Cuando Martín decidió ir al hospital, era demasiado tarde. Al día siguiente murió. La desconfianza en la salud pública y los rumores añaden más oscuridad a la pandemia en México.
Martín Urdiain, de 61 años, se ganaba la vida como mecánico en el barrio de Xochimilco, en Ciudad de México, hasta que cayó enfermo de covid-19 junto con su esposa.
Los síntomas empeoraron, pero antes que buscar atención médica intentaron recuperarse en el hogar comprando dos ventiladores mecánicos por 3.400 dólares.
«Mi hermano prefería estar en su casa, tenía desconfianza porque veía en las noticias sobre la saturación de los hospitales y la mala atención, pero al final se sintió peor y terminó por ir», contó a la AFP Alfredo Urdiain.
Martín murió el 17 de junio; su esposa se recuperó sin hospitalización.
Son comunes las historias de personas que afrontan la enfermedad por su cuenta, se niegan a ser trasladadas por los paramédicos o terminan arrastradas por infundios.
- La salud pública en México es tachada de ineficiente desde hace años. «Encontramos un sistema en el suelo», asegura el presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador, en el poder desde 2018.
- La pandemia sorprendió al país con un déficit de 200.000 médicos y 300.000 enfermeras, lo que obligó al gobierno a realizar contrataciones masivas, readecuar un millar de hospitales y comprar insumos con una inversión de 1.900 millones de dólares.
Evitando pisar el hospital, Jéssica Castillo, repostera de 43 años, padeció siete días en su vivienda del estado de Hidalgo (centro), incluso con «pensamientos suicidas». «Sentía que el aire que jalaba no llegaba a los pulmones, pero yo decía: ‘Si voy al hospital, no voy a regresar'», relató a la AFP.
Diabética e hipertensa, justifica sus aprensiones en la mala atención que recibió antes de la pandemia en el Instituto Mexicano del Seguro Social, que tiene 80 millones de afiliados.
«No les creo. Me han lastimado mucho física y emocionalmente. Hace como tres años no voy ni por medicamento para mi diabetes, prefiero comprarlos por fuera», añade Castillo, que tardó más de un mes en recuperarse.
MORIR EN CASA
México, de 128 millones de habitantes, es el cuarto país más enlutado por el nuevo coronavirus con 73.493 fallecidos y casi 700.000 contagiados, aunque su tasa de mortalidad por 100.000 habitantes es la decimocuarta del mundo.
No hay registro sobre el número de mexicanos que han preferido recuperarse o incluso morir en casa.
Sin embargo, desde mediados de marzo hasta el 1 de agosto, en 24 de 32 estados del país fallecieron 122.765 personas más frente a igual período de los cinco años anteriores, según el gobierno. Este «exceso de mortalidad» incluyó todas las causas.
«Desde hace años tenemos este sistema de salud enfermo que no cuenta con equipo necesario», dijo a la AFP Mayra Reyes, médico residente del Hospital General de Cuautitlán (Estado de México).
Testigo de que no todos los centros públicos cuentan con insumos básicos como agua y jabón, Reyes comenta que a principios de año en su hospital no tenían «ni paracetamol».
- Parte de la desconfianza ha estado alimentada por rumores. Dos asonadas tuvieron lugar en poblados indígenas de Chiapas (sur) en mayo y junio, tras rumores que vincularon las labores de desinfección con una falsa propagación del virus.
- Fueron vandalizados un hospital, una alcaldía, viviendas y vehículos.
- «Hay muchos rumores de que en los hospitales terminan de matar a los pacientes», sostiene Eustaquio García, conductor de 27 años, quien prefirió tratarse una gripe por su cuenta en el estado de Guerrero (sur).
Iván Carreño, médico general de 27 años, apunta que de marzo a julio el miedo «estuvo fundamentado», pues los hospitales «se llenaron, la atención era mala y había falta de insumos».
Pero aunque la situación cambió, «no hemos podido hacerle entender a la población que la hospitalización es buena. Muchos prefieren literalmente morir en su casa».
«Me han tocado pacientes que me preguntan si es verdad que les quitan el líquido de las rodillas o que si traficamos con sus órganos», refiere Carreño, que dedica parte de su tiempo a desmentir falsedades.
ATENCIÓN DE ENFERMEDADES CRÓNICAS DISMINUYÓ 56.6%
Los más de 72 mil decesos no son el único golpe a la salud que el coronavirus ha dejado en México.
Pacientes con otras enfermedades padecen retraso de diagnósticos y tratamientos. La pandemia también impactó la cobertura en vacunación, lo que tiene el potencial de provocar brotes de otros padecimientos.
- De marzo a junio, las consultas en el sistema público de salud cayeron 64.2% respecto de 2019. En esos meses se otorgaron diez millones 558 mil 454 consultas; 18 millones 941 mil 284 menos que en 2019 cuando se brindaron 29 millones 499 mil 738 en total.
- Un análisis de Judith Méndez, investigadora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, reveló que la atención a pacientes con enfermedades crónicas disminuyó 56.6 por ciento.
