El derecho de piso, que cobra el crimen organizado a los productores y comerciantes para garantizar su seguridad, dispara hasta 50% el precio final de alimentos, productos básicos y servicios en México.
- “El crimen organizado se convirtió en un cartel económico, que determina la producción, distribución, ventas y precios”, denunció el coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM, Ignacio Martínez Cortés.
- Señaló que el precio de las frutas, verduras, legumbres, pollo, huevo y carnes se incrementa de 20 a 50 pesos, por kilo, para cubrir el costo de las extorsiones que pagan los productores, distribuidores, transportistas y comerciantes al menudeo a los delincuentes.
Incluso, apuntó Martínez Cortés, las bandas del crimen organizado imponen cuotas de 300 a 500 pesos, por habitación, a hoteles de gran turismo como los de la Riviera Maya; que al final se traslada a las tarifas que pagan los turistas.
El especialista de la UNAM denunció que en productos tan emblemáticos como el pollo, limón y aguacate, los consumidores pagan un sobreprecio de 25%, 30% y 50%, respectivamente; que literalmente alimenta y agrava el problema de la inflación.
- “El kilo de pierna de pollo con muslo está entre 65 y 80 pesos; de los cuales, la pollería paga al crimen organizado 20 pesos por kilo; en limón los delincuentes llegaron a cobrar 30 pesos por kilo al inicio del año, cuando este producto llegó a 85 pesos en mercados públicos”, refirió.
- Mientras que en el caso del aguacate –que ronda entre 70 y 100 pesos– el costo del derecho de piso se traduce en 50 pesos, por cada kilogramo que los mexicanos llevan a su mesa, subrayó el especialista.
“La inflación en México alcanzó 8.16%, al cierre de la primera quincena de julio de 2022 y, de esa tasa, dos puntos porcentuales son atribuibles a las extorsiones del crimen organizado y otras actividades ilegales como los robos en las carreteras”, puntualizó Ignacio Martínez Cortés.
El investigador de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, Carlos Alberto Bautista, señaló que las cifras sobre el impacto del crimen organizado sobre el precio de productos y servicios evidencian que los consumidores son extorsionados indirectamente por la delincuencia.
- Señaló que el cobro por derecho de piso llega directamente al bolsillo y no solo es problema de productores y distribuidores como muchos pueden pensar; porque cualquier costo adicional se suma a la cuenta final que pagan las familias.
- El especialista de La Salle indicó que en términos generales las extorsiones se traducen en una pérdida al presupuesto familiar o gasto adicional de entre 5% y 12% en la compra de alimentos y productos agropecuarios.
Además, apuntó, de un sobreprecio de 8% a 10% en el gasto personal o familiar en equipos electrónicos o de cómputo, que al final van mermando el poder adquisitivo y los ingresos de los hogares del país; ademas de mostrar cómo las extorsiones por derecho de piso agravan el impacto de la inflación.
Crimen hostiga a campesinos e indígenas
Campesinos y poblaciones indígenas son blanco de las organizaciones criminales que amenazan, extorsionan y provocan el desplazamiento de personas.
- En Zacatecas, donde en febrero de este año decenas de familias de la comunidad Palmas Altas en Jerez abandonaron sus hogares ante los constantes enfrentamientos entre integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y del Cártel de Sinaloa (CDS), se estima que tres millones de árboles en una extensión de 6,000 hectáreas han sido abandonados por agricultores, tan sólo en el municipio de Jerez, de acuerdo con la fundación InSight Crime.
Zacatecas es una de las principales regiones productoras de duraznos en México, donde se cosechan hasta 8,000 toneladas al año, por lo que las pérdidas podrían alcanzar los 45 millones de dólares, según las fuentes de la fundación.
- “Los precios de las frutas han aumentado drásticamente en México, donde duraznos, manzanas, papayas y otros productos han aumentado entre 10 y 45% recientemente. Si bien hay muchos factores que han contribuido a la inflación de los precios de las frutas, la reducción en la oferta se debe a que los agricultores se han visto obligados a huir (…) algunos han denunciado que los grupos criminales han saqueado casas y robado tractores mientras están ausentes”, indicó InSight Crime.
Esa fundación internacional también resaltó la zozobra que padecen productores de aguacate y limón, principalmente en el estado de Michoacán, donde la semana pasada un grupo armado persiguió y obligó a militares a salir de la comunidad Nueva Italia.
- El negocio del aguacate, conocido como “oro verde” por su rentabilidad, sostuvo InSight Crime, “ha sido durante mucho tiempo objeto de extorsiones por parte de los grupos criminales. Los carteles les cobran a los agricultores un pago mensual por protección, y los camiones que transportan la fruta son atracados por hombres armados.
