En pleno invierno, se siguen reportando en Sudamérica casos de personas con el diagnóstico de dengue y Chikungunya, las infecciones virales transmitidas por las picaduras de mosquitos.
- De acuerdo con el registro de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), por primera vez se superaron los 10 millones de casos de dengue en la región. Es la peor epidemia en la historia desde la reemergencia de la infección en la década de 1990.
- Exactamente, desde el inicio del año hasta la semana pasada se habían registrado 10.165.294 casos en el Cono Sur y en la zona Andina.
- El año pasado, en cambio, solo fueron 3,8 millones de casos en esas subregiones. En 2024 los países más afectados son Brasil, Argentina, Paraguay y Perú, y allí se han producido más de 5.100 fallecimientos por dengue.
También circula el virus de la fiebre Chikungunya y hubo más de 346.000 casos confirmados en Sudamérica. Esa enfermedad causó la muerte de más de 136 personas en Brasil este año.
“A partir de mayo se redujeron los casos de las infecciones por la disminución de las temperaturas en Brasil. Es porque baja la capacidad de reproducción de los mosquitos en invierno”, dijo a Infobae Maurício Lacerda Nogueira, docente e investigador de la Facultad de Medicina de São José do Río Preto (Famerp) e investigador apoyado por la FAPESP, en Brasil.
- En la Argentina, la epidemia del dengue está también en retroceso. Pero antes de 2023 la circulación autóctona del virus se frenaba durante el invierno. Eso no ocurrió el año pasado: hubo reporte de casos en el Noreste del país. Este año, también la circulación continuó en junio.
- De acuerdo con el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación de la Argentina, se habían notificado 10 casos en Chaco y Corrientes en junio. En la región del Centro, hubo 21 casos confirmados en 5 provincias, incluyendo la provincia de Buenos Aires.
En las últimas 4 semanas en la región del Noroeste se han confirmado 61 casos. Dentro de ese total, 47 casos residían en la provincia de Tucumán. En cambio, en la región de Cuyo y en la provincia de La Pampa no se registraron casos en junio.
“Sí. Hubo transmisión del virus del dengue durante junio en la Argentina, en especial en la provincia de Tucumán, que es parte de la región del Noroeste, y algunos casos aislados en el Noreste, y Centro. Pero la curva de casos tiene una tendencia a cesar en la transmisión como en temporadas previas al 2023″, expresó a Infobae el médico Tomás Orduna, ex jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero en Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz y miembro del comité científico de la Fundación Mundo Sano.
Qué se sabe del dengue en Sudamérica
Hay varios factores que han contribuido a que haya circulación de dengue y Chikungunya, que son transmitidos por los mosquitos Aedes aegypti, en meses de temperaturas más bajas.
- Según aclaró a Infobae José Luis San Martín, asesor regional en enfermedades arbovirales de la OPS, “en el hemisferio sur, la temporada de mayor transmisión tiende a ser durante el primer semestre del año, coincidiendo con la temporada de calor y lluvias.
- Tradicionalmente, los meses de junio y julio son más fríos, lo que no favorece la proliferación de los mosquitos vectores”.
- Sin embargo, “el cambio climático, que incrementa la precipitación y eleva la temperatura, está entre las causas principales del aumento de casos de dengue. Estos factores favorecen la multiplicación y dispersión de los mosquitos, así como de la enfermedad a nuevas áreas».
Con el cambio climático, y la distribución de vectores ampliada, se eleva el número de casos, y también se prolonga la temporada en la que estos insectos están presentes cada año. “Así se extiende la temporada de transmisión anual”, resaltó.
- También los factores que influyeron en que haya más casos de dengue este año incluyen la rápida expansión de las ciudades no planificadas, el crecimiento de la población, y los servicios de agua y saneamiento deficientes.
Esos cambios han generado condiciones propicias para la proliferación de los mosquitos en objetos desechados y recipientes que acumulan agua. La transmisión de dengue y Chikungunya plantea desafíos para el futuro en la región. ¿Se puede hacer algo para que bajen los nuevos casos y las muertes por esas infecciones?
- Para la experta Susana Lloveras, ex presidenta de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero y jefa de la sección Zoopatología Médica del Hospital de Infecciosas Francisco Javier Muñiz de la ciudad de Buenos Aires, “el principal desafío es que se controlen los criaderos y que se evite la acumulación de basura y los potenciales reservorios de larvas”. Desde los funcionarios públicos hasta la ciudadanía en general deberían participar.
- Además -resaltó Lloveras en diálogo con Infobae-, “es importante que se prepare el sistema de salud para una futura epidemia y se capaciten a los equipos de salud para diagnosticar y tratar a las personas afectadas a tiempo”.
- En la ciudad de Posadas, provincia de Misiones, al Noreste de la Argentina, los equipos de vigilancia para la detección de mosquitos en las ciudades empezaron a visitar hogares con el acompañamiento de cadetes de la policía provincial.
“Los técnicos van a acompañados por los cadetes y eso permite que la gente tenga más confianza para dejar que se detecte la presencia de criaderos de mosquitos en recipientes con agua en los hogares”, contó a Infobae Fabricio Tejerina, director de vigilancia y control de vectores de Posadas.
