El sueño de Arturito, un niño de aproximadamente seis años de edad, que viaja todos los días desde el pueblo de Santo Tomás, Ajusco, en la Ciudad de México, a las zonas céntricas para vender papas fritas con salsa y limón, es ciajar en limousina.
En un descanso dentro de su jornada de trabajo, Arturito se acercó a donde una empresa tiene estacionada su limuosina para preguntar cuánto cuesta un paseo, porque le gustaría contratar uno para celebrar su cumpleaños.
En respuesta, el responsable de la empresa le prometió a Arturito que el día de su cumpleaños le dará una sorpresa.
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