“DÉBIL” estado de las FINANZAS en PEMEX y CFE amenazan la Calificación Soberana de MÉXICO

Entre los principales retos a los que se enfrentará la siguiente administración se encuentra la deuda, pues será una importante fuente de tensión para el siguiente gobierno, principalmente entre 2025 y 2026, pues deberá pagar vencimientos de seis mil 800 millones y 10 mil 500 millones de dólares respectivamente.

Las empresas productivas del Estado mexicano, Pemex y CFE, forman parte de los riesgos que merodean a la calificación soberana de México (’BBB’, perspectiva estable), de acuerdo con la agencia S&P Global Ratings

Para la calificadora los escenarios negativos son retrocesos inesperados en la gestión macroeconómica o en las relaciones entre socios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que debiliten la inversión o la confianza de inversionistas.

  • S&P también señaló como parte del escenario negativo posibles déficits del Gobierno mexicano más altos que se traduzcan en un aumento mayor en la deuda que aumenten los riesgos fiscales, los cuales agravarían el riesgo de apoyo extraordinario a las paraestatales Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE).
  • La política energética del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, consiste en el rescate de las empresas estatales luego de la reforma del exmandatario priista Enrique Peña Nieto en 2013, la cual abrió el sector a la inversión privada. Las subastas petroleras y eléctricas fueron suspendidas con la llegada del nuevo Gobierno en 2018.

Desde entonces, López Obrador y su gabinete han hecho esfuerzos presupuestales y fiscales para beneficiar principalmente a Pemex, la petrolera más endeudada del mundo con un pasivo financiero de US$106.500 millones y con vencimientos de US$10.900 millones en 2024.

“Este año, en efecto, el Gobierno está adquiriendo deuda formalmente en nombre de Pemex, dada una partida en el presupuesto para cubrir el 90% de las amortizaciones de la empresa”, dijo la compañía

El Gobierno de México inyectará US$8.500 millones (MXN$145.000 millones) a Pemex, además de recortar su carga fiscal, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación 2024.

  • El apoyo del Gobierno hacia CFE se ha concentrado en el ámbito legal con cambios legislativos y con la intención de modificar la Constitución para favorecer a la compañía eléctrica por encima de las compañías privadas.
  • S&P ha mantenido la nota de Pemex al nivel del soberano en grado de inversión, a diferencia de las agencias calificadoras Moody’s y Fitch Ratings, las cuales han degradado la nota de la petrolera mexicana a un nivel altamente especulativo, conocido en el sector financiero como bono basura desde 2020.
  • Antes de la pandemia de Covid-19, las calificadoras argumentan una vinculación con el soberano, pero las decisiones de calificación han variado y se han separado dependiendo más del desempeño de las compañías estatales sin afectar al soberano directamente.

Moody’s bajó en dos escalones la nota de Pemex ante su flujo de efectivo negativo, impulso a su negocio de refinación petrolera que reporta pérdidas y su falta de una estrategia ESG.

Pemex representa un desafío fiscal

  • Petróleos Mexicanos (Pemex) seguirá siendo un desafío fiscal para la próxima administración presidencial, esto debido al “débil” estado de sus finanzas, su limitado presupuesto y la alta deuda, un problema que no ha podido ser resuelto.
  • En un análisis S&P Global Ratings, aseguró que la calificación de la empresa seguirá dependiendo de los apoyos que le serán brindados por el gobierno, sin embargo, reconoció que esto podría poner en riesgo la calificación soberana del país.

Dado el débil estado de las finanzas de Pemex y nuestra expectativa de que cualquiera que sea el próximo gobierno continuará respaldando el pago de su deuda, persiste la posibilidad de que haya presión sobre la calificación soberana. Y nuestra calificación de Pemex sigue dependiendo de la calificación soberana.

  • La forma en que el próximo gobierno aborde la trayectoria fiscal general de México, en que decida el apoyo a Pemex, en que aborde la política en el sector energético y organice la gestión de Pemex probablemente afectará nuestras calificaciones tanto del país como de la empresa petrolera”, dice el documento.
  • Entre los principales retos a los que se enfrentará la siguiente administración se encuentra la deuda, pues será una importante fuente de tensión para el siguiente gobierno, principalmente entre 2025 y 2026, pues deberá pagar vencimientos de seis mil 800 millones y 10 mil 500 millones de dólares respectivamente.

El análisis menciona que la siguiente administración, sin importar cuál de las candidatas gane las elecciones presidenciales, también deberán enfrentarse a una serie de limitaciones presupuestarias, pues tendrá un gasto social más alto y menos discrecional, una carga de intereses más pesada, reservas fiscales limitadas, así como una baja base impositiva no petrolera, a lo cual se suman los problemas asociados con las finanzas de Pemex.