La gravedad de la epidemia en Sudamérica despertó también la atención de expertos de otras regiones. Recientemente en la revista especializada Annals of Medicina & Surgery investigadores de India y Nepal subrayaron en un editorial que la situación del dengue “es un duro recordatorio de la lucha permanente contra las enfermedades infecciosas y de la necesidad de mantener la vigilancia, la preparación y la cooperación a través de las fronteras”.
Comentaron que “al aprovechar la experiencia y los recursos colectivos de los países de la región, al mejorar los sistemas de vigilancia y respuesta y al priorizar las intervenciones de salud pública, se puede mitigar el impacto del dengue y avanzar hacia un futuro en el que brotes de tal magnitud sean cosa del pasado”.
Cómo evitar los criaderos de mosquitos en invierno
Para evitar la presencia de mosquitos en invierno, como informó Infobae, la doctora María Sol De Majo, del Grupo de Estudio de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, recomienda:
- Limpiar con cepillo las paredes de los recipientes que puedan acumular agua
- Tirar agua hirviendo en lugares de difícil acceso
- Tirar recipientes que no se utilicen
Para evitar que se acumulen agua en los recipientes es recomendable:
- Mantener boca abajo recipientes en desuso
- Tratar de perforar los neumáticos o desecharlos
- Destapar canaletas para evitar que se acumule agua
Récord de casos de dengue en América Latina en 2024
“Hasta la semana epidemiológica (SE) 23 del 2024, 43 países y territorios de la Región de las Américas han reportado 9.386.082 casos de dengue, una cifra dos veces mayor al número de casos registrados durante todo el 2023, que fue de 4.617.108 casos”, afirma la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
- De esta manera, el máximo ente sanitario regional advierte que, hasta los primeros días de junio, los contagios registrados duplican a los diagnosticados durante todo el año pasado. El 2023 ya había sido identificado como un récord histórico.
Asimismo, el documento señaló que la región del Cono Sur reportó el mayor número de casos de dengue. En lo que va de 2024, esta zona notificó un total de 8.656.706 contagios. “Esto representa un incremento del 244% en comparación con el mismo periodo del 2023 y del 422% con respecto al promedio de los últimos 5 años en la subregión”, resaltó.
- Además, detallaron que esta cifra se traduce en un aumento del 1.387% en Argentina, en comparación al promedio de los últimos cinco años, y que Brasil es la nación que mayor cantidad de afectados aportó con 7.866.769. Las razones de estos incrementos y las posibles consecuencias fueron analizadas por tres expertos de América Latina
- El dengue es una enfermedad vírica que se transmite a los humanos a través de la picadura de mosquitos infectados, principalmente de las especies Aedes aegypti y Aedes albopictus. Estos zancudos se encuentran en climas tropicales y subtropicales alrededor del mundo, especialmente en áreas urbanas y semiurbanas.
“El creciente riesgo de propagación de la epidemia de dengue guarda relación con varios factores: los cambios en la distribución de los vectores, especialmente en los países que no habían padecido dengue; las consecuencias del fenómeno de El Niño en 2023 y el cambio climático, que incrementa las temperaturas, las precipitaciones y la humedad; la fragilidad de los sistemas de salud durante la pandemia de COVID-19; y la inestabilidad política y financiera de los países que se enfrentan a crisis humanitarias complejas y a grandes movimientos de población”, señalan desde la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cuánto aumentaron los casos de dengue, según la OPS
La incidencia del dengue en el mundo, de acuerdo al máximo ente sanitario mundial, “ha aumentado enormemente” en las últimas décadas. “Los casos notificados a la OMS han pasado de 505 430 en 2000 a 5,2 millones en 2019″, con 2023 como último año récord en el número de contagios, ya que se registró “un máximo histórico de más de 6,5 millones de casos y más de 7300 muertes relacionadas con esta enfermedad”, y más de 80 países de todas las regiones de la OMS afectadas.
“Según una estimación basada en modelos, cada año se producen 390 millones de infecciones por el virus del dengue, de las cuales 96 millones se manifiestan clínicamente”, afirma la OMS. Y destaca que, en otro estudio sobre prevalencia “se calculó que hay 3900 millones de personas que corren riesgo de infectarse por los virus del dengue”, ya que en la actualidad, la enfermedad es endémica en más de 100 países y se “está extendiendo a nuevas zonas de Europa, el Mediterráneo Oriental y América del Sur”.
Por su parte, la OPS asegura que “cerca de 500 millones de personas en las Américas están actualmente en riesgo de contraer dengue”, siendo que en latinoamérica, según los últimos datos emitidos, en lo que va de 2024 se registró un incremento que supera los registro históricos. En el informe, los aumentos por regiones fueron:
- Subregión Istmo Centroamericano y México: presentó un alza del 92% respecto al mismo periodo del 2023 y del 155% con respecto al promedio de los últimos 5 años. México fue la nación que más casos aportó con 83.997, que se traduce en un alza del 241% respecto al año pasado y de 357% en relación con los 5 años anteriores.
