América Latina es la región más rezagada a nivel mundial en reflejar resultados hacia la transición energética, ya que la madurez de su sistema sólo alcanza un avance de 22 por ciento, reveló el reporte ‘Índice de preparación para la transición energética’, elaborado por Siemens Energy.
- De acuerdo con el estudio, por arriba de América Latina se encuentran Asia Pacífico, con un avance de 25 por ciento, seguido de Oriente Medio y África (26 por ciento), Europa (33) y Norteamérica (34).
- De manera detallada, el reporte reveló que la energía solar fotovoltaica, la captura y almacenamiento de carbono son los temas que muestran menos avances en América Latina.
“Esto puede deberse a los abundantes recursos de energía renovable de la región, principalmente la fuente hidroeléctrica, con un posible impacto en la adopción de las tecnologías destinadas a reducir las emisiones del carbón, que tienen una aplicabilidad limitada en América Latina, ya que el carbón representa sólo el 6 de la generación eléctrica de la región en 2020″.
- Siemens Energy recomendó que la ambición de América Latina debe ser lograr la reducción de emisiones a mediano y largo plazo, asegurando al mismo tiempo el crecimiento de la economía y el bienestar.
“América Latina ha sido bendecida con abundantes recursos energéticos. Las redes de transmisión de última generación liberarán todo el potencial de la región, al tiempo que convertirán a América Latina en una potencia ecológica”, dijo Tim Holt, miembro de la junta directiva de Siemens Energy.
- México: En el caso de México, durante los últimos 20 años el sector energético ha sido el responsable del 71 por ciento del total de emisiones dióxido de carbono, “es por eso que se debe de actuar y eliminar barreras tecnológicas, políticas y de infraestructura para que la transición energética sea una realidad a nivel global”, enfatizó la empresa especializada en energía.
“La hora es ahora, aunar fuerzas entre los diferentes actores políticos y privados es clave, para incrementar la transición energética”, recomendó el reporte.
- El índice fue realizado con base en la opinión de más de dos mil expertos en el sector energético en Asia Pacífico, Europa, Medio Oriente, América del Norte y América Latina. Ellos tomaron en cuenta las condiciones que sus países estaban tomando en cuenta y los avances de las medidas implementadas en cada región.
México pierde peso en el mapa energético mundial
México lo tiene todo para ser una potencia energética. El país goza de alta radiación solar para aprovechar con paneles fotovoltaicos, un yacimiento grande de litio y la infraestructura para importar el gas natural más barato del mundo.
Pero la política energética del Gobierno, que ha sofocado a las energías renovables y limitado la participación de empresas privadas en el sector eléctrico, está difuminando el peso de la segunda economía de Latinoamérica.
- Mientras Europa del Este se sume en la incertidumbre por la ofensiva rusa en Ucrania y Asia padece la guerra comercial entre China y Estados Unidos, América Latina está surgiendo como una opción más estable para inversionistas a nivel global.
- En reportes del Foro Económico Mundial que se celebra en estos días en Davos, destaca recurrentemente el apetito por migrar de los combustibles fósiles a fuentes limpias y Latinoamérica tiene importantes recursos qué aportar.
- El presidente colombiano Gustavo Petro, por ejemplo, no dudó en aprovechar su ponencia en el Foro para invitar a inversionistas a construir una red eléctrica “americana” potenciada por renovables con “un mercado garantizado”.
Las discusiones se están dando, pero no incluyen a México, un país que fue durante décadas potencia petrolera con gran experiencia en el sector energético. Hoy, la empresa del Estado Petróleos Mexicanos (Pemex) es una de las petroleras más endeudadas del mundo. Su producción ha venido cayendo desde hace años y México se convirtió en un importador neto de petróleo en 2014.
Mientras tanto, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tiene desconectadas de la red de transmisión plantas de energías renovables por estar en manos de privados, limitando la generación de electricidad. CFE se abrió recientemente a trabajar con empresas extranjeras, y pequeñas concesiones han reavivado moderadamente el interés entre privados, pero persiste la incertidumbre.
