Por los problemas que México enfrenta en cuanto a pobreza, desigualdad, bajo crecimiento e inflación además de que no se ha recuperado totalmente de la pandemia, su economía enfrenta una recesión efectiva de acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés).
“México tiene estos dos problemas combinados, por un lado un problema de mucha desigualdad y de una pobreza creciente y que está relacionado con un problema de recesión efectiva, aunque no en los números, cómo digo el crecimiento económico que nosotros estimamos para el próximo año para México es de 1.4 por ciento”, dijo Alex Izurieta, economista senior de la UNCTAD, institución adscrita a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
- En ese sentido señaló que México necesita un crecimiento mucho más alto que el que estiman para 2023.
- Explicó que debido a la política fiscal que ha ejecutado México, el país no ha logrado recuperar sus niveles en cuanto Producto Interno Bruto que se observaron en 2019, y que incluso estiman que para que alcance dichos niveles va a tardar más tiempo.
“Entonces sí, no es una recesión, pero es un crecimiento demasiado bajo y esto nos lleva no solamente al incremento de la pobreza sino el incremento de la desigualdad”, apuntó.
El economista señaló que en el país tampoco se aplica políticas sociales al grado que se necesitan.
- El economista señaló que el país debe de ejecutar más esfuerzos fiscales para incrementar las inversiones en infraestructura el sector manufacturero.
- En el caso específico del sector energético dijo que se debe de tener cuidado con las inversiones.
“Nuestra observación en el caso de México es que se sigue tirando mucho de las inversiones petrolíferas. Esto no es tan bueno que se diga para el clima, al contrario es muy nefasto para el clima“, apuntó.
En ese sentido dijo que los países en desarrollo deben hacer esfuerzos para paliar la crisis climática, pero sus impulsos deben ir acompañados de lo que hagan naciones desarrolladas que tienen tecnologías avanzadas y que tienen una mayor responsabilidad”, anotó.
Suerte de pobres y clase media en México, en manos de políticos ignorantes
En su más reciente análisis, el Observatorio de Ciudadanía Católica y Análisis Social titulado “Recesión económica 2023: Posible impacto para las familias”, señala los elementos de una posible recesión de las grandes economías, China y Estados Unidos, y el impacto en países emergentes como México.
De acuerdo con el análisis, “las tres economías más grandes del mundo arrastrarán a todos los países a una inevitable recesión económica. Y ese concepto significa simple y sencillamente que la economía mundial detendrá su crecimiento” arrastrando a economías más débiles, el impacto para la población tendría consecuencias “devastadoras”.
- Los argumentos provienen de los estudios que ha hecho el Banco Mundial al observar una desaceleración de la economía con consecuencias devastadoras y “para las personas en los mercados emergentes y las economías en desarrollo.”
El Observatorio añade que el riesgo de la recesión mundial está siendo “provocada por la inflación, las altas tasas de interés, la guerra en Ucrania, el aumento en precios de la energía y de los alimentos, incluso la polarización política en Estados Unidos y Europa”; por lo anterior, el alza de las tasas de interés de parte de los bancos centrales es una medida para captar dinero, “más de 90 bancos centrales del mundo han sincronizado el alza de tasas de interés para causar este impacto», señala el análisis, considerando, además que “México debe elevar las tasas de interés para que el dinero invertido en el país no se vaya al extranjero ante la oferta de mayores intereses y, sobre todo, mayor seguridad a los inversionistas”.
De irse los capitales, México estaría enfrentando una devaluación con consecuencia devastadoras siendo que altas tasas de interés afectan la vida productiva de las empresas provocando que esos altos costos vayan finalmente a impactar a los consumidores, familias “que tienen deudas por créditos personales en los bancos o bien créditos hipotecarios, automotrices o de tarjetas de crédito; además, las familias se ven afectadas también porque la inflación es más alta para sus productos básicos de consumo”.
Ante los altos precios, especialmente de los bienes y artículos de consumo, la recesión económica y la falta de inversiones provocan la carencia de empleos bien remunerados, es decir, trabajos que no han tenido salarios con aumentos reales. Para el estudio, establecer por “decretazo” el aumento de los salarios de los trabajadores “significaría la muerte de muchas empresas de este tipo… y con ello, una contribución personal del presidente al desempleo, subempleo y delincuencia urbana”.
