Hoy en día, la mitad de la población mundial sufre escasez grave de agua al menos durante una parte del año, según el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC). Por eso y para concienciar sobre la importancia de un recurso esencial, el 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua.
- A lo largo de la historia, la lucha por el control y acceso de los recursos hídricos ha provocado muchos enfrentamientos en todo el mundo. En los últimos 22 años, se han registrado al menos 1.057 conflictos por el agua, según los datos del Pacific Institute.
- Dicha organización sin ánimo de lucro ha analizado la situación mundial del agua. Este think tank clasifica los enfrentamientos en función del rol principal que adquieren los recursos hídricos de la región: desencadenantes, armas o víctimas.
Solo en los dos últimos años se han recopilado 202 conflictos por el agua en el mundo, casi tantos como en la primera década del siglo. En los últimos cinco años ha habido un pico de violencia, que algunos expertos relacionan parcialmente con factores climáticos.
- En esa línea, Carlos Garriga, director de la fundación We Are Water, asegura que «la escasez, provocada por el cambio climático incrementa la tensión tanto transfronteriza como entre cuencas de un mismo país» y, al mismo tiempo, surge «el eterno dilema entre [destinar] el agua para la agricultura» o «para las ciudades».
Los países de Oriente Medio son algunos de los más castigados por el cambio climático y el agua es considerada un recurso estratégico.
- «Se ha convertido en una cuestión política mayor y todos los acuerdos o iniciativas de paz incluyen el agua como tema principal», asegura Najib Abu-Warda, experto en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
- Los enfrentamientos varían en función del país, economía, política y geografía, entre otros. Para sintetizarlo, DatosRTVE ha seleccionado siete países cuya situación hídrica aporta una visión representativa de qué está pasando con el agua en el mundo.
Yemen, casi 18 millones de personas sin acceso a agua potable
Han pasado ocho años desde que estalló la guerra en Yemen entre el gobierno del país y el movimiento rebelde de los chiitas hutíes, pero la crisis que sufren sus habitantes parece que está lejos de sofocarse: pobreza, miseria, desplazamientos masivos, enfermedades que se propagan sin previo aviso y más de 23 millones de personas -tres de cada cuatro- requieren ayuda humanitaria.
- La escasez de agua, que ya era un problema recurrente, mantiene a la población en una situación extremadamente vulnerable. A finales de 2022, casi 18 millones de personas -la mitad de ellos, niños- no tenían acceso a servicios de agua potable, saneamiento e higiene, según UNICEF.
- Desde que comenzó la guerra se han provocado constantes daños y cortes en la infraestructura de suministro y protestas a causa del estrés hídrico -la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible-.
- Tan solo en 2015 se registraron más de 20 ataques aéreos que provocaron daños en pozos y el gobierno aseguró que hasta 4.000 personas morían anualmente a causa de la violencia relacionada con el agua. Cuatro años después, el número de incidentes siguió aumentando y con este también el número de víctimas.
En lo que va de siglo, el Pacific Institute ha recogido 154 conflictos por el agua en Yemen -10 en los últimos dos años-: se han atacado al menos 140 veces los recursos hídricos del país y en 15 ocasiones la escasez de los mismos o falta de suministro ha sido el detonante del enfrentamiento.
La población iraquí sigue sufriendo los estragos de los conflictos bélicos desde los años 80: la guerra con Irán, la invasión de Kuwait, las dos guerras del Golfo y la guerra de Irak. A una compleja situación política y económica se le suma la escasez de agua, que ya afecta a siete millones de iraquíes -uno de cada seis-.
Según el último informe de Human Rights Watch, Irak es el quinto país más vulnerable al calentamiento global y sufre una crisis climática sin precedentes: mayor temperatura, menos precipitaciones, una sequía prolongada y una mala gestión de los recursos hídricos.
- Por otro lado, los conflictos bélicos han agravado la situación acelerando a propósito la reducción del 90% de las marismas para presionar a la población y la destrucción de varias infraestructuras de suministros.
- A pesar de que Irak está bañado por el Tigris y el Éufrates, el 50% del agua que se utiliza proviene de otros países debido a la alta salinidad y, por tanto, baja calidad de su suelo y agua.
Sin embargo, ante una situación de escasez generalizada, países externos como Irán construyen presas para controlar el caudal y el agua que llega a Irak disminuye. El experto Carlos Garriga considera este problema transfronterizo «políticamente irresoluble», por involucrar también a otros países como Siria y Turquía.