- Subregión Caribe: se evidenció un incremento del 469% en el número de casos de dengue en comparación con el mismo periodo del 2023, siendo el porcentaje más alto entre las regiones, y de 552% con respecto al promedio de los últimos 5 años. La República Dominicana fue la más afectada con un aumento del 442% sobre los contagios del año pasado y una suba del 320% sobre el promedio del último quinquenio.
- Subregión Andina: esta zona fue la que mostró un menor crecimiento en el porcenaje de contagios, ya que se registró un aumento del 37% respecto al mismo periodo de 2023 y un incremento de 211% con respecto al promedio de los últimos 5 años. En este caso, Perú lideró las subas con alza del 376% sobre el promedio del último quinquenio.
- Subregión Cono Sur: es la zona que más casos notificó, con 8.656.706 afectados, número que se traduce en un alza del 244% en comparación con el mismo periodo del 2023 y del 422% con respecto al promedio de los últimos 5 años. Pese a que Argentina fue el país que registró el mayor incremento en relación al último quinquenio, con más de 1.387%; Brasil fue la nación que más contagios informó con 7.866.769, cifra que se traduce en una suba del 230% sobre el año pasado.
Por otro lado, la OPS señaló que hasta los primeros días de junio, del total de casos reportados, 9.582 fueron caracterizados como dengue grave y se registraron 4.529 casos fatales, siendo que los seis países que concentran el 98% de los casos fatales son: Brasil con 3.643 (82,4%), Argentina con 355 (8,0%), Perú con 203 (4,5%), Paraguay con 100 (2,3%), Colombia con 74 (1,7%) y Ecuador con 44 (0,9%).
Asimismo, indicó que los cuatro serotipos del virus dengue están circulando en las Américas, y detallaron que en Brasil, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México y Panamá se encuentran los cuatro (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4); y que en Argentina, Perú y Puerto Rico hay tres (DENV-1, DENV2 y DENV-3).
Cuáles fueron las razones detrás del aumento de casos de dengue
Ante esta información, que muestra una mayor presencia de dengue en la región, motorizada principalmente por los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus, Infobae dialogó con tres expertos de América Latina: el infectólogo Tomás Orduna, ex jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero en Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz y miembro del comité científico de la Fundación Mundo Sano; Adrián Díaz, investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas (IIByT, CONICET-UNC); y Marco Safadi, profesor de Pediatría y de infectología en la Facultad de Medicina de la Santa Casa de São Paulo, Brasil y Presidente del Departamento de Infectología de la Sociedad Brasileña de Pediatría.
“Es indudable que cuando creíamos que el 2023 había sido el año de mayor incidencia e impacto de dengue en América, especialmente en Sudamérica y con foco en el Cono Sur, era solo el preludio de lo que estamos experimentando en el 2024, que es mucho más significativo y casi diría sorprendente”, comenzó su análisis Orduna. Y agregó: “Lo que ha ocurrido este año es realmente de una magnitud muy poderosa y en parte quizás no era esperado en estos términos”.
- En ese sentido, destacó: “Cuando vemos que Brasil o Paraguay tienen más de 3000 casos cada 100.000 habitantes, lo cual representa aproximadamente el 3% de incidencia, en nuestro caso en Argentina esa cifra es alrededor del 1%, es decir, mil y pico de casos por cada 100.000 habitantes. Esto es muy significativo y la razón para que esto esté ocurriendo, en principio, es porque estamos perdiendo la batalla contra un vector que coexiste con la vivienda humana, en el entorno doméstico y en las actividades cotidianas de las familias en sus hogares y lugares de trabajo, en los que, en muchos casos, no se han eliminado los criaderos. Una acción que requiere de la participación de cada individuo y de la comunidad organizada”.
“Por supuesto, existen condiciones que favorecen la presencia de criaderos, como el cambio climático, que ha llevado, por ejemplo, a tener criaderos en latitudes tan australes como la ciudad de Bahía Blanca, que este año 2024 tuvo casos autóctonos de dengue. El fenómeno de El Niño ha generado una mayor cantidad de lluvias en el área metropolitana y en el litoral, lo cual probablemente haya contribuido a esta situación combinada, y durante el invierno y la primavera del 2023 hubo continuidad en la transmisión en Argentina”, añadió.
Mientras que Díaz afirmó: “A mí no me sorprenden los números. Pero es sorprendente que de un año para el otro haya aumentado tanto. Lo que sí veníamos viendo era un aumento sostenido de casos y una frecuencia cada vez mayor de epidemias. Ahora, prácticamente hay epidemias de dengue todos los años, que afectan a más provincias. La región central, que antes no se veía tan afectada, ahora es la que genera más casos y las regiones del norte son las que tienen una mayor incidencia de la enfermedad en relación con su población”.
- Bajo la mirada del investigador del CONICET, “este año creo que fue particularmente impactante porque fue un año de El Niño. Es decir, además del calentamiento global y del aumento sostenido de las temperaturas que veníamos experimentando, también se registró un alza en las precipitaciones en el Cono Sur, que incluye a Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay. Eso ha sido un cóctel tremendo para las enfermedades transmitidas por vectores en general, es decir, en este caso el dengue, pero también con el brote de encefalitis equina”.
