EU y PANAMÁ acuerda FRENAR la INMIGRACIÓN IRREGULAR en el DARIÉN

El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá difundió un comunicado en el que se describen acciones para gestionar la migración irregular masiva que atraviesa el país

Nunca se construyó el muro de Trump, pero sí una pista de obstáculos continental. La Administración de Joe Biden mantiene sus esfuerzos por detener la crisis migratoria en la frontera sur, uno de los temas claves en su camino a la reelección en las presidenciales del próximo noviembre.

  • Además de las restricciones a las solicitudes de asilo anunciadas en junio y una mayor colaboración con México, que está deteniendo migrantes a niveles récord desde hace semanas, el Gobierno demócrata de Washington ha firmado un acuerdo con el recién investido presidente panameño, José Raúl Mulino. El acuerdo pretende detener los flujos migratorios a través de la selva del Darién, una ruta que solamente en 2023 emprendieron medio millón de migrantes.

Aunque se desconoce la fecha exacta de inicio, a partir de las próximas semanas Estados Unidos comenzará a cubrir los costos de las deportaciones a sus respectivos países de las miles de personas que a diario atraviesan Centroamérica, algo que algunos dudan que pueda llevarse a cabo.

El pasado 1 de julio el canciller panameño, Javier Martínez-Acha, y el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, firmaron el acuerdo que pone en marcha un “nuevo programa de asistencia extranjera” financiado por el Departamento de Estado de Estados Unidos para hacer frente a la migración irregular.

Esto hace parte del cumplimiento de los objetivos de la llamada Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección, firmada en junio de 2022, que pretende “gestionar humanamente las fronteras en todo el continente americano”.

En un comunicado, el Gobierno estadounidense aseguró que el acuerdo incluye el apoyo a las operaciones de repatriación de migrantes desde Panamá, e insiste en que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) apoyará la formación y el desarrollo de capacidades para fortalecer e institucionalizar procesos de repatriación “seguros y humanos” en ese país.

“La migración irregular es un desafío regional que requiere una respuesta regional”, dijo Mayorkas. “Estamos agradecidos por nuestra asociación con Panamá para gestionar los niveles históricos de migración en todo el hemisferio occidental”.

Por su parte, la oficina de José Raúl Mulino, quien visitó el Darién días antes de ocupar su cargo de presidente a inicios de julio, comunicó que este acuerdo “permitirá cerrar el paso de inmigrantes ilegales por el Darién, un tema que se convirtió en una grave crisis humanitaria”.

Desde enero de este año se suman más de 195.000 los migrantes que han atravesado la selva, una de las vías más peligrosas para llegar a Estados Unidos, donde muchas personas terminan siendo víctimas de secuestros, robos, ataques de animales salvajes, accidentes, enfermedades y hasta la muerte.

Aunque los vuelos de repatriación no tienen fecha, Panamá ya ha comenzado sus esfuerzos por detener a los migrantes que llegan desde la frontera natural con Colombia. Recientemente, se supo que se han instalado barreras de alambre de púas a lo largo del Tapón del Darién, que presuntamente gestionaría el flujo migratorio y evitaría el crimen organizado en la zona.

El Ministerio de Seguridad Pública panameño anunció que “la patrulla en el servicio nacional de fronteras ha comenzado a bloquear la mayoría de los pasos fronterizos” desde el 27 de junio. Las autoridades dijeron que los migrantes deberán presentar documentos de identificación ante un paso que permanecerá abierto.

  • Estados Unidos, sin embargo, se ha desmarcado y dicho que no están involucrados en las nuevas barreras de alambre de púa, que también resultan muy peligrosas para los migrantes, quienes, aun así, se siguen arriesgando a transitar la ruta por la selva centroamericana. Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca dijo a NBC News que “Estados Unidos no ha brindado apoyo al Gobierno de Panamá para erigir barreras en sus fronteras”, a pesar del acuerdo recién firmado para hacer frente a las oleadas de migrantes provenientes en mayor medida de países como Venezuela, Ecuador, Haití, Colombia y China.