Asimismo, Insight Crime resaltó que comunidades indígenas en Guerrero y Chihuahua también son azotadas por el miedo que provocan los grupos del crimen. Recordó que la semana pasada Lorena Chantzin y Marcos Campos Ahuejote, integrantes del Consejo Indígena y Popular de Guerrero-Emiliano Zapata, fueron encontrados sin vida en el municipio de Chilapa, Guerrero, y que dicha organización señaló al grupo criminal Los Ardillos de estar detrás de los dos crímenes.
“En octubre de 2021, miembros de la comunidad y activistas alertaron sobre los planes de Los Ardillos de expandirse hacia el valle El Ocotito, pero hubo poca respuesta de las autoridades. Las advertencias sobre un ataque se hicieron realidad en enero de 2022, cuando una confrontación entre Los Ardillos y la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero, grupo indígena de autodefensa, dejara como resultado un saldo de cuatro muertos de la comunidad”, explicó.
- Resaltó que Los Ardillos se dedicaban a supervisar la siembra de amapola y el tráfico de heroína, para lo cual obligaba a las comunidades locales a trabajar en los cultivos bajo sus órdenes, pero ahora han comenzado a depender de la extorsión, el secuestro y la minería ilegal.
- Insight Crime expuso que también en la Sierra Tarahumara de Chihuahua, los indígenas rarámuri principalmente, llevan años sufriendo por causa del crimen organizado. “La tala ilegal, el cultivo de amapola, el despojo de tierras y la minería ilegal, han arruinado las vidas de los rarámuri, muchos de los cuales han sido desplazados y asesinados”, alertó.
“La guerra entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha afectado las vidas de las comunidades indígenas repartidas en los estados de Durango, Nayarit, Zacatecas y Jalisco”, puntualizó.
Inseguridad reconfigura el campo mexicano
Por otra parte, Salvador Maldonado Aranda, académico de El Colegio de Michoacán y posdoctorado por el Departamento de Antropología de la Universidad de Barcelona, presentó en la UNAM algunos resultados de su línea de investigación sobre la transformación del campo mexicano en las últimas tres décadas, en particular sobre la zona de Michoacán.
- Manifestó que se ha reconfigurado ante la violencia, la presencia de grupos del crimen organizado y los cultivos ilícitos, “por lo que ha transitado de ser un campo de movilización social a uno ‘securitizado’”.
Expuso que se ha internado en zonas conocidas como tierra caliente al sur de Michoacán, donde, sin hacer un trabajo tan profundo por cuestiones de seguridad, ha refrendado que se han implementado y adoptado nuevas formas de convivencia en la vida rural para “remontar” estas situaciones.
- Ha surgido, dijo, la reorganización de grupos domésticos –más allá del narcotráfico como un fenómeno sensacionalista–; encontramos la transformación de las relaciones en cuanto a la propiedad, el surgimiento, incluso, de conexiones transnacionales con empresas mineras.
- También se encuentran las nuevas formas de extensión agrícola, como el ensanchamiento del cultivo de los denominados berries, cultivo de frutos rojos como fresa, arándano, frambuesa y zarzamora, llamado ya el “oro rojo”, porque ha ganado relevancia en el ámbito de las exportaciones agroalimentarias, con ventas anuales de unos dos mil 282 millones de dólares.
Y es que la mitad de las exportaciones de frutos rojos de México provienen del estado de Jalisco y su alrededor, de la frontera con Michoacán. Actualmente, son el tercer producto de agroexportación más importante de México, después de la cerveza y el aguacate.
“Justo una de las nuevas formas de convivencia rural está en el monocultivo del aguacate en detrimento de otro tipo de productos, y con presiones y consecuencias muy fuertes en términos de distribución de agua”, agregó.
Salvador Maldonado señaló que, dentro de esa reconfiguración del campo mexicano, grupos de la delincuencia organizada que se asientan en esas zonas cuentan ya con redes transnacionales y donde la migración también tendría que ver con este tipo de flujos.
“Sin duda, ha cambiado la vida campesina; no obstante, es importante dejar en claro que no se ha terminado de documentar qué ocurre en todas las regiones de México, inclusive en América Latina, donde el campo agrícola es ya securitario”, destacó.
- Ése, añadió, no es un fenómeno nuevo, México tiene una gran tradición en la producción de cultivos considerados ilícitos, aunque aquí hay un juego de legitimidades, porque “no podemos quedarnos con esa etiqueta de ilicitud que nos dice el Estado, porque estos cultivos se han convertido en un medio de vida para los campesinos”.