- En la misma línea, Safadi aportó: “Los cambios globales en las condiciones ambientales que favorecen una mayor proximidad entre las poblaciones de vectores (mosquitos) y humanos están facilitando la propagación de las arboviroses (virus transmitidos por mosquitos)”. Al tiempo que explicó que la creación de este escenario complejo se debe a la interacción y evolución del cambio climático, la deforestación, la urbanización descontrolada y la migración.
“Las severas alteraciones climáticas, cada vez mas frequentes en las últimas décadas, derivan de un efecto de calentamiento global que lleva a un desequilibrio ecológico – continuó el experto-. Los cambios climáticos son considerados como uno de los mayores problemas del siglo XXI. Estas alteraciones interfieren directamente con el medio ambiente natural, y al relacionarlas con el clima y las enfermedades tropicales, se puede notar que los cambios en la temperatura alteran el equilibrio del ecosistema, contribuyendo a un aumento en la transmisión de enfermedades por vectores, con el dengue en la cima de la lista”.
Al tiempo que resaltó que “los picos de transmisión del dengue pueden estar relacionados con un aumento en la tasa de supervivencia del vector adulto en condiciones favorables de temperatura y humedad en la temporada de lluvias, la cual permite que la hembra infectada complete el ciclo de replicación del virus, convirtiéndose así en un vector de infección”.
Además, Safadi analizó: “En relación a lo que está ocurriendo aquí en nuestra región, particularmente en Brasil, hemos sido severamente afectados por el dengue este año 2024, con un récord de aproximadamente 6 millones de casos y más de 3000 muertes hasta ahora. Una característica del impacto de esta temporada es el alto número de muertes en ancianos; aproximadamente dos de cada tres personas fallecidas eran mayores de 60 años, muchos de ellos con comorbilidades”.
Dengue: la presencia de los distintos serotipos y sus riesgos
El informe de la OPS indicó, además, que hay seis países con la presencia de los cuatro serotipos, otros tres con tres. Esta situación podría traducirse, según lo expertos, en cuadros de mayor gravedad.
- Ante este panorama, Safadi analizó lo que ocurre en territorio brasileño y aseguró: “En los últimos 10 años, predominantemente, circulaban los serotipos 1 y 2 del dengue. Sin embargo, por primera vez en años, en 2024 ha aparecido el serotipo 3, con presencia registrada en varias regiones, lo cual podría convertirlo en predominante el próximo año”.
“El hecho de que no haya circulado ampliamente en los últimos años significa que hay una proporción considerable de la población que es susceptible al serotipo 3. Esto plantea una preocupación, ya que una segunda infección con un nuevo serotipo conlleva un mayor riesgo de formas graves de la enfermedad y síntomas severos. El impacto en la asistencia hospitalaria en Brasil este año ha sido significativo, con hospitales y enfermerías llenos de pacientes”, agregó el experto.
Y continuó: “En los últimos dos o tres años, hemos visto tasas de incidencia muy altas en regiones de Brasil donde tradicionalmente el dengue no era tan prevalente. Esto ha llevado a una carga de enfermedad significativa en áreas donde los profesionales médicos no están tan familiarizados con su manejo, lo que dificulta el reconocimiento temprano y el tratamiento adecuado. Esta falta de experiencia puede contribuir a tasas de letalidad más altas de lo deseable”.
- “Cuanta más circulación de personas y mayor cantidad de personas adquieran el virus, mayor será la posibilidad de regiones con ‘mezclas de serotipos’ circulantes”, comenzó Orduna. Y agregó: “En Brasil, de hecho, circulan los cuatro serotipos, con una gran prevalencia este año del serotipo tres, que inicialmente tuvo una fuerte presencia en el Caribe y en la región norte de Sudamérica, y ya había advertido a finales del año pasado que probablemente tendría una alta expresión del dengue tres, lo cual se ha confirmado”.
- Sin embargo, al referirse a la Argentina, el experto de Mundo Sano analizó: “En nuestro caso, por ahora no ha sido así. Hemos tenido principalmente Dengue dos y uno, con una proporción de aproximada de 55% para el dos y 45% para el uno. Dengue tres ha tenido una presencia muy mínima esta temporada en la provincia de Entre Ríos, mientras que el año pasado, en el 2023, había sucedido lo mismo en Tucumán”.
- “A medida que circulan más serotipos con mayor fuerza de transmisión, aumenta la probabilidad de tener una segunda infección. Y si bien es cierto que puede aumentar el riesgo de cuadros graves, la primera vez que una persona se infecta también puede ser suficiente para desarrollar un cuadro grave. Esto depende de los serotipos, genotipos y la respuesta inmunogenética de cada individuo”, explicó.
“Un estudio publicado en la revista Nature en febrero de este año sobre casos graves en India, que incluyó a más de 600 niños y adolescentes, mostró que la mitad de los casos graves correspondían a infecciones primarias y la otra mitad a infecciones secundarias”, dijo Orduna. Al tiempo que añadió: “Aunque desde hace 40 años se ha observado que una segunda infección puede generar un aumento en la viremia y el riesgo de cuadros graves debido a un fenómeno fisiopatológico particular, esto no es una condición necesaria”.
