Como lugarteniente y emisario del Cártel de Sinaloa, un mexicano asumió el control de una parte del constante tráfico de migrantes irregulares de Haití, Cuba, Venezuela, África y Asia a México y Estados Unidos e instaló una red que cobra 22 mil dólares por persona por el traslado de Colombia y Centroamérica a los pasos terrestres fronterizos mexicanos del sur y del norte rumbo a suelo estadounidense.
- Los datos del mexicano, como su identidad, fecha y lugar de nacimiento, fotografía, número de pasaporte, sitio y año de emisión de ese documento y el registro migratorio oficial de sus 24 entradas y salidas de Costa Rica desde el 12 de junio de 2012 hasta el 20 de agosto de 2021, cuando viajó a México, están en poder de EL UNIVERSAL.
- La información, revelada por fuentes migratorias, policiales y antidroga de la zona que pidieron mantener anonimato, precisó que la estructura criminal ratificó al narcotráfico como su actividad principal, pero insertó la huella del Cártel de Sinaloa, uno de los más poderosos y temibles de México, en el contrabando de seres humanos de al menos los últimos 12 meses.
Identificado con las iniciales J.H.C.A., el hombre carece de historia delictiva en México. De las 24 entradas y salidas de Costa Rica, 15 fueron desde y hacia México y del resto no se precisaron datos de países de procedencia y de destino, de acuerdo con un desglose que la Dirección General de Migración y Extranjería suministró a este periódico.
“Es muy cauteloso”, relató una fuente costarricense de seguridad, al subrayar que el mexicano actúa con desconfianza en extremo, secretismo sin límites y discreción en exceso, con reglas clandestinas de seguridad que copió de su máximo jefe en el Cártel de Sinaloa: Ismael El Mayo Zambada García.
“Al igual que sucede con Zambada, este mexicano ni siquiera se atreve a hablar por teléfono por temor a que le graben su voz y le puedan empezar a rastrear”, narró el oficial, que pertenece a los cuerpos costarricenses de seguridad e investigación que siguen la pista del escurridizo operador de la mafia sinaloense en la zona.
- “El mexicano aplica la misma táctica de Zambada. Es muy poca la gente con la que se reúne y cuando tiene reuniones, saca a la mayoría del sitio de reunión y las hace en un recinto reducido. Opera principalmente desde San José”, la capital costarricense, reveló.
- El involucramiento del Cártel de Sinaloa en la masiva movilización de migrantes irregulares se registró mientras en las fronteras del área—Colombia/Panamá, Panamá/Costa Rica, fronteras del área Colombia/Panamá, Panamá/Costa Rica, Costa Rica/Nicaragua, Guatemala/México y México/EU—hay un hervidero de haitianos, cubanos, venezolanos, centroamericanos, africanos y asiáticos que, sin visa, buscan llegar a suelo estadounidense.
El Ministerio de Defensa de Colombia informó en agosto anterior a este periódico que el Clan del Golfo y disidentes de la disuelta guerrilla comunista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), redes colombianas del crimen organizado y, en especial, del narcotráfico global, están insertadas en la mafia transnacional de trata de personas del sur al norte de América.
La organización sinaloense consolidó en el siglo XXI a las FARC —como guerrilla y luego como disidencia que rechazó el proceso de paz que empezó en 2016 en Colombia— y al Clan entre sus principales proveedores de cocaína.
Capturas
Costa Rica y Panamá anunciaron el 21 de este mes que desarticularon una pandilla de tráfico ilícito de migrantes y detuvieron a 42 hombres y mujeres—21 en suelo costarricense y 21 en el panameño—que cobraron “entre los 14 mil y 22 mil dólares por persona”.
- Las fuentes dijeron que el mexicano fungió como líder del grupo y que un nicaragüense residente en Costa Rica que fue uno de los jerarcas está en fuga y habría huido a Nicaragua.
- “Hay una participación muy activa del mexicano y su principal tarea es controlar el narcotráfico, pero es una estructura que desciende del Cártel de Sinaloa que incursiona en tráfico de personas. Cobran 22 mil dólares a los que salen de Colombia hacia Panamá para llegar a México” y quedar en la vía a EU, describió una fuente.
El “grupo criminal” asignó tareas a cada uno de sus miembros para movilizar a las víctimas de Panamá al sur de Costa Rica, trasladarlas “de forma clandestina” a alojamientos de seguridad y coordinar su movimiento al norte, fronterizo con Nicaragua, “donde las ocultaban para luego trasladarlas hacia territorio nicaragüense”, precisó el Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica.
- Un informante de alto rango explicó que “esto tampoco surgió de la noche a la mañana. Es un gran negocio o industria. Militares nicaragüenses cobran 200 dólares solo por el tránsito por Nicaragua de Costa Rica a la frontera de Honduras” y, de hecho, se vinculan a las cadenas de trata de individuos originarios de tres continentes.
