AGENCIAS
Expertos de la Procuraduría General de la República buscan en una zona cercana al municipio mexicano de Cocula los cuerpos de los 43 estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre pasado en Iguala, constató hoy un grupo de periodistas.
Los peritos de la PGR trabajan desde el martes en un vertedero profundo de basura situado a unos 10 kilómetros de Cocula en una zona de difícil acceso y a media hora de Iguala, en el estado de Guerrero.
Se trata de una área de unos 40 metros cuadrados, la mitad de ellos con señales de haber sido quemada, y donde se pueden ver bolsas de basura, cajas de madera y restos de ropa y otros desechos.
Una docena de expertos forenses han delimitado toda la zona con una cinta amarilla y marcado con pequeñas banderas naranjas algunos de los puntos del terreno, presuntamente donde deben excavar a profundidad.
La fiscalía llegó el martes al lugar gracias a las declaraciones de cuatro miembros del cártel Guerreros Unidos que dijeron haber participado en la desaparición de los estudiantes.
La zona permanece fuertemente resguardada por las fuerzas federales de seguridad y es rastreada con la ayuda de perros entrenados.
El titular de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía), Jesús Murillo, dijo ayer que los expertos buscan «evidencias para corroborar el dicho de los detenidos» en el lugar donde «se plantea sucedieron los hechos relacionados con la desaparición».
Precisó que dos de los detenidos el martes por agentes federales confesaron que recibieron a los jóvenes de manos de policías y los otros dos admitieron haber participado como vigilantes del grupo criminal la noche de la desaparición.
El fiscal precisó que aún no está claro el paradero de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, por lo que continúan las labores de búsqueda.
El 26 de septiembre pasado un grupo de policías locales atacó a tiros a alumnos de la Normal por órdenes del entonces alcalde del municipio de Iguala, José Luis Abarca, hoy prófugo de la Justicia al igual que su esposa, María de los Ángeles Pineda, considerada la principal operadora de Guerreros Unidos en Iguala.
Esa noche murieron seis personas, entre ellas tres estudiantes, y 43 más fueron detenidos por los policías y entregados a Guerreros Unidos, cuyo líder, Sidronio Casarrubias, ordenó su desaparición al creer que eran miembros de Los Rojos, el grupo criminal rival.