede transmitir enfermedades peligrosas como el cólera y la fiebre tifoidea.

Métodos para atajar la contaminación del agua

En muchos países, las normativas han restringido el vertido de contaminantes en lagos, arroyos y ríos por parte de la industria y la agricultura, mientras que las plantas de tratamiento garantizan que el agua potable sea segura para el consumo. Los investigadores están trabajando en otras formas de prevenir y limpiar la contaminación.

  • La regulación de los contaminantes está sujeta a la coyuntura política cambiante, como ha ocurrido en Estados Unidos con la relajación de las protecciones medioambientales que impedían a los propietarios de tierras contaminar las vías fluviales del país.

Cualquiera puede ayudar a proteger las cuencas hidrográficas desechando correctamente el aceite de motor, las pinturas y otros productos tóxicos, manteniéndolos fuera de los pavimentos y desagües. Tenga cuidado con lo que tira por el fregadero, ya que puede llegar al agua.

La Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE. UU. recomienda utilizar detergentes sin fosfatos y lavar el coche en un lavadero comercial, que está obligado a eliminar correctamente las aguas residuales. Los tejados verdes y los jardines de lluvia pueden ser otra forma de que las personas en entornos construidos ayuden a restaurar parte del filtrado natural que suelen proporcionar los bosques y las plantas.

África, China, India y sur de Asia, principales fuentes de residuos

La fuga de residuos a los ecosistemas acuáticos es una de las principales preocupaciones que amenazan tanto la biodiversidad como la salud humana. La eliminación inadecuada de residuos, sobre todo plásticos, se ha documentado en todas las grandes cuencas oceánicas, playas, ríos, lagos e incluso en entornos remotos como el Ártico y el Antártico. Estudios anteriores se han centrado en estimar específicamente las emisiones de plástico a los océanos. Sin embargo, ningún estudio ha evaluado de forma exhaustiva las fugas de residuos al medio acuático desde la perspectiva de la gestión de residuos.

  • Ahora, investigadores del International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA), con sede en Laxenburg (Austria), han adoptado una perspectiva de sistemas de residuos para identificar los puntos conflictivos de fugas de residuos terrestres y determinaron qué ríos, lagos y zonas costeras corren especial peligro.

Los resultados, que se acaban de publicar en nature communications, indican la necesidad de tomar medidas urgentes.

«Nuestro estudio demuestra que la mayor parte de las fugas de residuos sólidos urbanos -artículos cotidianos que desecha la gente- a medios acuáticos se producen en África, China, India y el sur de Asia. Es necesario empezar a centrarse en mejorar los sistemas de gestión de residuos en estas zonas afectadas», explica la autora principal del estudio, Adriana Gómez Sanabria, investigadora del Grupo de Investigación sobre Gestión de la Contaminación del Programa de Energía, Clima y Medio Ambiente del IIASA.

El estudio subraya que centrarse en un único flujo de residuos puede tener consecuencias imprevistas. Por ejemplo, a medida que se sustituyen los vasos de plástico de un solo uso por vasos de papel, aumenta la cantidad de residuos de papel.

  • Por lo tanto, es crucial fijar objetivos que aborden simultáneamente múltiples flujos de residuos.
  • Además, el estudio subraya la importancia de la recogida universal de residuos como estrategia principal para evitar la fuga de residuos al medio terrestre y acuático, incluso en un escenario en el que se reduzca la generación total de residuos.

«Nuestro análisis muestra que existe una necesidad acuciante de establecer un marco normalizado para supervisar la generación, composición y flujos de residuos. Este marco debería ayudarnos a realizar un seguimiento de la eficacia de las acciones, incluidas las medidas políticas, económicas y tecnológicas destinadas a reducir los residuos y mejorar los sistemas de gestión de residuos», señala Florian Lindl, coautor del estudio e investigador del Grupo de Investigación sobre Gestión de la Contaminación del IIASA.

El equipo de investigación señala que su estudio aborda una brecha crucial en nuestra comprensión de cómo los sistemas de gestión de residuos desempeñan un papel importante a la hora de abordar diversos impactos ambientales.

  • Al examinar la interacción entre la gestión de desechos y las fugas, se pueden identificar estrategias efectivas para reducir la contaminación en los ambientes acuáticos y preservar los ecosistemas.
  • Este conocimiento es vital para dar forma a políticas y promover prácticas de desarrollo sostenible que minimicen la huella ambiental de nuestros hábitos de consumo.