“México tiene una oportunidad histórica y la está perdiendo”, dice Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker en Houston. “Es realmente increíble que un país que es de los gigantes en hidrocarburos en la región, que tiene toneladas de ventajas en términos de ubicación, de equipos humanos, que está al lado de Estados Unidos y podría con eso aprovechar las ventajas del desarrollo de del gas natural shale, por ejemplo, simplemente no esté en el mapa de los inversionistas, que nadie esté hablando de México ni pensando en México”.
Esto es, hasta cierto punto, por designio del Gobierno. La idea de López Obrador de dar revés a la apertura del sector energético es, precisamente, que las empresas del Estado tengan dominio del mercado.
- El costo, por lo tanto, lo pagan los mexicanos porque los impuestos que pudieran irse al gasto en infraestructura o educación, se van a pagar la deuda de la petrolera. Si la petrolera estuviera abierta a asociarse con privados para detonar su producción, tendría mayores recursos para cumplir sus obligaciones crediticias. Este año, según la agencia Bloomberg, ni el presupuesto publicado por la Secretaría de Hacienda, ni el de Pemex, incluyen un apartado para pagar el servicio de la deuda.
Pemex no está haciendo las inversiones que tendría que hacer para que el sector petrolero crezca, apunta Monaldi. “Esto es porque la apuesta de López Obrador ha sido la refinación, que no tiene ninguna lógica, que no es donde se generan las ganancias en el sector petrolero y menos en una empresa del Estado. Históricamente, todas las empresas estatales de América Latina han perdido dinero en el área de refinación. La mala asignación de los recursos en Pemex también tiene consecuencias importantes”.
- Síntomas de apertura en la CFE: Por su parte, CFE muestra señales de apertura. Después de quejarse de que la Administración pasada comprometió a la empresa a comprar masivas cantidades de gas natural de EE UU (hoy día es el principal comprador a nivel mundial), CFE delineó un nuevo plan para construir plantas de licuefacción del combustible que le permitirán venderlo a Europa. Para lograrlo, firmó contratos con tres empresas, dos estadounidenses y una canadiense. La idea es aprovechar la coyuntura geopolítica en la que Europa busca alternativas al gas natural ruso.
Pero el esfuerzo por eliminar a los privados del sector sigue, al grado que EE UU y Canadá iniciaron una disputa oficial en el marco del tratado de libre comercio, el TMEC. Para EE UU, principal socio comercial, el bloqueo a las energías renovables es el tema más molesto. Mientras tanto, el grande yacimiento de litio mexicano, que pudiera jugar un papel importante en la electrificación de muchas tecnologías, se encuentra en un limbo legislativo.
- Aun si el próximo Gobierno que llegue a finales del próximo año quisiera revertir la estrategia de López Obrador, será difícil atraer la inversión que el país necesita para que su sector energético repunte, dice Monaldi. “Hay un daño ya reputacional,” explica el académico y consultor internacional.
“Este es un sector en el que, una vez que al inversionista le cambiaron las reglas del juego o han revertido políticas de participación del sector privado, son más cautelosos. Hay que darles más garantías, más condiciones, y uno ve la diferencia, por ejemplo, con la continuidad de las políticas en Brasil, que es quizás el caso que es más impresionante comparar con México”, opina Monaldi. En el país sudamericano, la mayor economía en la región, se ha dado continuidad en las reglas del sector a pesar de una polarización política intensa que ha llevado a la alternancia en el Gobierno.
- López Obrador también ha debilitado el marco regulatorio, adelgazando y descalificando a los reguladores del sector. En conversaciones recientes con inversionistas en México, comparte Monaldi, esta es una de las frustraciones que expresan. “Lo que dicen es que uno de los problemas fundamentales es que no tienen contraparte con quien hablar, porque toda la tecnocracia energética de México desapareció”, apunta.
