TEXTO ÍNTEGRO: MÉXICO presenta gran DIFICULTAD para REALIZAR urgente TRANSICIÓN ENERGÉTICA

A consecuencia de la política del actual Gobierno federal, México se ha rezagado en dos tercios de lo que debería estar generando con energías verdes

México se colocó en el puesto 68 dentro del Energy Transition Index (ETI) del Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés) con un cumplimiento de 54.1% de las metas establecidas por el organismo, con lo que el país cayó desde el puesto 46 del 2021 en este indicador global de participación de las naciones en el combate al cambio climático y logros en la descarbonización y cuidado del planeta mediante acciones en el sector energético.

  • “Qatar y México son países que cayeron de categoría y si bien lograron avances constantes hasta 2023, su progreso cayó por debajo del promedio de los demás países al llegar a este año. Esto demuestra la dificultad de estos países de mantener el progreso y la complejidad inherente de la transición energética”, explicó el reporte respecto al cambio de posición del país.

El grado de cumplimiento de los 120 países incluidos en el listado fue de 56.3 por ciento.

Los países que encabezan la evaluación este año son Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia y Suiza. Entre las naciones del continente americano listadas, la de mejor puntuación es Estados Unidos, que se ubicó en el lugar 12. La mejor puntuación, de Suecia, fue de 78.5 unidades que se interpretan como porcentaje de cumplimiento de indicadores establecidos por el WEF, mismos que se actualizan año con año tomando líneas base de años anteriores conforme cuentan con información, en que se repite la métrica de cumplimiento. En 2023, el indicador más bajo lo tuvo Yemen, con 40% de cumplimiento de las metas.

  • De Latinoamérica, el país mejor rankeado es Brasil, en el lugar 14, mientras que Costa Rica está en el puesto 25, Chile en el sitio 30 y Paraguay en el lugar 34.
  • Sigue Colombia en el lugar 39, Salvador en el 47 y Panamá en el lugar 51. En el lugar 53 se ubica Perú, también con una mejor evaluación que México en términos regionales.

Bolivia está en el lugar 74, Ecuador en el 78, Argentina en el puesto 85, República Domincana en el 93, Venezuela en el lugar 103 y Jamaica en el 115, como países latinoamericanos incluidos en este indicador.

En el indicador del 2020, México se ubicó en el puesto 50 con una puntuación de 56.5% de alcance de los indicadores en las metas que midió el organismo. Ese año, Brasil se ubicó en el puesto 47, por lo que gracias a acciones como el incremento en su base de renovables en la generación, se ha mostrado este enorme avance de la nación sudamericana que en tres años ha llegado al sitio 14 del ranking.

El ETI proporciona un marco basado en datos para medir y comprender el rendimiento de los sistemas energéticos y la preparación para la transición energética en todos los países que se centran en la transición. Dado el panorama emergente y sus implicaciones potenciales para la toma de decisiones sobre la transición energética, este indicador se ha actualizado para garantizar la relevancia y utilidad para la toma de decisiones, lo que se reflejó en que no fue publicado en 2022.

“Si bien el triángulo energético sigue siendo válido, con un enfoque equilibrado hacia las tres prioridades de equidad, seguridad y sostenibilidad, el marco ETI actualizado identifica componentes específicos de estas dimensiones”, aseguró el organismo internacional en su reporte “Fostering Effective Energy Transition” del 2023.

A pesar de la caída que ha presentado México, el reporte asegura que “además de un conjunto de economías europeas avanzadas líderes, Corea del Sur, India, México y Hungría han exhibido recientemente un sólido entorno regulatorio propicio para acelerar una transición equilibrada”.

Falta consistencia en desempeño

En esta última edición, el WEF destacó que de los 120 países rankeados, 113 han progresado en la última década, pero sólo 55 han mejorado sus puntajes en más de 10 puntos porcentuales. En particular, los grandes centros de demanda emergentes, como China, India e Indonesia, han visto estas mejoras.

  • A la vez, únicamente 41 países han logrado avances constantes durante la última década (definidos como mejoras de desempeño consistentemente superiores al promedio en la ETI).

La caída de México en el ranking se da en medio de un contexto caracterizado por una baja inversión en nueva capacidad de generación eléctrica limpia renovable e intentos por cambiar las reglas de operación del sector eléctrico, para privilegiar la operación de la empresa eléctrica del Estado.

Menos del 30% de la energía eléctrica viene de fuentes renovables

México se enfrenta a un imponente desafío respecto del suministro de energía. Debe producir mucho más y no solo para satisfacer la demanda actual, que con demasiada frecuencia queda insatisfecha. Aprovechar el nearshoring de las cadenas de suministro globales requerirá una expansión masiva en la generación de energía para servir a las empresas que espera atraer dentro de sus fronteras.