El nuevo acuerdo entre los dos países ha creado escepticismo entre algunos que piensan que será casi imposible de implementar. Maureen Meyer, Vicepresidenta de Programas de la organización estadounidense de derechos humanos WOLA, dijo al medio alemán DW que no cree que ni siquiera un país poderoso como Estados Unidos pueda devolver a las muchas personas que cruzan el Darién, y que ese país solo puede repatriar entre 500 y 600 personas por vía aérea al día.

  • “Sin una inversión masiva de fondos y el desarrollo de las infraestructuras necesarias, es difícil imaginar un impacto significativo del acuerdo. Los Gobiernos esperan que la amenaza de deportación disuada a muchos inmigrantes”, sostiene. “La historia nos muestra lo contrario: políticas enfocadas en la disuasión no tienen un impacto duradero en los flujos migratorios, pero sí impactan en la seguridad y el bienestar de las personas migrantes”.

El Gerente Senior para América Latina y el Caribe del Instituto de Política Migratoria en Washington, Diego Cháves, tiene el mismo criterio. También dijo a DW que “logística, social y políticamente, es una medida muy difícil de implementar”.

No solo la infraestructura de un país como Panamá es limitada, dijo, sino que habría que tener en cuenta si los países de origen de los migrantes los aceptan de vuelta. “La capacidad del Gobierno panameño para crear una estrategia de repatriación efectiva es nula. Va a tomar mucho tiempo construir la infraestructura necesaria en un lugar como el Darién”, sostuvo. Chávez también insiste en que la afluencia de tantos migrantes en Ciudad de Panamá “podría generar una tensión” entre los panameños.

La migración, el gran tema sobre la mesa de Mulino y Biden

En el primer debate cara a cara con Donald Trump, Biden presumió de que un 40% menos de personas están llegando de manera ilegal a Estados Unidos desde que implementara su nueva política migratoria que restringe la tramitación de asilo diaria en la frontera sur.

Asimismo, el Departamento de Seguridad Nacional declaró a NBC News que junio fue el mes con menos detenciones de migrantes desde la llegada de Biden a la Casa Blanca. Poco más de 84,000 migrantes arribaron al país el pasado mes, un 30% menos que en mayo, cuando el número de detenciones fue de poco más de 117,000. Asimismo, DHS aseguró que ha operado más de 120 vuelos internacionales de repatriación a más de 20 países.

“La mayoría de todos los encuentros en la frontera suroeste durante los tres últimos ejercicios fiscales dieron lugar a una expulsión, devolución o traslado”, dijeron en un comunicado.

  • Como Biden, Mulino tiene sobre la mesa el fenómeno de la migración, un tema conflictivo que saben que conecta perfectamente con los votantes. En su discurso de investidura, el presidente panameño enfatizó que Panamá no será más un país de tránsito para los migrantes ilegales.

“No permitiré que Panamá sea un camino abierto a miles de personas que ingresan ilegalmente a nuestro país, aupados por toda una organización internacional relacionada con el narcotráfico y el tráfico de personas. Ese dinero, producto de lucrar de la desdicha humana, es un dinero maldito”, dijo.

“No permitiré complicidades locales. A nuestras fuerzas de seguridad les pido aplicar la ley como corresponde, con estricto respeto a los Derechos Humanos y apego a la defensa de los intereses de nuestra patria”.

  • El Darién es una extensión de selva que atraviesa la frontera entre Colombia y Panamá. Según el Servicio Nacional de Migración de Panamá desde enero hasta el 6 de junio de este año transitaron 174.513 personas por la selva del Darién.

El viaje por el Darién entraña múltiples peligros para los migrantes. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), los principales riesgos documentados son robos, asaltos, secuestros, enfermedades, ataques de animales salvajes y accidentes en una selva llena de ríos, montañas y lodazales.

