La primera Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) que presentó el Inegi el lunes pasado reveló que 12.5 millones de personas perdieron su empleo en abril, sin embargo, éstas no fueron tomadas en cuenta para calcular la tasa de desempleo porque se consideró que no formaron en ese mes parte de la Población Económicamente Activa, al no buscar trabajo por la cuarentena, afirmó Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, .
“Si los 12.5 millones se hubieran quedado en la Población Económicamente Activa (PEA), es decir, activos buscando trabajar, la tasa de desempleo de abril hubiera sido aproximadamente de 24.7 por ciento. Así de grave”, recalcó el economista en su cuenta de Twitter.
“Dicho y hecho. Hace unas semanas dije que era muy probable que se perdiera más empleo informal que formal. La ETOE confirmó que en abril se perdieron 2.1 millones de empleos formales versus 10.4 millones de informales”, agregó en otro tuit.
- La Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo reportó que la Población Económicamente Activa pasó de 57.4 millones de personas en marzo a 45.4 millones en abril, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
- La diferencia son los 12.5 millones que se encontraban en un estado de suspensión laboral temporal ocasionado por la cuarentena. Se trata de una suspensión sin percepción de ingresos de por medio y sin certeza de si se mantiene el vínculo laboral o de retorno al trabajo.
Para Heath, estas personas en principio son desempleadas, independientemente de la existencia de algún acuerdo o no, ya que no trabajaron en la semana de referencia ni recibieron sueldo alguno.
Si existiera un acuerdo de guardarles su plaza, podríamos considerarlos desempleados temporales, pero al final de cuentas son desempleados, añadió.
55% de profesionistas sin empleo o subempleados
Omar Ponce, de 31 años, trabaja de mesero en un restaurante al centro de la Ciudad de México, muy pocos saben que concluyó la licenciatura en Administración de Empresas a los 24 años y nunca ha ejercido su profesión.
Cuando salí de la carrera sólo había empleo como cajero y pagaban muy poco, yo ya trabajaba como mesero y ganaba más, así que aquí me quedé, seguí buscando, pero las ofertas laborales no mejoraban”, comentó a El Heraldo de México.
- En México, 46 por ciento de los mexicanos con una formación universitaria están subempleados y trabajan en labores que nada tiene que ver con su carrera, reveló un estudio la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
- Miguel Calderón Chelius, director del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana, comentó que las empresas que hay en el país han sido incapaces de crear el suficiente empleo para los universitarios, y la mayoría de los que hay pagan sueldos muy precarios, por eso, aunque tengan una carrera, una buena parte de los jóvenes optan por autoemplearse, trabajar en el sector servicios o en la informalidad.
De acuerdo con el reporte “Educación superior, resultados y relevancia para el mercado laboral en México”, que elaboró la OCDE, esta situación se ha incrementado, pues en 2010 el porcentaje de egresados que no ejercían era de 44 por ciento.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) contabilizó al tercer trimestre de 2019 a 15 millones 90 mil profesionistas en el país, de los que 11 millones 789 mil tienen un empleo, y de éstos, cinco millones 422 mil trabajan, pero no ejercen su profesión, es decir, 54 por ciento están en las filas del desempleo o no tiene un trabajo.
Calderón Chelius indicó que los egresados enfrentan las presiones económicas, y frente a la desesperación y frustración de no encontrar un trabajo, optan por laborar en un área diferente a la que estudiaron, terminan por conducir un taxi, se dedican al comercio, o se vuelven emprendedores.
La Secretaría del Trabajo reveló que 38 por ciento de los profesionistas de quienes tienen una carrera ganan en promedio seis mil pesos mensuales.
- La OCDE refiere que, entre 2010 y 2018, la proporción de egresados jóvenes que eran trabajadores por cuenta propia o dirigían un negocio que empleaba a terceros, aumentó de 12.7 a 13.8 por ciento; la organización concluyó que esto tiene que ver con la falta de oportunidades laborales que enfrentan los jóvenes en el país.
La contratación de egresados jóvenes en México es inferior al promedio de la OCDE, lo que indica que hay una serie de egresados que están buscando de forma activa puestos de trabajo adecuados, pero que no los encuentran”, refiere el estudio.
Covid-19 pronunciará la brecha
Las desigualdades persistentes en el mercado laboral son una de las principales problemáticas de México que, en medio de la crisis provocada por el Covid-19, se pronunciarán de manera importante.
La población joven ya enfrentaba mayores desafíos para acceder al empleo en comparación con la población genera. En México la mitad de los desocupados pertenecen a un solo grupo, el de jóvenes de entre 15 a 29 años, mientras que la mitad restante se distribuye en tres grupos que engloban al resto de adultos jóvenes, adultos mayores y personas de la tercera edad, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi.
- Esta situación se acompaña con una tasa de desocupación en jóvenes significativamente mayor que la tasa general. Con cifras actualizadas al primer trimestre del 2020, se observó que mientras 3.4% de la población económicamente activa total está desocupada, para los jóvenes económicamente activos la tasa asciende hasta el 6.0 por ciento.
- Durante la última semana de mayo la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó sobre esta problemática a escala global, especialmente agravada por la emergencia sanitaria. En el mundo 1 de cada 6 jóvenes menores de 29 años en edad de trabajar se desocupó a consecuencia de la pandemia y aquellos que pudieron conservar sus empleos han experimentado reducciones en sus ingresos laborales, reportó en su informe.
La OIT enfatizó en la importancia de tomar medidas con perspectivas sociales, que consideren que el impacto de la crisis por el Covid-19 no es equitativo y actúe con políticas que protejan a los grupos vulnerables, los jóvenes dentro del mercado laboral.
En México, está problemática es aún más compleja si se clasifica la población joven por estrato socioeconómico. En el país hay 890,416 jóvenes menores de 29 años en edad de trabajar, de los cuales el 64.5% (632,468) pertenecen a los estratos socioeconómicos bajos y medios bajos.
Jóvenes enfrentan triple impacto por Covid-19
Otra de las consideraciones del reporte, que también han abordado la Unicef y la ONU, se centra en la vulnerabilidad de los jóvenes no sólo en el mercado laboral sino en el nivel educativo y la formación profesional en el contexto del distanciamiento social.
En México muchos de los jóvenes menores de 29 años que trabajan, también estudian, lo que implica retos mayores dentro de los nuevos esquemas laborales y educativos a distancia.
- La OIT también enfatizó en el “retraso probable” que enfrentarán los estudiantes a consecuencia de la emergencia sanitaria, que, si bien no ha detenido por completo la educación sí ha impuesto filtros y obstáculos para muchos jóvenes.
- En México la educación a distancia se presenta también como un privilegio dadas las condiciones de rezago tecnológico de muchas regiones, las brechas digitales, el inequitativo acceso a dispositivos móviles, computadoras o internet e incluso por desigualdades de tiempo expresadas en la carga desproporcional de las labores domésticas y de cuidados dentro del hogar.
De modo que la crisis sanitaria no sólo agudizará las problemáticas laborales y destruirá empleos, sino que, de no actuarse adecuadamente, también profundizará las desigualdades sociales especialmente para jóvenes de bajos recursos o mujeres jóvenes./Agencias-PUNTOporPUNTO