TEXTO ÍNTEGRO: Resistencia a los AntiMICROBIANOS, la principal “AMENAZA a la SALUD PÚBLICA”

La resistencia a los antibióticos se acelera con el uso indebido y abusivo de estos fármacos y con las deficiencias de la prevención y control de las infecciones. Se pueden adoptar medidas en todos los niveles de la sociedad para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación.

La resistencia a los antimicrobianos (RAM) es, según la OMS, una de las diez principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad y, por ese motivo, hasta el 24 de noviembre se celebrará la semana mundial de la concienciación sobre esta cuestión.

  • “La RAM es la capacidad intrínseca que tienen los microorganismos de resistir la acción de los distintos agentes químicos”, explica a EFE el líder de la línea de antibióticos en el departamento técnico del laboratorio argentino Biogénesis Bagó, Joaquín Basombrío.
  • La resistencia antimicrobiana provoca que los medicamentos pierdan parte de su eficacia, haciendo más difíciles de tratar las infecciones, lo que conlleva un aumento del riesgo de mortalidad de los pacientes.

La Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los Antimicrobianos se celebra cada año del 18 al 24 de noviembre.

Principal causa de muerte en humanos para 2050

Según Basombrío, la resistencia antimicrobiana podría convertirse en la principal causa de muerte de humanos en 2050.

Anualmente, 48.000 personas presentan problemas de salud asociados a la RAM como la tuberculosis multirresistente, el VIH o la malaria, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

  • Para el presidente de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria de Argentina, Jorge Errecalde, es “una suerte” que la RAM haya pasado a ocupar el centro del debate médico en la última década, pero en su opinión, el principal reto está en cómo se trata este problema en animales, especialmente en el ganado bovino, porcino y aviar que permanece estabulado en granjas intensivas.
  • Errecalde explica a EFE que, en el ámbito agrícola, los químicos antimicrobianos pueden utilizarse de varias formas diferentes, desde los fines terapéuticos hasta los meros usos comerciales centrados en promover el crecimiento de los animales con fines comerciales.
  • Es esta última modalidad la que más preocupa a los expertos, que piden mayores inversiones para mejorar las condiciones de las explotaciones ganaderas, instruir y formar a más profesionales veterinarios y fomentar la prevención de enfermedades en animales, que son el origen de entre el 60 % y el 70 % de las infecciones que afectan a las personas.

“Los antimicrobianos deben ser utilizados lo menos posible, pero todo lo necesario”. Esa es la máxima de Errecalde tanto para los animales como para los humanos.

Además, el experto pone el foco sobre otras prácticas peligrosas en humanos, especialmente el problema de la automedicación y los casos de expedición de medicamentos sin receta.

También insiste en la poca instrucción con la que cuentan muchos pacientes en materia farmacológica y en la falta de instalaciones para desechar los químicos sobrantes.

  • Desde el Laboratorio Azul, parte de Biogénesis Bagó, su gerente, Gustavo Combessies, apunta en una entrevista para la Agencia EFE a la importancia de diagnósticos más exhaustivos que permitan generar alertas tempranas y conocer más en profundidad cómo son las superbacterias multirresistentes.

En este sentido, coincide con el doctor Errecalde en mencionar el rol protagónico de los veterinarios en la intermediación entre ganaderos, animales, consumidores e industrias asociadas al sector agrícola.

“Si logramos tener animales en un buen estado de salud no vamos a necesitar animales que precisen antibióticos”, insiste Combessies.

  • Para ello, compañías como Biogénesis Bagó, con la que EFE mantiene un acuerdo de difusión de contenidos sobre salud, centran sus esfuerzos en garantizar la identificación de medicaciones adecuadas y la utilización de productos avalados por las entidades regulatorias de cada país.

En el caso argentino, Combessies cree que hay un suelo firme sobre el que crecer, pero considera que “aún faltan información y estadísticas de base”, en lo relativo al ganado avícola, el porcino y el bovino.

Se duplicó la resistencia a los antibióticos de uso común

La resistencia a los antibióticos de uso común para el tratamiento de bacterias dañinas relacionadas con diversas afecciones estomacales se ha más que duplicado en 20 años, según demostró una nueva investigación.

