Las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) son un grupo de 21 enfermedades que prevalecen principalmente entre las comunidades desfavorecidas de las zonas tropicales y subtropicales, aunque algunas tienen una distribución geográfica mucho más amplia.
- Las ETD afectan a más de 1.000 millones de personas al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) . Causan una mortalidad y morbilidad importantes, con aproximadamente 200 000 muertes y 19 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) perdidos anualmente , con consecuencias sanitarias, sociales y económicas devastadoras.
Cada año, matan, desfiguran o incapacitan a millones de personas, incrementando su vulnerabilidad y la pobreza en las comunidades afectadas. Lo peor es que los tratamientos existentes a menudo son anticuados, tóxicos, no están disponibles, son difíciles de administrar en áreas remotas con servicios de salud precarios o, incluso para algunas enfermedades, ni siquiera existen. Esto es debido a que estas enfermedades afectan a personas que no constituyen un mercado lucrativo que incentiva la investigación farmacéutica privada.
Avances conseguidos peses a la disminución de la financiación global
Desde 2021 , cada 30 de enero se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas. El objetivo de este día es visibilizar las ETD y el sufrimiento que causan, y obtener apoyo para su control, eliminación y erradicación, según las metas establecidas en la hoja de ruta para las ETD 2021-2030 , la meta 3.3 del objetivo 3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (que establece, junto a otras enfermedades, poner fin a las enfermedades tropicales desatendidas para 2030) y otros compromisos globales .
- Afortunadamente, estos esfuerzos están comenzando a ver sus frutos y se ha comenzado a ver algún progreso. Por ejemplo, en 2023 seis países eliminaron al menos una ETD , siendo Bangladesh el primer país en eliminar oficialmente la leishmaniasis visceral como problema de salud pública.
- Irak se convirtió en el país número 50 en eliminar al menos una enfermedad desatendida , la mitad del camino hacia la meta de 100 países establecidos en la hoja de ruta de la OMS para 2030.
Prevenir y disponer de mejores y más accesibles sistemas de diagnóstico es fundamental para alcanzar este ambicioso objetivo. Pero es evidente que no basta: también se necesitan mejores tratamientos, lo que significa más innovación e investigación.
- La emergencia de la COVID-19 exige una nueva orientación de los recursos hacia otras áreas, y la financiación global para la investigación básica y el desarrollo de productos para las ETD ha mostrado una tendencia a la baja desde 2020.
Según datos publicados hace unos días del informe de G-FINDER , la financiación global para la investigación básica y el desarrollo de productos para las ETD se estancó de 2021 a 2022, lo que representa los niveles más bajos de inversión anual en innovación médica para las ETD desde 2009. La financiación para cinetoplastos (enfermedad de Chagas, leishmaniasis, tripanosomiasis africana humana) ha disminuido un 11 % de 2021 a 2022, siendo el nivel de financiación más bajo desde 2007.
Esta disminución en la financiación es preocupante porque la investigación funciona y es imprescindible aportar buenos resultados para las poblaciones desatendidas.
Medicamentos para enfermedades desatendidas
Entre las organizaciones que trabajan por las personas que sufren enfermedades desatendidas destaca la Iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Desatendidas (Drugs for Neglected Diseases Initiative: DNDi ), en la que trabajamos las autoras del artículo. Fue creada en el año 2003 por Médicos sin Fronteras y otras organizaciones internacionales como entidad sin ánimo de lucro para desarrollar nuevos medicamentos para enfermedades desatendidas.
DNDi ha contribuido a salvar millones de vidas en todo el mundo mediante el descubrimiento, desarrollo y facilitación de acceso de manera equitativa a 13 nuevos tratamientos cada vez mayores y mejores tolerados para pacientes con enfermedades desatendidas .
- La tripanosomiasis africana humana o enfermedad del sueño es una de las historias de éxito en el trabajo de DNDi, que en estos años ha logrado desarrollar un fármaco oral seguro y eficaz contra las dos formas de la enfermedad, lo que permite soñar con un futuro cercano en el que todos los pacientes detectados sean curados rápidamente y sin complicaciones.
- El modelo alternativo de investigación y desarrollo (I+D) farmacéutico sin ánimo de lucro para desarrollar nuevos tratamientos está orientado por las necesidades de los pacientes, y busca desvincular el coste de investigación del precio final del tratamiento. Es un modelo que funciona, y ha sido reconocido el pasado año 2023 recibiendo el prestigioso Premio Princesa de Asturias en Cooperación Internacional .
- España ha contribuido históricamente mucho a la lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas, a través de sus científicos, cooperantes y financiación de programas. La investigación científica desarrollada en los institutos de investigación españoles ha aportado importantes conocimientos y ha apoyado el desarrollo de nuevos tratamientos para estas enfermedades.
Es necesario poder continuar con este apoyo y ampliar su ámbito para aportar la innovación médica a todas las enfermedades desatendidas, como la enfermedad de Chagas, presente en España, que afecta de manera crónica a unos 6 millones de personas, mayoritariamente en América Latina , la leishmaniasis, enfermedad parasitaria endémica de amplia distribución y también endémica en España, o el dengue, enfermedad cada vez con mayor extensión geográfica y brotes más frecuentes y graves.