- Incluso, destacó que en el informe de la OPS, al considerar la “cantidad de infectados, que claramente supera los 9 millones de casos, se puede notar que la letalidad del dengue es muy baja en comparación con la letalidad observada durante la pandemia de COVID-19 o la gripe clásica. Es importante mantener un monitoreo constante y una respuesta adecuada para gestionar estos riesgos y proteger la salud pública”.
“Aunque tiene baja letalidad, puede generar un aumento significativo en el número de fallecimientos conforme aumenta el número de afectados”, dijo Díaz a tu turno. Y continuó: “También se genera un impacto en la economía y en la fuerza laboral de la población, así como en los costos que eso representa para el sistema público”.
¿Cuáles son las proyecciones?
Un punto esencial destacado por los especialistas es la periodicidad de las epidemias y el aumento notable en la cantidad de casos, que este año duplicaron a los registrados en 2023. Con estos antecedentes, ¿cuáles podrían ser las proyecciones?
- “Según una estimación de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay 3.900 millones de personas en riesgo de contraer dengue, lo que significa que viven en regiones donde el vector está presente. En Argentina no sé cuál es la estimación exacta, pero según lo que hemos visto, la zona de riesgo de exposición por la presencia del vector se amplía cada vez más”, comenzó Díaz.
- Y agregó: “Ya tenemos el vector establecido en Neuquén y en el norte de Río Negro, y con el cambio climático y el calentamiento global, es muy probable que en algún momento el vector se establezca también en las ciudades de la Patagonia. No sabemos cómo evolucionará el clima en esas regiones, pero la tendencia apunta a que el vector se extenderá a todas las regiones”.
“Si no controlamos el vector, la problemática seguirá existiendo y escalando, porque las condiciones climáticas no están a nuestro favor. Por lo tanto, también esperamos una mayor notificación de casos y un periodo extendido de tiempo en el que se desarrollen las epidemias. Si continúa aumentando la circulación de los serotipos, también podrían aumentar las coinfecciones, lo cual podría generar un aumento en los casos graves”, concluyó Díaz.
- Mientras que Safadi sumó: “En la última década, Europa también ha experimentado un aumento en la transmisión autóctona, ya que las poblaciones de mosquitos avanzan hacia el norte desde el Mediterráneo y aumenta el viaje a áreas endémicas. En los últimos años, ha sido una creciente preocupación también en América del Norte, particularmente en los Estados Unidos, porque también se han visto brotes esporádicos en el territorio continental y la propagación está estrechamente vinculada a la presencia y distribución de los mosquitos”.
- Por último, Orduna advirtió que predecir “qué va a ocurrir en la próxima temporada es futurología incierta”, aunque advirtió que se ha visto “cómo se fueron acortando los tiempos entre las epidemias”. “El ejemplo de Argentina es muy claro. En 1998 ingresa el dengue y la primera epidemia ocurrió en 2009. Es decir, pasaron 11 años, la siguiente se acortó a siete años, en 2016. De ahí, a solo cuatro años, en 2020, que quedó solapada por el COVID, y la siguiente epidemia, en 2023, mostró una continuidad con respecto al año anterior, y ahora en 2024 estamos experimentando una incidencia poderosa”.
“¿Qué sucederá en la nueva temporada? Es difícil predecirlo, pero las condiciones climáticas favorecen la expansión del vector, aunque el fenómeno del Niño no predomine. Si no tomamos medidas concretas para combatir la presencia de criaderos, puede aumentar. ¿Qué podemos esperar? Es difícil preverlo, pero nadie puede descartar otro año con un impacto epidémico significativo”.
Y concluyó: “Debemos mantener siempre la conciencia de que, además de la lucha contra el vector, es crucial capacitar a los equipos de trabajo para enfrentar una epidemia en términos de recursos humanos, suministros e infraestructura sanitaria; educar a la población sobre los signos y síntomas de alerta; y que el sistema de salud esté preparado con recursos, maneje eficazmente la comunicación y promueva la educación comunitaria. Además, la vacunación está emergiendo como una herramienta importante que puede desempeñar un papel crucial en el futuro, junto con otras posibles herramientas terapéuticas”.
Virus Oropouche: reportan las primeras dos muertes en el mundo
El virus Oropouche (OROV) ya causó las primeras dos muertes registradas mundialmente, lo que ha generado alarma. Estas defunciones ocurrieron en Brasil, en el estado de Bahía, y ambas víctimas eran mujeres menores de 30 años sin comorbilidades conocidas. Este evento coincide con un brote de dengue severo en Brasil, lo que ha complicado aún más la situación epidemiológica del país.
- En el comunicado de las autoridades brasileñas, se describe que las primeras víctimas fueron dos mujeres del interior del estado de Bahía «con menos de 30 años, sin comorbilidades, pero que tuvieron señales y síntomas similares a un cuadro de dengue grave».
«Hasta el momento no había ningún relato en la literatura científica mundial sobre fallecimientos por la enfermedad».