  • El estudio, presentado en la reunión de la United European Gastroenterology UEG Week 2019, que analizó mil 232 pacientes de 18 países de toda Europa, investigó la resistencia a los antibióticos que se toman para la infección por ‘Helicobacter pylori’ (H. pylori), una bacteria dañina asociada con úlcera gástrica, linfoma y cáncer gástrico.
  • La resistencia a la claritromicina, uno de los antibiótico más establecidos utilizados para erradicar el ‘H. pylori’, había aumentado del 9.9 por ciento en 1998 al 21.6 por ciento el año pasado, y también se observaron aumentos en la resistencia a la levofloxacina y el metronidazol.

La resistencia a los antibióticos ocurre cuando las bacterias desarrollan la capacidad de sobrevivir a la exposición a medicamentos diseñados para matar o detener su crecimiento.

  • Es una de las mayores amenazas para la salud mundial en la actualidad, ya que causa más de 750 mil muertes cada año y, sin una acción urgente, se espera que este número aumente drásticamente en el futuro.
  • Al presentar el estudio, el investigador principal, el profesor Francis Megraud, explicó que «la infección por ‘H. pylori’ ya es una condición compleja de tratar, que requiere una combinación de medicamentos.
  • Con tasas de resistencia a los antibióticos de uso común, como la claritromicina, que aumenta a un ritmo alarmante de casi 1 por ciento por año, las opciones de tratamiento para ‘H. pylori’ se volverán progresivamente limitadas e ineficaces si no se desarrollan estrategias de tratamiento novedosas».

«La reducción de la eficacia de las terapias actuales podría mantener las altas tasas de incidencia de cáncer gástrico y otras afecciones como la enfermedad por úlcera péptica, si la resistencia a los medicamentos continúa aumentando a este ritmo», añade. L ‘H. pylori’ provoca una de las infecciones bacterianas más comunes en humanos y se estima que está presente en la mitad de la población mundial, con inflamación del revestimiento del estómago, es decir, gastritis, que puede provocar úlceras pépticas.

  • Es también el factor de riesgo más importante para el cáncer gástrico, la séptima causa principal de muerte por cáncer en Europa y la tercera en todo el mundo. En los últimos años, la resistencia a los antibióticos por parte de la ‘H. pylori’ se ha convertido en un problema importante y urgente en todo el mundo.
  • Subrayando la gravedad de la situación, en 2017, la Organización Mundial de la Salud identificó a esta bacteria resistente a la claritromicina como una bacteria de alta prioridad para la investigación y el desarrollo de antibióticos.

Los altos niveles de resistencia que presentan estos países se han atribuido al consumo excesivo de antibióticos para afecciones como el resfriado y la gripe, y la falta de apoyo institucional para las estrategias de contención de resistencia a los antibióticos.

  • «Los resultados de este estudio son ciertamente preocupantes, ya que la ‘H. pylori’ es la principal causa de enfermedad péptica y cáncer gástrico -. La creciente resistencia de ‘H. pylori’ a varios antibióticos de uso común puede poner en peligro las estrategias de prevención», alertó Mario Dinis-Ribeiro, presidente de la Sociedad Europea de Endoscopia Gastrointestinal.

Resistencia provoca cada año miles de muertes en el mundo

La resistencia a los antibióticos provoca cada año la muerte de más personas alrededor del mundo que las causadas por enfermedades como la malaria o el sida, afirma un estudio realizado por la revista médica The Lancet.

  • La publicación afirma que tan solo en 2019, 1.27 millones de muertes en el mundo pueden atribuirse de manera directa a la resistencia de antibióticos, derivado de su uso no controlado y sin indicación médica.
  • Sin contar otras 4.95 millones de muertes que pueden asociarse de manera indirecta a esas infecciones.
  • La cifra de muertes por bacterias resistentes a los antibióticos es tan alta que es casi la misma que la provocada por las muertes registradas por VIH y malaria juntas, 680 mil y 627 mil, respectivamente.