Rechazan medidas para contener a migrantes en el Darién

Grupo de derechos humanos y organizaciones sociales criticaron las recientes medidas anunciadas por el nuevo Gobierno panameño sobre la repatriación a quienes entren sin pasaporte al país, en particular en la zona del Darién.

Además consideraron infrahumanas colocar cercas de alambre de púas en algunos puntos de entradas.
En las próximas semanas Panamá comenzará la repatriación de migrantes irregulares que transitan por la selva de Darién rumbo a Estados Unidos.

Los Gobiernos de Panamá y EE.UU. firmaron un memorando de entendimiento (MOU) en el que la administración estadounidense «se compromete a cubrir el gasto de la repatriación» de migrantes por Darién.

  • El Darién es la frontera natural con Colombia que es empleada por cientos de personas a diario en su camino hacia Norteamérica.
  • El ministro de Seguridad de Panamá, Frank Ábrego, señaló que su país instaló alambres de púas en varios sectores de su frontera, con el propósito de proteger a su ciudanía y a miles de migrantes, creando una especie de corredor.

El funcionario afirmó que Panamá no le pidió la opinión a ningún país para implementar estas medidas migratorias de seguridad.

La instrucción de las autoridades panameñas es de establecer la retención y entrega a las autoridades policiales o migratorias de Colombia de cualquier persona que viaje en bote con migrantes irregulares y trate de ingresar a las áreas jurisdiccionales de Panamá.

Los bloqueos fronterizos ya habían sido informados por el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, desde su toma de posesión, la semana pasada.

La Defensoría del Pueblo de Colombia añadió que el cierre de esos cruces, que están en áreas inhóspitas localizadas en el «Tapón» del Darién, aumentará el represamiento de personas en los municipios receptores de migrantes, concretamente en los cascos urbanos de los pueblos que forman parte de la subregión del Urabá antioqueño y chocoano en el territorio colombiano.

Más de medio millón lo ha hecho en el último año con rumbo al norte, principalmente a Estados Unidos.

Y solo entre enero y septiembre de este año, más de 457.000 personas han cruzado. La cifra va camino a doblarse de nuevo.

  • El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá difundió un comunicado en el que se describen acciones para gestionar la migración irregular masiva que atraviesa el país.
  • El informe indica que el objetivo de estas medidas es “orientar la migración irregular” hacia Bajo Chiquito, el primer asentamiento que los migrantes encuentran tras cruzar a pie la selva del Darién.

El expresidente Ernesto Samper criticó la reciente decisión del Gobierno panameño de cerrar los pasos migratorios en el Darién.

En su opinión, esta medida refleja una aceptación de la política estadounidense de bloquear a los migrantes en las fronteras del sur, impidiendo su llegada a México y Estados Unidos.

A estas críticas se sumó Elías Cornejo, coordinador de Promoción Social y Atención de Migrantes de Fe y Alegría.

Esto es una violación a los derechos humanos que orillará al flujo humanitario a dirigirse a zonas cada vez más peligrosas para realizar el cruce.

Panamá cierra más pasos por el Darién

El ministro de Seguridad Publica de Panamá, Frank Ábrego, informó que se cerraron entre cuatro y cinco pasos de la frontera con Colombia en la zona del Darién.

De acuerdo a la autoridad, el propósito es disminuir la cantidad de migrantes que transitan por la selva. Se establecerá retención y entrega a autoridades policiales o migratorias de Colombia de cualquier persona que esté en bote con migrantes irregulares y busque ingresar en áreas jurisdiccionales de Panamá.

En una nota de CNN en Español, la Defensoría del Pueblo de Colombia, pidió al gobierno central exhorte al de Panamá y tenga presente los principios del derecho internacional de los derechos humanos.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), compartió en el mes de mayo las cifras del número de niños migrantes que cruzan el Tapón del Darién: Ha aumentado un 40% en lo que va de 2024.

Esta ruta ha alcanzado ya niveles récord por quinto año consecutivo de migración infantil. En el comunicado de UNICEF, durante los primeros cuatro meses de 2024, más de 30 mil niños atravesaron el Darién, selva que separa a Colombia y Panamá.