Las consultas a diabéticos, hipertensos y personas con cáncer, entre otros padecimientos crónicos, sumaron en ese periodo dos millones 76 mil 962, dos millones 699 mil 969 menos que el año pasado.
BAJÓ EN MAYO
El mayor desplome en el sistema público de salud ocurrió en mayo, cuando se preveía el pico de la epidemia. Ese mes hubo cinco millones 752 mil 294 consultas menos que en mayo de 2019, una reducción de 76.8 por ciento.
La planificación familiar también resultó afectada, con 49.7% menos consultas. En salud mental el descenso fue de 68.6%, pues mientras en 2019 hubo 624 mil 881 atenciones, este año sólo se brindaron 196 mil 438.
- El Observatorio Mexicano de Vacunación advierte que sólo 11.4% de los niños de 8 a 11 meses tiene su esquema completo.
Judith Méndez explicó que el desplome en consultas en el sistema público durante la cuarentena se debe a saturación de servicios, el confinamiento y la decisión de los pacientes a no exponerse al virus. También a la falta de inversión en salud, pues desde 2015 el sector registra contracción.
“El covid vino a evidenciar carencias ya existentes. La OMS sugiere una inversión de 6% del PIB a salud y en México destinamos 2.5. Necesitaríamos más que duplicarlo”, indicó.
En el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2021, alertó, no se identifica un solo programa de respuesta a la pandemia ni siquiera un monto específico para la vacuna.
EXCESO DE MORTALIDAD
Los males crónicos son responsables de la mitad de las muertes en México. De las 722 mil 611 personas que murieron en 2018, 375 mil 666 estaban enfermos del corazón, eran diabéticos, tenían algún tumor maligno o una enfermedad del hígado. Son padecimientos fuera de control que la pandemia empeoró.
“Las cifras de exceso de mortalidad de este año de 59% nos hablan de la postergación de atención. La estrategia de desconversión deberá presentar un plan en términos del saldo neto de este exceso”, planteó Gustavo Leal, especialista en política de salud de la UAM Xochimilco.
- El 5 de septiembre, la Ssa reportó un exceso de mortalidad: de marzo a agosto se registraron 122 mil 765 más defunciones de las esperadas, no sólo por covid-19, sino por todas las causas de muerte.
- Una encuesta de la OMS reveló que en 94% de 155 países el personal de salud que trabajaba en la esfera de las enfermedades no transmisibles fue parcial o totalmente reasignado para apoyar la respuesta a la pandemia.
El impacto en el control y atención de estas otras enfermedades representará más muertes, porque implica un círculo vicioso.
“Al mismo tiempo que estos padecimientos aumentan la susceptibilidad del individuo para contraer el covid, el estrés que sufre el cuerpo puede agravar desórdenes metabólicos preexistentes. Algunas personas pueden reaccionar al confinamiento de una manera inadecuada y agravarla por una mala alimentación”, explicó Mario Flores Aldana, director de Vigilancia de la Nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública.
HOSPITALES COVID
En febrero, con la reconversión de hospitales, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y el Instituto Nacional de Nutrición fueron designados hospitales exclusivamente covid-19.
Como híbridos se establecieron los hospitales General de México, Juárez, Gea González, Infantil, Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca y el Instituto de Cardiología. El Instituto de Cancerología, el de Rehabilitación, el de Psiquiatría y el de Pediatría fueron denominados no Covid.
- Esta reconversión permitió que de 132 camas de terapia intensiva en febrero se alcanzaran 502 en mayo, evitando la saturación hospitalaria.
El IMSS, que atiende a 83.6 millones de mexicanos y trata 750 padecimientos, destinó la mitad de su infraestructura a atender el coronavirus. Habilitó siete mil camas covid y concretó 39 mil contrataciones de personal médico.
ALGUNOS YA ESTÁN EN PROCESO DE DESCONVERSIÓN
El último medio año, el Hospital Juárez de México atendió 60% menos pacientes por enfermedades no covid respecto del año pasado. Mientras en 2019 otorgó 128 mil 582 consultas, este año la cifra se desplomó a 62 mil 851.
- Las cirugías pasaron de seis mil 643 a dos mil 881; las consultas de primera vez, de 121 mil 719 a 60 mil 200 y las urgencias atendidas de 22 mil 87 a 12 mil 384. Los partos y cesáreas también tuvieron una disminución, al pasar de mil 55 a 470.
Gustavo Lugo, director médico del hospital, dijo que ya están en proceso de desconversión, lo que implica el incremento del número de atenciones para pacientes no covid: diabéticos, hipertensos o con problemas renales.
- Hasta mediados de julio, el Juárez había brindado dos mil 300 consultas por infecciones respiratorias agudas y había dado de alta a 550 pacientes. Actualmente está en fase 1 de desconversión, con 123 camas para atender a pacientes con covid.
LA PANDEMIA LOS ENCERRÓ Y MURIERON EN SUS CASAS
Muertes por infarto en casa. Esa fue la consecuencia para los pacientes con urgencias del corazón que dejaron de ir al hospital a causa de la pandemia.