ETD, qué son y por qué es importante prevenir y controlar los brotes
Las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) son un grupo heterogéneo de 20 enfermedades que afectan a más de mil millones de personas pertenecientes a comunidades de bajos recursos. Son causadas por virus, bacterias, parásitos, hongos y toxinas. Organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales hace un llamado para que se les otorgue más recursos y dedicación.
- Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), “las enfermedades infecciosas desatendidas u olvidadas (EID), y aquellas transmitidas por vectores, son un conjunto de enfermedades infecciosas, que afectan principalmente a las poblaciones más pobres y con un limitado acceso a los servicios de salud; especialmente aquellos que viven en áreas rurales remotas y en barrios marginales”. Aunque, algunas arbovirosis como el dengue, el zika y chikungunya “también afectan a grandes centros urbanos”.
En ese sentido, desde el máximo ente sanitario internacional señalaron que la prevención y el control de estas “enfermedades generalmente relacionadas con la pobreza, requieren un abordaje integrado y multidisciplinario; muchas veces basado en acciones dirigidas al control de los vectores”.
En las zonas donde se registran los brotes, generalmente, “el acceso a agua segura, saneamiento básico y atención de la salud son inadecuados o no existen”, sin embargo las consecuencias están presentes, ya que estas patologías “afectan a más de mil millones de personas en todo el mundo y son responsables de miles de muertes prevenibles cada año”.
Por qué se llaman enfermedades desatendidas
Son afecciones causadas principalmente por una variedad de patógenos que incluyen virus, bacterias, parásitos, hongos y toxinas. Son responsables de miles de muertes prevenibles cada año. Se las llama “desatendidas” porque históricamente han ocupado un lugar muy bajo en la agenda de salud mundial recibiendo poca atención y financiación.
- Dentro de las desatendidas, la Organización Mundial de la Salud considera a la rabia, la Leishmaniasis, esquistosomiasis, envenenamiento por animales ponzoñosos, filariasis linfática, tracoma, sarna, fascioliasis, pian, micetoma, oncocercosis, geohelmintiasis. También se incluye entre las desatendidas a la Teniasis/cisticercosis por Taenia solium, a la enfermedad de Chagas, la lepra y la hidatidosis o equinococosis quística.
En diciembre pasado, la OMS incluyó también a la noma (cancrum oris o estomatitis gangrenosa) en su lista oficial de enfermedades tropicales desatendidas. Es una enfermedad gangrenosa grave de la boca y la cara, que afecta principalmente a niños pequeños malnutridos (de entre dos y seis años) en regiones de pobreza extrema.
Qué impacto tienen las enfermedades desatendidas
Las enfermedades tropicales desatendidas cuestan a las comunidades en desarrollo el equivalente a miles de millones de dólares cada año en costos directos de salud, pérdida de productividad y reducción de los logros socioeconómicos y educativos.
- También son responsables de otras consecuencias, como la estigmatización, la exclusión social, la discapacidad, la discriminación y los prejuicios, y ejercen una presión financiera considerable sobre los pacientes y sus familias.
Sin embargo, las enfermedades tropicales desatendidas pueden prevenirse, controlarse y eliminarse.
Qué se ha logrado contra las enfermedades desatendidas
Hasta noviembre de 2023, 50 países habían logrado eliminar al menos una enfermedad desatendida. Si bien los tratamientos farmacológicos están disponibles para muchas esas afecciones (por ejemplo, en el caso de la lepra hay medicamentos gratuitos que la curan), a menudo no llegan a las personas que más los necesitan.
- Por la emergencia de salud pública generada por la pandemia del coronavirus, en muchos países se perdió la prioridad de los programas de control y eliminación de las enfermedades tropicales desatendidas. Eso provocó interrupciones en el diagnóstico, el tratamiento y la atención de las personas afectadas.
La adaptación y la innovación están ayudando a los países a reanudar estos programas, complementados con intervenciones integradas y colaborativas, según la Organización Panamericana de la Salud.
¿Podría una enfermedad desatendida convertirse en una pandemia?
- Desde la Fundación Mundo Sano, el director ejecutivo Marcelo Abril, contestó a Infobae: “Hay que tener en cuenta qué significa o qué es una pandemia. Básicamente una pandemia es una situación epidemiológica donde una enfermedad se manifiesta en muchos países o en muchos continentes en forma simultánea”.
- En la actualidad -enfatizó- hay que tener en cuenta que “las enfermedades desatendidas afectan a algo más de mil seiscientos millones de personas. Son un problema global, por supuesto que algunas más presentes en distintas geografías que otras”.
- Existe “un foco importante de preocupación” por la expansión de enfermedades transmitidas por las picaduras del mosquito Aedes aegypti, particularmente del dengue. Está creciendo en número de casos en la región de las Américas, mantiene su tendencia y su gran importancia en Asia, y está empezando a aflorar en África.