“Además, el número de niños en tránsito creció cinco veces más rápido que el número de adultos”, indicó el UNICEF.

El organismo detalló que al menos 2 mil niños iban sin compañía o habían sido separados de sus familias. La estimación es que en el 2024 podrían atravesar el Darién alrededor de 800 mil personas y al menos 160 mil entre niños y adolescentes.

Ted Chaiban, director ejecutivo adjunto del UNICEF, en el comunicado mencionó que “el Tapón del Darién no es lugar para niños. Muchos niños han muerto en este arduo y peligroso viaje. Algunas mujeres han dado a luz durante el trayecto, trayendo una nueva vida al mundo en las circunstancias más difíciles. Muchos de los que sobreviven al viaje llegan enfermos, hambrientos y deshidratados, a menudo con heridas o infecciones y en desesperada necesidad de apoyo”.

El año pasado UNICEF hizo un llamado a los gobiernos involucrados en fortalecer su respuesta sobre el aumento del flujo de niñez migrante, donantes y socios con la finalidad de atender oportunamente las necesidades de los niños, niñas, adolescentes y mujeres.

Rachel Schmidtke, encargada para América Latina de la organización sin fines de lucro Refugees International, resaltó para CNN en Español que tanto en Panamá y Colombia se tiene escaso control sobre lo que sucede en la selva.

“Están manejadas (las rutas) por grupos armados, son ellos los que tienen el poder de frenar a los migrantes. Lo que se puede hacer es, una vez que cruzaron el Darién, aumentar las deportaciones”. Sin embargo, advierte que cuando se quita el poder de acceder a rutas regulares, buscan otras rutas que no son tan seguras.

“Suben los asaltos, las violaciones, los robos, la trata de personas”, advierte Schmidtke, quien en 2022 pasó meses en el Darién documentando la situación en varias partes del trayecto.

Defensoría del Pueblo de Colombia pide garantías de derechos humanos a inmigrantes

La Defensoría del Pueblo de Colombia, ante el anuncio del gobierno de Panamá del cierre de los pasos fronterizos localizados en el «Tapón» del Darién, ha pedido que el gobierno central exhorte al gobierno de Panamá a que tenga presente los principios del derecho internacional de los derechos humanos, como refugio, accesibilidad a la satisfacción de necesidades básicas y garantías de no devolución de los migrantes, susceptibles de asilo y con necesidad de protección internacional, según expresó en un comunicado.

La Defensoría del Pueblo añadió que el cierre de esos cruces, que están en áreas inhóspitas localizadas en el «Tapón» del Darién, aumentará el represamiento de personas en los municipios receptores de migrantes, concretamente en los cascos urbanos de los pueblos que forman parte de la subregión del Urabá antioqueño y chocoano en el territorio colombiano.

  • Según informes de la Defensoría del Pueblo de Colombia, servidores públicos de la Defensoría, en función de su rol misional, estuvieron en la vereda Astí, uno de los puntos fronterizos con Panamá y evidenciaron cómo la instalación de una cerca con alambre de púas, de aproximadamente 80 metros de longitud, impide el paso a pie por el camino que conduce a territorio rural del país centroamericano.
  • La Defensoría agrega que el cerco de alambres también ha generado afectaciones a las comunidades colombianas de Asti y Capurganá y a las de Puerto Obaldía (Panamá), pues desde hace décadas utilizan ese paso para el intercambio comercial y cultural.

Por su parte, el presidente de Colombia Gustavo Petro dijo a través de su perfil en la red social X: “Los alambres de púas en la selva solo traerán ahogados en el mar. La migración se frena quitando bloqueos económicos y mejorando la economía del sur”.

