Redacción
Ángel Aguirre Rivero gobernador con licencia del estado de Guerrero, se dijo con la «conciencia tranquila» sobre los hechos ocurridos el año pasado en Iguala los días 26 y 27 de septiembre, cuando desaparecieron los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa.
También declaró que en lo personal no se encuentra bajo ninguna investigación judicial sobre el caso.
Luego de reunirse con un grupo de diputados federales en la Ciudad de México, se desligó de cualquier posible vínculo con la delincuencia organizada, y puso en claro que su relación con el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa se dio en el marco institucional.
Y dijo que tan pronto se enteró de los hechos de Iguala, instruyó a los funcionarios responsables de cada una de estas áreas, como la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero y la Secretaria General de Gobierno del Estado de Guerrero, así como la Secretaria de Salud de la entidad, para que atendieran la situación.
En la reunión que se realizó en uno de los salones del hotel Radisson Periférico Sur, el mandatario acudió con quien fuera su secretario general de gobierno, Jesús Martínez Garnelo, y el entonces procurador de la entidad, Iñaki Blanco.
Aguirre Rivero aseguró: «Guerrero necesita un trato especial, es un asunto de seguridad nacional. Guerrero necesita de programas que verdaderamente den oportunidad de empleo a los jóvenes», Hay posibilidad de que la reunión privada se prolongue al menos unas cuatro horas.