Diego Araiza, médico adscrito al área de urgencias y Unidad Coronaria del Instituto Nacional de Cardiología, detalló que la mitad de los pacientes con una urgencia, como un ataque al corazón, taquicardias o embolias, no acudió a recibir atención, lo que derivó en un aumento de muertes.
“Vimos una disminución de visitas por infarto y la consecuencia fue que los pacientes se quedaron en casa y fallecieron. Esta situación se asoció a más muertes que potencialmente hubieran sido prevenibles si hubieran acudido al hospital”, explicó.
SE DESPLOMÓ 55% LA ATENCIÓN
A partir de marzo, dijo, la llegada de personas con una urgencia del corazón se desplomó 55% por el miedo de exponerse al virus.
“No parece ser que sea por menos estrés, menos tráfico o contaminación, sino por las medidas de contingencia que hicieron que las personas tuvieran miedo de asistir y se quedaran con su problema en casa”, refirió.
- Las urgencias del corazón que llegan al instituto han retomado los niveles previos al inicio de la cuarentena: se reciben entre 350 y 400 urgencias por semana, pero los pacientes llegan cada vez más graves.
“Se siguen aguantando mucho en sus casas, vienen con un infarto de muchos días de evolución y lo que podemos hacer es poco porque ya es tarde”, dijo.
CAYERON CONSULTAS, CIRUGÍAS…
Al ser designado un hospital híbrido, el instituto tuvo una reducción en consultas externas (99.9%), cirugías (94%) y consultas de urgencia (55%).
En julio, Jorge Gaspar Hernández, director del instituto, adelantó a Excélsior que la pandemia podría incubar un problema en males cardiacos, que antes del covid mataban a 17 mexicanos cada hora.
El doctor Araiza confirmó que este escenario se cumplió.
“La cantidad de pacientes que estamos viendo con una presión arterial alta, una diabetes descontrolada, un colesterol que no se ha atendido es cada vez mayor. Es un problema que ha venido a multiplicar lo que de por sí es una situación difícil”, comentó.
ABANDONADO EN MÉXICO EL COMBATE AL CÁNCER
Pues llegó el mes de octubre que anualmente se enfoca en la lucha contra el cáncer de la mujer, y en México no hay ningún avance ni motivo para conmemorar. La situación en muchos aspectos se ha venido agravando para las pacientes.
Aunque sea difícil de creer tanta insensibilidad o incompetencia, a estas alturas del año las instituciones públicas de Salud no han autorizado ninguna compra de insumos para ambas enfermedades; ni para cáncer de mama ni para cáncer de cuello uterino. ¿Con que se está diagnosticando y atendiendo a las mujeres que padecen estos tipos de cáncer?
- En todo el 2020 ni el Insabi, ni el ISSSTE ni el IMSS -que cubren a más del 90% de la población- han adquirido una sola prueba para detección de virus de papiloma humano (VPH), causa del cáncer cervicouterino. Hasta hace dos años, la Secretaría de Salud compraba anualmente 1.2 millones de pruebas sin excepción. En este 2020 no se ha adquirido una sola.
Este tipo de compras como las de tamizaje siempre son de lo más básico, y el Centro de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CEGSR) se lo tomaba muy en serio. ¿Qué hace Karla Berdichevsky Feldman, la titular de dicho Centro, si no se preocupa por algo tan fundamental como el tamizaje para la detección de VPH?
Más debería estar preocupada, pues el compromiso subió de nivel en 2019 cuando México se unió al reto de reducir en un tercio el cáncer cervicouterino como parte de las metas hacia el 2030 acordadas por Latinoamérica ante la OMS.
Pero sencillamente el tamizaje de VPH ha dejado de tener prioridad en este país. Y no ha sido por falta de presupuesto porque ahí está etiquetado y aprobado para ejercerse con estos fines; pero las compras de estos insumos no se han concretado.
Con la desaparición del Seguro Popular se rompieron los acuerdos con asociaciones civiles como Fucam y otras que sin fines de lucro daban gran respaldo a la atención del cáncer femenino.
Entre enero y febrero, cerca de 9,000 mujeres con cáncer de mama perdieron por lo menos el ritmo en su atención que tenían con dichas organizaciones y tuvieron que irse para ser atendidas al Instituto de Cancerología (InCan) u hospitales de alta especialidad, que ya estaban de por sí saturados.
- La falta de atención se revela claramente en el reporte del Fondo de Gastos Catastróficos del extinto Seguro Popular: de 2018 a 2019 la caída en número de mujeres atendidas es dramático: en cáncer de mama pasó de 7,400 a 847; en cáncer cervicouterino, de 2,525 a 174; en cáncer de ovario epitelial, de 279 a 2; en cáncer de endometrio, de 92 a 48.
Como parte de todo se suman los problemas de abasto de quimioterapias que no han sido sencillas de solucionar.
Y en ello se acumulan varios factores como la carencia internacional de materia prima para estos fármacos, aunado al factor de que esta administración fragmentó las líneas de distribución que llevaban muchos años operando bien en línea con las farmacéuticas fabricantes. Tal parece que se está alargando la curva de aprendizaje de las empresas de logística que entraron a hacerse cargo sin tener experiencia en el sector./Agencias-PUNTOporPUNTO