«Tenemos que entender que la función principal de los sistemas de gestión de residuos es proteger la salud humana y el medio ambiente. Como creadores de la crisis de los residuos, debemos asumir nuestra responsabilidad cambiando nuestro comportamiento para reducir el consumo mediante prácticas de rechazo, replanteamiento y reutilización», concluye Gómez Sanabria.

Bacterias resistentes residen en aguas de AL

La presencia en cursos de agua de microorganismos resistentes a los antibióticos es una amenaza para la salud pública por su potencial para dificultar el tratamiento de enfermedades y propagar la resistencia a otras bacterias, pero en América Latina el tema aún no se conoce a cabalidad.

Mientras la mayoría de las investigaciones sobre resistencia en el ambiente acuático se registran en Estados Unidos, China y Europa, en América Latina y el Caribe, en América Latina los pocos datos disponibles se concentra en Brasil, Chile, México, Colombia y Argentina, destaca un estudio realizado por investigadores colombianos. Ahora, un reciente trabajo suma datos de Ecuador.

La investigación, publicada en la revista FIGEMPA Investigación y Desarrollo (enero-junio 2024), halló bacterias multirresistentes a antibióticos de uso clínico en muestras de agua de riego proveniente del río Chibunga, uno de los principales cursos de agua del país.

Esto representa un riesgo de contaminación de los productos agrícolas cosechados en sus inmediaciones y de los pobladores que utilizan esas aguas diariamente, afirman los autores.

  • De acuerdo con la publicación, las especies bacterianas aisladas e identificadas fueron Morganella morganii y Plesiomonas shigelloides. Esta última se sabe que causa principalmente gastroenteritis, pero también bacteriemia, sepsis, meningitis, neumonía, osteomielitis, queratitis y otras enfermedades no diarreicas.
  • Según el estudio, la detección de cepas multirresistentes a diferentes antibióticos en al agua del río Chibunga puede estar relacionadas con su presencia en las descargas fecales del ganado y el uso de estiércol animal y de aves de corral que están en los alrededores del río, así como residuos generados por las comunidades aledañas al cauce.

“Este hallazgo cobra especial relevancia en un contexto donde cada vez resulta más complicado encontrar antibióticos efectivos para combatir infecciones, incluyendo las gastrointestinales.”, dice a SciDev.Net Morella Guillén Ferraro, autora principal del trabajo e integrante de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de Chimborazo, en Riobamba, Ecuador.

Otra investigación realizada en Brasil, en muestras de agua de grifo de tres ciudades del estado de Río de Janeiro, y en agua de dos cuencas importantes (São João y Guandu) que nutren de agua potable de la ciudad de Río de Janeiro, mostró la presencia de genes de resistencia a colistrina (antibiótico empleado para tratar infecciones hospitalarias) en todas las muestras analizadas.

  • Publicado en Scientific Report, el estudio enfatiza la importancia de introducir medidas para reducir la eliminación de antibióticos en ambientes acuáticos.
  • Adriana Bentancor, profesora de Microbiología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires, dice a SciDev.Net que, si bien la presencia de estos microorganismos multirresistentes es factible en cualquier producto, en Argentina, hasta ahora, se los asoció con los vertidos de los hospitales.

“Cuando se difunden en la red hídrica se dispersan bajando la carga y, con ello, la posibilidad de identificarlos”, añade.

Por su parte Mara Sagua, del Laboratorio de Limnología de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA), dice a SciDev.Net que “es preocupante encontrar cualquier tipo de resistencia a antimicrobianos (RAM) en aguas de consumo humano y uso recreativo. En general, los valores guía que regulan si el agua es apta para diferentes usos se basan en los niveles de bacterias coliformes como la Escherichia coli, relacionadas con la presencia de materia fecal”.

  • Sagua destaca que alrededor del 70 por ciento de los antibióticos presentes en medicamentos acaban en el entorno natural, a través de los restos excretados por pacientes y la eliminación inadecuada de medicamentos, entre otras fuentes.

“Si bien la contaminación del agua por microorganismos es un problema que no podemos resolver los ciudadanos individualmente, sí podemos contribuir a no agravar la situación utilizando los antibióticos con responsabilidad y sólo por indicación médica”, indica la especialista de UNNOBA.

“Es importante recordar que las enfermedades de origen viral como la gripe o incluso el dengue no se curan con antibióticos porque sólo actúan sobre las bacterias, no sobre los virus, por lo que resulta sumamente importante seguir el consejo de los profesionales de la salud y no automedicarse”, agrega. /Agencias-PUNTOporPUNTO

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