Además, las autoridades investigan otra muerte por sospecha de Oropouche en el estado de Santa Catarina, mientras que descartaron un posible deceso en el estado de Maranhão.
¿Qué es el virus Oropouche?
El virus Oropouche es un arbovirus transmitido principalmente por el jején Culicoides paraensis, y ocasionalmente por el mosquito Culex quinquefasciatus. Detectado por primera vez en Brasil en 1960, el virus se ha propagado en diversos países de América Latina, incluyendo Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Panamá, Perú y Trinidad y Tobago.
La fiebre de Oropouche presenta síntomas similares a los del dengue, como fiebre alta, dolores de cabeza, mialgias y artralgias. Sin embargo, los síntomas suelen ser más leves. En algunos casos, se han observado complicaciones graves como meningitis y encefalitis.
Situación actual y brotes
En 2024, Brasil ha enfrentado un aumento significativo de casos de fiebre de Oropouche, reportando al menos 7,236 casos, principalmente en la región amazónica. Este brote ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias, quienes están investigando varios casos sospechosos de muerte relacionados con el virus en diferentes estados del país. Las dos primeras muertes confirmadas por Oropouche en el mundo ocurrieron en el estado de Bahía, involucrando a dos mujeres jóvenes sin comorbilidades previas, lo que subraya la gravedad potencial del virus en ciertas circunstancias.
- El brote de Oropouche en Brasil coincide con un período de alta incidencia de otras enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue, lo que complica la respuesta sanitaria. En 2024, Brasil también ha experimentado su peor brote de dengue en la historia, con miles de muertes confirmadas y millones de casos positivos.
- Esta situación ha sobrecargado los sistemas de salud, dificultando la capacidad de las autoridades para manejar múltiples epidemias simultáneamente. La coexistencia de estas enfermedades destaca la necesidad de estrategias integradas de vigilancia y control de vectores.
- Las autoridades sanitarias de Brasil están implementando medidas intensivas para contener la propagación del virus Oropouche y mitigar su impacto. Estas incluyen campañas de fumigación, eliminación de criaderos de insectos y educación pública sobre la prevención de picaduras de jejenes y mosquitos.
Además, se están realizando investigaciones para evaluar posibles casos de transmisión vertical del virus, es decir, de madre a hijo durante el embarazo, lo que ha generado preocupación adicional debido a las complicaciones observadas en algunos casos, como abortos espontáneos y anomalías congénitas.
Transmisión y prevención
El virus Oropouche (OROV) se transmite a los humanos principalmente a través de la picadura del jején Culicoides paraensis, aunque también puede ser transmitido por el mosquito Culex quinquefasciatus. A diferencia de otros virus, hasta la fecha no se ha registrado evidencia de transmisión de persona a persona, lo que significa que el control de los vectores es crucial para prevenir la propagación de la enfermedad. Los insectos vectores se infectan al alimentarse de la sangre de animales o humanos infectados y luego transmiten el virus en sus siguientes picaduras.
- La prevención del virus Oropouche se centra en estrategias de control vectorial. Es fundamental el uso de repelentes de insectos y mosquiteros para reducir el contacto humano con los jejenes y mosquitos infectados. Además, eliminar los criaderos de insectos, como recipientes con agua estancada donde los mosquitos pueden reproducirse, es una medida clave para reducir la población de vectores. Estas acciones no solo ayudan a prevenir el OROV, sino también otras enfermedades transmitidas por vectores como el dengue y el Zika.
Las campañas de salud pública juegan un papel importante en la prevención del OROV, educando a las comunidades sobre la importancia del control de vectores y las medidas de protección personal. Las autoridades sanitarias también deben enfocarse en la vigilancia epidemiológica para detectar y responder rápidamente a los casos emergentes de la enfermedad. La colaboración internacional y el apoyo de organizaciones como la OPS y la OMS son esenciales para coordinar los esfuerzos de prevención y control en las regiones afectadas.
Medidas sanitarias y respuesta internacional
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han tomado un rol activo en la lucha contra el virus Oropouche (OROV), instando a los países miembros a intensificar sus esfuerzos de vigilancia epidemiológica. Este enfoque incluye la identificación rápida de casos, lo cual es esencial para prevenir la propagación del virus.
- Además, la capacitación del personal de salud para el diagnóstico y manejo adecuado de los pacientes afectados es una prioridad. Estas medidas son cruciales, especialmente en áreas rurales y urbanas que ya están lidiando con otros arbovirus como el dengue y el chikungunya, donde los recursos de salud pública pueden estar limitados.
- La educación pública es otra componente fundamental de la estrategia de respuesta internacional. La OPS y la OMS enfatizan la importancia de informar a las comunidades en riesgo sobre las medidas preventivas que pueden tomar para protegerse contra las picaduras de insectos vectores.
- Esto incluye el uso de repelentes, mosquiteros y la eliminación de criaderos de mosquitos. La concienciación pública no solo ayuda a reducir la incidencia del OROV, sino que también fortalece la respuesta comunitaria a otros brotes de enfermedades transmitidas por vectores.