En total, en los últimos 22 años el Pacific Institute ha registrado 73 conflictos por el agua -en el 82% de los casos los recursos hídricos han sido atacados deliberadamente-, 35 de ellos se dieron durante el tiempo que duró la guerra de Irak (2003-2011) y en 2014 hubo un repunte con 13 enfrentamientos.
Israel-Palestina, 70 años de violencia y crisis recursos hídricos muy desigual
La guerra árabe-israelí estalló en 1948, entre otras razones, porque Israel no tenía en su territorio recursos hídricos para sobrevivir ni desarrollarse. Dos décadas más tarde, con la Guerra de los Seis Días (1967) y la captura de Cisjordania y la Franja de Gaza, Israel comenzó una política hidrológica que ha llevado al límite a la población de los Territorios Palestinos Ocupados (TPO).
- Después de que Israel nacionalizara los recursos hídricos de la región, los Acuerdos de Oslo en los 90 intentaron asegurar el reparto del agua entre ambos territorios, pero en la práctica Israel se queda con el 85% y controla todo el sistema.
- «Las autoridades israelíes prohíben a los palestinos construir o servirse de infraestructuras hidráulicas», señala Najib Abu-Warda.
- Israel y Palestina comparten las aguas superficiales del río Jordán y sus afluentes y, aunque solo el 3% de la cuenca del Jordán se encuentra en territorio israelí, el estado «aprovecha el 60% del caudal del río en detrimento de sus vecinos libaneses, sirios, jordanos y palestinos», puntualiza el experto a DatosRTVE.
También comparten los acuíferos ubicados en Gaza y Cisjordania, pero, a pesar de que los recursos se ubican en los TPO, los palestinos pagan hasta tres veces más que los israelíes por el acceso al agua -destinan entre un 20 y un 40% de sus ingresos-.
En Gaza, la situación es incluso más alarmante: el 95% de su fuente hídrica está contaminada, depende totalmente del agua que compra a Israel y durante el conflicto militar de 2014 más de un millón de habitantes se quedaron sin acceso a agua.
- Mientras que en Israel cada persona consume unos 280 litros de agua al día, en Palestina el consumo medio no supera los 75 litros y en regiones como Gaza apenas llega a los 20 -la OMS recomienda un consumo medio de 100 litros por persona y día-. Es más, «los colonos israelíes en Cisjordania utilizan casi nueve veces más agua por persona que los palestinos», señala el profesor Abu-Warda.
- Setenta años de conflictos, dos intifadas, desigualdad y discriminación y políticas muy restrictivas han provocado que escale el conflicto: 23 de 46 enfrentamientos por el agua ocurrieron en 2021 y en todos ellos las fuerzas israelíes destruyeron infraestructuras y pozos palestinos en Cisjordania, incrementando el problema de escasez hídrica, y hay quien teme una tercera intifada.
India, solo el 4% de los recursos hídricos del planeta para el 18% de la población
- India, el segundo país más poblado del mundo, se enfrenta a la peor crisis hídrica de su historia: 600 millones de personas, casi la mitad de la población, sufren escasez de agua y un 75% de los hogares no disponen de agua potable.
- A pesar de agrupar al 18% de la población del planeta, el país solo dispone del 4% de los recursos hídricos y los expertos estiman que para 2050 la población habrá aumentado y la demanda de agua se habrá duplicado.
- El rápido crecimiento demográfico, la sequía agrícola, los servicios sanitarios mal gestionados y que más del 70% del agua residual del país no se trata ni es apta para el consumo humano presiona aún más al país.
El Banco Mundial estima que más del 21% de las enfermedades están relacionadas con la mala calidad del agua y la ONU estima que uno de cada cinco niños menores de cinco años muere debido a la contaminación, falta de saneamiento o higiene inadecuada del agua.
Su sistema hídrico depende de los ríos Ganges e Indo, pero su uso no es exclusivo y la mayoría de los ríos interestatales se han convertido en fuentes de conflicto.
- En 1960 se firmó el Acuerdo sobre las Aguas del Indo para repartir sus aguas entre India y Pakistán, pero la construcción de presas indias para controlar el caudal ha provocado numerosos enfrentamientos.
- Por otro lado, la privatización del agua de uso consuntivo genera la mayoría de los conflictos entre castas: los grupos socioeconómicos marginados, conocidos como «dalits», sufren amenazas, tortura y violencia cuando quieren acceder al agua y a menudo sus fuentes de agua son contaminadas a propósito.