“Son ‘coyotes’ o traficantes de personas, por un lado, coludidos con militares, por el otro”, advirtió.
- La presencia de “coyotes” ligados al Cártel de Sinaloa persiste en el trayecto de Colombia a México. En sitios como Honduras y Guatemala son contactados por las maras o pandillas asociados a narcotraficantes mexicanos, narraron las fuentes.
- Más de 19 mil latinoamericanos, caribeños, africanos y asiáticos siguen en Colombia en su intento de pasar a Panamá y el resto de Centroamérica para continuar a México y EU.
- La presión migratoria colapsó el transporte. Las líneas de autobuses del sur al centro o norte de Costa Rica tienen cupos repletos por al menos un mes.
Si un viajero compró el fin de semana anterior un boleto para ir en lancha en Colombia de Necoclí, en el noroccidental departamento (estado) de Antioquia, a Acandí, en el noroccidental departamento de Chocó y limítrofe con Panamá, podrá viajar a mediados de octubre.
- Atados a las redes de “coyotes”, los migrantes arriban a Colombia desde distintas partes de América del Sur. La mayoría de cubanos viaja por tierra de Ecuador, que los excluyó de visa, a Colombia, o de Guyana, que les eliminó ese requisito, a Brasil, Perú, Ecuador y Colombia, por tierra y avión.
Los haitianos, asiáticos y africanos entran a Colombia por tierra desde Brasil, en un movimiento incesante desde inicios de la década de 2010, y a partir de 2020 de Chile. Brasil y Chile los acogieron en varias etapas, pero siguieron hundidos en la miseria y el desamparo en ambos países y recurrieron a la migración al norte de América.
«Polleros» cobran 300 dólares a haitianos por cruzarlos a México
Apoyados por traficantes de personas, unos 800 migrantes haitianos ingresan diariamente a México a bordo de improvisadas embarcaciones, las cuales están construidas con neumáticos de tractor y tablas. Navegan por el río Suchiate —en la frontera con Guatemala— ante la presunta complicidad de elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) y la
Guardia Nacional (GN).
- En un recorrido que realizó este diario por la orilla del afluente y por pasos informales escondidos entre el monte y plantaciones de plátano, se observó la llegada de varias balsas cargadas con unos 20 migrantes haitianos cada una, entre hombres y mujeres
con niños lactando. - Del otro lado, en territorio guatemalteco, se constató la presencia de varios migrantes caribeños que esperan el regreso de las balsas para abordarlas y realizar el cruce a México.
Se pudo observar que una patrulla de la Guardia Nacional con personal del INM recorría la zona sin prestar atención a lo que ocurría. Balseros y tricicleros, quienes declinaron proporcionar su identidad por temor a represalias, denunciaron que, presuntamente, las autoridades cobran a “los morenos” 100 dólares por familia para no detenerlos y dejarlos seguir su camino.
Detallaron que diariamente cruzan a territorio mexicano unos 800 haitianos que llegan a Tecún Umán, Guatemala, para luego trasladarse a la ciudad de Tapachula, ubicada a unos 45 kilómetros de la frontera sur.
Las casas de seguridad
Al cruzar en balsas a Tecún Umán, en una zona a las afueras de este poblado fronterizo con Chiapas, se llega a las casas donde los traficantes de personas tienen lugares, donde ofrecen alojamiento, comida y el cruce a México por la cantidad de 300 dólares por familia.
Ante la llegada inesperada de reporteros, decenas de haitianos se refugiaron en las viviendas, mientras un grupo de jóvenes encapuchados, con garrotes y visiblemente molestos cuestionaba la presencia de los medios.
“¿Qué hacen aquí? No pueden grabar ni tomar fotos, ¡váyanse, váyanse!”, exigían, mientras otro realizaba llamadas en su celular.
- “Ustedes no pueden venir aquí; identifíquense. ¿Quiénes son? ¿A qué vienen?”, insistían molestos. “Sólo hacemos un trabajo periodístico de los migrantes haitianos”, explicó el grupo de reporteros. “Ya los vamos a cruzar, pero no queremos que nos graben ni que graben las casas; del otro lado, si quieren, grábenlos”, indicó uno de los chicos.
- Luego de que los comunicadores se retiraron del lugar, 20 minutos después, hombres, mujeres y menores salieron de las viviendas y abordaron las embarcaciones que cruzaron el crecido río Suchiate.
Una vez en territorio mexicano, los grupos abordaron diversos triciclos que los llevaron por diferentes vías: a algunos, a casas de seguridad para luego ser llevados a Tapachula por caminos de extravío guiados por polleros, mientras que otros viajaron por su propia cuenta en vehículos del servicio público./Agencias-PUNTOporPUNTO