  • Esa energía debe ser mucho más limpia que la que ofrece México actualmente. A diferencia de otros países latinoamericanos, la generación de energía es la mayor fuente de emisiones de CO2 de México. Menos del 30% de la energía de México proviene de fuentes no fósiles, en comparación con el 40% en Estados Unidos.
  • Sin muchas inversiones nuevas, el país tiene pocas esperanzas de lograr su objetivo de generar el 35% de su energía a partir de fuentes limpias para el próximo año ni mucho menos cumplir con su compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 35% para 2030.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, asumió con valentía el desafío… y fracasó.

  • Armado con US$6.000 millones, AMLO, como se le conoce, decidió comprar un parque eólico y una docena de centrales eléctricas a gas de la empresa española Iberdrola. No se agregó ni un solo megavatio a la red.
  • Pero el acuerdo elevó la participación de generación de la empresa eléctrica estatal, Comisión Federal de Electricidad, del 39% al 55%, lo que permitió al presidente tuitear con orgullo sobre la “nueva nacionalización” del sector eléctrico.

¿A la Cuatroté le importa el Cambio Climático?

El acuerdo fue una bendición para Iberdrola, a la que López Obrador ha perseguido sin descanso, calificándola de depredador corporativo nostálgico de la era colonial. (AMLO exigió una disculpa de España por siglos de Gobierno colonial, argumentó que las empresas españolas trataban a México como una “tierra por conquistar” y dijo que Iberdrola estaba conspirando contra él). Sin duda, debe haberse sentido aliviada de deshacerse de unas tres cuartas partes de su capacidad instalada en México, incluida gran parte de su flota de generadores de combustibles fósiles.

La empresa española consiguió un buen precio: US$6.000 millones por alrededor de 8,5 gigavatios de generación da un valor de US$700.000 por megavatio.

  • El analista energético mexicano Víctor Ramírez señaló que esta suma es alrededor de un 30% superior que el costo de construcción de la central eléctrica Topolobampo III de Iberdrola en Sinaloa, que comenzó a operar en 2020 y que formaba parte de la cartera que vendió la semana pasada. Ahora puede destinar el dinero a proyectos renovables en países menos hostiles, como EE.UU.
  • El acuerdo también sirve a la ambición de López Obrador de restablecer la preeminencia del Gobierno en el sector energético y retroceder en el proyecto “neoliberal” promercado perseguido durante cuatro décadas por los Gobiernos anteriores, que esperaban sacar partido de una economía mundial globalizada invitando a la inversión privada y reduciendo el papel del Estado.

“Iberdrola ya no quería generadoras fósiles”, dijo Andrés Rozental, consultor de empresas multinacionales y ex subsecretario de Relaciones Exteriores de México “A AMLO le ganó el sueño guajiro de que la CFE va a ser mayor generador de electricidad y ese es el precio que puso Iberdrola sobre la mesa”.

Lo que no está claro es lo que los mexicanos, cuyo bienestar futuro dependerá de un mayor acceso a energía limpia y barata, obtuvieron del acuerdo. “Si la pregunta es si esto es conveniente para México”, dijo Luisa Palacios del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia, “claramente no lo es”.

Cae la inversión en energía limpia

Los analistas ya lo habían previsto y ahora las cifras lo confirman: la inversión en energías renovables ha vuelto a un piso mínimo en el último año, como parte del efecto causado por los movimientos regulatorios impulsados por el gobierno federal y el cese de medidas para impulsar la inversión privada.

  • México sumó el año pasado inversiones por 1,000 millones de dólares relacionados con cualquier negocio enfocado en energía eólica y solar. La cifra se sitúa como la más baja desde 2016, cuando apenas se realizaban las primeras subastas de mediano y largo plazos impulsadas tras la reforma energética y cuando entonces las compañías también comenzaban a anunciar y desplegar grandes inversiones en algunas centrales eléctricas.
  • Los datos han sido recopilados en un informe elaborado por Bloomberg New Energy Finance. La baja cifra sumada durante todo 2022 contrasta con la inversión récord de 2017, de 6,200 millones de dólares. Y es aun más baja que en los años previos a que la reforma energética comenzará a surtir efecto y aún no existían grandes medidas para fomentar la inversión en el sector. Por ejemplo, en 2014 la inversión fue de 2,200 millones de dólares.
  • La explicación es simple, según el análisis. La incertidumbre regulatoria y los esfuerzos por contener la inversión privada en pro de la estatal CFE han mermado las intenciones por continuar con la extensión del parque de generación renovable y las oportunidades también han sido cesadas: el regulador ha pausado los nuevos permisos de generación y algunos activos ya listos para entrar al mercado continúan en pausa debido a la falta de autorizaciones para operar.

«Las políticas energéticas de AMLO, contrarias a los negocios, y la retórica nacionalista han paralizado las inversiones en el sector de energía limpia de México. La incertidumbre política ha hecho que las empresas privadas sean reacias a desplegar capital y, en particular, en proyectos eólicos y solares», dice el informe de Bloomberg en uno de sus primeros puntos.

