La Jornada
En el país, más de 5 mil pacientes con alguna enfermedad siquiátrica se encuentran internados, informó ayer Virginia González Torres, secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental (CNSM). Se estima, dijo, que 75 por ciento no tiene parientes o proviene de una familia disfuncional o de escasos recursos, por lo que es probable que se encuentre en abandono.
El 18 por ciento de la población mexicana en algún momento de su vida sufre depresión severa, por lo que requiere de atención médica; 16 por ciento padece trastornos afectivos, como ansiedad, y 7 por ciento de los niños y uno por ciento de las niñas tiene déficit de atención, según el Instituto Nacional de Siquiatría.
Las enfermedades mentales más recurrentes en México son las emocionales y, en segundo lugar, los padecimientos sicóticos –esquizofrenia o bipolaridad–, apuntó Óscar Segura Campos, director médico del Hospital Siquiátrico José Sayago.
En ese panorama nacional de salud mental, aunque existe la norma oficial 025 en la materia, los hospitales siquiátricos tienden a violar los derechos humanos de los pacientes y no hay prevista una sanción por el incumplimiento del precepto, lamentó González Torres en conferencia de prensa para continuar denunciando las irregularidades en distintos nosocomios, encabezados por el de Mérida, Yucatán.
En esa clínica, además de violar los derechos humanos de los pacientes, las autoridades hospitalarias y de la Secretaría de Salud estatal podrían estar incurriendo en desvío de recursos públicos y negligencia médica, afirmaron ayer Virginia González Torres y el senador Daniel Ávila Ruiz.
Para el legislador la responsabilidad pasa por el secretario de Salud de la entidad, Jorge Mendoza Mézquita, y llega hasta el gobernador, Rolando Zapata Bello. Advirtió que en el Senado comenzarán una investigación para interponer una denuncia.
La funcionaria explicó que tras realizar 15 visitas al hospital y detectar una serie de irregularidades –como la aplicación de electrochoques a 80 por ciento de los internos– la CNSM destinó 7 millones 800 mil pesos para mejorar las condiciones del lugar y la atención a los enfermos.
Sin embargo, con ese dinero compraron, entre otras cosas, mil pares de zapatos que no aparecen.
De entre todas las necesidades de los pacientes y trabajadores lo urgente es que las ventanas tengan vidrios y mosquiteros, que pongan aire acondicionado y proporcionen repelente contra insectos, ante el riesgo del zika, chikungunya y dengue, indicó González Torres. En las revisiones descubrieron que hay gran cantidad de moscos que podrían infectarlos, afirmó.
A pesar de que contaban con recursos económicos para hacer esas adecuaciones y se comprometieron a hacerlo, no ha ocurrido, aseveró. El argumento de los funcionarios es que la cantidad otorgada no alcanza. Sin embargo, devolvieron más de 2 millones de pesos porque no pudieron justificar el gasto, agregó Luis Acosta de Lago, de la Secretaría de Salud federal.
El caso de Yucatán no es el único. Centros siquiátricos en Chiapas, Oaxaca, Durango, Tabasco, Chihuahua y Puebla también representan focos rojos por diversas malas prácticas contra enfermos y trabajadores, reiteró González Torres.