AGENCIAS
Tres conductores de autobús paraguayos se clavaron las manos a tablones en forma de cruz para protestar por los recortes a las rutas que cubren.
Uno de ellos también se cosió la boca cerrada con alambre para exigir su puesto de trabajo después de que sus rutas se suspendieron por completo.
Los hombres dicen que fueron despedidos injustamente y sin previo aviso, y pretenden que el gobierno le reasigne sus rutas a otra empresa porque las empresas para las que trabajaban no les quieren dar más trabajo.
Los hombres, que habían sido despedidos en mayo en un grupo de 33 personas, radicalizaron su protesta clavándo sus manos a tablas de madera cuando recursos legales que habían emprendido no resultaron como esperaban.
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