  • “Se espera que el esfuerzo de AMLO en el primer semestre de 2022 para revertir la liberalización del mercado y expandir el control de CFE continúe desacelerando el desarrollo de energía limpia. Se espera que el actual gobierno siga centrándose en la reforma del sector de la energía, lo que mantendrá la incertidumbre en materia de políticas y limitará la inversión privada, con consecuencias negativas para la energía renovable”, continúa el texto.

Los esfuerzos a los que se refiere el texto son básicamente el impulso de la reforma constitucional durante los primeros meses del año pasado, que no fue aprobada por el legislativo. Pero de la que algunos puntos sí se han puesto en marcha: los analistas del sector hablan de que la energía producida en algunas centrales eólicas y solares ya no ha sido subida al sistema como parte de la premisa de incrementar la participación de la CFE en el mercado de generación.

  • Los datos del Centro Nacional del Control de Energía (Cenace) indican que la estatal eléctrica aumentó su porcentaje de participación el año pasado a 40% del total, como parte de una recuperación continúa desde 2020 cuando la cifra fue de 37%.
  • Bloomberg New Energy Finance estima que la tendencia de bajas inversiones continúe durante el año próximo con un posible revés hasta 2025, cuando se podría abrir la posibilidad de un cambio en el rumbo de la política eléctrica ya terminado el sexenio.
  • Los efectos de la política han ido más allá. El año pasado, por primera vez desde que se tiene registro, la producción de energía renovable disminuyó en el país: la generación en centrales solares se redujo 4.6% y la eólica 3.5%.

“Yo te diría que todo ha sido efecto de un criterio de despacho que justifica darle prioridad a las centrales térmicas, bajo la excusa de confiabilidad», dice Casiopea Melgar, una analista y socia de la consultora Fresh Energy.

«Es el primer año que baja la generación solar, la cual tiene un patrón muy estable, no hay justificación técnica para que la producción solar baje de un año a otro. Los eólicos sí pueden presentar variaciones anuales en el recurso -la cantidad de viento disponible-, pero se ve una reducción de generación muy acentuada y un crecimiento de las centrales térmicas, como carbón y gas», explica.

A la par de la disminución en la inversión en energías renovables y su participación en el mercado de generación, el gobierno federal ha reforzado su participación en el sector. Ha anunciado la creación de una serie de parques solares –que se unirán al de Puerto Peñasco, ya en construcción– y de otras plantas eólicas de las cuales no ha revelado más detalles. Pero los analistas dudan que los anuncios logren revertir la tendencia a la baja en la inversión y generación de energía en el mercado de renovables.

México rezagado

A consecuencia de la política del actual Gobierno federal, México se ha rezagado en dos tercios de lo que debería estar generando con energías verdes, afirmó Israel Hurtado, presidente de la Asociación Mexicana de Hidrógeno.

  • Señaló que la energía limpia, que incluye a la eólica y solar, es de sólo 7 gigawatts-hora, un 29 por ciento de los 24 gigawatts que planteaban organizaciones como la Asociación de Energía Eólica para alcanzar en el 2024, ya a un solo año del plazo comprometido.

«Las energías renovables son un insumo fundamental para la producción de hidrógeno verde y si no es con energías renovables o con biomasa no es considerado hidrógeno verde, una tecnología que está desarrollándose a una velocidad muy fuerte en el mundo para la movilidad de los futuros automóviles».

  • El hidrógeno es un elemento utilizado como insumo de procesos y síntesis de químicos; generación de calor y electricidad; medio de almacenaje de electricidad, y combustible para producir energía mecánica.

Así, Hurtado indicó que el hidrógeno se posiciona como uno de los pilares estratégicos para la descarbonización del transporte.

  • En alianza con la empresa Tarsus, la Asociación Mexicana de Hidrógeno convocó a 400 actores de la cadena de suministro para su participación en la segunda edición de la H2 Expo Hidrógeno a celebrarse en Monterrey y a la que además de inversionistas, empresarios y funcionarios, acudirán el 7 y 8 de febrero funcionarios y legisladores.
  • José Navarro, director de Tarsus, expuso que este foro pretende acelerar el paso para la adopción de la tecnología de hidrógeno verde en México, que a nivel mundial apenas representa el uno por ciento como fuente energética. Aclaró que aunque el hidrógeno verde requiere agua para su producción, ésta es de fuentes residuales.
  • Hurtado consideró que el uso de hidrógeno verde podría desarrollarse mucho más en México, dada su ubicación en el cinturón de mayor radiación solar y regiones de fuertes vientos. «Las energías renovables ya enfrentan de hecho consultas en el marco del T-MEC, donde los socios ya solicitaron una ronda de consultas para llegar a un acuerdo o llevar al Gobierno mexicano a un panel de controversia».

Señaló que en el 2050, México ya debería contar con al menos 40 gigawatts de energías renovables disponibles para su consumo, entre los que está la producción de hidrógeno verde./PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro en el Enlace:

https://www3.weforum.org/docs/WEF_Fostering_Effective_Energy_Transition_2023.pdf

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