AGENCIAS
Autoridades estatales advirtieron de que el derrame de petróleo ocurrido a mediados de agosto, amenaza la producción de naranjas en el norte de México debido a la contaminación provocada en un río utilizado para el riesgo.
El derrame lo causó una toma clandestina de petróleo en el Oleoducto Madero-Cadereyta y afectó al Río San Juan, que nutre de agua a los productores de cítricos locales.
«La contaminación afectó el canal de riego de la zona afectada, el daño mayor va a ser por el hecho de dejar de regar», dijo Ramón Villagómez, director de la Corporación para el Desarrollo Agropecuario de Nuevo León.
Los lugares más afectados son los ejidos de Tepehuac, Dolores y Santa Isabel, pequeñas localidades 100 kilómetros al este de Monterrey, capital del Estado de Nuevo León, fronterizo con Texas.
El funcionario estimó que las consecuencias del derrame afectan a 200 productores y 1.200 hectáreas de cítricos y unas 20.000 toneladas de naranja.
Según Petróleos Mexicanos, la empresa que gestiona el oleoducto, técnicos especializados controlaron el derrame el día siguiente y trabajan para repararlo.
«Estamos en un 90% de recuperación del petróleo derramado. A más tardar la semana siguiente estará recuperado todo el producto y el saneamiento del río. No va a haber mayor afectación» dijo Reyna Zea, Generante de comunicación corporativa de PEMEX, entidad que presentó una denuncia ante el Ministerio Público así como la habilitación de un número de teléfono para que los vecinos puedan denunciar a quienes realizan las tomas clandestinas que provocan los derrames.
México exporta anualmente alrededor de 30 tneladas métricas de naranjas a los Estados Unidos.