Acre en Brasil corre el riesgo de convertirse en el nuevo epicentro de la crisis migratoria

La orden ejecutiva firmada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a principios de junio, por la que se modifica la política migratoria de su país, también está teniendo repercusiones en Brasil. En un año electoral, el gobierno de Washington pasó en pocos días del eslogan de una migración “segura, ordenada y humana” a un endurecimiento de las normas. Una de las medidas más duras es la que permite ahora a Estados Unidos cerrar la frontera cuando se supere el número de 2.500 entradas diarias. Otra permite a la policía deportar inmediatamente a cualquiera que cruce la frontera ilegalmente.

  • Hasta ahora, en cambio, era posible solicitar asilo o refugio una vez en el suelo estadounidense. Este drástico cambio ha trastocado lavada de miles de emigrantes que se han visto obligados a revisar sus planes a la espera de que, quizás, Estados Unidos revise de nuevo su normativa. Muchos de ellos se detienen así a mitad de camino, especialmente en el estado de Acre, en Brasil, en la frontera con Perú.
  • Son sobre todo venezolanos y cubanos, pero el riesgo es que este Estado amazónico tan pobre se convierta pronto en un nuevo México, una especie de aparcamiento para migrantes por tiempo indefinido. Es la pequeña ciudad de Assis Brasil, de 7.000 habitantes, la que se ha convertido en el epicentro de esta nueva ruta improvisada en la que cada semana se amontonan más migrantes a la espera de un próximo cambio en las políticas estadounidenses.

Fundada en 1958 por trabajadores que querían extraer caucho, Assis Brasil sólo tiene una carretera, la BR-317, que la conecta con Perú. La frontera, en el estado de Acre, que también limita con Bolivia, tiene 2.600 km y sólo hay 40 agentes de servicio para patrullarla. Muchos inmigrantes -algunos, según la policía, llevan drogas- también entran en Brasil a través de la selva.

Esta paupérrima ciudad fronteriza no tiene mucho que ofrecer a este nuevo éxodo. Sólo hay dos pequeños hoteles, cinco restaurantes y una estación de autobuses. Y el rebote de responsabilidad política ya ha empezado. El alcalde, Jerry Correia, pide más ayuda. Actualmente, la ciudad ofrece comida gratuita a unos sesenta emigrantes cada día.

“Todo depende de nosotros”, dijo Correia, añadiendo que “debería depender del gobierno federal”. El gobernador de Acre, Gladson Cameli, se mostró preocupado por una mayor afluencia en las próximas semanas que será cada vez más difícil de gestionar. “Hemos cumplido con nuestra parte de ayuda humanitaria”, declaró a la agencia de noticias Associated Press.

Es probable que la situación se vuelva aún más explosiva si se cumple el memorando de entendimiento firmado a principios de julio entre Panamá y Estados Unidos, en el que Washington se compromete a apoyar los esfuerzos del gobierno del nuevo presidente José Raúl Mulino para expulsar a los inmigrantes ilegales que arriesgan sus vidas cada día para cruzar la inhóspita selva del Darién.

“La frontera de Estados Unidos, en vez de estar en Texas, se ha trasladado a Panamá”, dijo Mulino, quien como ministro de Seguridad del ex presidente Ricardo Martinelli había expulsado de esa región a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). “Vamos a repatriar a toda esa gente”, afirmó en una entrevista.

Se trata de una especie de “preacuerdo” entre EEUU y Panamá que prevé la ayuda estadounidense en equipamiento, transporte y logística para detener a “extranjeros que participen en flujos migratorios que contravengan las leyes migratorias de Panamá y serán objeto de medidas administrativas de acuerdo con la legislación local”. Según la Casa Blanca, la acción “reducirá el número de migrantes que pasan clandestinamente por el Darién”.

  • Esta vasta e impenetrable selva entre Panamá y Colombia ha sido hasta ahora el corazón palpitante de la ruta migratoria hacia Estados Unidos, una ruta dura y peligrosa con varios casos denunciados de violencia, robos e incluso secuestros.