Mientras avanza la transición energética, el petróleo seguirá siendo necesario y las proyecciones de producción para los próximos 15 años indican que aumentará en América Latina, impulsado fundamentalmente por Brasil y Guyana y, en segundo término, por Argentina y Venezuela.
- “México no aparece allí”, asegura Monaldi. “Que increíble que aparezcan estos dos países, Argentina y Venezuela, que son totalmente disfuncionales. En el caso de Venezuela, es un país que no puede estar peor manejado, pero están tratando de atraer a la inversión extranjera”, dice el académico, “al menos están tratando”.
Inversiones llegaron a un billón de dólares en 2022
Las inversiones en energía renovable superaron en 2022 el billón de dólares, lo que representa el mismo monto aproximadamente que el sector de combustibles de origen fósil, según un informe publicado.
- Sin embargo, ese monto debería triplicarse de aquí a 2050 para cumplir con el objetivo mundial de lograr cero emisiones de gases de efecto invernadero, según esa investigación del grupo BloombergNEF.
- En total, las inversiones en sectores como las energías renovables, la energía nuclear, los vehículos de emisiones cero o los proyectos de reciclaje representaron 1.1 billones de dólares el año pasado, explicó el texto.
Eso supone un aumento del 31% respecto al año precedente. Es la primera vez que se llega al billón de dólares. Ese empujón fue logrado en parte por la crisis provocada por la invasión rusa de Ucrania, que sacudió al sector energético en general.
- «Las inversiones en tecnologías energéticas limpias están a punto de superar las inversiones en combustibles de origen fósil, y no hay vuelta atrás», explicó Albert Cheung, jefe de análisis mundial de BloombergNEF.
- China, que el principal emisor de gases de efecto invernadero en el mundo, es también el principal inversor en transición energética, seguido de lejos por Estados Unidos.
- Prácticamente la mitad de las inversiones globales se produjeron en China, particularmente en proyectos de reciclaje de metal y en el sector de la energía renovable y de los vehículos eléctricos. Alemania se mantuvo en tercera posición.
Por sectores, la energía renovable atrajo unos 495.000 millones de dólares de inversión, seguido por los transportes eléctricos. Todos los sectores en general, exceptuando la energía nuclear, obtuvieron inversiones récord.
Al mismo tiempo, las inversiones en materia de energías de origen fósil también crecieron, ante la crisis ucraniana, que ha alterado el suministro de gas y petróleo rusos.
Europa ha gastado cerca de 800,000 mde ante la crisis energética
La factura de los países europeos para proteger a hogares y empresas de los crecientes precios de la energía asciende a casi 800,000 millones de euros, de acuerdo con diversos investigadores, quienes instaron a los países a ser más selectivos en su gasto para atajar la crisis energética.
Los países de la Unión Europea (UE) ya han destinado o asignado 681,000 millones de euros a financiar la crisis energética, mientras que Reino Unido ha destinado 103,000 millones y Noruega 8,100 millones desde septiembre del 2021, según el análisis del grupo de reflexión Bruegel.
- El total de 792,000 millones de euros se compara con los 706,000 millones de la última evaluación de Bruegel en noviembre, mientras los países siguen afrontando las consecuencias de que Rusia haya cortado la mayor parte de sus entregas de gas a Europa en el 2022.
- Alemania encabezó la tabla de gastos, asignando casi 270,000 millones de euros, una suma que eclipsó a todos los demás países. Reino Unido, Italia y Francia ocuparon los siguientes puestos, aunque cada uno gastó menos de 150,000 millones; la mayoría de los estados de la UE gastaron una fracción de esa cantidad.
En términos per capita, Luxemburgo, Dinamarca y Alemania fueron los países que más gastaron.
El gasto destinado por los países a la crisis energética se sitúa ahora en la misma liga que el fondo de recuperación Covid-19 de la UE, dotado con 750,000 millones de euros.
Acordado en el 2020, Bruselas asumió una deuda conjunta y la transfirió a los 27 Estados miembros para hacer frente a la pandemia./PUNTOporPUNTO
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