Además de las medidas preventivas y de respuesta directa, la cooperación internacional y el intercambio de información son esenciales para abordar el virus Oropouche de manera efectiva. Las organizaciones de salud globales trabajan en conjunto con gobiernos locales y otras entidades internacionales para coordinar los esfuerzos de vigilancia, investigación y control del vector. Esta colaboración es vital para el desarrollo de estrategias integrales que puedan adaptarse a las condiciones específicas de cada región afectada, asegurando una respuesta más eficaz y reduciendo el impacto del virus en la salud pública.
Peligros y futuras implicaciones
El surgimiento de las primeras muertes por el virus Oropouche subraya la necesidad urgente de investigación y desarrollo de estrategias de control más efectivas. La co-circulación de OROV con otros arbovirus en América Latina podría exacerbar los desafíos de salud pública en la región, aumentando la carga sobre los sistemas de salud ya tensionados por enfermedades como el dengue y el Zika.
Otros virus recientes
La aparición de las primeras muertes por el virus Oropouche es un recordatorio de la capacidad de los arbovirus para provocar brotes severos y letales. Es esencial que las autoridades sanitarias y la comunidad internacional redoblen sus esfuerzos para controlar la propagación de este virus y proteger la salud pública.
- En la última década, la humanidad ha enfrentado múltiples amenazas virales que han puesto a prueba la capacidad de respuesta sanitaria a nivel global. Estos virus han emergido en diferentes regiones del mundo, desencadenando brotes y pandemias que han tenido efectos devastadores en la salud pública y las economías de los países afectados.
- En la fotogalería, se presentan cinco de los virus más recientes que han impactado a los humanos, cada uno con características únicas y desafíos específicos para su control y tratamiento. Estos virus destacan la importancia de la vigilancia epidemiológica, la investigación y las medidas de control de enfermedades emergentes para proteger la salud pública mundial.
La fiebre de Oropouche, una enfermedad viral todavía poco conocida
Detectado por primera vez en el archipiélago de Trinidad y Tobago en 1955, este arbovirus se transmite principalmente a los humanos por picaduras de jejenes, pero también puede propagarse a través de mosquitos.
- «Según nuestro conocimiento actual, el virus no se transmite directamente de hombre a hombre», dijo la especialista italiana en enfermedades infecciosas Concetta Castilletti. Las autoridades sanitarias brasileñas también están examinando seis posibles casos de transmisión de la enfermedad de mujeres embarazadas a sus hijos.
- Hasta ahora la fiebre de Oropouche se ha detectado principalmente en áreas de América del Sur, América Central y el Caribe.
- Desde principios de 2024 se han registrado más de 7.700 casos en cinco países: Brasil, Bolivia, Perú, Cuba y Colombia, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), vinculada a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Solamente en Brasil se registraron a la fecha 7.236 casos.
Las primeras muertes anunciadas por Brasil coinciden con una grave epidemia de dengue que ya provocó miles de muertes.
A principios de este año se identificaron por primera vez dos casos de fiebre de Oropouche en Europa en dos personas no relacionadas que regresaron a Italia después de un viaje a Cuba, según Concetta Castilletti.
¿Qué síntomas y qué tratamientos?
El virus causa síntomas similares a los del dengue: fiebre, dolor muscular, rigidez en las articulaciones, dolor de cabeza, vómitos, náuseas, escalofríos o sensibilidad a la luz. Las formas graves pueden provocar complicaciones potencialmente mortales, como meningitis.
No hay tratamientos específicos ni vacunas
En las regiones afectadas, la mejor protección es evitar las picaduras de jejenes y mosquitos, cubriéndose las piernas y los brazos, utilizando repelentes y mosquiteros de malla fina, según la OPS.
¿Una amenaza para el futuro?
Comparada con otros arbovirus de su familia, como el dengue y el chikunguña, la fiebre de Oropouche no fue muy estudiada y quedan muchas incógnitas al respecto, empezando por el número exacto de casos constatados.
- Además, es difícil de distinguirla del dengue y se desconoce entre otras cosas el ciclo de transmisión entre animales y humanos o los factores de complicación. Es un clásico ejemplo de una enfermedad «desatendida», según un artículo publicado en la revista Lancet Infectious Diseases.
- El virus «tiene el potencial de convertirse en una amenaza significativa» dada su presencia en diferentes ambientes, la cantidad de especies que pueden transmitirlo y el riesgo de complicaciones graves, según los autores del artículo.
- Según Concetta Castilletti, las autoridades regionales, nacionales e internacionales necesitan comunicarse más y prepararse para posibles epidemias. «Hay que esperar lo inesperado, como debería habernos enseñado la pandemia de covid-19», dice la científica italiana.
Los expertos también han alertado en los últimos años sobre el impacto del calentamiento global, que aumenta la presencia de mosquitos en muchas regiones del mundo y así crece el riesgo de propagación de enfermedades como el dengue y la fiebre de Oropouche.
La OPS alerta la posible transmisión materno infantil del virus de Oropouche
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó sobre la identificación de posibles casos de transmisión maternoinfantil del virus de Oropouche (OROV) en Brasil y emitió una alerta epidemiológica para que los países de América refuercen la vigilancia de ante la posibilidad de que surjan cuadros similares en las zonas donde circula ese y otros arbovirus.