- La pandemia de covid-19 acabó con 400 mil medianas y pequeñas empresas arrojando al desempleo a miles de trabajadores; en este sentido, reformas como la de ampliar los períodos vacaciones “son un absurdo simplemente no se hizo ningún estudio del impacto económico inmediato en las empresas micro, pequeñas y medianas, para saber si resisten este impacto”.
Pero todo este panorama es agraviado por algo más procaz: La ignorancia en Palacio Nacional, como en las mayorías de MORENA en el Palacio Legislativo, se suma el hecho aquí analizado de que recesión mundial es inminente, resultará que tendremos mayores índices de desempleo y empobrecimiento de la población”.
El análisis afina sus argumentos al emprenderla contra López Obrador y el movimiento que representa calificándolos de ignorantes: “La suerte de los pobres extremos, de los simplemente pobres y de las clases medias, está en manos de políticos que ignoran la importancia de tener conocimientos para conducir a la nación” y concluye afirmando que, ante la incertidumbre, los mexicanos se deberían interesar en la conservación del empleo y blindar los ingresos de las familias de México.
Pobreza en México no ha bajado en 20 años
La pobreza no ha bajado sustancialmente en 20 años y una de sus causas principales se produce desde el mundo del trabajo con el pago de muy bajos salarios, advierte un estudio realizado por la organización de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
- El estudio destaca que, en 2008, 44% de la población vivía en condición de pobreza y en 2020, también es 44%. El punto más bajo en estos 14 años fue 42% en 2018 y el más alto de 46% en 2014. La diferencia en todos los años es marginal.
- Además, dado el crecimiento demográfico de la población, aunque el porcentaje sea casi igual, hay más personas en pobreza: en 2008 eran 49 millones 500 mil personas y para 2020 ya son 55 millones 700 mil personas. Un crecimiento de 8 millones 200 mil personas más en pobreza en 12 años.
Los estados con mayor incidencia (porcentaje) de población en pobreza se ubican en el sur sureste del país: Chiapas (75%), Guerrero (66%), Puebla (62%) y Oaxaca (61%).
Sin embargo, incluso los estados con menor porcentaje de población en pobreza tienen gran cantidad de personas en esa condición: Baja California (852 mil), Nuevo León (1 millón 425 mil), Chihuahua (952 mil) y Coahuila (812 mil).
El estado con mayor cantidad de personas en pobreza es el Estado de México, donde 8 millones 342 mil personas viven en esa condición. Le siguen Chiapas y Puebla, con más de 4 millones de personas cada uno, así como la Ciudad de México, con 3 millones.
- Seis de cada 10 personas que habitan en localidades rurales (menores a 2 mil 500 habitantes) son pobres con una participación del 59% de la población. Son 16 millones 607 mil personas. Sin embargo, el 70% de las personas pobres viven en localidades urbanas. Suman 39 millones 47 mil personas.
La alta incidencia de la pobreza en las zonas rurales es endémica. Desde que hay datos comparables se ubica alrededor del 60% en las localidades rurales.
La desigualdad que afecta a la población indígena es crónica. Casi tres de cada cuatro personas indígenas son pobres (73%). Son 8 millones 536 mil, cifra que es cerca del doble de la incidencia de pobreza que la población no indígena.
La confusión entre porcentaje y cantidad ha dado lugar a muchos errores en las políticas públicas. Pues si bien la incidencia (porcentaje) es mayor en las zonas rurales, dispersas, con índices de alta y muy alta marginación, esas zonas tienen poca cantidad de población.
La población en pobreza se concentra en zonas urbanas. En México hay 2 mil 466 municipios, en 100 de ellos (menos del 5% del total), viven 22.3 millones de personas en pobreza. Esto es casi el 40% del total.
- Los 10 municipios con mayor cantidad de personas en pobreza son: León (817 mil), Ecatepec (786 mil), Puebla (773 mil), Iztapalapa (681 mil), Neza (523 mil), Toluca (511 mil), Chimalhuacán (494 mil), Tijuana (453 mil), Acapulco (395 mil), Zapopan (388 mil).
