AGENCIAS
Javier Galván, expresidente del partido PRI en el estado mexicano de Jalisco (oeste), fue asesinado a balazos hoy en Guadalajara, la capital estatal, confirmó la Fiscalía.
Según los primeros reportes, Galván, que era el delegado regional del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), murió dentro de su vehículo luego de que varios sujetos en una camioneta tipo Odyssey le cerraran el paso y le dispararan en varias ocasiones.
El cadáver presentaba entre tres y seis heridas de arma en el cuerpo y en el lugar del suceso se encontraron casquillos de armas calibre 9, informó la dependencia.
El funcionario se dirigía a su domicilio cerca de las 09.45 hora local (14.45 GMT), cuando fue interceptado por sus agresores en un punto cercano a la Casa Jalisco, residencia oficial del gobernador del estado.
Elementos de la Fiscalía mantienen un operativo para localizar a los presuntos culpables del ataque.
En una escueta conferencia de prensa, el secretario general de Gobierno de Jalisco, Roberto López, indicó que el caso será atraído por la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía), pues Galván era un funcionario federal al trabajar para el ISSSTE.
Galván se desempeñó como militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que presidió en Jalisco y representó como diputado federal y estatal.
También fue presidente municipal de Autlán de Navarro, en la región costa sur de Jalisco, de donde era originario, así como regidor en Guadalajara.
Tanto el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, como el presidente municipal de Guadalajara, Ramiro Hernández, lamentaron la muerte de Galván.
En dos años, Jalisco suma 103 funcionarios locales asesinados por presuntos miembros del crimen organizado, entre ellos el secretario de Turismo, José de Jesús Gallegos, en marzo de 2013, y el diputado federal Gabriel Gómez Michel, en septiembre de 2014.
En la entidad, fuerzas militares y federales mantienen desde el 1 de mayo el «Operativo Jalisco», en el que han desplegado miles de policías y elementos del ejército a fin de detener los líderes del violento Cártel Jalisco Nueva Generación, cuyo bastión principal es la zona de la costa sur jalisciense.