AGENCIAS
Un comité de la escuela de magisterio de Ayotzinapa dijo hoy que solo aceptarán los resultados de las pruebas de ADN de sus colegas desaparecidos hace doce días en Iguala si son avalados por el equipo argentino de antropología forense que desde el lunes recaba datos en unas fosas halladas en esa ciudad mexicana.
«El equipo argentino tiene toda la confianza de los familiares de las víctimas y de los compañeros para hacer sus investigaciones y sus peritajes; hay peritajes oficiales, pero en el que confían es en el equipo argentino», declaró Vidulfo Rosales Sierra, abogado del centro de Derechos Humanos de Tlachinollan y asesor de la escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
«Les pedimos a las autoridades todas las facilidades para que puedan hacer su trabajo; los padres de familia y compañeros no van aceptar un peritaje sino está avalado por el equipo argentino», advirtió.
Rosales Sierra contó que no se ha podido acreditar jurídicamente en el expediente al equipo argentino porque no hay Ministerios Públicos (MP) suficientes.
«Los Ministerios Públicos de la Procuraduría (fiscalía) de Justicia de Guerrero carecen de una perspectiva de derechos humanos y no están a la altura de las circunstancias para investigar un tema como la desaparición de 43 estudiantes», explicó.
«Y eso está generando obstáculos y problemas para avanzar en una investigación efectiva», detalló.
Relató que tras las primeras investigaciones «no hay información clara para los padres de familia y estudiantes sobre cuántas averiguaciones previas y expedientes de investigación se han abierto y eso genera incertidumbre».
Además, las autoridades no permiten que los estudiantes ni los padres puedan tener un participación «amplia y efectiva en las investigaciones» y mientras estos elementos no puedan avanzar, las investigaciones y el proceso de búsqueda será lento, añadió.
Los estudiantes normalistas fueron acribillados por policías y miembros del crimen organizado el pasado 26 de septiembre, con un saldo de seis muertos y 25 heridos.
Hasta ahora 43 jóvenes permanecen desaparecidos tras los ataques, registrados en la ciudad de Iguala, Guerrero, sureste mexicano.
Según el testimonio de varios uniformados y delincuentes detenidos, 17 de los jóvenes habrían sido detenidos, asesinados, quemados y enterrados en unas fosas halladas el pasado sábado y de las cuales se extrajeron 28 cuerpos que forenses mexicanos y argentinos analizan.