- El virus OROV, adquirido generalmente a través de la picadura del jején y de varias especies del mosquito Culex, se detectó por primera vez en Trinidad y Tobago en 1955 y desde entonces se han documentado brotes esporádicos en Brasil, Ecuador, Guyana Francesa, Panamá y Perú.
La enfermedad Oropouche produce fiebre repentina, dolor de cabeza, rigidez en las articulaciones, dolores y, en algunos casos, fotofobia, náuseas y vómitos persistentes que pueden durar de cinco a siete días. Aunque la presentación clínica grave es rara, puede evolucionar a meningitis aséptica. La recuperación completa puede llevar varias semanas.
- Recientemente se ha observado un aumento en la detección de casos en la región, con 7700 casos notificados en cinco países. Brasil lidera la lista con 6976 casos. La identificación de sospechas de transmisión maternoinfantil del virus se produce en el contexto de este aumento de casos notificados.
- En un caso reciente, una mujer embarazada de Pernambuco presentó síntomas de Oropouche durante la semana 30 de gestación. Tras la confirmación en laboratorio de la infección por OROV, se reportó posteriormente la muerte del feto. Un segundo caso sospechoso fue notificado en el mismo estado brasileño, donde se observaron síntomas similares en una gestante, y resultó en un aborto espontáneo.
La OPS indicó que la posible transmisión vertical y consecuencias en el feto aún están en investigación; sin embargo, pidió a los países mantenerse muy atentos ante casos similares para entender mejor esta posible vía de transmisión y sus implicaciones.
Directrices y medidas de prevención
Por lo pronto, la OPS publicó esta semana directrices para la detección y vigilancia del virus Oropouche ante posibles casos de infección maternoinfantil, malformaciones congénitas o muerte fetal. La Organización colabora estrechamente con los países donde se han confirmado casos para compartir conocimientos y experiencias.
- Para controlar el OROV, la OPS llama a los países de la región a implementar medidas de prevención y control de vectores, entre ellas, fortalecer la vigilancia entomológica, reducir las poblaciones de mosquitos y otros insectos transmisores y educar a la población sobre medidas de protección personal, especialmente a las embarazadas, para prevenir picaduras.
Entre las acciones recomendadas se encuentran: proteger las viviendas con mosquiteros de malla fina en puertas y ventanas, usar ropa que cubra piernas y brazos, especialmente en hogares donde haya personas enfermas; aplicar repelentes que contengan DEET, IR3535 o icaridina, y utilizar mosquiteros en camas o muebles donde descansen las personas.
México emite alerta por fiebre Oropouche
La Secretaría de Salud (SSa) de México ha emitido una alerta de viaje a diferentes países de América Latina a causa de la fiebre Oropouche. La enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad y suele confundirse con otras afecciones como el dengue o el paludismo. No existe un medicamento específico para tratarla ni una vacuna preventiva.
- Las autoridades de salud indicaron que el padecimiento es común en las zonas tropicales de Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Panamá, Perú y Trinidad y Tobago. Este año se han detectado contagios en regiones como Bolivia y Cuba. La medida preventiva que promueve la SSa aplica para Brasil, Colombia, Cuba y Perú.
“Los individuos que viajan por motivos turísticos a la región del Amazonas o para trabajar en la agricultura o silvicultura están expuestas a un riesgo mayor”. Hasta el momento, no se han documentado incidencias del padecimiento en territorio mexicano.
Avance de la enfermedad en Latinoamérica
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicó en febrero pasado una alerta epidemiológica por un aumento en los casos de fiebre de Oropouche en algunas áreas de América Latina. Brasil ha documentado 5,530 de incidencias en lo que va del año. La cifra es notablemente mayor a los 836 contagios totales registrados durante 2023. Bolivia, Colombia y Perú también han experimentado un incremento en los contagios y Cuba informó sus primeros incidentes.
- Un estudio publicado por la Universidad Nacional de Colombia en diciembre de 2022 identificó 87 casos de la enfermedad ocurridos entre 2019 y 2021 en las ciudades Cúcuta, Cali, Leticia y Villavicencio. Los resultados fueron corroborados por el Instituto Nacional de Salud de aquel país en 2023.
- En Perú se han detectado 94 casos en las localidades de Madre de Dios, Cusco, San Martín, Cajamarca, Loreto y Ayacucho. El Gobierno de Cuba informó sobre la presencia del virus en dos municipios de la nación el pasado 27 de mayo.
La comunidad científica advierte que el patógeno se ha extendido fuera de su región endémica desde el año 2000. Atribuyen el fenómeno a una mayor circulación de personas en el continente, a la deforestación y el desplazamiento consecuente de huéspedes animales del virus, y a un aumento en la reproducción del mosquito transmisor por las altas temperaturas e inundaciones provocadas por el cambio climático.
La OPS y la Organización Mundial de la Salud pidieron a los organismos de salud locales reforzar los mecanismos de detección y manejo de las incidencias. Aconsejaron informar a la población en riesgo sobre las medidas de prevención y control. /Agencias-PUNTOporPUNTO