REDACCIÓN
El Colegio Tepeyac, ubicado en el norte de la ciudad de México, discrimina a los niños con síndrome de down, a quienes les niega la inscripción solo por padecer esta discapacidad.
El blog Sindromededownenmexico publicó el caso de Diego, un niño con síndrome de down a quien los directivos del Colegio Tepeyac –religiosos católicos– le negaron la inscripción, con el argumento de que el nivel educativo de ese colegio es “muy elevado”.
A continuación reproducimos íntegro el texto publicado en el blog de referencia:
Diego cumple 4 años en septiembre y es hora de abandonar la guardería que por casi 4 años lo cuidó.
Es momento de buscar un colegio, y en estos andares nos topamos con el Colegio Tepeyac Mexicano, ubicado en la calle de Talara No. 187, Colonia Tepeyac Insurgentes, a unas cuadras de la Basílica de Guadalupe.
Este colegio es una Institución Católica fundada por el «Siervo de Dios Don José Antonio Plancarte y Labastida» en el año de 1917, dirigida y atendida por las religiosas «Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, reza el folleto que otorgan.
Su visión es Proyectarse a la sociedad como un centro de educación excelente por su nivel cultural y humanismo cristiano.
Así pues decidimos, pedir informes los costos son accesibles, las instalaciones decentes y todo iba muy bien. Fuimos atendidos por la madre Adriana, quien coordina el preescolar y todo perfecto, nos mostró el lugar, nos explico cómo se imparten las clases, los horarios, etcétera, hasta que le dijimos que Diego tiene Síndrome de Down y su rostro cambió. La armonía, carisma y religiosidad se tornó en duda, le dijimos que estábamos viendo colegios y le avisábamos sí decidíamos quedarnos en ese.
Al siguiente día le llamé y le dije que iba a hacer el depósito de inscripción y me dijo que antes debía hablar con la madre Esmeralda, directora general, por tratarse de un «Caso Especial», me dieron cita para el siguiente lunes a las 8 de la mañana, la madre llegó tarde así que hablamos por teléfono y no frente a frente.
Le hice la pregunta frontal sobre qué pasaba con Diego y ella argumentó que el nivel educativo y de la materia de inglés, que llevaban diario 90 minutos, iba a ser una carga muy grande para Diego, aún y sin conocerlo, aún y sin saber si tenía capacidad o no, juzgando a priori, eso se llama Discriminación.
Es un colegio sin experiencia en educación inclusiva, y nosotros sabíamos que era un riesgo ingresarlo por su falta de experiencia, pero jamás dieron opciones de llamar a algún especialista de la Secretaría de Educación Pública, en la unidad de educación especial, USAER, pese a que es su obligación, para que los auxilie en el tema, de modificar sus planes de estudio. No quisieron aprender con esta oportunidad que le daba tener en sus filas a un niño como Diego, simplemente decidieron rechazarlo porque el nivel que ellos tienen es alto, según su argumento y asumen que Diego no podrá alcanzarlo.
No sé a que se refiere su «humanismo cristiano», cuando a priori, discriminan a un niño, sin conocerlo, sin entrevistarlo, sin verlo, sin saber cuáles podrían ser o no sus capacidades, jamás entrevistaron a Diego, decidieron no conocerlo, ni darse la oportunidad de entrar a una educación de vanguardia, de entrar al mundo de la educación inclusiva, solamente aceptan a niños regulares y tan tan, no tienen experiencia y no buscan tenerla.
La voz de la Madre Esmeralda, al darme este veredicto, era en secreto, en ese tono de quien habla de algo que le apena y no quiere que se divulgue, de algo que debe ocultarse, pero esto no debe ocultarse a mi no me avergüenza mi hijo, a mi no avergüenza su condición genética, ni me avergüenza hablar del tema.
Lo que me entristece es que una institución que apela una visión humanista y cristiana, sea exactamente todo lo contrario, es una institución retrograda y discriminatoria.
Hay otros colegios en la zona que han decidido entrarle al tema, por ejemplo el Colegio Guadalupe Tepeyac, que según tengo entendido tampoco tenían experiencia pero aceptaron a una compañera de Diego y le ha ido muy bien, deberían de tener mayor apertura y no cerrar la puerta de tajo.
Este es un caso claro de discriminación, y lo describe perfectamente CONAPRED, en su artículo primero, de la definición de discriminación, cuando da un ejemplo y dice que:
Algunos ejemplos claros de conductas discriminatorias son:
1.- Impedir el acceso a la educación pública o privada por tener una discapacidad, otra nacionalidad o credo religioso.
Es muy complicado enfrentarse a esta situación, porque sin duda lo único que pretendo es el bienestar de Diego y hacer valer su derecho a una educación inclusiva.