- En lo que va de siglo se han dado 99 conflictos en el país relacionados con el agua. En ocho de cada diez disputas los recursos hídricos han sido el desencadenante de la violencia.
Además, durante 2019, el año de la emergencia climática, sucedieron más de una tercera parte de los enfrentamientos.
Somalia, dos tercios del país sin agua potable y millones de personas en sequía
Con 17 millones de habitantes y la agricultura como actividad principal, Somalia lleva cinco temporadas sin apenas ver la lluvia sobre la región y el 40% de su población padece hambre severa, de acuerdo con el IPC de Riesgo de Hambruna (2022).
- Se trata de la peor sequía en 40 años y entre enero de 2021 y septiembre de 2022 ha provocado que más de un millón de somalíes abandonen su hogar en busca de alimento y agua, según ACNUR.
- Solo una de cada tres personas tiene acceso a agua potable y casi un millón y medio de personas viven en condiciones de sequía severa, de acuerdo con UNICEF.
- El 80% de la población requiere asistencia, los precios de los bienes básicos como el agua suben rápidamente y la situación política del país no hace sino agravar aún más la situación.
En las últimas tres décadas, Somalia ha sufrido todo tipo de conflictos políticos y armados por el control de un país hundido en la anarquía: desde enfrentamientos entre clanes hasta el terrorismo de Al Shabaab, un grupo conectado con Al Qaeda.
- El gobierno apenas tiene poder fuera de la capital, Mogadiscio, que al mismo tiempo fue catalogada en 2017 como la quinta ciudad más peligrosa del mundo por el repunte de ataques terroristas y el atentado más mortífero de su historia -600 víctimas mortales-.
- Las milicias yihadistas controlan las áreas rurales y los principales municipios del centro y sur del país y exigen elevados impuestos a los granjeros locales para el uso del terreno y sus recursos hídricos.
Desde inicios de siglo, el Pacific Institute ha registrado 41 conflictos por el agua -la mitad de los enfrentamientos fueron entre clanes y el 34% atribuidos a Al Shabaab-. En más de la mitad de los conflictos la gestión de los recursos hídricos o su acceso ha sido el desencadenante del enfrentamiento, a menudo mortal, y en 2017 se dieron el 20% de ellos.
Nigeria, 40 años de escasez de agua y más de 10.000 muertes en ocho años
Nigeria sufre escasez de agua desde hace más de 40 años y, en un país de 206 millones de personas, solo tres de cada diez tenían en 2018 agua en sus hogares, según la última encuesta de Demografía y Salud (NDHS).
- Nueve de cada diez familias no tratan el agua antes de consumirla, a pesar de que la contaminación es una constante en la región, entre otras cosas debido a los múltiples vertidos de petróleo -entre 2011 a 2017 se vertieron 21,7 millones de litros de crudo en el Delta del río Níger-.
- El crecimiento demográfico, la recesión del 95% de la cuenca del lago Chad desde la década de los 80, que el clima sea cada vez más seco y que llueva menos ha derivado en una creciente demanda de agua y, por tanto, en numerosos conflictos por el control y precio de los recursos hídricos del país.
- Desde el año 2000, el Pacific Institute solo ha registrado ocho conflictos por el agua en el país, pero uno de ellos ha durado ocho años, desde 2011 a 2018. Se trata del continuo enfrentamiento entre pastores y granjeros por la gestión de las tierras y pozos donde desarrollar su actividad económica.
Ante un descenso de las tierras fértiles, los pastores Fulani, que habitualmente poblaban el norte del país, se vieron obligados a bajar al sur e invadir las tierras de los agricultores. Este conflicto se ha cobrado más de 10.000 vidas y tuvo su pico de violencia entre 2016 y 2018, cuando se registraron más de 3.600 muertes, según el informe de Amnistía Internacional.
Colombia, un tercio de la población sufre estrés hídrico
Colombia, en la cuenca del Amazonas, dispone de hasta seis veces más agua que la mayoría de países, pero uno de cada tres municipios sufre estrés hídrico, según el último Estudio Nacional del Agua (2018).
- La mayoría de sus 51,5 millones de habitantes se abastecen de aguas subterráneas o pequeñas aguas superficiales, lo que provoca escasez e inseguridad, que han empeorado con el aumento de la población y el cambio climático -deshielo en los nevados, sequías e inundaciones-.
- Sus problemas derivan tanto de la escasez y la contaminación como del exceso y esto provoca desigualdad, pobreza y desplazamientos.
