El drama de no nacer, en el Hospital Inguarán de la CDMX

Mariana Serna

El pasado lunes 12 de septiembre, Susana Leyva –nombre ficticio– arribó al Hospital Materno Infantil de Inguarán, dependiente del Gobierno de la Ciudad de México, debido a que sentía los dolores del parto.

Luego de esperar y esperar sentada en una silla, como es costumbre en los hospitales públicos, Susana fue atendida. Pero cuando los médicos extrajeron al bebé, éste ya había muerto.

Susana y sus familiares no lo podían asimilar. Llegaron a Inguarán llenos de ilusiones y proyectos y salieron de ahí con los sueños rotos y las manos vacías.

El caso del bebé de Susana no apareció en ningún boletín de prensa ni de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, ni del gobierno central capitalino.

Tampoco han aparecido en boletines otros casos de bebés que han muerto recientemente en el vientre de sus madres en el Hospital Inguarán, y de los cuales el gobierno capitalino simplemente no informado.

Una semana antes de la muerte del bebé de Susana, una mujer de 32 años de edad llegó al servicio de Urgencias del Hospital Inguarán para solicitar atención, pues su embarazo había llegado a término.

Raquel Taboada Arreola, la joven madre, –nombre real– fue regresada varias veces a su casa con el argumento de que aún no era tiempo de que diera a luz.

La última vez que Raquel regresó ya presentaba un cuadro de salud delicado, por lo que fue intervenida. Pero lamentablemente, el bebé había muerto en su vientre.

Tras la intervención, Raquel fue trasladada al área de terapia intermedia, en donde permaneció varios días, hasta que finalmente fue dada de alta y salió del hospital con las manos vacías.

La incidencia de muerte de bebés –y de madres, en el momento de dar a luz, que también ocurre en Inguarán–  está  relacionada con el mal servicio que se ofrece en el nosocomio, producto a las malas condiciones materiales en que se encuentra.

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UN SOLO MÉDICO

Empleados del hospital consultados por Puntoporpunto revelaron que las carencias son tales, que solo existe un médico en todo el nosocomio para realizar los estudios de ultrasonido.

Un solo médico para todo el hospital, para todos los turnos y para todos los servicios, que incluyen consulta externa, urgencias, hospitalización,  pediatría y la unidad tocoquirúrgica.

Además, el hospital ya cumplió dos años sin poder realizar estudios de mastografía, debido a que el equipo correspondiente está descompuesto y no ha sido reemplazado.

Otra carencia es la de personal médico y de apoyo especializado para la terapia intermedia. No hay enfermeras, no hay terapistas y el espacio físico presenta varias goteras, lo que ha provocado que el agua filtrada dañe uno de los equipos que hay ahí.

INEFICACIA GENERALIZADA EN CDMX

Lo que ocurre en el Hospital Materno Infantil de Inguarán es un reflejo de la situación que prevalece a nivel general en los hospitales de ese ramo que dependen del Gobierno de la Ciudad de México.

En la recomendación 03/2015 enviada a la Secretaría de Salud de la CDMX, la Comisión de Derechos Humanos de la entidad identificó irregularidades como deficiente o mala práctica médica; tratos crueles, inhumanos o degradantes; maltrato físico o psicológico, irresponsabilidad institucional, ausencia de equipo médico adecuado, medicamentos básicos y especialistas.

En esa recomendación, enviada en mayo del año pasado, la CDHCDMX documentó 23 casos de violencia obstétrica en diversos hospitales que dependen del gobierno encabezado por Miguel Angel Mancera.

La Comisión estableció que las autoridades de la CDMX violaron los derechos humanos de esas 23 mujeres durante su embarazo y durante el parto, a pesar de que eran beneficiarias del Seguro Popular.

manita

LOS BEBÉS DE NADIE

Otro fenómeno que caracteriza al Hospital Inguarán es el constante abandono de bebés recién nacidos por parte de sus jóvenes madres.

En días pasados, una mujer embarazada llegó a este hospital y se registró en la recepción con el nombre de Karla Paola Salazar Rojas.

La paciente fue atendida y dio a luz a un bebé. Pero de pronto, la mujer desapareció y salió del hospital sin que nadie se lo impidiera. Y…sin llevarse a su hijo.

Cuando el abandono del bebé se había consumado, las autoridades descubrieron que la mujer no se llamaba como dijo, sino Carmen Xol, y que era de nacionalidad guatemalteca.

Se desconoce el paradero de esta mujer.

Las autoridades no han informado cuál será el destino de su bebé, como tampoco ha informado sobre el destino de los otros recién nacidos que han sido abandonados por su madres desde hace varios años en el Hospital Inguarán.

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