Quien controla la entrada de los migrantes en la selva desde el lado colombiano es el Clan del Golfo, uno de los principales grupos criminales del país cafetero que gana millones de dólares cada año con el tráfico de personas. Sólo el año pasado, unas 520.000 personas cruzaron el Darién, según cifras oficiales del gobierno panameño. Una cifra récord que refleja las diversas crisis económicas y políticas de los países latinoamericanos, especialmente la de Venezuela. Más de 16.000 menores procedentes de Brasil, la mayoría de nacionalidad haitiana, han cruzado esta selva desde 2019.

El gigante latinoamericano, recordemos, ha sido hasta ahora una de las puertas de entrada de migrantes africanos y asiáticos que se dirigen a Estados Unidos pasando a través del Darién.

Si esta ruta se cierra efectivamente en los próximos meses, todo Brasil corre el riesgo de convertirse en un nuevo México, una sala de espera para una ruta alternativa a Estados Unidos.

De hecho, las leyes migratorias brasileñas permiten a una docena de países vecinos permanecer durante dos años sin necesidad de visado. Además, cualquier persona que llegue en avión no necesita visado si sólo está en tránsito. Desde hace meses, sin embargo, los traficantes de personas aprovechan esta ventaja para enviar a cientos de inmigrantes que, una vez aterrizados en el gigante latinoamericano, hacen escala aquí y piden asilo o el estatuto de refugiado.

  • En los últimos meses, han utilizado esta estratagema para cientos de vietnamitas, pero pronto podría convertirse en un mecanismo habitual para enviar a miles de migrantes de Asia y África al continente latinoamericano a través de Brasil.
  • Por este motivo, la diplomacia brasileña envió un mensaje a Panamá, a través de la Secretaria General del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Laura da Rocha, que se reunió a principios el 26 de junio con el canciller de Panamá, Javier Martínez Acha, al margen de la 54 Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos celebrada en Asunción (Paraguay).

Brasil se declaró sensible al problema y dispuesto a cooperar en la lucha contra el tráfico de seres humanos. Al mismo tiempo, expresó su preocupación por la situación de los migrantes del Darién, que deben ser tratados con dignidad. Recientemente, una niña brasileña hija de madre angoleña fue secuestrada por su padre biológico, que cruzó la selva con ella. El hombre desapareció -no se sabe si murió de penuria o simplemente huyó- y la niña permaneció sola durante cinco meses en un albergue para migrantes cerca de Ciudad de Panamá hasta que se reunió con su madre en San Pablo.

El impacto de las nuevas políticas migratorias estadounidenses también se dejó sentir entre los migrantes ilegales brasileños. En el primer semestre de 2024, las autoridades estadounidenses deportaron a 516 personas.

  • El último vuelo pagado por el gobierno estadounidense aterrizó en Confins, en el estado de Minas Gerais, la semana pasada. Vestidos con el uniforme blanco que se entrega a los migrantes detenidos, desembarcaron por docenas llevando sus efectos personales en bolsas de plástico. Confins es el único aeropuerto de Brasil donde aterrizan vuelos de este tipo, porque la mayoría de los inmigrantes ilegales proceden de esta zona de Brasil.

En el vuelo de la semana pasada también había brasileños de otros estados sin un céntimo en el bolsillo para pagarse el viaje de vuelta a casa, tras haber agotado todos sus ahorros con los coyotes, las redes criminales que utilizan para cruzar la frontera desde México. Otros brasileños deportados a bordo del vuelo relataron cómo llevaban años viviendo ilegalmente en Estados Unidos y habían sido descubiertos por simples controles callejeros.

“No aconsejo a nadie que viaje ilegalmente a Estados Unidos”, declaró uno de ellos al sitio de noticias G1.

“La vida como inmigrante es muy difícil porque tienes que esconderte. Tienes un trabajo, ganas buen dinero, pero tienes que esconderte, no tienes vida. Cuando no trabajas tienes que quedarte en casa, porque si sales puede ser arriesgado. No quiero volver”, dijo./Agencias-PUNTOporPUNTO

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