- De acuerdo con WWF, sus ríos reciben más de 900.000 toneladas de materia orgánica no biodegradable cada año, el sector primario se expande a costa de sus humedales y la minería legal e ilegal consume buena parte de los recursos hídricos.
El 50% de los departamentos -17 de 32- tienen problemas de abastecimiento y gestión y en épocas de sequía el porcentaje aumenta hasta el 80%. La situación más grave se vive en Cauca, Córdoba, Magdalena y La Guajira, una región desértica, donde en los últimos diez años casi 5.000 niños han muerto por desnutrición y falta de agua potable.
La falta de infraestructuras eficaces y la inestabilidad política fruto de casi seis décadas de conflictos no hacen sino acrecentar el problema. Según recoge el Pacific Institute, se han dado 23 conflictos por el agua en lo que va de siglo y uno de cada tres ocurrieron en 2002.
- En el 80% de los casos los recursos hídricos han sido la víctima del conflicto y la mitad de los conflictos se relacionan con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) -que empezaron su desmovilización en 2017-. Desde 2018, no se han vuelto a registrar conflictos, pero la situación hídrica del país sigue empeorando.
Posible, evitar conflictos por el agua
Más de 2,300 millones de personas viven en países con estrés hídrico y de ellas 733 millones habitan en naciones con estrés hídrico crítico, lo que significa que la demanda de agua en dichas regiones es más alta que la cantidad disponible o que su uso ha sido restringido por su baja calidad. Asimismo, que 26 por ciento de la población mundial carece de acceso a servicios de agua potable gestionados sin riesgos.
Pero no son las únicas cifras alarmantes difundidas por la ONU-Agua. En su informe Summary Progress Update: SDG 6 — water and sanitation for all señala que 107 países no están “bien encaminados para gestionar de manera sostenible sus recursos hídricos de aquí a 2030”. Y para 2025 habrá 1,800 millones de personas viviendo en países o regiones con absoluta escasez.
- Ante dicha situación, expertos alrededor del mundo han recordado las palabras de Ismail Serageldin, vicepresidente del Banco Mundial, quien en un discurso fechado el 2 de noviembre de 1995 afirmó que “si las guerras del siglo XX se lucharon por el petróleo, las del próximo siglo serán por el agua” y la historia reciente parece darle la razón.
- No obstante, para Manuel Perló Cohen, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, los potenciales conflictos que pueda originar la falta de agua potable están a tiempo de ser prevenidos: “Sí se puede evitar, sí se puede disminuir el riesgo y la tensión. No se trata de presentar una visión apocalíptica de que vamos a enfrentarnos inevitablemente por temas del agua”.
El coautor de ¿Guerra por el agua en el Valle de México? dijo que, de acuerdo con la World Water Organization, se tienen registrados 1,298 conflictos mayores relacionados con recursos hídricos desde el año 2500 a. C.
“Sólo de 2020 a 2022 hubo 202 pugnas por el agua. Es una bandera roja, si no hacemos una serie de cambios, si no modificamos todo el espectro del problema, la situación llegará a los enfrentamientos y posiblemente hasta la guerra”, señaló el universitario.
Focos rojos
De acuerdo con Perló Cohen, hay cinco zonas alrededor del mundo donde las disputas por el agua podrían intensificarse en el corto y mediano plazos si no se promueve una mediación efectiva entre los distintos actores involucrados:
- Cuenca del Nilo: De las aguas de este río, que históricamente ha sido ligado a Egipto, dependen más de 250 millones de personas en 9 naciones distintas; además de la antes mencionada, su paso recorre el territorio de Burundi, la República Democrática del Congo, Egipto, Kenia, Ruanda, Sudán, Uganda, Tanzania y Etiopía.
“Todo lo que se haga en algún punto del Nilo afecta a los demás, ahora la preocupación existe porque en Etiopía se está construyendo una gran presa –quizá la más grande de toda la cuenca– servirá mucho para el país –dará electricidad, riego, etcétera– pero puede afectar a Egipto; ellos no pueden permitir que el río sufra una modificación mayor, porque es una nación que sigue creciendo en población y que requiere muchos alimentos, no puede ver disminuida la corriente de agua que tiene”, subrayó el investigador.
- Río Indo: Uno de los afluentes más extensos de Asia es compartido por India y Pakistán, países que han intentado en las últimas décadas definir cómo y quién tiene derecho a su corriente sin conseguir llegar a un acuerdo. Los conflictos étnicos y religiosos entre ambas naciones abonan a la situación de inestabilidad. La BBC calcula que para el 2050 el Indo y las industrias que dependen de éste generarán una derrama económica de 2.6 billones de dólares.