“Su hallazgo recurrente en los últimos años en distintos puntos de Europa hacen que las autoridades estén muy atentas a su crecimiento por el efecto que tiene el dengue en saturar la posibilidad de respuesta de los sistemas de salud”, afirmó.
En tanto, Andrea Marchiol, coordinadora de proyectos relacionados con enfermedad de Chagas en la organización DNDI, la organización de investigación sin fines de lucro que desarrolla nuevos tratamientos para pacientes desatendidos que recibió el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2023, comentó a Infobae:
- “Técnicamente una epidemia se convierte en pandemia cuando se ha extendido por varios países, continentes o todo el mundo, y que afecta a un gran número de personas. Hoy en día si tomamos a todas las enfermedades desatendidas podríamos considerarlas como una pandemia por la gran cantidad de personas afectadas en diferentes regiones. Pero si las consideramos por separado, cada una tiene su propia dinámica”.
El dengue y otros arbovirus están avanzando en diferentes lugares del planeta. “El cambio climático, la deforestación y las situaciones de pobreza son algunos de los factores que favorecen su expansión”, puntualizó Marchiol.
- “Más allá de las consideraciones técnicas, en la actualidad se debería considerar que la pandemia por el coronavirus detuvo o incluso generó retrocesos en el control de las enfermedades desatendidas. Hay que trabajar por mejorar su prevención, control y el acceso al tratamiento”, sostuvo.
Qué se espera para el año 2030?
En 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había publicado la hoja de ruta de las enfermedades tropicales desatendidas para 2021-2030. Allí se estableció un plan integral para garantizar que las enfermedades tropicales desatendidas estén controladas, eliminadas o erradicadas para 2030.
- Pero por la reducción de la inversión y la interrupción de acciones durante la pandemia de COVID-19, esas metas, que se alinean con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, “corren el riesgo de no alcanzarse”, advirtió la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En relación al Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas 2024, esa agencia sanitaria hizo un llamamiento a todos, incluidos los líderes y las comunidades, para que se unan, actúen y eliminen estas enfermedades. Señaló, a través de un comunicado, que el trabajo colaborativo podría mejorar la salud y el bienestar de más de 1.600 millones de personas en todo el mundo.
- Consideró que se debería trabajar por las enfermedades tropicales desatendidas “como un componente fundamental de la seguridad sanitaria mundial, haciendo hincapié en que su prevención, control y eliminación son esenciales para salvaguardar y aumentar el bienestar mundial”.
También se puntualizó que las estrategias contra las enfermedades desatendidas deberían integrarse en las políticas de cobertura universal de salud para garantizar el acceso equitativo a los servicios de salud para las personas que están en situación de vulnerabilidad. Se buscar alcanzar la meta de 100 países establecida para 2030, es decir, que cien países eliminen al menos una de ellas para 2030.
Crean algoritmo con IA para diagnosticar enfermedades tropicales
Un estudio de la Universidad Politécnica de Marid (UPM) y el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III ha logrado crear un algoritmo de inteligencia artificial para el diagnóstico de filariasis, y otras enfermedades tropicales desatendidas, usando un teléfono móvil acoplado a un microscopio.
- El estudio, en el que también participa el Centro de Investigación Biomédica en Red y la compañía Spotlab, utiliza esos algoritmos para detectar microfilarias en sangre, las larvas infecciosas que pueden transmitir la filariasis, según recoge la UPM en una nota.
- La filariasis es una enfermedad infecciosa tropical común y afecta a más de un billón de personas a nivel mundial y, dependiendo del parásito, puede causar linfedema, elefantiasis, picazón y ceguera.
Actualmente para eliminar la filariasis como un problema de salud pública se realiza la administración masiva de medicamentos a todas las personas que viven en zonas endémicas.
- Finalmente, el diagnóstico de esta enfermedad se realiza mediante el examen microscópico de un frotis de sangre por un experto humano, lo cual es laborioso y los expertos no siempre están disponibles.
- Por ello, esta investigación proponía el uso de la inteligencia artificial para distinguir, con sus algoritmos, las especies de parásitos más comunes en África (Loa loa, Mansonella perstans y Wuchereria bancrofti) y el sudeste asiático (Brugia spp), utilizando la cámara de un teléfono móvil conectado a un microscopio óptico con un adaptador impreso en 3D.
- Para crear este sistema, los investigadores han usado 115 casos clínicos y han validado el sistema en un entorno clínico en el CNM-ISCIII; hasta conseguir que el sistema tenga una precisión de entorno al 95 por ciento, según apostilla la UPM.
- Con esta investigación, cuyos resultados han sido publicados en la revista Plos Neglected Tropical Diseases, los autores del trabajo han creado una aplicación móvil, llamada ‘HuggingSpot’, que está disponible en Google App Store y permite a la comunidad científica descargar los modelos de inteligencia artificial y probarlos.
Esta innovación tiene “un potencial enorme” para apoyar el diagnóstico y monitorización de las filariasis, especialmente en contextos con recursos limitados, donde el acceso a técnicos especializados y equipos de laboratorio es escaso. /Agencias-PUNTOporPUNTO