Calificaciones

  • Pese a esto, el análisis considera que los apoyos para la empresa del Estado se van a mantener, por lo que alinea la calificación crediticia de la empresa con el soberano, independientemente de su perfil crediticio.
  • Si bien el contorno de la política energética probablemente diferiría bajo la administración de Sheinbaum o Gálvez, no esperamos que el respaldo a Pemex, es decir, su rol crítico y vínculo integral cambie, y suponemos que las calificaciones se mantendrán alineadas con las calificaciones del soberano.
  • Si nuestra visión del apoyo extraordinario se debilitara, por ejemplo, si la clase política de México llegara a considerar a Pemex como de menor importancia económica nacional, el rol o el vínculo podrían cambiar, al igual que la calificación”.

Sin embargo, no descarta que al mantener estos apoyos pudiera registrarse una afectación directa en el perfil fiscal de México.

Ante las elecciones, la perspectiva de la calificación considera ahora que el próximo gobierno seguirá gestionando con cautela la carga de deuda combinada. Dado el perfil crediticio débil de Pemex y nuestra expectativa de apoyo soberano bajo cualquier nuevo gobierno, nuestro escenario negativo para la calificación soberana aún considera un compromiso fiscal más débil y el deterioro en la trayectoria de la deuda de México”, dice el análisis de S&P Global Ratings.

Calificación soberana de México

Del 2018 a 2024 las más importantes calificadoras, Moody’s, Fitch y Standard and Poor’s (S&P) redujeron la nota soberana de México de largo plazo, por lo menos en dos escalones, debido entre otros factores a la crisis que generó la pandemia de covid-19. Sin embargo, el gobierno logrará terminar su gestión con calificaciones en escalas que se conoce como Grado de Inversión.

La calificación crediticia es una opinión sobre la probabilidad de que un emisor, en este caso el gobierno federal, cumpla con sus obligaciones financieras en tiempo y forma.

  • Un Grado de Inversión es la capacidad adecuada para cumplir con sus obligaciones financieras, pero más sujeto a condiciones económicas adversas, de acuerdo con S&P.
  • Los grados especulativos son menos vulnerables en el corto plazo, pero enfrenta una gran incertidumbre ante condiciones económicas, financieras adversas.
  • En 2019, el primer año del actual gobierno, la calificadora Moody’s modificó su calificación de México A3 de Estable a Negativa. Para marzo de 2020, en plena crisis de covid-19, la redujo a Baa1 con perspectiva Negativa.
  • Para 2022 volvió a bajar la calificación para ubicarla en Baa2, es decir, dos escalones por debajo del A3, pero con perspectiva Estable. Esta calificación se ha mantenido hasta 2024.
  • La calificadora S&P llevó la nota de BBB+ con perspectiva Estable a BBB con perspectiva Negativo, durante marzo de 2020. Para 2022 la mantuvo en BBB, pero con perspectiva Estable, misma que se mantiene.

Fitch Ratings bajó la nota soberana de México de BBB+ a BBB en junio de 2019; mientras que en la crisis de 2020 volvió a reducirla a BBB- con perspectiva Estable, es decir, dos escalones. Esta calificación ha sido ratificada este año. En tanto, HR Ratings redujo la calificación de A-(G) a BBB+(G) durante el 2020 con perspectiva Negativa; en 2022 modificó la perspectiva a Estable.

Calificación respaldada

La calificación de México está bien respaldada por su estructura económica grande y diversa, un marco de política muy disciplinado, un banco central independiente, una política monetaria prudente y un tipo de cambio flexible”, reconoció Shelly Shetty, directora general y directora de Soberanos de Asia y América en Fitch Ratings.

En una visita a México, aseguró que los desequilibrios macroeconómicos externos por ahora son muy bajos gracias a que los mercados locales son grandes y profundos.

  • Mientras que la baja participación de deuda en moneda extranjera, son factores estructurales de grado de inversión que sustentan las calificaciones de México.
  • Shetty reconoció que sí hay debilidades, como las hay en todos los créditos, sobre todo las tasas de crecimiento moderadas, la baja base de ingresos para las finanzas públicas y el alto déficit fiscal proyectado para este año.

Creemos que todavía hay margen en la «calificación para hacer frente a estos mayores déficits fiscales”. Para elevar la calificación, la experta dijo que se requiere mayor desempeño económico, inversión, una consolidación fiscal, así como mayor gobernanza y fortaleza de las instituciones.

Por otro lado, si llegamos a una situación de desempeño económico inferior, cualquier tipo de recesión o déficits fiscales aumentando a un ritmo más rápido de lo anticipado, así como episodios de inestabilidad política, entonces ese tipo de problemas podrían llevar a una presión a la baja sobre la calificación”, concluyó. /Agencias-PUNTOporPUNTO

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