CLIMA EXTREMO desencadena el incremento de las ENFERMEDADES infecciosas y PANDEMIAS locales

Los inviernos más cortos y cálidos y los veranos más largos también están relacionados con un mayor número de enfermedades transmitidas

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la misma contaminación que tiene efectos sobre el clima, incide sobre los pulmones, mientras que «los fenómenos meteorológicos extremos conducen a un rosario de enfermedades».

  • Según la Universidad de Georgia de EEUU, una de las consecuencias del cambio climático es la propagación de enfermedades infecciosas. Dentro de las enfermedades que pueden presentarse se encuentran dengue, paludismo o malaria; cólera y diarrea. También se registra desnutrición, hipotermia, estrés térmico; asma y enfermedades cardiacas y respiratorias.
  • El efecto sobre la salud depende de la fisiología de los organismos involucrados, la ubicación del planeta y de las comunidades ecológicas.
  • Aunque el cambio climático puede originarse por alteraciones en la actividad solar o erupciones volcánicas grandes, «las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas», puntualiza Naciones Unidas.

Investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología Shahjalal, Bangladesh y de la Nueva Escuela de Investigación Social de EEUU (NSSR, por sus siglas en inglés), indican que el cambio climático desencadena el incremento de las temperaturas, anomalías en las precipitaciones y la elevación de la frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos como sequías intensas, escasez de agua, incendios graves, aumento del nivel del mar, inundaciones; deshielo de los polos, tormentas catastróficas y reducción de la biodiversidad.

Estas situaciones representan una amenaza para la salud al afectar los alimentos, el agua, el aire y el clima.

Problemas vigentes

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático asevera que «el rango de evidencia publicada indica que es probable que los costos netos de los daños del cambio climático sean significativos y aumenten con el tiempo».

  • Asimismo, se advierte que el cambio climático no representa problemas para el futuro: los cambios provocados por el aumento de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero que atrapan el calor «ya están teniendo efectos generalizados en el medio ambiente: los glaciares y las capas de hielo se están reduciendo, el hielo de los ríos y lagos se está rompiendo antes, los rangos geográficos de plantas y animales están cambiando y las plantas y los árboles florecen antes».

En ese sentido, la gravedad de los efectos originados por el cambio climático está sujeto a la trayectoria de las futuras actividades humanas.

Alarma sobre la aparición y propagación de patógenos nocivos

Un equipo de expertos en enfermedades infecciosas ha pedido más concienciación y preparación en el ámbito médico para hacer frente al impacto del cambio climático en la propagación de enfermedades. A través de un artículo publicado en ‘JAMA’, dan la voz de alarma sobre la aparición y propagación de patógenos nocivos.

Los autores también instan a la comunidad médica a actualizar su educación y formación y a tomar medidas para combatir el calentamiento global. «Los médicos deben estar preparados para afrontar los cambios en el panorama de las enfermedades infecciosas», ha armado el autor principal de la investigación, George R. Thompson.

  • Thompson es profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Davis(EEUU) en el Departamento de Medicina Interna, División de Enfermedades Infecciosas, y en el Departamento de Microbiología Médica e Inmunología.
  • «Aprender sobre la conexión entre el cambio climático y el comportamiento de las enfermedades puede ayudar a orientar los diagnósticos, el tratamiento y la prevención de las enfermedades infecciosas», ha asegurado.

En este sentido, Thompson ha animado a médicos y facultativos a mantener «un alto índice de sospecha de enfermedades en movimiento». «Creo que con las mejoras en nuestra comprensión de la enfermedad, habrá más pruebas y así pasaremos por alto menos casos», ha indicado.

Cambio en el panorama de las enfermedades

Las enfermedades infecciosas pueden estar causadas por virus, bacterias, hongos o parásitos. Muchas de estas enfermedades se transmiten de animal a humano o de humano a humano.

Un tipo de enfermedad infecciosa son las enfermedades transmitidas por vectores. Están causadas por patógenos transportados por vectores como mosquitos, pulgas y garrapatas. Algunas enfermedades causadas por vectores son el dengue, la malaria y el Zika.

  • Los cambios en el régimen de lluvias están ampliando el área de distribución de los vectores y sus periodos de actividad. Los inviernos más cortos y cálidos y los veranos más largos también están relacionados con un mayor número de enfermedades transmitidas por vectores.
  • Por ejemplo, las enfermedades causadas por garrapatas (como la babesiosis y la enfermedad de Lyme) aparecen ahora también en invierno. También se están encontrando en regiones más al oeste y al norte que en el pasado.
  • «Estamos viendo casos de enfermedades transmitidas por garrapatas en enero y febrero», señala el primer autor del estudio, Matthew Phillips. Phillips es especialista en enfermedades infecciosas del Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de Harvard.

«La temporada de garrapatas empieza antes y con más garrapatas activas en un área más amplia. Esto significa que el número de picaduras de garrapata está aumentando y, con él, las enfermedades transmitidas por garrapatas», ha añadido.

Otro motivo de preocupación es el paludismo. Los mosquitos que transmiten la enfermedad se están expandiendo hacia el norte, un cambio inducido por el clima. Los cambios en el régimen de lluvias han provocado un aumento del número de mosquitos y de la tasa de transmisión de la enfermedad.

