Cuatro generaciones interactúan en la oferta y demanda laboral actual, todas ya con distintas experiencias y condiciones de empleo, “y sobretodo, sus talentos son motivados por distintas metas” que complican enmarcar las características multifactoriales del trabajo de “ensueño”, coinciden en señalar especialistas.
- Los Baby Boomers (de 1949 a 1968) añoran la bonanza de ellos y sus padres en puestos de calidad y prestaciones. El señor Vidales, septuagenario, ex empleado del Banco de México aún recuerda el costal de azúcar que llegaba de sorpresa de vez en cuando junto con su caja de despensa mensual; “tenía prestaciones como entradas a espectáculos, descuentos para vacaciones y mi jubilación no sólo la deseaba la esperaba para vivir tranquilo”.
- La generación X (de 1969 a 1980), aún activos laboralmente, experimentan la economía de la competencia. “Tengo Afore (ahorro para retiro) y Seguro Social para mi jubilación, pero tendré que bajar mi calidad de vida pues en unos años ese dinero no será el mismo. Y desde el año pasado que dejé de trabajar en gobierno, me tocó el recorte, ya no tengo bonos”, refiere el señor Gómez, ex empleado de la SCT.
- La irrupción de los Millenials que, según estudio de la consultora Deloitte, en apenas una década ya son el 75 por ciento de la fuerza laboral del mundo. “El asunto con esta generación es que sin duda tienen preparación pero las empresas según sus objetivos debemos cambiar la estrategia pues son capital que pronto sale”, señala el director de LitoGrafic, Antonio Hernández.
A decir de los especialistas, son los empleados menos leales a una organización (situación conocida como efecto millennial). Sus aspiraciones son cambiar varias veces de empleo “con el fin de encontrarse en un entorno de aprendizaje continuo y en el que los nuevos retos son constantes”, señala Deloitte.
- Y la más reciente generación incorporada a la actividad laboral, los conocidos como Z (nacidos entre 1994 y 2010), que un estudio de la consultora Accenture define como jóvenes dispuestos a comprometerse pero a cambio de un reconocimiento claro a su grado de estudio.
“Sus actividades reflejan una actitud que no rivaliza con los valores más tradicionales de los lugares de trabajo, como el deseo de una trayectoria de carrera o la estabilidad. Estos empleados potenciales no son de la vieja escuela; con actitudes que demuestran que traen habilidades digitales y cambios de mentalidad, hacia la automatización sin problema”.
Sobre el tema tecnológico que hace unos años sugirió la idea de sustituir masivamente la mano de obra por la tecnología, el investigador en Manufactura Inteligente del Tecnológico de Monterrey, David Romero, asegura que “México está a la altura de los requerimientos de la Industria, no hay déficit de capital humano, ni en cantidad ni en calidad”.
El reto es ir orientando a los estudiantes de las diferentes ingenierías hacia las áreas de mayor demanda, respetando la vocación, pero orientarlos para que se especialicen en la robótica, la mecatrónica, los sistemas de automatización o manufactura adictiva, ejemplificó.
Según datos de la industria manufacturera, en el país se gradúan anualmente al menos 230 mil ingenieros industriales que están encaminados a especializarse en las nuevas tecnologías inteligentes.
“México se caracteriza por tener personal altamente especializado”, dice el profesor universitario, y alerta que con la firma del Acuerdo entre México Estados Unidos y Canadá un reto que favorecerá a las nuevas generaciones es lograr la certificación de las habilidades tecnológicas.
Jorge Sales, abogado laboral y director del despacho Sales Boyoli, enfatiza que los cambios en en el sector laboral se han hecho más dinámicos, esbeltos y globales debido a factores multinacionales que tienen que ver con la tecnología y el comercio internacional.
“El cambio de época se puede observar desde el contexto económico actual, o también desde la lógica del empleado y del empleador… a lo que se suma las generaciones que conviven y al tema de género, que tienen motivaciones para permanecer en un empleo diferentes, y no solo el salario o las prestaciones
“Vemos una tendencia al trabajo sobre demanda. La pertencia a un empleo, la permanencia hasta la jubilación, claramente son parte de una época que estamos viviendo”, señala Sales Boyoli./CONTRAREPLICA-PUNTOporPUNTO