Muertes por superbacterias se generalizan

El dato es alarmante, ya que las muertes registradas por estas superbacterias solo son superadas por las ocasionadas por COVID-19 y tuberculosis en términos de muertes globales por una infección.

  • Los autores del estudio centraron la investigación en 23 patógenos y 88 combinaciones de patógenos y medicamentos en un total de 204 países y territorios durante 2019. De los principales patógenos bacterianos cubiertos en este estudio, solo la neumonía neumocócica se puede prevenir mediante la vacunación.
  • Es importante recordar que los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos.
  • Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes.

La resistencia a los antibióticos hace que se incrementen los costos médicos, que se prolonguen las estancias hospitalarias y que aumente la mortalidad.

De acuerdo a la publicación, irónicamente, la resistencia a los antibióticos refleja en parte el acceso insuficiente a estos medicamentos.

La neumonía neumocócica se trata fácilmente con antibióticos, pero la carga estimada por los científicos, refleja la falta de acceso incluso a medicamentos económicos como la penicilina.

  • Más de dos tercios de las muertes atribuibles se debieron a la resistencia a los antibióticos de primera línea, incluidas las fluoroquinolonas y los antibióticos β-lactámicos (carbapenémicos, cefalosporinas y penicilinas).
  • Según la Organización Mundial de la Salud, un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea o las enfermedades de transmisión alimentaria, son cada vez más difíciles —y a veces imposibles— de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia.

Allí donde los antibióticos se pueden adquirir sin receta médica para uso humano o veterinario, la aparición y propagación de la farmacorresistencia empeora. En los países que carecen de directrices terapéuticas normalizadas, el personal sanitario y veterinario tiene tendencia a prescribirlos (y la población general a consumirlos) en exceso.

Si no se toman medidas urgentes, el mundo está abocado a una era post-antibióticos en la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente mortales.

La resistencia a los antibióticos se acelera con el uso indebido y abusivo de estos fármacos y con las deficiencias de la prevención y control de las infecciones. Se pueden adoptar medidas en todos los niveles de la sociedad para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación.

Para prevenir y controlar la propagación de la resistencia a los antibióticos la población general puede:

  • Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
  • No pedir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
  • Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
  • No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
  • Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
  • Preparar los alimentos en condiciones higiénicas tomando como modelo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos de la OMS (mantener la limpieza; separar alimentos crudos y cocinados; cocinar completamente; mantener los alimentos a temperaturas seguras; y usar agua y materias primas inocuas)

Descubren un compuesto que derrotaría a las bacterias resistentes

Durante años, los expertos en salud pública han llamado la atención sobre la próxima fase en la coexistencia de la humanidad con las bacterias: un futuro oscuro en el que las cepas emergentes han vuelto inútiles los antibióticos que alguna vez fueron poderosos.

  • Las Naciones Unidas proyectaron recientemente que, a menos que se desarrollen nuevos medicamentos, las infecciones multirresistentes empujarán a 24 millones de personas a la pobreza extrema en la próxima década y causarán 10 millones de muertes anuales para 2050.
  • Los científicos están especialmente preocupados por un amplio grupo de bacterias que circulan en los hospitales y pueden eludir no solo medicamentos de gran éxito como la penicilina y la tetraciclina, sino incluso la colistina, un antibiótico utilizado durante mucho tiempo como última opción crucial. Cuando falla la colistina, a menudo no hay antibióticos efectivos para pacientes con infecciones multirresistentes.

Ahora, los científicos de la Universidad Rockefeller informan sobre el descubrimiento de un compuesto que potencialmente podría superar la resistencia a la colistina. En experimentos con animales, este posible antibiótico fue muy potente contra patógenos peligrosos como Acinetobacter baumannii, la causa más común de infecciones en entornos de atención médica. Publicados en Nature, los hallazgos podrían hacer posible el desarrollo de una nueva clase de antibióticos para combatir las cepas que no responden a otros tratamientos.