«Como médico especialista en enfermedades infecciosas, una de las cosas que más me asustó el verano pasado fueron los casos de paludismo adquiridos localmente. Vimos casos en Texas y Florida y luego en Maryland, al norte, lo que fue realmente sorprendente. Les ocurrió a personas que no habían viajado fuera de EE.UU.», ha manifestado Phillips.

  • Las enfermedades zoonóticas, como la peste y el hantavirus (transmitido por roedores), también muestran cambios en su incidencia y localización.
  • Los expertos observaron cambios en las pautas migratorias de los animales y en sus áreas de distribución naturales.

Debido a la pérdida de su hábitat, los animales salvajes se acercan cada vez más a los humanos. Con ello aumenta el riesgo de que las enfermedades animales se transmitan a los humanos y de que se desarrollen nuevos patógenos.

  • El estudio también señala la aparición de nuevas infecciones fúngicas, como ‘Candida auris’ (C. auris), y cambios en la localización de algunos hongos patógenos. Por ejemplo, la infección fúngica ‘Coccidioides’ (también conocida como ebre del Valle) era endémica de zonas cálidas y secas de California y Arizona. Sin embargo, recientemente se ha diagnosticado en zonas tan septentrionales como el estado de Washington.

Los cambios en los patrones de lluvia y la temperatura del agua costera también pueden afectar a la propagación de enfermedades transmitidas por el agua, como ‘E. coli’ y Vibrio.

Según el equipo, el nivel del mar está subiendo, y las mareas de tempestad y las inundaciones costeras que solían ser fenómenos raros o extremos están ocurriendo con más frecuencia.

Por todo ello, el equipo han pedido medidas más estrictas para la vigilancia de las enfermedades infecciosas y ha instado a los educadores médicos a formar a los clínicos para anticiparse a los cambios en los patrones de las enfermedades infecciosas.

Se elevaron las enfermedades tropicales en 2023

Con 4,5 millones de casos de dengue confirmados y cerca de 2.500 muertes, 2023 es por ahora el año con mayor incidencia de esta enfermedad tropical en América Latina. El récord, sin embargo, será anecdótico frente a los datos de 2024. En lo que va de año, se han notificado ya a la Organización Panamericana de la Salud (PAHO) cerca de nueve millones de casos.

A pesar de que muchos no acabarán formando parte de la estadística final (los datos deben todavía revisarse y hay países como Brasil que notifican la sospecha más leve, sin hacer test en laboratorio), la PAHO advierte que 2024 va camino de triplicar, como mínimo, los datos de incidencia de dengue del año pasado.

  • Si bien la enfermedad está en aumento en toda América Latina y el Caribe, los países más afectados son Brasil (83%), Paraguay (5,3%) y Argentina (3,7%), que concentran el 92% de los casos y el 87% de las muertes, según los datos definitivos del primer trimestre del año.
  • El dengue, una infección vírica habitual en áreas urbanas y semiurbanas de las zonas tropicales, no podría estar logrando nada de esto sin la ayuda de sus vectores, los mosquitos. En América Latina, en particular, el de mayor presencia es el de la especie ‘Aedes aegypti’. Y aquí es donde entra la conexión climática.

De acuerdo con la PAHO, el incremento de la incidencia del dengue en la región se debe, sobre todo, a que la propagación de ‘Aedes aegypti’ es más alta debido a que la temporada de clima cálido y lluvioso en la región es más larga de lo que solía ser. No solo eso, sino que también se está registrando presencia del mosquito en países y en zonas en las que nunca se había detectado porque eran demasiado frías.

Grandes ciudades que tradicionalmente han estado libres de la enfermedad, como Ciudad de México o Ciudad de Guatemala, tienen cada vez más casos. Además, no son situaciones puntuales, sino que la tendencia es clara en los últimos 20 años: el mosquito sobrevive cada vez en más sitios, ayudado por el incremento de las temperaturas.

A pesar del alcance de la epidemia de dengue en Latinoamérica, la enfermedad no se considera de las más graves de entre las transmitidas por mosquitos. Muchos casos son asintomáticos o con síntomas leves y no precisan de asistencia médica. Solo un pequeño porcentaje deriva en dengue grave, con dificultad para respirar, sangrado y complicaciones en los órganos.

  • En 2023, a nivel mundial se registraron más de 6,5 millones de casos, de los cuales unas 7.300 acabaron en fallecimiento. Sin embargo, hay otras enfermedades transmitidas por mosquitos con una carga mucho mayor en la salud, como la malaria, el zika o las llamadas enfermedades tropicales desatendidas, frecuentes en el seno de las poblaciones de bajos ingresos de países en vías de desarrollo.

Al igual que el dengue, todas ellas se podrían estar viendo potenciadas por el cambio climático. Una revisión de más de 42.000 artículos científicos, liderada recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), concluye que el cambio climático está alterando los patrones de contagio de todas las enfermedades tropicales transmitidas por vectores, aunque también señala que todavía sabemos muy poco de cómo lo está haciendo. /Agencias-PUNTOporPUNTO

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