En contraste, en 500 municipios, más de la quinta parte de los municipios del país, la pobreza afecta a 90% de quienes viven ahí. En 16 de ellos, la pobreza afecta al 99% de la población, o sea prácticamente toda la población es pobre. Ahí viven 5 millones 574 mil personas en pobreza.
Ingreso, menor al costo de la canasta básica
El estudio revela que la pobreza en México se crea en el sistema laboral ya que el 40% de la población tiene un ingreso por su trabajo menor al costo de la canasta alimentaria desde hace casi 20 años.
En una coincidencia trágica resulta que la primera medición de la pobreza laboral a inicios de 2005 ofrece un resultado exactamente igual al dato más reciente de 2022. 18 años después el 38% de la población no gana lo suficiente para comprar una canasta alimentaria. Por su ingreso laboral, casi 4 de cada 10 personas están en pobreza extrema.
Entre las principales conclusiones del estudio se destaca que en México la pobreza está estancada desde hace muchos años y no se reduce sustancialmente debido a que el ingreso laboral está estancado. Los bajos salarios son una causa central de la pobreza en México. Para reducir la pobreza hay que erradicar la pobreza laboral.
Así golpea la inflación a la política de la región más desigual del mundo
Los gobiernos de todo el mundo están sometidos a una enorme presión para mitigar el golpe del aumento de los precios de los alimentos y los combustibles. En América Latina, la respuesta a dicho dilema presenta el riesgo de encender un polvorín.
Desde México hasta Brasil, la inflación alta y persistente está ampliando la brecha entre ricos y pobres en lo que ya es la región más desigual del mundo. Está avivando la agitación política que podría ser un anticipo de lo que se avecina a medida que los encargados de la generación de políticas de todo el mundo luchan por satisfacer las demandas de aumentar el gasto social.
En toda América Latina una floreciente clase media está viendo erosionadas sus expectativas. Para los más pobres de la sociedad, la última ola de aumentos de precios al consumidor será un punto porcentual superior que la de los más ricos, según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Un tercio de toda la población de la región está a punto de caer en situación de pobreza, definida como aquellos que viven con 1.90 dólares al día.
La evidencia de que el impacto de la inflación pesa más sobre los más pobres es que ya se está convirtiendo en malestar social.
Protestas por la inflación se están haciendo más frecuentes
En Panamá, los manifestantes que bloquearon carreteras y puertos lograron en julio que se congelaran los precios de 72 bienes esenciales. Las huelgas observadas en Perú el mismo mes forzaron una promesa de más ayuda estatal para los pobres.
- El Gobierno de Ecuador está en conversaciones con organizaciones indígenas después de que estallaran disturbios por el aumento del costo de vida. Un refrán común es que ahora solo los ricos pueden permitirse incluso los alimentos básicos.
- Los aumentos de las tasas de interés de 250 puntos básicos o más que este año han realizado al menos siete de las naciones de la región aún no han marcado una gran diferencia, lo que ha llevado a los Gobiernos a implementar recortes de impuestos y programas sociales a expensas de las frágiles finanzas públicas.
Sin embargo, intentar solucionar el problema con dinero podría resultar contraproducente al afectar las monedas y aumentar aún más los precios de los alimentos, según Adriana Dupita, economista para América Latina de Bloomberg Economics.
“Los líderes latinoamericanos están luchando por calmar la angustia de la población por los precios con las herramientas que tienen a mano”, dijo.
Los votantes en Perú, Chile y Colombia han optado por un cambio radical en los últimos 18 meses, ya que la pandemia encendió la ira por las desigualdades. La inflación desenfrenada en medio de la coyuntura causada por las interrupciones en la cadena de suministro y la invasión de Rusia a Ucrania está agravando esas quejas.
“Esta ola inflacionaria es aún más dañina para los niveles de pobreza y la distribución del ingreso”, remarcó Ernesto Revilla, economista jefe para la región de Citigroup. “Está claro que ahora hay mayores probabilidades de disturbios”./PUNTOporPUNTO
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