Guerras evolutivas

La colistina se ha utilizado abundantemente durante mucho tiempo en la industria ganadera y, más recientemente, en la clínica. Se cree que el uso excesivo ejerció una fuerte presión evolutiva sobre las bacterias, obligándolas a desarrollar nuevos rasgos para sobrevivir. Como resultado, algunas especies han adquirido un nuevo gen llamado mcr-1 que evade la toxicidad de la colistina, haciendo que estas bacterias sean resistentes a la droga.

  • La resistencia a la colistina se propaga rápidamente, en parte porque mcr-1 se encuentra en un anillo de ADN llamado plásmido que no forma parte del genoma bacteriano a granel y puede transferirse fácilmente de una célula a otra.
  • “Pasa de una cepa bacteriana a otra, o de la infección de un paciente a la de otro”, explica Zongqiang Wang, asociado postdoctoral en el laboratorio de Sean F. Brady y uno de los autores principales del documento..

Wang y sus colegas se preguntaron si existen compuestos naturales que podrían usarse para combatir las bacterias resistentes a la colistina. En la naturaleza, las bacterias compiten constantemente por los recursos, desarrollando nuevas estrategias para frustrar las cepas vecinas.

De hecho, la propia colistina es producida por una bacteria del suelo para eliminar a los competidores. Si un rival resiste el ataque recogiendo mcr-1 , el primer microbio podría adquirir posteriormente una nueva mutación, lanzando una nueva versión de colistina capaz de matar a la bacteria mcr-1 .

“Nos propusimos buscar compuestos naturales que las bacterias del suelo pudieran haber desarrollado para combatir su propio problema de resistencia a la colistina”, indica el especialista.

Su equipo utilizó un enfoque innovador que elude las limitaciones de los métodos tradicionales para el descubrimiento de antibióticos. En lugar de cultivar bacterias en el laboratorio y buscar los compuestos que producen, los investigadores buscan en el ADN bacteriano los genes correspondientes.

  • Al examinar más de 10.000 genomas bacterianos, encontraron 35 grupos de genes que predijeron que producirían estructuras similares a la colistina. Un grupo parecía particularmente interesante ya que incluía genes que eran lo suficientemente diferentes de los que codifican la colistina como para sugerir que producirían una versión funcionalmente distinta del fármaco.
  • Al analizar más a fondo estos genes, los investigadores pudieron predecir la estructura de esta nueva molécula, a la que llamaron macolacina. Luego sintetizaron químicamente este pariente nunca antes visto de la colistina, produciendo un compuesto novedoso sin necesidad de extraerlo de su fuente natural.
  • En experimentos de laboratorio, se demostró que la macolacina es potente contra varios tipos de bacterias resistentes a la colistina, incluida la Neisseria gonorrhoeae intrínsecamente resistente, un patógeno clasificado como una amenaza de alto nivel por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La colistina, por otro lado, parecía ser totalmente inactiva contra esta bacteria.

A continuación, los científicos probaron el nuevo agente en ratones infectados con XDR A. baumannii resistente a la colistina, otro patógeno de amenaza de nivel más alto. Los ratones que recibieron una inyección de macolacina optimizada eliminaron por completo la infección en 24 horas, mientras que los tratados con colistina o placebo retuvieron al menos la misma cantidad de bacterias presentes durante la infección inicial.

“Nuestros hallazgos sugieren que la macolacina podría convertirse potencialmente en un fármaco que se implementará contra algunos de los patógenos resistentes a múltiples medicamentos más preocupantes”, dice Brady.

  • En otro estudio, el laboratorio de Brady usó métodos similares para explorar una clase diferente de antibióticos, llamados antibióticos de unión a menaquinona (MBA). En un trabajo publicado recientemente en Nature Microbiology, los investigadores demostraron que, en ratones, los nuevos MBA que identificaron son efectivos contra Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, otra causa de infecciones peligrosas en entornos de atención médica.

Wang agrega que el método basado en la evolución utilizado para descubrir la macolacina también podría aplicarse a otros problemas de resistencia a los medicamentos. “En principio, se podría buscar en el ADN bacteriano nuevas variantes de cualquier antibiótico conocido que se haya vuelto ineficaz por cepas resistentes a los medicamentos”, concluye./PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro en el Enlace:

https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(22)00087-3/fulltext

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