Redacción
Entre cartuchos percutidos, bombas de gas detonadas y otros objetos relacionados con el operativo policiaco del pasado 19 de junio en Nochixtlán, Oaxaca, pobladores de esta comunidad recibieron al subsecretario de Gobernación, Roberto Campa Cifrián.
A casi tres semanas de la balacera que involucró a policías federales y estatales, y que dejó ocho personas muertas, Campa Cifrián llegó a cumplir la función que lo ha distinguido durante esto últimos años: dar la cara por el gobierno federal, ante familiares de víctimas o las víctimas mismas.
A las 11:30 el funcionario federal arribó a la escuela Abraham Castellanos, de esa localidad, donde se llevó a cabo el encuentro que desde la semana pasada fue acordado en la Secretaría de Gobernación.
Mientras que Campa ingresó a las instalaciones, decenas de profesores y habitantes coreaban: “asesinos, asesinos”, consignas que continuaron por lo menos 10 minutos después el ingreso del funcionario a dicha institución.
Durante la reunión maestros, familiares y autoridades municipales demandaron la instalación formal de una fiscalía federal para el caso Nochixtlán, pero con la intervención de organismos internacionales como la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ante la desconfianza que existe en las instancias gubernamentales,
Al respecto el secretario de Asuntos Jurídicos de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Jerónimo Martínez Ambrosio, también dijo que exigirán una disculpa pública a los gobiernos de Enrique Peña Nieto y de Gabino Cué Monteagudo por la “masacre” y “ejecuciones extrajudiciales” que cometió la policía federal y estatal en esta localidad el pasado 19 de junio.