- Cuenca del Tigris y del Éufrates: El caudal compartido por Turquía, Siria e Irak, relató Perló Cohen, ha ocasionado tensiones debido al control que han impuesto los turcos sobre el agua río arriba, ocasionando una falta de suministro para sus vecinos del sur.
“La guerra civil en Siria, en opinión de muchos analistas, tiene que ver con la gran sequía que se dio entre 2006 y 2011, factores climáticos y ciertas obras empezaron a restringir el flujo río abajo que afectó especialmente a un país que es semidesértico, como es el caso de Siria”, añadió el especialista.
- Cuenca del Ganges-Brahmaputra: En el caso de este torrente, según información de la BBC, se espera que para el 2050 genere 4.9 billones para la economía de la zona; de ahí su importancia para quienes lo comparten: India y Bangladesh. Como puntualizó el universitario:
“Hay controversias sobre qué debe hacerse con el río, cuánta agua se le puede extraer. Un tema muy presente es el de la contaminación, ya no es solamente si me quitas el agua o vas a poner una presa, sino qué estás vertiendo al río. Si estás vertiendo desechos de la agricultura –como fertilizantes– o industriales, estás afectando la calidad del agua que recibiré río abajo. Es otro foco de preocupación.”
- Río Colorado: Sus más de 600,000 kilómetros de extensión inician en Estados Unidos y terminan en territorio mexicano, más de 40 millones de personas y 2 millones de hectáreas dependen de su caudal. Una fuerte sequía en Colorado, Utah y Arizona lo ha afectado considerablemente.
“La situación está impactando en México, que tiene cada vez menos agua. Es una zona que genera muchas preocupaciones”, consideró Perló Cohen.
- La ONU señala que otras zonas de conflicto latente son las aguas del Silala, en Sudamérica, que son disputadas por Chile y Bolivia, principalmente, aunque no son los únicos que dependen de ellas, ya que Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay las usan para abastecerse.
En el caso de Israel y Palestina, cuyo conflicto político y territorial se ha agudizado recientemente, la disputa es por el control del río Jordán y los acuíferos de las localidades de Gaza y Cisjordania. En 1967 fueron declaradas por los israelitas como su propiedad total, situación que obliga al pueblo palestino a comprar agua de su antagonista.
La cuenca del Zambeze, ubicada al sur del continente africano, es peleada por Zambia, el Congo, Mozambique, Angola, Namibia y Zimbabue, es considerada por la ONU como uno de los sistemas hídricos más sobreexplotados del mundo. En el año 2000, su control estuvo a punto de desatar un conflicto armado entre Mozambique y Zimbabue.
¿Qué hacer?
La solución, en palabras de Manuel Perló Cohen, está ligada a “actuar proactivamente para anticiparnos a los conflictos mediante acuerdos, negociaciones y cooperación. ‘Aquí tenemos focos rojos, vamos a actuar, vamos a convocar a las autoridades, a los empresarios, a las organizaciones ambientales a todo mundo para analizar el problema’. Por ejemplo, ¿cuánta agua hay que darle a cada región? ¿Cómo tratar los contaminantes?”
- Señaló que es indispensable pensar en conseguir la satisfacción de las necesidades de la población más afectada en el planeta y la situación a la que se enfrenta. “No sólo pasa en las regiones agrícolas en África y en los lugares menos desarrollados del mundo, sucede en ciudades como la de México. Aquí hay 9.3 millones de habitantes y por lo menos un millón no tiene acceso al agua”.
- El experto propuso que a futuro se establezca un fondo financiero internacional que ayude a resolver estas problemáticas, en el que los países más ricos ayuden a quienes lo necesiten, así como hacer hincapié, internacionalmente en el uso eficiente y racional de nuestros recursos hídricos. Así lo expuso:
“Hay que buscar la solución en los acuerdos, el uso racional, el uso de tecnología, la justicia, el financiamiento global y las soluciones locales. La época de los grandes volúmenes de agua como recurso hay que dejarla atrás, hay que abandonarla.
Lo que tenemos es un recurso finito, ésa es con la que contamos y, sobre todo, si nos las llevamos de una región a otra vamos a generar problemas muy serios, como está pasando actualmente en Xochimilco”. Y aventuró: “Creo que podemos evitar el peor escenario, pero debemos trabajar mucho”. /Agencias-PUNTOporPUNTO