- Lo anterior comenzó una nueva etapa desde los años 40, 50 del siglo pasado, con los efectos de la Segunda Guerra Mundial, y se ha documentado que justo es una franja de la Sierra Madre Occidental la que cuenta con las condiciones óptimas para el cultivo de amapola y marihuana.
Un problema agregado, aseveró, se deriva de la gran resistencia que sigue teniendo México para poder entablar un debate más amplio sobre la legalización de la marihuana.
“Aunque hasta hace poco se legisló sobre su posesión y consumo, ha quedado pendiente incorporar a los amplios sectores del campo en la producción legalizada de la sustancia, ya que se privilegia a las empresas transnacionales. El mundo campesino continúa siendo criminalizado”, concluyó.
Crimen controla precios y abasto de alimentos en estados
A su vez, la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin) aseguró que el crimen organizado está controlando los precios y abasto de alimentos en poblaciones de Zacatecas, Tlaxcala, Puebla, Estado de México, Guerrero y Michoacán.
“En los últimos meses se han dado diversos hechos de violencia, robo y control de la comercialización de los alimentos básicos. Hechos que lastiman y que afectan a la población en general, son los acontecidos recientemente en diversos estados del país”, declaró el organismo presidido por José Antonio Abugaber Andonie.
- Las industrias de alimentos afirmaron que es inadmisible que esos estados pasen por la complicada situación, ya que se pone en riesgo la seguridad alimentaria, el abasto y se encarecen los alimentos en esas poblaciones.
“Esto afecta en mayor medida a los que menos tienen, incluso a comunidades marginadas, que están a merced de la delincuencia organizada que controla los accesos a esas poblaciones, amenaza a los proveedores de insumos y alimentos, controla los precios y el abasto, dejando sin transporte a la cadena de suministro, al robar, quemar o destruir los camiones que surten esas regiones”, manifestó.
- Ya hay empresas que se lo piensan dos veces antes de ir a esas poblaciones, pues para ellos asegurar las mercancías resulta muy costoso y, peor aún, reponer los camiones destruidos es casi imposible, pues no hay disponibilidad de vehículos con las características que se requieren para ese transporte, agregó la Concamin.
- Todo ello, agregó, abre una profunda preocupación que las industrias alimenticias de nuestro país han externado a la sociedad mexicana y a las autoridades responsables de cuidar a todos.
“Por eso hacemos un llamado a las autoridades, para que juntos encontremos y llevemos a cabo de inmediato, las acciones que propicien el regreso a la paz, a la armonía y a la prosperidad de todos”, expresó la organización.
Los industriales, añadió, reiteran su llamado a la paz social y compromiso en la construcción de un mejor México, más justo y más próspero para todos sus habitantes.
El aguacate, el limón y el pollo, algunos de los productos controlados por los cárteles
Desde hace tiempo, los cárteles vieron en el aguacate, también llamado “oro verde”, una mina de dinero.
- Y es que este fruto mantiene una alta demanda en el mundo, principalmente en los Estados Unidos, uno de los principales consumidores fuera de México —se estima que en el Super Bowl de 2019 se consumieron alrededor de 74 mil toneladas—.
Una de las regiones productoras más importantes es la Tierra Caliente, en los límites de Michoacán y Guerrero, zona disputada por grupos criminales como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Cárteles Unidos.
Las extorsiones, secuestros y amenazas se han vuelto comunes en ese infierno donde prospera la fruta, por lo que decenas de productores han tenido que abandonar sus sembradíos, mientras que otros se han quedado y , con armas en mano, han defendido sus tierras.
Como resultado, el fruto ha escaseado y desde hace mucho tiempo, mantiene sus altos precios.
- Lo mismo ha ocurrido con el limón, el cual también se siembra en la Tierra Caliente y que desde finales del año pasado, aumentó sus precios a niveles inimaginables, aunque en las últimas semanas, sus costos han ido a la baja.
- Más recientemente, la zona de Chilpancingo, en el estado de Guerrero, se ha visto afectada por una ola en la que el crimen organizado amenaza, extorsiona y controla la venta de pollo, lo que llevó al cierre de pollerías y al desabasto total del producto.
Tras darse a conocer la situación a raíz de una balacera en el mercado Baltazar R. Leyva, uno de los más importantes de la ciudad en donde los criminales asesinaron a Tomás Ramírez, un distribuidor de pollo a inicios del pasado mes de junio; la situación se “normalizó”./Agencias-PUNTOporPUNTO